Martes 05 de febrero de 2013
Acuerdo Mercosur-UE
La negociación de futuro incierto
Si
bien el acuerdo birregional muestra signos de vitalidad y voluntad
política, pesan los?13 años de negociaciones y el fuerte cambio en la
gravitación del poder económico mundial
Una
vez más el Mercosur y la Unión Europea (UE) reiteraron su voluntad
política de concluir un acuerdo de asociación birregional en la reunión
ministerial del 26 de enero, durante la Cumbre Celac-UE de Santiago de
Chile. No es la primera vez que lo hacen. Llevan 13 años negociando.
Ahora acordaron que "a más tardar" en el último trimestre de este año
intercambiarán las ofertas.
Los signos de vida puestos de
manifiesto en Santiago no excluyen los fuertes interrogantes que plantea
el futuro de estas negociaciones. Por momentos ellos se traducen en
propuestas orientadas a concretar alguna modalidad de acuerdo con
alcance bilateral, por ejemplo, entre la UE y países individuales del
Mercosur. Incluso se ha sugerido que podría ser en el marco de un
acuerdo birregional de múltiples velocidades.Tales propuestas suelen manifestarse en sectores empresarios del Brasil. A veces provienen del lado europeo. Incluso se reflejaron en la prensa en ocasión del 6° Encuentro Empresario UE-Brasil realizado en la Confederación Nacional de Industrias el pasado 23 de enero. Un editorial del diario Valor Económico del 30 de enero. Entre otros factores, pesa el hecho que en 2014, Brasil quedará afuera del Sistema General de Preferencias de la UE.
Tal escenario de acuerdos bilaterales confrontaría un obstáculo jurídico en la decisión 32/00 del Consejo del Mercosur que prescribe que los países miembros negociarán como conjunto con terceros países. Es un argumento que fue esgrimido cuando Uruguay intentó encarar negociaciones bilaterales con los Estados Unidos.
Sin embargo, es un obstáculo limitado ya que la norma se refiere a "acuerdos de naturaleza comercial? en los cuales se otorguen preferencias arancelarias". Además de que ello podría ser contorneado si se recurre a un acuerdo birregional con múltiples velocidades, se sabe que la esencia de las negociaciones comerciales preferenciales contemporáneas no son del tipo arancelarias.
Marcos regulatorios, compras públicas, inversiones, servicios, propiedad intelectual, entre otros, son los ingredientes fuertes y también más controvertidos de las respectivas agendas negociadoras comerciales internacionales. La citada norma del Mercosur no significaría un obstáculo, por ejemplo, para acuerdos bilaterales entre países miembros y la UE (si no incluyen preferencias arancelarias).
Pero es un escenario que también presenta sensibles aristas políticas. Debilitaría en grado peligroso la distinción entre "nosotros y ellos" que desde los acuerdos Alfonsín-Sarney ha sido un rasgo central de la relación estratégica entre la Argentina y Brasil, con todos los desdoblamientos que ella ha tenido en su origen y que sigue teniendo en la actualidad. Son desdoblamientos que trascienden lo comercial y lo económico. Hacen a algo muy valioso para los dos países - "la calidad del barrio"- en términos de paz, democracia, estabilidad política, desarrollo económico y social, de toda América del Sur.
Paréntesis
De hecho, en Santiago se abrió un paréntesis de nueve meses en esta negociación birregional. Podrá aprovecharse para repensar la estrategia negociadora. Incluso sobre qué tipo de acuerdo pretende lograrse. Es mucha el agua que ha pasado debajo de los puentes desde que en los primeros años de la década del noventa comenzó a avanzarse en la idea que condujo a esta negociación birregional. El mundo, cada una de las dos regiones y las asimetrías económicas relativas, eran muy diferentes.Hoy hay muchos más protagonistas relevantes en la competencia económica global. Los desplazamientos de poder económico relativo han sido fuertes y todo indica que continuarán en el futuro. El marco multilateral de la OMC presenta fuertes signos debilitamiento, en parte por la proliferación de negociaciones orientadas a crear verdaderos "clubes privados" del comercio internacional que generan efectos discriminatorios para quienes no son miembros. Todos los países tienen múltiples opciones en su inserción en el comercio mundial. Para los países del Mercosur, incluso en su dimensión sudamericana, la UE ha sido y es importante. Pero indudablemente no constituye la única opción para la agenda negociadora del Mercosur y de sus miembros.
En nuestro país se debería aprovechar este paréntesis para que en forma conjunta todos los sectores interesados -gubernamental, empresario, sindical, académico- examinen ventajas y desventajas de las opciones que puedan imaginarse con realismo para encarar la futura y necesaria relación con la UE, sea en el marco de un acuerdo birregional como el que se ha procurado negociar en los últimos años, sea en el de otras modalidades que se puedan plantear. No hay demasiado tiempo por delante, pero es mucho lo que está en juego si se considera el mencionado debilitamiento del marco multilateral de la OMC y la actual agenda de negociaciones interregionales, incluyendo el "Trans-Pacific Partnership" y la que aspirarían a encarar Estados Unidos y la UE.
El tiempo no es mucho ya que necesariamente debe efectuarse un ejercicio similar entre todos los países miembros del Mercosur. Quizás sea el sector empresario, a nivel primero de nuestro país y luego regional con los otros países miembros del Mercosur y en particular con Brasil, y después a nivel birregional con sus contrapartes europeas, quien podría tener más interés y posibilidades de encarar un examen como el sugerido. El Foro Empresario Mercosur-UE existe. Podría ser un ámbito para avanzar la reflexión colectiva y proponer ideas realistas. Incluso con la participación de otros sectores, esto es, con una metodología " multi-stakeholder " que es la que más conviene para asegurar una diplomacia económica eficaz..
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