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miércoles, 15 de julio de 2015

CHECHENIA 2001 CHECHENIA: UNA HISTORIA SIN FIN

Chechenia: una historia sin fin
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Publicado en el semanario "El Economista", Buenos Aires, Argentina, 30 de marzo de 2001

Por Natalia Bologna *

Continúan los actos terroristas de las guerrillas chechenas

Al igual que en otras partes del mundo, como en Oriente Medio o los Balcanes, en el Cáucaso la violencia continúa llamando la atención de la comunidad internacional.
Específicamente, las dos últimas manifestaciones de los terroristas chechenos, nos alertan sobre el recrudecimiento del conflicto.
El último jueves 15 de marzo, un grupo de secuestradores chechenos, capturó un avión de la aerolínea rusa Vnukovo, con 174 personas a bordo. Este acto, perpetuado por tres rebeldes chechenos, armados solamente con cuchillos, dio origen a una crisis que terminó después de veinte horas de terror, en la ciudad saudita de Medina, y con un saldo de tres muertos. Y el sábado 24 de marzo, estallaron casi simultáneamente, tres coches bombas en las localidades vecinas a Chechenia, dejando un saldo de 21 muertos.
Pero para comprender el desenvolvimiento de este conflicto, se hace necesario mirar hacia atrás. Sus inicios se remontan al Siglo SXVI, cuando este pueblo musulmán luchaba contra la fuerza de los zares. Posteriormente fueron incorporados al Imperio ruso en 1859 y finalmente se convirtieron en una República Autónoma dentro de la Federación Rusa –en aquel entonces Rusia- en 1936.
La Unión Soviética (URSS) se consolidó hacia principios del Siglo XX como un Estado multiétnico y multicultural. Autocracia, centralismo, seguridad de las fronteras, intolerancia religiosa, explotación económica y política cultural y social reaccionaria, fueron las políticas llevadas a cabo por el imperio hacia todos los pueblos no rusos.
En la historia del pueblo checheno se destaca fuertemente la época de la Segunda Guerra Mundial, ya que durante este periodo, Stalin deportó en trenes de ganado a más de la mitad de la población a Siberia por no colaborar en los esfuerzos bélicos. Esto significó la muerte de la mayoría de su población y una acción mas cometida en contra de este pueblo. En 1958, durante el gobierno de Nikita Kruschev, una pequeña minoría se reinstala nuevamente en su territorio.
Fue entonces en 1991, cuando caía en la desintegración el gigante de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que el pueblo checheno aprovechó la oportunidad de separarse definitivamente de la dominación rusa y vengarse de los años de intolerancia religiosa, étnica y cultural.
Precisamente en noviembre de ese año el general checheno Dyojar Dudayev declara la soberanía chechena, llama a elecciones presidenciales plebiscitarias y se proclama presidente. Ante esto, el presidente ruso Boris Yeltsin declara el estado de emergencia e instala tropas en el Cáucaso. Pero los intentos por controlar el movimiento checheno fracasan y en julio de 1992 las tropas rusas son retiradas.
Al interior de esta minúscula república caucásica, de un millón y medio de habitantes, y rica en gas, petróleo y refinerías, se instala un estado de crisis interna. Por esto en diciembre de 1994, las tropas rusas ingresan al territorio, y se da inicio a la primera guerra que se extendió por más de veinte meses y finalizó con la firma del acuerdo entre las partes en agosto de 1996.
En Chechenia, sus líderes muestran un gran espíritu nacional y de lucha. En abril de 1996 moría el presidente checheno Dudayev, al ser alcanzado por un misil tierra –aire de la aviación rusa. Con esta acción Moscú creía haber descabezado el movimiento secesionista. Sin embargo Z. Yandarbiev, que sería el sucesor del presidente checheno, se puso de manera rápida y efectiva al mando de los comando guerrilleros, manteniendo una dura resistencia a as tropas rusas. El actual presidente checheno, Aslán Masjádov, elegido en las elecciones de 1997, manifiesta su intensión de seguir con la independencia de su República.
Desgraciadamente, en agosto de 1999 se reaviva el conflicto que continua hasta estos días.
Las guerras no se pueden explicar como monocausales. Podemos decir que Chechenia se rebeló contra años de discriminación nacional y hegemonía rusa. Este pueblo recibió históricamente un duro trato por parte del imperio ruso y luego, durante la etapa de Stalin. Las diferencias del pueblo checheno son substanciales con la Federación Rusa, como son: la condición musulmana de la población y el elemento étnico (considerado como unión de la cultura, la lengua y la raza).
Pero mirando la otra cara de esta moneda, la parte rusa, vemos otros factores en juego. En primer lugar, aparece la ilegalidad de declaración de independencia. El derecho de secesión, es solamente legítimo para el caso de las repúblicas que eran parte de la URSS, y no para las repúblicas que forman parte de Rusia, y que son una división administrativa de este país. Por otro lado, las elites polacas rusas temen, una reacción en cadena en efecto dominó, que afecte también a otros pueblos que tienen diferencias étnicas y religiosas con Rusia y que albergan en su interior, conflictos latentes. Sobre todo, teniendo en cuenta que un 16% de la población en la Federación Rusa es musulmana (aproximadamente 45 millones de personas) y un 52% es étnicamente ruso.
Tampoco podemos dejar de considerar el interés geoestratégico de la zona, ubicada entre los mares Caspio y Negro. La principal actividad económica de Chechenia, hasta hace unos años había sido la industria química y las refinerías de petróleo, actualmente sin actividad. Pero esta República se encuentra en el centro de la geopolítica de los intereses energéticos en torno del Mar Caspio. La importancia de la zona no se relaciona con la cantidad de petróleo –ya que son cantidades ínfimas si se tienen en cuenta las reservas rusa- sino con el control de un oleoducto que pasa por su territorio. En el próximo decenio el Cáucaso será la vía obligatoria de paso de toneladas de petróleo y gas precedentes de Azerbaiján, Kazajstán y Turkmenistán. En la elección de la mejor ruta se encuentran los intereses de los países consumidores, esencialmente occidentales, y los productores. Es fundamental para atraer capitales mostrar al mundo una zona segura y estable a la hora de hacer inversiones. Además, recientemente se ha abierto un oleoducto que une los puertos de Bakú (Azerbaiján) y Ceyhan (Turquía), mostrando claramente una perdida de la influencia rusa en el Cáucaso.
Desde otro punto de vista, se suma a este conflicto el terrorismo. Los combatientes chechenos llevaron a cabo durante las dos últimas guerras actos que podríamos calificar de terroristas, para llamar la atención al mundo sobre la guerra que Moscú desencadenó contra la voluntad independentista chechena. Sin dudas, las búsquedas de raíces sociales, nacionales y religiosas tiene como objetivo esencial procurarse la estabilidad y seguridad en un mundo moderno complejo. La acumulación de frustraciones, sumadas a la falta de perspectivas de mejoría para estos pueblos, provocaron un desbordamiento violento, traducido en el acto terrorista. El terrorismo en Chechenia es una reacción contra el dominio ruso de décadas.
Podemos hablar de dos tipos de actos terroristas llevados a cabo por las guerrillas chechenas: los que se circunscriben al interior de esta república y los que se desarrollan más allá de sus fronteras. Los primeros, que incluyen secuestros, extorsiones y fusilamientos, son manifestaciones casi diarias de una guerra que ya no tiene límites precisos. Los segundos, perpetrados sobre todo en Moscú, a medios de transportes, sumados a los dos últimos actos señalados anteriormente y al secuestro del transbordador turco “Avrasya” en 1996, manifiestan la intención de internacionalizar el conflicto y mostrar a la comunidad internacional la guerra que Moscú está llevando a cabo sobre la voluntad independentista de esta República. Todos estos atentados, adjudicados a los guerrilleros chechenos desde 1994, se han cobrado casi tres centenares de víctimas.
Los atentados terroristas, dejan entrever fuertes elementos nacionalistas, que se fusionan con los postulados islámicos de construcción de un orden social. En los pueblos en donde la religión es un componente más de la nacionalidad, una parte de ellos puede caer en posiciones fundamentalistas. Por lo que podemos afirmar que en Chechenia, se defiende una idea de nación que se relaciona estrechamente con la religión musulmana.
A pesar de los intentos por lograr su independencia, la comunidad internacional no manifiesta el reconocimiento diplomático.
Los países occidentales y las organizaciones internacionales expresan su profunda preocupación por el carácter violento del conflicto, en forma de una enérgica condena y en el área de los derechos humanos, brutalmente violados por ambas partes en el conflicto. Estados Unidos y China manifestaron durante el año pasado su apoyo a Rusia en pos de mantener su integridad territorial y en su lucha contra el terrorismo.
Desafortunadamente, las víctimas mortales, la devastación del país, los millones de refugiados, las minas terrestres y las fábricas destruidas, conforman el panorama en esta República caucásica.
El presidente ruso Vladimir Putin, se encuentra ante un país de características únicas en cuanto a su extenso territorio y una población de casi ciento cincuenta millones de habitantes. En las antiguas repúblicas de la Unión Soviética renacen nacionalismos exacerbados y minorías étnicas, con Estados de Derecho y democracias frágiles. Se debe agregar el caos económico y las consecuencias que éste genera, como son el crimen organizado y el narcotráfico. Tampoco se vislumbra una política rusa programada y coherente hacia el Cáucaso. Solamente, tras los últimos atentados, el presidente Vladimir Putin, convocó a sus asesores de seguridad a una reunión de emergencia para evaluar la situación.
Pero creemos que únicamente la negociación entre las partes, renunciando a algunos de los intereses particulares, podrá poner fin a esta guerra que lleva seis años de enfrentamientos.

(*) Colaboradora del CERIR. Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario (CERIR)







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