Miércoles 29 de junio de 2011
En plena crisis del euro, cambio de mando en un organismo crucial
Lagarde, la primera mujer que dirigirá el poderoso FMI
La ministra de Economía de Francia sucederá en el cargo al procesado Strauss-Kahn
WASHINGTON.-
Es una vuelta de página con sentido histórico la del Fondo Monetario
Internacional (FMI), que por primera vez en sus 65 años eligió a una
mujer como directora general.
La actual ministra de Economía de
Francia, Christine Lagarde -famosa, entre otras cosas, por haber
afirmado que "nunca debería haber demasiada testosterona en una
habitación" cuando se trata de resolver problemas-, tomará el martes las
riendas de la que, para muchos, es la entidad internacional más
poderosa."Me siento profundamente honrada y feliz por haber sido elegida", dijo esta abogada parisiense de 55 años y ex nadadora olímpica, que se comprometió a trabajar y servir a todos los países miembros del Fondo con "espíritu positivo".
Muchos confían en que el "perfume de mujer" ayude a que el FMI inicie una nueva etapa y supere el vergonzoso escándalo que desató, el 18 de mayo, la abrupta renuncia del también francés Dominique Strauss-Kahn, que cumple ahora arresto domiciliario a la espera de un juicio por ataque sexual contra una mucama de un hotel de Nueva York.
Otros, en cambio, lamentan que el FMI haya dejado pasar la ocasión para elegir a una figura de las economías emergentes y desterrar así la tradición que, hasta ahora, reserva para Europa y para Estados Unidos la conducción del FMI y del Banco Mundial, respectivamente.
Unico rival de Lagarde y pese a una campaña con visitas a países de la región, el presidente del Banco Central de México, Agustín Carstens, no pudo reunir siquiera el apoyo masivo de América latina y fue ampliamente derrotado en la votación "por consenso" realizada ayer por los 24 países miembros del Consejo Directivo, entre ellos la Argentina.
Según se informó a La Nacion, la Argentina se inclinó en favor de Lagarde sobre la hora, y su papel no fue decisivo en la construcción del consenso con la que fue elegida.
Uno de los primeros desafíos de Lagarde será la crisis de Grecia, donde la población resiste el ajuste que, junto con la UE, el organismo pretende imponer para superar la debacle financiera (ver Pág. 4).
La elección de la ministra francesa causó amargura entre quienes preferían a Carstens. "La culpa es nuestra. Sabíamos que era difícil, pero las economías emergentes no supimos trabajar en conjunto para hacer oír nuestra voz", lamentó ayer, ante La Nacion, un miembro del directorio. "Carstens era un candidato de lujo y no supimos defenderlo", añadió, con fuerte sentido de autocrítica.
Lagarde, en cambio, logró el decisivo respaldo de Europa, Estados Unidos, China y Brasil. "Hacía días que era evidente que ella iba a ganar. Pero el tanto decisivo lo terminó de dar el gobierno de Barack Obama, al pronunciarse en su favor", se explicó ayer a La Nacion.
"El excepcional talento y la amplia experiencia de Lagarde brindarán a esta institución un liderazgo invalorable e indispensable en un momento crítico para la economía global", dijo el secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner.
Semanas atrás, fue otro comunicado de Geithner el que precipitó la renuncia de Strauss-Kahn. "Juntos, Europa y Estados Unidos representan el 48% de los votos. Una vez que ellos se pronuncian, no hay mucho espacio para maniobrar", se indicó.
Fueron vanos los intentos de La Nacion por obtener información oficial sobre el voto emitido por la Argentina en la reunión de directorio. Otras fuentes consultadas en esta capital dijeron que sobre la hora el país se inclinó a favor de Lagarde.
"Había tres países de América latina con derecho a voto. México, que lo hizo a favor de Carstens; Brasil, que lo hizo a favor de Lagarde, y la Argentina, que optó por no alzar la voz muy fuerte en el proceso de formación de consenso", se indicó. En los tres casos, el voto se ejerció en nombre propio y de los países a los que se representa en la ocasión, en un mecanismo definido como "silla". Así, el voto argentino expresó también la posición de Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú, mientras que Brasil lo hizo en nombre de Colombia, Panamá y República Dominicana, entre otros.
"Hubo consenso con la Argentina, Sudáfrica, Rusia y otros países emergentes para apoyar a Lagarde", corroboró anoche el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, que asumió gestiones personales para consolidar la posición que terminó derrotando a Carstens. Mantega defendió la posición como una "continuación de la línea fijada" por Strauss-Kahn. En su momento, el ministro de Economía y ahora candidato a vicepresidente, Amado Boudou, elogió a Strauss-Kahn como un "promotor del cambio que quiere la presidenta Cristina Kirchner" dentro del organismo.
Otras fuentes consultadas por La Nacion admitieron "muchas paradojas en un sistema de votación que tiene sus perversiones". Citaron por caso el ejemplo de Colombia. "Es evidente que Bogotá prefería a Carstens, por quien llegó a hacer campaña de modo abierto. Pero, por imperio de "la silla", su voto fue ejercido por Brasil, que decidió pronunciarse por Lagarde", se indicó.
El FMI tiene sólo seis mujeres entre la treintena de ejecutivos con cargos de poder. Lagarde ya quebró varios techos de cristal: en 2007 se convirtió en la primera ministra de Economía de Francia. "Si los hombres se quedan solos, tienden a hacer lío", dijo en febrero, cuando Strauss-Kahn era la figura fuerte dentro del organismo que ahora, y del modo más impensado, empieza una nueva etapa.
Una institución con liderazgo europeo
2007-2011Dominique Strauss-Kahn (Francia)
Durante su mandato, permitió una mayor participación en el FMI de los países emergentes y gestionó las ayudas a los países europeos afectados por la crisis económica. Renunció en mayo tras ser acusado de un delito de agresión sexual.
2004-2007
Rodrigo de Rato (España)
Al ex vicepresidente español se lo ha criticado en el seno del FMI por no haber sido capaz de prever la crisis económica internacional.
2000-2004
Horst Köhler (Alemania)
El dirigente conservador sucedió a Camdessus al frente de la institución y renunció cuatro años más tarde para asumir la presidencia de su país.
1987-2000
Michel Camdessus (Francia)
Su mandato coincidió con el denominado Consenso de Washington, las recetas neoliberales aplicadas para impulsar el crecimiento económico.
1978-1987
Jacques de Larosière (Francia)
El ex gobernador del Banco de Francia dirigió la institución durante casi una década. Como en el caso actual, le sucedió en el cargo otro francés.
5
Directores fueron franceses
De los 11 directores que tuvo el Fondo Monetario Internacional en sus 65 años de existencia, cinco de ellos fueron franceses..
Miércoles 29 de junio de 2011
El perfil
La ministra que conquistó a la "nobleza" financiera
PARIS
- Con el nombramiento de Christine Lagarde para la dirección del FMI,
el presidente francés, Nicolas Sarkozy, acaba de perder una de las
piezas maestras de su política económica y de su diplomacia financiera.
Con
una singular habilidad, esa abogada especialista en negocios de 55
años, que nunca hizo estudios de economía, consiguió capear al frente
del Ministerio de Economía francés el tsunami de la crisis de 2008 mejor
que muchos otros países y se transformó en figura ineludible de la
eurozona y del G-20.Estrella de la prensa anglosajona y admirada por gran parte de la administración norteamericana gracias a su perfecto dominio del inglés y a una larga experiencia laboral en Estados Unidos, pocos dudaron de que triunfaría en su intento de suceder al francés Dominique Strauss-Kahn al frente del organismo financiero multilateral.
A fines de mayo, cuando se conoció su candidatura, el diario The New York Times la designó la "favorita". Kenneth Rogoff, ex jefe economista del FMI y profesor de Harvard, afirmó en el influyente diario que Lagarde era recibida "como una estrella de rock" por donde fuera. Ya en 2009, el Financial Times la había designado "ministra de Finanzas del año" por sus "resultados" internacionales frente a la recesión mundial más grave de la posguerra, mientras que la revista Forbes la ubicó en la 17a. posición entre las mujeres más poderosas del mundo.
Siempre elegante, distinguida, cálida, sonriente aunque un poco rígida, según sus detractores, Christine Lagarde recorrió a comienzos de este año el mundo para defender las posiciones de la presidencia francesa del G-20 sobre la regulación de los mercados financieros.
A pesar de carecer de formación como economista, con el tiempo consiguió hacerse aceptar por la "nobleza" del mundo financiero gracias al prestigio que había cosechado como presidenta de Baker & MacKenzie, un célebre estudio de abogados de negocios norteamericanos.
Lagarde será la primera mujer que dirigirá el FMI en sus 65 años de existencia. Esta será, además, la quinta vez que Francia obtiene ese puesto desde 1946.
En Francia, Lagarde dirige el Ministerio de Economía desde 2007. Una longevidad excepcional. Antes que ella, ese puesto conoció una rotación alucinante: siete ministros en siete años.
Los comienzos de esa ex campeona de natación sincronizada fueron, sin embargo, difíciles. En 2005, recién llegada de Chicago para incorporarse al gobierno del primer ministro gaullista Dominique de Villepin en la cartera de Comercio Exterior, cometió su primer paso en falso al criticar el derecho social francés, a su juicio "complicado y pesado". Ese comentario reveló una sensibilidad liberal muy norteamericana para nada apreciada por la opinión pública francesa.
Ascenso
Sin embargo, su ascenso continuó con la llegada a la presidencia de Sarkozy, que primero la nombró ministra de Agricultura y luego de Economía. Poco después de asumir ese cargo cometió otro memorable error al aconsejar a los franceses, afectados por el importante aumento de los combustibles, que se desplazaran "en bicicleta". Ese gesto condescendiente terminó de forjarle una imagen de gran burguesa que le valió para siempre el apodo de "Madame la Marquesa".Pero su renuncia, muchas veces anunciada, nunca se produjo. Y su discreción, su fidelidad y sus cualidades diplomáticas se transformaron en elementos indispensables para el jefe de Estado.
Divorciada, madre de dos varones y actualmente en pareja con un empresario del sur de Francia, la única mancha en el currículum de la nueva jefa del FMI fue el escándalo que amenazó con hundir su candidatura: un contencioso tentacular protagonizado por el banco Crédit Lyonnais y el conocido empresario Bernard Tapie. En 2008, la ministra había autorizado la intervención de un tribunal arbitral que terminó por atribuir 385 millones de euros a Tapie. Escandalizada, la oposición de izquierda solicitó la intervención de la justicia.
La reforma postergada
Pero la información más importante del día no es la designación de Lagarde al frente del FMI. Tampoco el hecho de haberse convertido en la primera mujer que accede a ese cargo de crucial importancia. El aspecto más significativo de su designación es que será la encargada de poner en práctica la impostergable reforma que dejó inconclusa Dominique Strauss-Kahn.Las condiciones mismas de su designación hacen que esa reforma ocupe un lugar prioritario en el programa de acción que expuso el 23 de junio ante el Consejo de Administración.
"Si resulto elegida, me consagraré en forma permanente a adaptar la representación en el Fondo, en particular las cuotas parte, a las realidades económicas cambiantes. Ciertos jalones importantes deben producirse en el futuro próximo y habrá que alcanzarlos", prometió.
Lagarde es consciente de que su elección sólo fue posible gracias a la supremacía desproporcionada que ejercen los países más desarrollados en el Consejo de Administración.
Los países emergentes, que en gran medida sostuvieron la candidatura del mexicano Agustín Carstens, hicieron saber -en forma clara y concluyente- que llegó la hora de tener en cuenta las nuevas realidades de la economía mundial y los equilibrios geopolíticos que se redefinieron en las últimas décadas.
Cuando llegó a la cúspide del FMI, Strauss-Kahn había afirmado que esperaba ser el último director gerente del FMI surgido de un país desarrollado. Es probable que esa hazaña termine siendo alcanzada por Christine Lagarde.
LOS DESAFIOS
Grecia . Gran parte de la credibilidad del FMI se juega en Grecia, que se prepara para aprobar un programa de austeridad y privatizaciones a cambio de lo que sería el mayor préstamo de la institución si se lleva a cabo. Lagarde tendrá que demostrar a los Estados miembros, cuyos recursos han sido comprometidos, que el país puede recuperarse de la crisis económica."Informes de contagio" . Lagarde debe defender su credibilidad en los informes que publica el FMI sobre el impacto transfronterizo de la política de las economías más grandes del mundo.
Tipo de cambio. El FMI debe revisar en el otoño el marco de su vigilancia de los tipos de cambio, que no satisface a muchos. Lagarde tendrá que mediar entre China, que quiere administrar su política de tipo de cambio como lo considera oportuno, y los que aspiran a que el Fondo castigue duramente a un Estado con una moneda subvaluada.
Egipto . El país necesita financiamiento internacional. Sin embargo, El Cairo ha decidido rechazar el dinero del FMI.
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