EL ENCUENTRO EN CAMP DAVID
Bush y Lula no logran avances en los temas clave de la relación bilateral
Son los subsidios agrícolas que se
negocian en la Ronda de Doha. También, la tarifa que EE.UU. impone a la
importación de etanol y el asiento en el Consejo de Seguridad que
ambiciona Brasil.
Ana Baron WASHINGTON. CORRESPONSAL
abaron@clarin.com
Muy debilitado a nivel doméstico como también en el campo internacional,
el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, buscó afianzar ayer su
relación con el brasileño Lula da Silva en su residencia de fin de
semana en Camp David en el marco de su nueva estrategia de acercamiento a Latinoamérica.
Sin embargo a juzgar por la conferencia de prensa que ofrecieron conjuntamente y el comunicado final de la reunión, durante la conversación de 90 minutos que ambos jefes de Estado mantuvieron no lograron avances significativos en los tres temas más espinoso de la relación bilateral: los subsidios agrícolas en la Ronda de Doha, las tarifas que Estados Unidos impone a la importación de etanol y la reforma del Consejo de Seguridad, en donde Brasil aspira a tener un asiento permanente.
Lula llegó a Camp David en helicóptero para su tercera entrevista en Washington con el mandatario estadounidense. En la pista de aterrizaje lo estaba esperando Bush con su esposa Laura. "Es un día maravilloso", exclamó el jefe de la Casa Blanca luego de pasar revista con su huésped a un batallón de marines que tenían las banderas de ambos países.
Posteriormente, Bush se trasladó con Lula hasta la casa principal de Camp David en un carrito de golf igual al que solía utilizar su padre, el ex presidente George Bush, para lleva al ex presidente argentino Carlos Menem por las canchas de golf de su casa de verano en Kennebunkport, Maine.
Durante la conferencia de prensa que dieron conjuntamente, Bush reiteró su compromiso para lograr un acuerdo en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se encuentra estancadas desde el año pasado.
"Quizá la parte más convincente de las oportunidades para trabajar juntos se encuentra en la Ronda de Doha", dijo Bush. "A Estados Unidos le interesa concluir la ronda con éxito", agregó y expresó su "firme" convicción de que "la mejor forma de paliar la pobreza mundial es a través del comercio".
Por su parte Lula, quien se esforzó por disimular la preocupación que tenía por el conflicto de los aeropuertos en Brasil, dijo que este es un momento oportuno para reanudar la ronda, pero ninguno de los dos presidentes dijo cómo ni cuál será la estrategia.
Lo mismo ocurrió con los biocombustibles. Bush señaló que EE.UU. apoya la iniciativa de Lula para la promoción de biocombustibles a nivel mundial y para ayudar a los países latinoamericanos a producir y usar etanol.
Pero cuando el presidente brasileño le pidió que elimine las tarifas que Estados Unidos impone a la importación de etanol, el jefe de la Casa Blanca no tuvo respuesta. En Washington explican que ese es un tema que depende del Congreso.
Un funcionario del gobierno de Bush explicó a Clarín, que el negocio para Estados Unidos es vender la melaza a los países del caribe para que la transformen allí en etanol y luego lo revendan en el mercado estadounidense, en el marco de la iniciativa de la cuenca del Caribe, por la que no se pagan ningún tipo de tarifas.
A pesar de que dos días antes el encargado de América latina en el Consejo Nacional de Seguridad, Dan Fisk, había dicho que los presidentes anunciarían ayer cuales serían los países caribeño y de América Central beneficiarios de los programas pilotos que pondrán en marcha, al cierre de esta edición no había trascendido el nombre de ninguno de ellos.
Durante la conversación, Lula insistió también sobre la importancia que le da Brasil a poder ocupar una banca que no sea rotativa en el Consejo de Seguridad ampliado, un tema que está en este momento bajo estudio. Pero según él no pudo ponerse de acuerdo con Bush. "Tenemos diferencias políticas", dijo Lula. "Pero pude explicarle a Bush —agregó— la visión de Brasil, y llegamos a la conclusión de que la reforma del Consejo de Seguridad pasa antes por otros cambios dentro de la ONU. Tengo 62 años y cuatros años más de mandato y la certeza que la reforma será concluida, es un asunto complejo, pero no puede ser obviado por más tiempo.
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Sin embargo a juzgar por la conferencia de prensa que ofrecieron conjuntamente y el comunicado final de la reunión, durante la conversación de 90 minutos que ambos jefes de Estado mantuvieron no lograron avances significativos en los tres temas más espinoso de la relación bilateral: los subsidios agrícolas en la Ronda de Doha, las tarifas que Estados Unidos impone a la importación de etanol y la reforma del Consejo de Seguridad, en donde Brasil aspira a tener un asiento permanente.
Lula llegó a Camp David en helicóptero para su tercera entrevista en Washington con el mandatario estadounidense. En la pista de aterrizaje lo estaba esperando Bush con su esposa Laura. "Es un día maravilloso", exclamó el jefe de la Casa Blanca luego de pasar revista con su huésped a un batallón de marines que tenían las banderas de ambos países.
Posteriormente, Bush se trasladó con Lula hasta la casa principal de Camp David en un carrito de golf igual al que solía utilizar su padre, el ex presidente George Bush, para lleva al ex presidente argentino Carlos Menem por las canchas de golf de su casa de verano en Kennebunkport, Maine.
Durante la conferencia de prensa que dieron conjuntamente, Bush reiteró su compromiso para lograr un acuerdo en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se encuentra estancadas desde el año pasado.
"Quizá la parte más convincente de las oportunidades para trabajar juntos se encuentra en la Ronda de Doha", dijo Bush. "A Estados Unidos le interesa concluir la ronda con éxito", agregó y expresó su "firme" convicción de que "la mejor forma de paliar la pobreza mundial es a través del comercio".
Por su parte Lula, quien se esforzó por disimular la preocupación que tenía por el conflicto de los aeropuertos en Brasil, dijo que este es un momento oportuno para reanudar la ronda, pero ninguno de los dos presidentes dijo cómo ni cuál será la estrategia.
Lo mismo ocurrió con los biocombustibles. Bush señaló que EE.UU. apoya la iniciativa de Lula para la promoción de biocombustibles a nivel mundial y para ayudar a los países latinoamericanos a producir y usar etanol.
Pero cuando el presidente brasileño le pidió que elimine las tarifas que Estados Unidos impone a la importación de etanol, el jefe de la Casa Blanca no tuvo respuesta. En Washington explican que ese es un tema que depende del Congreso.
Un funcionario del gobierno de Bush explicó a Clarín, que el negocio para Estados Unidos es vender la melaza a los países del caribe para que la transformen allí en etanol y luego lo revendan en el mercado estadounidense, en el marco de la iniciativa de la cuenca del Caribe, por la que no se pagan ningún tipo de tarifas.
A pesar de que dos días antes el encargado de América latina en el Consejo Nacional de Seguridad, Dan Fisk, había dicho que los presidentes anunciarían ayer cuales serían los países caribeño y de América Central beneficiarios de los programas pilotos que pondrán en marcha, al cierre de esta edición no había trascendido el nombre de ninguno de ellos.
Durante la conversación, Lula insistió también sobre la importancia que le da Brasil a poder ocupar una banca que no sea rotativa en el Consejo de Seguridad ampliado, un tema que está en este momento bajo estudio. Pero según él no pudo ponerse de acuerdo con Bush. "Tenemos diferencias políticas", dijo Lula. "Pero pude explicarle a Bush —agregó— la visión de Brasil, y llegamos a la conclusión de que la reforma del Consejo de Seguridad pasa antes por otros cambios dentro de la ONU. Tengo 62 años y cuatros años más de mandato y la certeza que la reforma será concluida, es un asunto complejo, pero no puede ser obviado por más tiempo.
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