Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de mayo de 2015.
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Miércoles 06 de mayo de 2015
El humor en el mundo árabe, una línea que pocos pueden cruzar
La religión y la política siguen siendo un terreno vedado por la censura en la región
EL
CAIRO.- El sentido del humor es uno de los rasgos que mejor refleja el
carácter de un pueblo. Por ello, a menudo se dice que hasta que un
extranjero no entiende los chistes de una sociedad no está plenamente
integrado a su cultura.
Ahora bien, hay patrones que son
universales, como, por ejemplo, la mofa a la autoridad. Millones de
personas de países distintos reventaron de la risa con las parodias que
hacían de empresarios y militares Buster Keaton o Charles Chaplin.
Burlarse del poder establecido es siempre una tarea arriesgada, sobre
todo en férreas dictaduras como las que predominan en el mundo árabe.
"Las
líneas rojas para los humoristas árabes son los líderes políticos y la
religión", sostiene Rasha Abdullah, profesora de Comunicación en la
Universidad Americana de El Cairo. "En cada país, los límites son
diferentes, pero hay puntos en común como las autoridades religiosas
oficiales, ya sean cristianas o musulmanas", dice la arabista Mónica
Carrión, de la Fundación Alfanar, dedicada a la investigación y difusión
de la cultura árabe. Así pues, cómicos y dibujantes deben afilar su
ingenio y recurrir al doble sentido y a la más fina ironía para esquivar
la censura.
Con la llegada de la primavera árabe, la maquinaria
represiva de varios Estados de la región se vio debilitada, abriendo
nuevos espacios de libertad para los humoristas. No obstante, con la
excepción de Túnez, el triunfo de las fuerzas contrarrevolucionarias
volvió a imponer las antiguas restricciones, a veces incluso reforzadas.
En Irak también se vivió un renacimiento de la sátira tras la caída del
régimen de Saddam Hussein. Pero en 2006, con el asesinato del cómico y
actor Walid Hassan, que se mofaba tanto de Estados Unidos como de las
milicias chiitas y sunnitas, se hicieron evidentes los nuevos peligros
que asediaban a quienes osaran parodiar a los nuevos poderes.
Uno
de los principales vehículos del humor son las viñetas satíricas, que
cuentan con una gran tradición e influencia en el mundo árabe. Por
ejemplo, en Egipto la primera registrada data del año 1880. "Su impacto
cultural en Medio Oriente es mayor que en Occidente. Es difícil imaginar
que un dibujo ocupe un lugar prominente en la portada de un diario
norteamericano o europeo como sí sucede aquí", comenta Jonathan Guyer,
editor e investigador especializado en los cómics en Medio Oriente.
Antes
de la aparición de la prensa y desde tiempos inmemoriales, uno de los
canales más potentes del humor fue la poesía. "Es en este arte que mejor
se ha expresado el ingenio del pueblo árabe a través de la historia. La
poesía es para los árabes lo mismo que la arquitectura para la antigua
Grecia", opina Marius Deeb, profesor libanés de la Universidad Johns
Hopkins.
Sin margen para la burla
En los
últimos años, la figura cómica más influyente del mundo árabe fue
probablemente el presentador de televisión egipcio Basso Youssef.
Conocido como el Jon Stewart árabe por haberse inspirado en el humorista
estadounidense, su show Al-Barnameg atravesó las fronteras de
Egipto y atrajo a millones de fans de la región entera. Siempre ácido en
su crítica a los Hermanos Musulmanes y los imanes ultraconservadores,
la cima de su popularidad llegó durante el año de gobierno de Mohammed
Morsi. Sin embargo, con la implantación del régimen militar surgido del
golpe de Estado de 2013, tuvo que retirarse debido a las presiones del
gobierno habiendo sólo grabado tres programas.
"El margen para la
burla se redujo en Egipto de forma dramática. Y no sólo respecto del
período de gobierno de Morsi, cuando las burlas al presidente eran
habituales en los medios, sino incluso durante la última fase de la era
Mubarak, en la que se produjo una cierta liberalización", declara Guyer.
La mayoría de los dibujantes egipcios mantiene una actitud deferente
respecto del presidente, al que dibujan de forma realista.
Sin
embargo, incluso en la más cruel de las dictaduras, el humor siempre
acaba filtrándose en forma de chistes anónimos. El sentido del humor del
pueblo egipcio es bien conocido en toda la región.
"No les puedo
explicar ninguno de los 20 chistes de aquel taxista porque uno solo
serviría para enviarme a la cárcel. Y no sé por qué, si la mayoría de
los egipcios los saben y los hacen circular", escribió Khaled
al-Khamissi en su best sellerTaxi, que recoge sus conversaciones con los taxistas de El Cairo durante la era Mubarak..
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de mayo de 2015. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de mayo de 2015.
Fijan recompensa por cuatro líderes de EI
WASHINGTON
(AFP).- El gobierno norteamericano anunció ayer que pagará 20 millones
de dólares a cambio de información fiable sobre cuatro altos miembros de
la organización Estado Islámico (EI).
La medida apunta a obtener
datos que lleven a la captura de personas buscadas por Estados Unidos,
indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Así, se
autorizó el pago de siete millones de dólares por información sobre el
dirigente de EI Abd al-Rahman al-Mustafah Qaduli, el monto más alto de
la lista. Ya había sido considerado terrorista global objeto de
sanciones del Departamento del Tesoro hace un año.
Según
Washington, Qaduli -que habría nacido en Mosul (Irak) en 1957 o 1959-
sería segundo del fallecido líder de la facción iraquí de Al-Qaeda, Abu
Musab al-Zarqawi, y habría viajado a Siria para unirse al grupo en 2012
tras ser liberado años después de ingresar a una cárcel iraquí.
El
sirio Abu Mohammed al-Adnani, de unos 38 años, sería un vocero del
grupo y es objeto de recompensa de cinco millones de dólares.
Por
Tarkhan Batirashvili, un georgiano de 29 años más conocido por su apodo
de guerra Omar al-Shishani, se ofrecen cinco millones. Está acusado de
controlar una prisión de EI en el bastión de Raqqa, donde había
numerosos rehenes extranjeros.
Otro buscado a cambio de recompensa
de tres millones de dólares es Bin Tariq al-Tahar bin al-Falih al-Awni
al-Harzi, de 33 años y originario de Túnez. Está acusado de recaudar
fondos en Estados del Golfo Pérsico, también de ser comandante de un
campo en Siria y jefe de una unidad de terroristas suicidas.
La cabeza del líder iraquí de EI, Abu Bakr al-Baghdadi, ya tenía fijado precio de diez millones de dólares.
Sin
embargo, varias fuentes indican que Al-Baghdadi podría haber sido
gravemente herido en un ataque norteamericano de hace dos meses y ya no
estaría comandando el califato.
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