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sábado, 11 de julio de 2015

CHILE 2011 La disparidad económica moviliza a Chile

La disparidad económica moviliza a Chile

Las protestas contra el sistema educativo son el catalizador
SANTIAGO-Durante una de las masivas protestas estudiantiles que han sacudido a Chile en meses recientes, la activista de 23 años Camila Vallejo fue golpeada directamente en el rostro por el chorro proveniente de un cañón de agua.
Empapada y desaliñada, insistió con su mensaje, fustigando un sistema de educación superior que se interesa más por conseguir ganancias en vez de promover el aprendizaje. "La educación es un servicio público y no un negocio", dijo.
Vallejo, estudiante de geografía y militante del Partido Comunista de Chile, es la sorprendente líder de las mayores manifestaciones que sacuden Chile desde el final de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.
Los estudiantes exigen que el gobierno gaste más para subsidiar los altos costos de las matrículas universitarias y mitigar la carga de deuda que los graduados tienen que pagar por préstamos estudiantiles. Los manifestantes también quieren cambios en el sistema de vouchers de la educación primaria y secundaria, que según ellos favorece a jóvenes de familias más ricas. Según encuestas, las protestas han generado amplia simpatía entre chilenos de mayor edad frustrados por las disparidades en el ingreso en un país que durante mucho tiempo fue considerado modelo de estabilidad económica en América Latina.
Los estudiantes argumentan que el sistema educativo de Chile refuerza disparidades en un país donde el 20% más rico de las familias gana la mitad del ingreso nacional, en tanto el 20% más pobre gana apenas 5%. "No se expandido hacia abajo", dice Vallejo en una entrevista telefónica.
Incapaz de aplacar a los estudiantes desde que comenzaron las protestas en mayo, el presidente multimillonario Sebastián Piñera ha sufrido la caída de su índice de aprobación a 26%, según el centro de investigación conservador CEP. Es el nivel más bajo obtenido por un presidente desde el regreso a la democracia.
"Chile es un país profundamente desigual", dice Patricio Navia, politólogo chileno de la Universidad de Nueva York, quien votó por Piñera. "Las oportunidades que las personas tienen dependen de la posición de sus padres en la sociedad. El movimiento estudiantil busca un campo de juego parejo y expandir las oportunidades".
Vallejo, conocida por el arete en su nariz y una belleza comparable a la de una estrella de telenovela, creció en un suburbio de clase media baja con padres activos en el Partido Comunista. Como líder de las protestas en su calidad de presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, ahora tiene 210.000 seguidores en Twitter. Un guitarrista admirador subió una serenata que había escrito para ella.
Vallejo también tiene enemigos virulentos. Apareció una página en Facebook anunciando un evento para "matar a Camila Vallejo". Incluso algunos analistas que coinciden con sus críticas al sistema no comparten las soluciones que propone.
Antes del golpe de Pinochet en 1973, las dos principales universidades públicas de Chile, como también las escuelas religiosas privadas, eran fuertemente subsidiadas por el gobierno. Pinochet redujo la financiación pública y promovió la creación de universidades privadas y escuelas técnicas.
Pinochet también transfirió escuelas públicas primarias y secundarias del control federal al municipal y ofreció vouchers a los padres, que podían usar en escuelas privadas. La teoría era que la competencia obligaría a las escuelas a mejorar la calidad.
Los cambios han dejado un legado agridulce.
Los chilenos de 15 años obtuvieron las calificaciones más altas frente a sus pares latinoamericanos en pruebas académicas administradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2009, aunque quedaron por debajo de los jóvenes de los países industrializados que conforman la OCDE.
Chile ha avanzado en los niveles de comprensión de lectura y la matriculación en universidades está al alza.
Pero a nivel de primaria y secundaria, el sistema llevó a la clase media a huir de las escuelas públicas, que registró un descenso en las matrículas de 63% de la población escolar en 1986, a 43% en 2008, según la OCDE.
El gobierno ha ofrecido reducir las tasas de interés de los préstamos estudiantiles, crear un regulador de la educación, aumentar el presupuesto para el sector en US$4.000 millones en los próximos cuatro años y otorgar más becas para la preparación de docentes. Piñera también fustigó a los manifestantes, diciendo, "Nada es gratis en esta vida"..

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