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lunes, 1 de junio de 2015

EE.UU. 2015 EE.UU. da otro paso en el deshielo: sacó a Cuba de la lista negra del terrorismo


Gesto de la Casa Blanca / Fin a un castigo diplomático

EE.UU. da otro paso en el deshielo: sacó a Cuba de la lista negra del terrorismo


WASHINGTON.- Pasos y plazos se vienen cumpliendo con una precisión de ballet. El gobierno norteamericano retiró ayer a Cuba de su lista negra de países que apoyan el terrorismo, en un decisivo gesto que despeja el camino para la mentada apertura de embajadas como paso clave para la normalización de relaciones diplomáticas.
Puede que sea temprano para decirlo, pero quienes vienen siguiendo el tema de cerca vaticinan que el esperado anuncio sobre embajadas podría efectuarse "en las próximas semanas" y que no sería de extrañar que fuera el presidente Barack Obama quien tomara el micrófono para confirmar el gesto.
"El acercamiento de Washington a La Habana después de tantos años es un legado concreto de Obama, de modo que parece lógico que sea él quien haga el anuncio", vaticinó Ted Piccone, experto en relaciones con Cuba de la Brookings Institution, con sede en esta ciudad.
Pero para que todo eso llegue era necesario, primero, lo que ocurrió ayer. Esto es que, después de 33 años, Cuba desapareciera de la lista de países que apoyan el terrorismo. Una posición de castigo diplomático a la que la isla fue sometida por el gobierno del ex presidente republicano Ronald Reagan, como represalia por su apoyo a grupos insurgentes en América latina.
Como era de esperarse, la medida cosechó tanto aplausos como críticas. Entre ellas, figura la del posible aspirante a la presidencia por los republicanos Jeb Bush, que sostuvo que la decisión era un "error" en toda la línea.
"Una vez más comprobamos que el presidente parece más interesado en capitular ante nuestros adversarios que en enfrentarlos", dijo Bush, en una afirmación que podría abrir un claro perfil diferenciador en caso de que, como todo parece sugerirlo, concrete su candidatura.
Buena parte de las críticas republicanas llegaron de legisladores. El dato no deja de ser curioso si se tiene en cuenta que, más allá de los cuestionamientos, ninguno de ellos apeló a los resortes que podrían haber operado desde el Capitolio para impedir la medida.
Así, entre los más críticos, figuró el titular de la Cámara de Representantes, John Boehner, que tildó lo ocurrido como "la entrega de otra importante victoria al régimen de Castro a cambio de nada".
El legislador insistió en que, pese a la concesión de Obama, "no hay ninguna garantía de que el régimen de la isla termine con su largo historial de represión".
En sentido contrario, se pronunció su predecesora en el cargo. La demócrata Nancy Pelosi elogió el hecho de que el Departamento de Estado "se liberara, por fin, de una estrategia anticuada", que no ayudó a lograr el declarado objetivo de democratizar la isla.
Más allá de las ponderaciones, y si bien con un marco acotado, la salida de la lista negra podría repercutir en una ampliación de las posibilidades políticas, financieras y económicas para La Habana. Por lo pronto, podría superar el veto que hasta ahora ejercía Estados Unidos para abrirles la puerta a líneas de crédito de organismos internacionales, entre ellos, el Banco Mundial (BM).
No está claro que La Habana vaya a usar esos créditos externos, pero, por lo pronto, ahora sí podrían quedar a su disposición.

Trabas

En un rango menor, la presencia en esa lista negra fue una de las trabas que impedía a funcionarios cubanos el acceso a cuentas bancarias de entidades norteamericanas, lo que devino en dolores de cabeza para el funcionamiento de su reducida oficina de intereses. Fue necesaria la intervención del Departamento de Estado para allanar ese obstáculo.
Tanto la presencia en la lista negra de países que auspician el terrorismo como la imposibilidad de operar con entidades financieras de Estados Unidos eran las dos dificultades de peso que expuso Cuba como impedimentos operativos para abrir una embajada en Washington. Ambos fueron removidos.
Queda pendiente, sin embargo, la exigencia de Washington de que una eventual embajada norteamericana en la isla "funcione como cualquier otra en el mundo". Eso implica que no se imponga restricción alguna al movimiento de sus diplomáticos como al de cubanos que quieran visitar la sede.
"Nunca deberíamos haber estado en esa lista", dijo el presidente cubano, Raúl Castro, en ocasión de su reciente cara a cara con Obama, durante la Cumbre de las Américas del mes pasado, en Panamá.
La decisión fue anunciada por Jeff Rathke, vocero del Departamento de Estado. El funcionario matizó que Washington "mantiene importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de políticas y de acciones" en Cuba, pero agregó que eso no justifica la presencia en el listado.
La Casa Blanca celebró la decisión. "Lo que hemos hecho es dar un paso más hacia una relación más productiva y normal entre Estados Unidos y el pueblo cubano", dijo una de las consejeras de seguridad, Bernadette Meehan.

Reacciones en la región

El ex presidente uruguayo José Mujica aplaudió ayer la decisión de Estados Unidos de retirar a Cuba de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, por ser "un paso para distender las tensiones". Con él coincidió el mandatario boliviano, Evo Morales, que dijo que se demostró que la isla "es un país pacifista". La cancillería mexicana también apoyó la medida, a la que consideró positiva para todo el continente. "Favorece el diálogo y el entendimiento", señaló..
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El escenario

El fin de un gran obstáculo para ampliar el acercamiento

Por   | Para LA NACION
WASHINGTON.- Estados Unidos le sacó de encima con su resolución de ayer un enorme obstáculo al proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, al retirar a la isla de la polémica lista de países que promueven el terrorismo.
El Departamento de Estado anunció ayer que, al final de un proceso iniciado por decisión del presidente Barack Obama en diciembre pasado, no había razones para mantener a Cuba en la lista negra. "El anuncio simplemente removió el mayor obstáculo para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba", señaló Marc Hanson, especialista del grupo de reflexión Washington Office on Latin America (WOLA).
Para este experto norteamericano en relaciones internacionales, con Cuba fuera de la lista negra de países terroristas se pueden esperar otros cambios. "Los dos países deberían anunciar en las próximas semanas un acuerdo para reabrir sus embajadas y retomar relaciones diplomáticas", señaló.
En la visión de Hanson, la decisión del gobierno estadounidense de completar satisfactoriamente el proceso de revisión de antecedentes y retirar a Cuba de ese listado ayuda a actualizar "el enfoque de Estados Unidos" en su relación hacia toda América latina a partir de las realidades del siglo XXI.
Otro experto de WOLA, Geoff Thale, señaló que la retirada de Cuba de la lista -donde le hacía compañía a Sudán, Siria e Irán, cuya permanencia en esa nómina se mantiene vigente- es un paso que llega muy atrasado.
"Retirar a Cuba de esa lista pone punto final a una barrera de larga data en nuestras relaciones, y abre el camino para que las dos partes discutan sus diferencias sin las vendas de la Guerra Fría", precisó Thale.
En el mismo sentido, para el analista político Lawrence Ward, la decisión confirmada ayer por la Casa Blanca "remueve un obstáculo significativo" en el proceso de recomposición de las relaciones entre Washington y La Habana, que ya sostuvieron cuatro ruedas de negociaciones desde enero pasado con delegaciones del más alto nivel.
El embargo norteamericano a Cuba, codificado en diversas leyes, "permanecerá intacto, pero esta remoción puede abrir la vía a otros cambios monumentales en las sanciones y restricciones", expresó el analista.
Ward recordó que las entidades bancarias norteamericanas o con operaciones en Estados Unidos podrán desde ahora "tener tranquilidad" para establecer relaciones financieras con Cuba.
La Sección de Intereses de Cuba en Washington -que en algún momento volverá a ser la embajada cubana en Estados Unidos- pasó más de un año sin disponer de servicios bancarios, ante los temores que las restricciones vigentes inspiraban en los bancos norteamericanos.
Además de la política, desde el punto de vista económico la decisión de ayer también tendría repercusión. Jason Marczak, del grupo Atlantic Council, dijo que la permanencia de Cuba en esa lista era "una nube negra" sobre los actuales esfuerzos de reaproximación entre los dos países.
"Éste es apenas un paso, pero un paso críticamente importante, en el forjado de una nueva relación bilateral", señaló Marczak, que añadió que es de interés de Estados Unidos impulsar el crecimiento de empresarios y el desarrollo de capital humano en Cuba.
En medio de los aplausos a la decisión de Washington, la primera voz disonante surgió de un aliado político de Obama, el senador cubano-estadounidense Robert Menéndez, un férreo opositor a cualquier tipo de entendimiento o aproximación a Cuba.
"Esta política peligrosa y equivocada está causando que Estados Unidos comprometa valores fundamentales", manifestó Menéndez en un comunicado oficial, en el que agregó que la decisión del gobierno de sacar a Cuba de la lista era "terriblemente desconcertante"..
 

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