Diario "La Capital". Rosario, .Martes, 12 de agosto de 2014
|
Opinión
En energía, Vaca Muerta no es todo
En busca del deseado autoabastecimiento. La aplicación de políticas que desalentaron la inversión extranjera y aumentaron el consumo de recursos energéticos colocó a la Argentina en situación de crisis.
Por Alberto Monfrini / Miembro del Grupo de Estudios Políticos y Estratégicos
La aplicación de políticas que desalentaron la
inversión y aumentaron el consumo de recursos energéticos colocó a la
Argentina en situación de crisis. La misma se manifiesta actualmente
como una disminución de los stocks e infraestructura de transformación y
logística insuficientes. No sólo han disminuido las reservas de gas y
petróleo a niveles de colocar al país en condición francamente
deficitaria, sino que también resulta escasa la infraestructura de
refinación y de generación eléctrica.
Esta situación debe comenzar a revertirse en el menor
plazo posible para evitar la sangría de divisas y a su vez ir
paulatinamente incrementando la generación de energías alternativas,
revirtiendo la concentración en consumo de combustibles fósiles de la
matriz energética actual.
Si bien se supone que si se dan las condiciones
propicias, para la próxima década yacimientos como Vaca Muerta y otros
similares podrán producir petróleo crudo y gas natural para garantizar
el autoabastecimiento e incluso la posibilidad de exportar, no sería
suficiente la infraestructura de transformación para abastecer toda la
demanda energética.
En este contexto, se refleja sucintamente el estado
de situación en materia energética en nuestro país y acciones tendientes
a reducir y eliminar los déficits existentes y lograr una matriz
energética más equilibrada.
Petróleo: asistiremos a una demanda
creciente de nafta y gas oil. No sólo se debe tener en cuenta la
cantidad a producir, sino la necesidad de mejor calidad, lo que va en
detrimento de su volumen de producción y aumenta los costos. Resulta
necesario introducir mayores porciones de biodiesel en el gas oil y la
incorporación de bioetanol en las naftas, lo que otorgaría ciertas
ventajas: menor impacto ambiental, sustitución de importaciones con
ahorro de divisas, utilización del parque automotor y logística de
distribución existente y aprovechamiento de insumos y mano de obra
local.
Gas natural: es alentadora la
existencia de recursos no convencionales, de los más importantes del
mundo, y las ampliaciones de la capacidad de transporte que se han
realizado. Actualmente ha descendido fuertemente la presión en los pozos
de producción y por la escasez de fluido se importa gas natural licuado
de alto costo. No se ha solucionado la necesidad de gas natural en
amplias zonas del territorio nacional, particularmente donde habitan
sectores vulnerables de la sociedad, que siguen dependiendo del gas
envasado.
Energía eléctrica: se debe tener en
cuenta su generación, el transporte a través de líneas de alta tensión y
su posterior distribución a los domicilios a través de media y baja
tensión. Actualmente se presenta una situación deficitaria en generación
y en distribución. No así en transporte, ya que puede considerarse
suficiente la infraestructura en alta tensión. Respecto de la
distribución se presentan casos de cortes localizados. Fueron necesarias
importaciones desde Brasil y Uruguay ya que la demanda de energía
superó la capacidad del parque generador nacional que no puede abastecer
la demanda pico, y funciona sin la reserva que debiera preverse.
Generación térmica: se ha
incrementado el parque generador, con obras realizadas con un criterio
de rápida incorporación al servicio y menor costo de implantación, con
la consecuencia de un alto costo de operación, mayor demanda de
combustibles fósiles y un impacto negativo en el medioambiente. Se
pusieron en servicio centrales térmicas de ciclos combinados de Campana,
Timbúes y Pilar que por déficit de gas natural gran parte del año
consumen gasoil, lo que acortará su vida útil, y nodos deficitarios de
generación distribuida. La operación de estas unidades produjo un
déficit y desbalance aun mayor en la demanda de gasoil. La utilización
de centrales térmicas no ha perdido vigencia, pero resultará deseable
que sean de ciclo combinado con el agregado de biodiesel en el
combustible.
Energía hidráulica: se ha suscripto
financiamiento de origen chino para la construcción de represas
hidroeléctricas en Santa Cruz a llamarse: Kirchner y Cepernik,
cuestionadas tanto por sus dimensiones, costo y evaluación ambiental.
También están proyectadas las de Garabí en Misiones y Chihuidos en
Neuquén, entre otras obras hidráulicas. Resulta conveniente la
incorporación de centrales, ya que si bien son de alta inversión en
construcción, generan energía a bajo costo y tienen larga vida útil.
Energía nuclear: se ha revalorizado
mundialmente su utilización, actualmente fue reconsiderada la
finalización de Atucha II y ante la situación energética en el país es
necesario aprovechar la capacidad instalada, incorporando nuevas
tecnologías.
Energía eólica: se encuentran en
producción parques eólicos, aunque la abundancia de sitios aptos
justifica intensificar la implantación de los mismos.
Energía fotovoltaica: no se ha
desarrollado en el país más allá de instalaciones en sitios sin acceso a
la red, como por ejemplo en algunas escuelas del interior del país.
Para su desarrollo se requiere de subsidios o el impulso estatal.
Eenergía termosolar: este tipo de
tecnología de generación comienza a tener protagonismo. Su costo de
instalación es aun elevado, pero el almacenamiento del fluido caliente,
que permite generación casi permanente, es económico. Por su rendimiento
y los estudios de radiación solar que indican que en nuestro territorio
se encuentran zonas particularmente aptas para su implementación, se
recomienda su desarrollo.
A su vez, debemos considerar que en los próximos 20 ó
30 años se seguirán utilizando combustibles fósiles ya sea para el
transporte como para la generación, dada la crisis de reservas existente
en la Argentina (que podría encontrar una solución parcial mediante
Vaca Muerta hacia finales de la próxima década) en el interregno se
debiera ir acompañando el crecimiento de la demanda propiciando el
incremento del uso de los biocombustibles y la generación de energías
limpias y renovables, de forma tal que pueda tener impacto en la oferta
energética en el corto y mediano plazo. Esto traerá aparejado un
mejoramiento en el perfil de la matriz energética y acompañará la
tendencia mundial al uso de fuentes limpias y renovables, para la
reducción de las emisiones.
En síntesis, tal como puede apreciarse la
problemática y particularidad del sector es mucha más compleja y amplia
que la producción de Vaca Muerta. Si bien, en este megayacimiento están
puestas muchas esperanzas, una propuesta de política energética seria y
sustentable de largo plazo debería contemplar otros aspectos que hacen a
la realidad del país presente y, fundamentalmente, de las futuras
generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario