Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 18 de octubre de 2011 |
El conflicto en Medio Oriente / Polémico acuerdo con Hamas
Israel, en vilo por el histórico canje
El soldado Gilad Shalit, en cautiverio desde 2006, será liberado hoy a cambio de un primer grupo de 447 prisioneros palestinos
JERUSALEN.-
En un clima de máxima tensión y alerta, Israel ultimaba anoche los
detalles para el canje del soldado Gilad Shalit (en cautiverio en Gaza
desde 2006) a cambio de un primer grupo de 447 presos palestinos, que
tendrá lugar hoy, luego de un acuerdo sin precedente alcanzado con el
grupo terrorista palestino Hamas, que ha despertado una ola de críticas
en el país.
Proporcionalmente, se trata del intercambio de
prisioneros más desventajoso en toda la historia de Israel, que tras más
de cinco años de negociaciones aceptó liberar a un total de 1027
palestinos para recuperar a uno de sus soldados."Comprendo la dificultad de aceptar que personas malvadas que han cometido delitos atroces contra nuestros seres queridos no paguen el precio completo que se merecen. Pero como primer ministro tengo la responsabilidad de traer de regreso a casa a cada soldado que fue enviado a proteger a nuestro país", dijo Benjamin Netanyahu, en una carta enviada ayer a las cientos de familias israelíes de víctimas del terrorismo, que intentaron sin éxito frenar el canje.
Ante la inminencia del intercambio, el ejército israelí cerró ayer todos los pasos en el sur de Israel hacia la Franja de Gaza y el Sinaí egipcio, mientras que la policía extendió un cordón de protección en los alrededores de la casa de Shalit, de 25 años, para evitar eventuales protestas.
Con el paso de los años, Shalit, que fue capturado el 25 de junio de 2006 por un comando palestino en la frontera con la Franja de Gaza, se convirtió en un ícono en Israel. Esto explica por qué, pese al alto precio que pagará Israel por su liberación, el 79% de los israelíes apoyan el canje, según reveló una encuesta publicada ayer por el diario Yediot Ahronot.
La repatriación de soldados capturados, vivos o muertos, es además un asunto muy sensible para los israelíes, ya que muchos han pertenecido al ejército y ven su retorno como un asunto innegociable, casi sagrado. Pese a ello, también existen grandes reparos frente a la liberación de personas condenadas por asesinato. La primera fase del intercambio, de hecho, incluye a muchos de los autores intelectuales y materiales de los atentados más sangrientos perpetrados en Israel en las últimas dos décadas, que fueron sentenciados a cadena perpetua.
Entre los detenidos liberados figura el más antiguo prisionero palestino en Israel, Nael Barghouti, encarcelado en 1978, y la primera mujer del brazo armado de Hamas, Ahlam Tamimi, condenada a 16 penas de cadena perpetua por un atentado en una pizzería de Jerusalén oeste, que dejó 15 muertos en agosto de 2001 (ver aparte).
"Es un día de luto. No permitiré que estos terroristas salgan de Israel", espetó ayer Shvuel Schijveschuurder, que perdió a casi toda su familia en el ataque de la pizzería, durante una tensa sesión de la Corte Suprema israelí para tratar las apelaciones de familiares de víctimas del terrorismo que buscaban frenar el intercambio.
En varias etapas
Los críticos del desigual canje también sostienen que el acuerdo -muy similar al que se opuso Netanyahu dos años atrás, antes de ser primer ministro- es una concesión a los terroristas, que sólo los alentará a capturar más soldados.Según lo planeado, el intercambio de prisioneros se realizará en varias etapas. El primer paso será la entrega de Shalit a representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Gaza por parte de las autoridades de Hamas, a la madrugada.
Una vez que el CICR confirme que el soldado, a quien nadie ha visto en estos últimos cinco años, está vivo y ha sido entregado, Israel dejará en libertad a 27 mujeres, mientras Shalit será transportado a Egipto a través del cruce fronterizo de Rafah.
El soldado será luego llevado desde el Sinaí a una base militar en el sur de Israel, en la que se le hará un primer chequeo médico y se le permitirá llamar a sus padres. Los restantes 450 presos serán entonces puestos en libertad en diversos puntos, la mayoría de ellos en la frontera de Israel con Egipto.
Shalit será finalmente trasladado a una base cerca de Rehovot, en el centro del país, donde se reencontrará con su familia. El soldado también será recibido por Netanyahu; el titular de Defensa, Ehud Barak, y el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz. Los alrededores de la base serán declarados "zona militar cerrada" y no se permitirá la entrada a la prensa. Tras el reencuentro, Shalit y sus familiares serán transportados en helicóptero a su residencia en Mitzpeh Hila (Norte).
Según el acuerdo entre las partes, que contó con la mediación de Egipto, un segundo grupo de 550 detenidos palestinos serán liberados en los próximos dos meses.
Mientras que las autoridades israelíes han prometido una "recepción discreta para Shalit, respetuosa de las necesidades del soldado y de su familia", Hamas anunció un recibimiento triunfal para los "héroes" liberados de la prisión.
Agencias AP, AFP, EFE, ANSA y DPA .
Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 18 de octubre de 2011
El escenario
El complejo juego político detrás del acuerdo
JERUSALEN.-
Mitzpeh Hila es una aldea de poco más de 525 habitantes. Situada en la
cumbre de una bucólica colina de Galilea oriental, ofrece a los
visitantes imponentes vistas del valle de Hula, en Israel, y de la
campiña del sur del Líbano.
Su principal fuente de ingreso es el turismo, especialmente los bed and breakfasts
regenteados por distintas familias. Fin de semana tras fin de semana,
éstos atraen a habitantes de las ciudades, sedientos de un par de días
de cantos de pájaros, verdes colinas y comidas orgánicas.En 1988, cuando su segundo hijo, Gilad, tenía dos años, Noam y Aviva Shalit se mudaron a esta remota aldea. Son dueños y dirigen una de esas pequeñas hosterías.
Gilad, un joven estudioso que se graduó con honores del secundario, fue siempre un poco frágil de salud. Su historia clínica era lo suficientemente problemática como para que pudiera evitar servir en el ejército, pero prefirió ofrecerse como voluntario y seguir a su hermano mayor, Yoel.
A los 19 años, Gilad Shalit prestaba servicio en la frontera de Israel con Gaza, en el punto más alejado de su casa dentro de Israel. Al final de uno de los fines de semana en los que estaba de servicio, fue capturado por Hamas en una audaz incursión en territorio israelí. Dos de sus compañeros murieron por el impacto de los cohetes en su tanque. Fue temprano en la mañana del domingo 25 de junio de 2006.
Desde ese momento, su suerte ha sido incierta. Nadie, salvo sus captores, volvieron a verlo. Hamas, la facción extremista que gobierna la Franja de Gaza, ha sido hermética respecto del cautiverio de Gilad.
Los rumores dicen que ha estado confinado en un sótano de dos habitaciones, custodiado por dos hombres y rodeado de minas. Durante todo este tiempo, se le permitió escribir tres cartas a su familia y enviar un DVD, para demostrar que estaba vivo, aunque frágil de salud, en 2009. La cinta fue entregada a Israel a cambio de la liberación de 20 palestinas.
La semana pasada, cuando se anunció la inminente liberación de Gilad, la noticia fue recibida con una combinación de éxtasis y cinismo. Los palestinos, jubilosos, salieron a las calles de Gaza para celebrar anticipadamente la liberación de más de 1000 prisioneros.
No se puede ignorar la realidad política que condiciona este momento: el apoyo a Hamas se ha debilitado constantemente en los últimos meses, especialmente porque los habitantes de la Franja siguen padeciendo cada vez más restricciones de sus libertades personales, impuestas tanto por el bloqueo israelí y egipcio del territorio como por las reglas islámicas decretadas por la organización terrorista.
Mientras tanto, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, líder de la facción rival, Al-Fatah, goza de una extraordinaria oleada de apoyo internacional, tras su pedido de reconocimiento de la soberanía palestina ante la Asamblea General de la ONU.
Una convergencia de intereses políticos generó el actual acuerdo. Ante la inestabilidad política y social que sacude a Egipto y con sus patrocinadores de Irán y Siria enfrentando un futuro incierto, Hamas eligió este momento para hacer concesiones en algunas exigencias esenciales que había presentado a Israel a cambio de la liberación de Shalit.
Los negociadores egipcios que consiguieron el acuerdo demostraron que la junta militar sigue siendo un actor importante en la escena regional, aunque su control sobre los asuntos nacionales está cada vez más en duda. Negociadores alemanes y turcos fracasaron en reiteradas oportunidades en los últimos cinco años.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, espera emerger como un líder competente y heroico al poder traer al soldado cautivo a casa después de seis meses espantosos en los que ha tropezado, una y otra vez, a través de un laberinto de pruebas diplomáticas y domésticas que pusieron en riesgo su propia coalición.
En otro signo más de inestabilidad política, se espera que tanto su canciller, Avigdor Lieberman, como su viceprimer ministro, el ex jefe de gabinete Moshe Ya'alon, monten campañas desde la derecha en su contra en las próximas elecciones.
Los ministros del partido religioso Shas, que apoyó el pacto, como la mayoría del país, dijeron que los terroristas judíos condenados por ataques contra palestinos deberían ser liberados como parte del acuerdo para proporcionar "equilibrio".
Esta sugerencia fue recibida con indisimulada consternación por los observadores del tejido social de Israel, cada vez más deshilachado. Pequeños pero reveladores incidentes de terrorismo judío han inquietado profundamente a la comunidad internacional.
Si todo resulta según lo planeado, Shalit será trasladado a Egipto en las próximas horas. "Sabemos que no será el mismo joven", dijo su madre, Aviva. "Pero lo estamos esperando, y sabemos que podremos superarlo."
Traducción de Mirta Rosenberg .
Martes 18 de octubre de 2011
La visión israelí
"Me indigna que liberen asesinos"
JERUSALEN.-
Frimet Roth, de 57 años, está angustiada. Al dolor de haber perdido
hace 10 años a su hija Malki, de 15 años, en un atentado suicida en la
pizzería Sbarro de Jerusalén, se agrega ahora el estremecimiento que le
provoca saber que dos de sus principales responsables, Ahlam Tamimi y
Muhammad Daglas, serán liberados por Israel.
"Esto me duele
profundamente, me lastima el corazón", dijo a La Nacion. "Me alegra
muchísimo que Gilad Shalit vuelva a su casa, pero me enoja que Israel no
haya encontrado otra forma de lograrlo y que se haya abocado sólo a
esta opción: la liberación de tantos asesinos."El 9 de agosto de 2001, la joven palestina Ahlam Tamimi llevó en un taxi la carga explosiva a Jerusalén. En la ciudad se la entregó a quien sería el suicida, caminó con él hasta el blanco elegido para la explosión, le dio las últimas indicaciones y le dijo que esperara 15 minutos para que ella tuviera tiempo de alejarse. Antes ya había estudiado detenidamente el lugar, los horarios, el movimiento. Era un mediodía de vacaciones de verano. Tamimi sabía que el lugar estaría repleto.
Y así fue. La pizzería estaba atiborrada de gente cuando la explosión destrozó el lugar: hubo 15 civiles muertos y por lo menos 130 heridos. Entre las víctimas mortales estaban Malki Roth y su amiga Mijal Raziel. Están sepultadas juntas.
"Si yo quisiera venganza, pediría asesinar a Ahlam Tamimi", dice Frimet Roth. "Pero lo que yo quiero no es venganza, sino justicia. Y no hay justicia si esa mujer queda en libertad", agrega.
¿Le diría algo si pudiera verla? Frimet se horroriza ante la sola idea de acercarse a la terrorista. "Esa mujer es un monstruo. No tengo nada que decirle. Cuando preguntó cuántos chicos había entre los muertos y le dijeron que ocho, sonrió. Ella misma confesó todo y se dijo orgullosa. No tengo para qué verla. Sólo quiero que permanezca en prisión."
Frimet y Arnold, su marido, siguen diciendo que tienen siete hijos. La muerte de Malki no cambió el número, aunque sí la vida. Cuando se le pregunta cómo era Malki, Frimet combina un suspiro con una sonrisa, tras la cual se adivina un nudo en la garganta.
"Era un ángel, siempre tomando en cuenta a los demás, considerada, buena hija, buena amiga, buena hermana", responde de inmediato.
Cuenta que era una joven talentosa, que tocaba la flauta, era activa en una institución juvenil y que la ayudaba mucho a cuidar a una de sus hermanas menores, en aquel momento de seis años, que nació con problemas de salud que requerían atención especial.
Súplica desoída
"Sé que somos demasiado pequeños para frenar el intercambio -dice Frimet-. Lo que intentamos es sacar los nombres de los responsables del atentado en el que murió Malki de la lista de los que serán liberados. Enviamos al primer ministro [Benjamin Netanyahu] hace ya unos meses una carta para exigir y suplicar que si hay un intercambio de presos no aparezca el nombre de Ahlam Tamimi en la lista. Pero nadie en su oficina respondió.".
Martes 18 de octubre de 2011
La visión palestina
"Se terminó; ahora tiene que vivir"
JERUSALEN.-
En la casa de Ali Al-Muslimani, en A-Ram, Jerusalén oriental, todo está
listo para su regreso. Una enorme bandera palestina cuelga afuera del
edificio junto a los numerosos banderines que adornan las calles. Los
parlantes, que cantan loas a los presos, sirven de indicación: aquí
habrá una fiesta.
Faiza, de 52 años, aún no puede creer que su
marido, de 54, regresará hoy tras 26 años de prisión en Israel. En 1981
fue detenido por primera vez y condenado a ocho años de cárcel, pero a
los cuatro fue liberado durante un intercambio de presos entre Israel y
la organización de Ahmed Jibril. Sin embargo, no permaneció mucho en
casa. Poco después, participó de un atentado en el que una célula armada
asesinó a Zehava ben Ovadia, una israelí que dedicaba gran parte de su
energía a prestar ayuda a palestinos. A los 11 meses de su liberación,
Ali fue arrestado nuevamente. Hasta hoy, cuando será liberado como parte
del intercambio entre Israel y Hamas."Participó de una acción militar; mató israelíes", explica su familia, y dice que desconoce los detalles. "Participó de una acción en Jerusalén, pero no sabemos demasiado", afirman. Ahora, lo único que importa en la casa de los Muslimani es que hoy comienza una nueva etapa. "Se terminó, ahora tiene que vivir; ya estuvo demasiado en la cárcel", dice Maliha, la mayor de sus hijas, que ayer volvió de El Cairo tras finalizar un doctorado en Ciencias Políticas. "El eligió el camino que recorrió, pero ya está; ahora se terminó la política y puede dedicarse a su familia."
En la habitación donde la familia recibe a La Nacion, entra y sale gente. Otra de sus tres hijas, Alia, ama de casa, cuenta que se casó cuando su padre estaba en prisión. "En todos los eventos familiares hubo siempre una mezcla de alegría por la ocasión y tristeza por su ausencia", dice Faiza. Fida, una de sus sobrinas, explica quiénes son cada uno de los chicos presentes, apenas algunos de los diez nietos de Faiza y Ali.
Cuando entra Azzam, el menor de los hijos varones, Fida comenta que "él estuvo con su padre en prisión". Alia trae bombones "para festejar", y muestra una corona y un collar que compró para que su madre luzca cuando reciba a su esposo. "Nos ha comprado ropa nueva para recibirlo bien", sonríe Faiza.
"La prisión será en casa; no lo dejaremos salir a meterse en problemas", dicen un poco en serio y un poco en broma. También Abir, la hermana menor de Ali, participa en la ronda, y dice que la felicidad por su regreso "no cabe en el corazón".
Maliha combina la alegría personal con el análisis político. Cuando se le pregunta si cree que quizás en prisión su padre pueda haber llegado a la conclusión de que la violencia no solucionará el conflicto responde: "Pregúnteselo a los israelíes. Sólo ellos deben responder, porque son más fuertes".
No acepta que ambas partes tengan que analizar qué cambiar para solucionar el conflicto.
De todos modos, la familia no está hoy para debates políticos. Afuera, el parlante sigue "cantando" a los presos que vuelven. Y Maliha, respondiendo a una pregunta, dice que sí, que espera que llegue la paz. Pero primero quiere ver a su padre en casa..
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