Diario "La Capital". Rosario, viernes, 04 de diciembre de 2009
Suiza prohíbe los minaretes y desata la represalia del mundo musulmán
Turquía llamó a retirar los fondos de la banca helvética. La economía tiembla ante un posible boicot. La nueva ley provocó reacciones encontradas en Europa y el rechazo de los países islámicos.
Estambul. — El veto a la construcción de minaretes en Suiza, aprobado el
domingo último mediante un referéndum, ha indignado al mundo islámico. El ministro para Europa
turco, Egemen Bagis, llamó a los musulmanes a retirar su dinero del país helvético en protesta por
el "no" en las urnas. "Estoy seguro de que nuestros hermanos musulmanes que tienen dinero en bancos
suizos meditarán esa decisión", afirmó el representante del gobierno turco. Previamente, el
presidente turco, Abdulá Gül, calificó de vergonzoso el resultado del referéndum suizo contra los
minaretes y advirtió de que la prohibición representa un ejemplo de hostilidad hacia los musulmanes
en Occidente. En la actualidad viven en Suiza unos 400.000 musulmanes, más de una cuarta parte de
los cuales son turcos. El islam es, por tanto, la segunda mayor religión del país tras el
cristianismo.
Los votantes suizos adoptaron, con un 57 por ciento de los votos, una
prohibición de una estructura arquitectónica vinculada al islam, que fue promovida por la derecha,
desafiando al gobierno y al Parlamento que habían rechazado la iniciativa por violar la
Constitución, la libertad de religión y una apreciada tradición de tolerancia en el país. Un grupo
de políticos del SVP, el partido más grande del país, y de la Unión Federal Democrática reunieron
firmas suficientes para forzar el referéndum sobre la iniciativa, que se oponía a la islamización
de Suiza.
La nueva ley provocó la ira del mundo islámico que anunció movilizaciones, y la
repulsa de políticos europeos, que lo consideraron un ataque a la libertad religiosa. En el otro
lado de la balanza, los partidos de derecha aplaudieron la decisión y pidieron consultas similares
al respecto en sus países.
Ese mismo domingo en el que fue realizada la consulta unos 200 manifestantes se
congregaron en una plaza de Zurich, portando trece torres de mezquitas hechas con cartón con las
que manifestaron su solidaridad con sus vecinos musulmanes. Otros incluso se integraron a un grupo
en Facebook llamado "Me avergüenzo del resultado de la iniciativa de minaretes".
Condenas. Tanto la Unión Europea como las Naciones Unidas criticaron la
decisión. "No es un voto en contra del islam sino contra su manifestación fundamentalista", dijo la
ministra de Justicia suiza, Evelyne Widmer-Schlumpf, tratando de justificar los resultados.
Suiza, con una población de 7,7 millones de habitantes, es hogar de más de
400.000 musulmanes, la mayoría proveniente de Bosnia, Kosovo y Turquía. Pero, sobre todo, es la
economía suiza la que podría resultar perjudicada si los países musulmanes le dan la espalda. El
país exportó en 2008 productos por un valor de 14.500 millones de francos suizos a países
islámicos, lo que es equivalente a un 7 por ciento del total de sus exportaciones. Provenientes de
dichos países llegó un 5 por ciento del turismo que visitó Suiza. La economía, que de por sí sufre
una recesión, podría verse aún más deteriorada. Tanto los bancos suizos, los fabricantes de relojes
y la industria del transporte temen lo peor en caso de que los países musulmanes declaren un boicot
a los productos y bancos suizos.
Hostilidad gala
Aumenta de manera significativa el número de franceses
hostiles a los minaretes y mezquitas (un 41 por ciento), una tendencia que introduce un nuevo
factor social inflamable cuando se prolonga en muchos frentes el gran debate sobre la identidad
nacional lanzado por el presidente Nicolás Sarkozy.
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