Diario "La Capital". Rosario, Domingo, 06 de octubre de 2013
UPM-Botnia, un conflicto ambiental agravado por una política bilateral irresuelta
Asambleístas de Gualeguaychú intentarán pasar hoy en caravana a Uruguay para repudiar a UTM. Desde el otro lado preparan medidas de seguridad en Fray Bentos.
Monstruo en la orilla. La colosal planta de celulosa vuelca sus efluentes en el río y enfurece a los entrerrianos.
Este conflicto, que nació con un reclamo de
preocupación por el medio ambiente, viene impregnado por cuestiones
políticas irresueltas entre los gobiernos del matrimonio Kirchner y todo
el arco político uruguayo, no sólo del gobernante Frente Amplio, que se
ha subido a esta pelea blandiendo la bandera del país chico atropellado
por el gigante.
El ex presidente Néstor Kirchner tomó como una
"traición" la decisión del entonces mandatario uruguayo Tabaré Vázquez
de autorizar la construcción de la pastera Botnia en un momento donde
ambos gobiernos habían acordado una impasse para evaluar el impacto
ambiental. Antes de ese quiebre, Néstor había recibido a Tabaré en la
Casa de Gobierno y le había dado su apoyo al uruguayo, quien por ese
tiempo peleaba por llegar la Presidencia de su país y en la campaña se
había mostrado contrario a los emprendimientos papeleros.
Apurado en el frente interno por la Asamblea de
Gualeguaychú, el kirchnerismo, con su jefe a la cabeza, se volvió
súbitamente ecologista y declaró "causa nacional" la lucha contra la
papelera Botnia.
En junio de 2006, el ex presidente Kirchner presidió
un multitudinario acto en el Corsódromo de Gualeguaychú, donde anunció
que Argentina llevaba el pleito con Uruguay hasta la Corte Internacional
de Justicia, con sede en La Haya. Casi todos los gobernadores
participaron de la movida y hubo uno que se distinguió del resto: el
mendocino Julio Cobos. Fue el primer ensayo de la "transversalidad"
naciente, que culminaría con la elección de Cobos para secundar en la
fórmula a Cristina Fernández.
Hubo más. En ese mismo acto, todos los mandatarios de
las provincias firmaron un documento en el que se comprometían a
defender el medio ambiente, con estándares precisos de monitoreo, en sus
respectivos dominios. Nada se sabe hoy en qué quedó ese paper ni cuales
fueron, si los hubo, los resultados de sus pesquisas medioambientales.
Barrera baja. Cinco meses después de
ese mitin político-ecológico, los activistas de Gualeguaychú, que
venían haciendo cortes intermitentes del puente que los une con Fray
Bentos, bloquearon "por tiempo indeterminado" el paso fronterizo. El
piquete, a la altura del paraje Arroyo Verde, duró hasta junio de 2010,
dos meses después del fallo de La Haya y luego de que el gobierno de
Cristina presentara una denuncia penal contra los asambleístas por
desacatar una orden de la Justicia entrerriana.
Este último dato es crucial para lo que se viene. Los
activistas de la Asamblea Ambiental dijeron en los últimos días que
evaluaban volver a la ruta, con la modalidad del corte y del piquete. De
hecho, la infraestructura que montaron en la cabecera del puente sigue
intacta y lista para ser usada nuevamente.
Sin embargo, el precedente judicial les jugaría en
contra, salvo que haya una "orden" explícita de "no intervención" por
parte del poder político a la Justicia. En esto también hay un
precedente: la Justicia entrerriana tardó tres años y medio en hacer
efectiva una orden de desalojo del piquete y esa medida se dio cuando
Cristina decidió reencauzar la relación con Uruguay tras el triunfo de
Pepe Mujica, que sucedió en el cargo al traidor de Tabaré.
Por la suya. Por el lado uruguayo,
tampoco hubo medidas angeladas e inocentes. El fallo del tribunal de La
Haya determinó que Uruguay no consultó a Argentina sobre el fastuoso
emprendimiento fabril que autorizó a construir, violando cláusulas del
estatuto de la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru), que es un
organismo binacional.
Tabaré también jugó sus armas para la tribuna
uruguaya. En los años en que estuvo en el poder mientras persistió el
conflicto, su imagen positiva entre los orientales tuvo picos altísimos.
Influyó, además de sus aciertos económicos y sociales, la explotación
que hizo, por acción u omisión, del sentimiento antiargentino que campea
aún hoy en la margen oriental.
Y la vuelta de la historia lo vuelve a colocar en el
mismo lugar. El año que viene hay elecciones presidenciales en Uruguay, y
Tabaré, que decidió volver a ser candidato por el Frente Amplio, parte
como favorito.
A juzgar por las declaraciones inflamadas que parten
de ambas orillas, ya no hay vuelta atrás para una posible negociación
política. Otra vez, los que decidirán son los jueces de toga y peluca
del tribunal de La Haya.
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Diario "La Nación". Buenos Aires, 18 de octubre de 2013. |
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