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martes, 16 de diciembre de 2014

EE.UU. LA IV FLOTA PARA AMÉRICA LATINA














Las relaciones entre Washington y América latina: un "mensaje" en medio de la carrera armamentista

EE.UU., con más presencia en la región

WASHINGTON.- Creada hace 65 años para enfrentar a los submarinos alemanes que atacaban los convoyes en América del Sur, la Cuarta Flota perdió razón de ser tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y fue disuelta en 1950.
Pero ahora vuelve. El Pentágono anunció su reactivación para "combatir el terrorismo" y "actividades ilícitas", como el narcotráfico. Y también, según explicó, para enviar un "mensaje" a Venezuela y al resto de la región.
Su "mensaje" comenzó a difundirse semanas después de que Venezuela, Ecuador y Colombia protagonizaran un incidente diplomático que tuvo en vilo a toda la región, a raíz del bombardeo contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano. También se da en momentos en que varios países de la región, entre ellos Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador, se embarcan en una incipiente carrera armamentista.
La Cuarta Flota comenzará a operar el 1° de julio desde la base de Mayport, en el estado de Florida, donde hoy actúa el Comando Sur. Incorporará sus barcos -incluido un portaaviones-, submarinos y unos cientos de oficiales y suboficiales, con los que actuará en el Caribe, en América Central y en América del Sur, según explicó el Departamento de Defensa norteamericano. Y, aunque no implique la incorporación de más fuerzas a la región, la equipara en importancia dentro de la armada a las flotas vigentes, como la Quinta (en el golfo Pérsico) o la Sexta (en el Mediterráneo).
"[Esta decisión] le da a la armada un papel más amplio en la región. Tiene cierto peso simbólico y es una manera de compensar por los recursos limitados o, quizá, la falta de atención de Washington", afirmó Frank Mora, profesor de estrategia en seguridad nacional del Colegio Nacional de Guerra de esta capital.
Si de simbolismos se trata, la Cuarta Flota ya tiene su logo, según verificó LA NACION. En el centro aparece el globo terráqueo, en el que América del Sur aparece con un número 4 sobreimpreso en un color violáceo. Detrás, se ven un ancla y dos tridentes dorados. Arriba, un águila norteamericana con sus alas desplegadas y dos estrellas. Por debajo, su eslogan: "Asociación de las Américas".

Un mensaje a la región

La primera reacción a la noticia fue negativa. Cuba y Venezuela denunciaron de inmediato los planes "imperialistas" de Estados Unidos. El presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó que los planes de Washington no lo "asustan en lo más mínimo" (ver aparte).
El objetivo central de la Cuarta Flota será la seguridad, según adelantó el comandante de las fuerzas navales del Comando Sur, el contraalmirante James Stevenson. Servirá, dijo, para enviarle un mensaje a toda la región, no sólo a Venezuela.
"La flota podría aportarle más relevancia a la zona y aumentar nuestra capacidad para actuar", explicó Stevenson al diario El Nuevo Herald .
No será él, sin embargo, quien asuma al frente de la nueva Cuarta Flota. Será otro contraalmirante, Joseph Kernan, de 53 años, actualmente a cargo del Comando de Operaciones Especiales de la armada. A lo largo de su carrera, Kernan actuó como comando de la fuerza en Medio Oriente y el Pacífico.
Almirante de tres estrellas, Kernan se convertirá así en el primer comando de la armada en asumir al frente de una de sus flotas. Desde que el Pentágono anunció la reactivación de la Cuarta Flota y su designación, el jueves pasado, el militar optó por mantener un perfil bajo.
Las declaraciones quedaron a cargo de otros, como Stevenson y el jefe de operaciones navales de la armada, almirante Gary Roughead.
"Ese cambio incrementa nuestro énfasis en el empleo de fuerzas navales en la región para fomentar la confianza entre las naciones, a través de iniciativas de seguridad marítima que se centran en los peligros comunes e intereses mutuos", afirmó Roughead.
Según el comunicado oficial del Pentágono, la reactivación de la Cuarta Flota "servirá para demostrar el compromiso de Estados Unidos con sus socios regionales", entre los que se destaca Colombia en su lucha contra el narcotráfico y las FARC, una organización que Estados Unidos califica de "terrorista", a la altura de Al-Qaeda, Hezbollah o Hamas.
La armada distribuyó un comunicado complementario en el que enumeró sus objetivos específicos, que incluyen "interactuar con las armadas de naciones aliadas" para operaciones de "entrenamiento bilateral y multilateral" y operaciones "contra el tráfico ilícito" proveniente de la región, sea de armas o drogas.
En los últimos años, los carteles colombianos se valieron incluso de submarinos de construcción clandestina para traficar droga.
Los carteles del narcotráfico no son los únicos que utilizan submarinos. Chávez buscó un acuerdo con Moscú en junio del año pasado para adquirir hasta nueve submarinos rusos por entre 1000 y 2000 millones de dólares. Eso alteraría el equilibrio de fuerzas en el Caribe, advierten los analistas.
"Restablecer la Cuarta Flota es un reconocimiento de la enorme importancia que tiene la seguridad marítima en el Sur-explicó el almirante Roughead-. E indica nuestro apoyo e interés en los servicios marítimos civiles y militares de América Central y del Sur."
En rigor, la armada estadounidense evaluaba aumentar su presencia en la región desde hacía años. El jefe del Comando Sur, almirante James Stavridis, lo anunció ante el Congreso el 6 de marzo, cuando respaldó el establecimiento de una nueva flota encabezada por un portaaviones nuclear para patrullar las aguas del Caribe y América latina, para respaldar las operaciones antiterroristas.
Dentro de la órbita del Comando Sur operan hoy 11 barcos, un número que podría aumentar en el futuro. Qué tipo de naves se desplegarán "es cuestión del momento, de las misiones específicas", explicó Stevenson.
Pero los primeros indicios apuntan al flamante portaaviones George H. W. Bush, que estará operativo desde fines de este año, como posible corazón de la Cuarta Flota. .
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Fuerte rechazo de Cuba y Venezuela

Según La Habana, la medida apunta a "asustar" a la región
LA HABANA.- El restablecimiento de la Cuarta Flota norteamericana para controlar el Caribe y América latina apunta a "asustar" y "amenazar" a la región y a buscar "soluciones militares" a sus problemas, según afirmó ayer el diario cubano Juventud Rebelde.
"Es para asustarnos. Ya vienen diciendo: «¡Abran paso, que allá vamos!»", dijo el periódico oficialista. Según señaló, la flota actuará para "frenar a la Venezuela bolivariana". "Y, aunque no exista mar de por medio, proseguir el intento de dividir a Bolivia", agregó.
El diario señaló que el hecho de que Estados Unidos hubiera desactivado la Cuarta Flota en 1950 no significó que dejara de considerar al Caribe como "su patio trasero".
"Una vez más, el gobierno de Bush endurece su política hacia América latina, donde quisiera mantener su poderío económico, político y militar. La Cuarta Flota implica un posicionamiento que apunta a las soluciones militares o, al menos, a la amenaza del uso de la fuerza", añadió.
Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo que ninguna flota de Estados Unidos le generaba temor alguno, al referirse al supuesto paso frente a las costas de su país del portaaviones norteamericano George Washington (ver aparte).
"Con Brasil estamos avanzando en la creación de un consejo de defensa sudamericano, cuando los gringos vienen por ahí con una flota, con un portaaviones gigante", dijo Chávez. "¿Creen que con una flota nos van a asustar? ¡No nos asustan nada! Mao ya lo dijo: «Cuando los pueblos despierten y se unan, el imperialismo terminará siendo un tigre de papel». ¡No nos metes miedo, tigre de papel!", agregó el mandatario.
La embajada de Estados Unidos en Venezuela no ha confirmado que el portaaviones George Washington vaya a pasar cerca de Venezuela en su tránsito por el Atlántico Sur hacia la base japonesa de Yokusaka. El portaaviones sí tiene previsto realizar ejercicios militares con embarcaciones de Brasil, la Argentina y Chile.

Agencias EFE y AFP

 

 
Diario "La Nación". Buenos Aires, 10 de julio de 2008
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América latina, entre el apoyo y las críticas a la flota de EE.UU.

Por  |  Para LA NACION
WASHINGTON.- Oficializada su reactivación, aunque todavía no está operativa, la IV Flota de la Armada de los Estados Unidos levanta ya olas en la región. Brasil afirmó que no operará en sus aguas, los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales la denunciaron como un manifiesto "imperialista" e "intervencionista", y Fidel Castro afirmó que servirá para sembrar "terror y muerte" en la región.
Otros países, sin embargo, le dieron la bienvenida, como Colombia, el mayor aliado de la Casa Blanca en América latina.
La IV Flota comenzará a operar el 1° de julio próximo, cuando asuma el mando el contraalmirante Joseph Kernan, hasta ahora jefe del Comando de Operaciones Especiales de la Armada. Será el primer buzo táctico - seal - de este país que lidere una flota, cuya potencia total será variable.
"Las naves y los activos bajo el control operacional de la IV Flota serán asignados desde las flotas de las costas este y oeste para operar dentro del área del Comando Sur", comentó a LA NACION el vocero de las Fuerzas Navales de los Estados Unidos para el Comando Sur, teniente Myers Vásquez, desde Florida.
"El número total de sus activos variará de acuerdo con las misiones y compromisos de operaciones", dijo.
Tanto Vásquez como toda la línea jerárquica de la Armada involucrada en el Comando Sur se esforzaron por aclarar varios puntos durante las últimas semanas.
La reactivación de la flota no conllevará más presencia militar norteamericana en la región, por donde ahora navega el grupo de buques que encabeza el portaaviones George Washington: el USS Boxer, en misión humanitaria, y otros cuatro barcos, en operaciones de lucha contra el narcotráfico y para realizar ejercicios conjuntos.
-Aunque ahora no se sumen nuevas naves, ¿hay planes de incorporar en los próximos años a la IV Flota el portaaviones que está por ser botado, el George H. W. Bush?
-La decisión de dónde fijar el puerto madre del USS George H. W. Bush será tomada por los líderes civiles y militares en Washington y no está atada al restablecimiento de la IV Flota.
Vásquez insistió en que la flota abarcará "todo el abanico de operaciones marítimas y de cooperación de seguridad", en combinación con otros países. "Será capaz de proveer mejor apoyo a los planes de operaciones y de contingencia del Comando Sur", dijo.
¿Qué significa eso? Desde afrontar, afirmó, "amenazas" como el terrorismo, el narcotráfico y el crimen internacional hasta ofrecer colaboración ante desastres naturales o participar en ejercicios con fuerzas de otros países.
El mayor aliado de los Estados Unidos en América latina, Colombia, celebró la reactivación de la flota.
Bogotá la ve como un contrapeso a las aspiraciones armamentísticas de Chávez, que buscó adquirir en Moscú hasta nueve submarinos rusos por entre 1000 y 2000 millones de dólares en junio pasado. Y como una herramienta para golpear a los narcotraficantes, que en los últimos años recurrieron a submarinos "caseros" para moverse por el Caribe.
La IV Flota "enviará una fuerte señal a los grupos narcoterroristas que operan en la región, como las FARC, y a otros países en el continente que buscan aumentar en la actualidad su poder marítimo y militar", estimó Marta Ramírez de Rincón, senadora colombiana y ex ministra de Defensa del presidente Alvaro Uribe.

Resistencias

Otros, sin embargo, muestran resistencias o son críticos feroces de la futura IV Flota. Chávez denunció los planes imperialistas de los Estados Unidos, pero afirmó que no lo asustan "en lo más mínimo"; Morales la calificó de una "flota de intervención", y Castro publicó una columna en el diario Granma .
"¿Cuál es el objetivo declarado de la IV Flota?", se preguntó Castro. "Enviar un mensaje a Venezuela y al resto de la región -respondió-. Los portaaviones y las bombas nucleares con que se amenaza a nuestros países sirven para sembrar el terror y la muerte, pero no para combatir el terrorismo y las actividades ilícitas."
Castro también vinculó el anuncio de la reactivación de la flota, que había dejado de operar en 1950, con uno de los conflictos de mayor preocupación en el hemisferio.
"Se produce cuando es casi unánime el rechazo a la desintegración de Bolivia, promovida por los Estados Unidos", acusó.
También Brasil reaccionó al anuncio. "Ellos podrán actuar en áreas no jurisdiccionales brasileñas. Aquí no entran", señaló el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, después de reunirse con oficiales del ejército en Río de Janeiro.
"Sólo entrará si es autorizada por nosotros y para visitas cordiales, pero no fiscalizará el área brasileña. Nosotros somos los que fiscalizamos", afirmó.
Tanta cautela resulta excesiva, según el ex jefe del Comando Sur Jay Cope.
"Quizá hubo un tiempo, durante la Guerra Fría, en la que nos gustaba pensar que [la región] era nuestro patio trasero. Hoy no es ésa la forma correcta de ver la región. No es nuestro patio trasero."
-¿Hay algún plan de la IV Flota para visitar el Cono Sur?
-No. A estas alturas es muy prematuro hablar de eso. .
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Opinión

La Argentina, ausente y sin peso

Por Andrés Cisneros
Para LA NACION
Hay que distinguir en cuáles objetivos se acompaña a una superpotencia y en cuáles no.
No está mal que una flota no hostil patrulle los mares frente a nuestras costas, aunque sea en aguas internacionales: lo triste es que no lleve nuestra bandera y las insignias del Mercosur.
Desde el ataque a las Torres Gemelas, los Estados Unidos elevaron su seguridad nacional a la más alta prioridad y el narcotráfico y el terrorismo pasaron a ser los archivillanos del esquema estratégico resultante.
Para el resto de América, Washington siempre ha preferido que cada país se ocupe de combatirlos bajo su propia responsabilidad. Pero bastó que, en un solo caso, traficantes y terroristas se asociaran para que Estados Unidos se involucrara abiertamente en el Plan Colombia.
Y ahora que a esa alianza de traficantes y terroristas se ha sumado Venezuela, un Estado nacional que reivindica y auxilia a las FARC y reclama al mundo su legitimación, el Departamento de Estado detecta los extremos de una tormenta perfecta.
El rol asignado a la IV Flota es vigilar el estratégico canal de Panamá y las rutas que abastecen el 30% del petróleo que importan los Estados Unidos y un volumen significativo de contrabando, migraciones ligadas al terrorismo y el narcotráfico. Incluye maniobras conjuntas con las marinas y fuerzas aéreas de nuestros países.
Quienes se alarman por el desequilibrio estratégico que produciría la IV Flota en la región harían bien en tomar nota de que Chávez acaba de comprar en Rusia nueve modernos submarinos, 24 aviones Sukhoi SU-30, de última generación, y 100.000 armas de puño. En Venezuela, además, se radicó una fábrica, única en América, de fusiles AK-103 Kalashnikov, símbolo por antonomasia del terrorismo mundial y de uso habitual por las linderas FARC.

La vista gorda

Algunos gobiernos creen que la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico pertenece a un ámbito de coincidencias entre todos nosotros, incluyendo los Estados Unidos, aunque mantengamos fuertes diferencias en muchos otros rubros.
Otros, en cambio, hacen la vista gorda frente a los traficantes y presentan a los terroristas como idealistas luchadores por la libertad.
Las FARC han secuestrado y matado a ciudadanos de muchos países, entre ellos la Argentina, el último en 2006. Sus socios narcoproductores son responsables del 90% de la cocaína que circula en el mundo, incluyendo la que diariamente envenena a miles de jóvenes argentinos.
Escandalizarse sólo por la IV Flota, o viceversa, apenas encubre una decisión que pasa por lo ideológico antes que por el interés nacional argentino.
Mientras tanto, cada cual seguirá atendiendo su juego.
En ese ejercicio, y para sorpresa de nadie, mientras Brasil cuenta ya con un portaaviones e inminentes submarinos nucleares, la actual capacidad argentina para pesar en el ámbito regional es la más irrelevante que hayamos tenido jamás. .
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Críticas a EE.UU.

Lula, preocupado por la proximidad de la IV Flota

Navega cerca de la frontera brasileña
BRASILIA.- El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, expresó ayer su "preocupación" ante la proximidad de la IV Flota de la armada de Estados Unidos a la frontera marítima brasileña, donde fueron halladas importantes reservas de petróleo ubicadas en aguas muy profundas.
"Obviamente nosotros estamos preocupados, porque es muy cerca de la frontera marítima brasileña y creemos que no necesitamos de la IV Flota", dijo el mandatario, tras inaugurar una plataforma petrolera de la empresa estatal Petrobras en el sur de Brasil.
La flota fue creada por el gobierno norteamericano en la Segunda Guerra Mundial como refuerzo de bloqueos contra ataques de aviones y submarinos y disuelta en 1950; en julio pasado comenzó a operar nuevamente.
Lula recordó que la reciente reactivación de la IV Flota ha sido tema de conversación con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y de negociaciones entre el canciller brasileño, Celso Amorim, y la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice.
"Ellos dicen que no es nada, que tan sólo es una cosa para investigaciones. De cualquier forma, nosotros estamos preocupados", remarcó el presidente brasileño.
Según Washington, la IV Flota navegará en el mar Caribe este mismo año y tendrá una actividad reducida, que incluye misiones humanitarias por América Central, el Caribe y América del Sur. Su reactivación, sin embargo, generó duras críticas de varios gobiernos latinoamericanos, principalmente del presidente venezolano, Hugo Chávez.
En los últimos meses, Brasil descubrió yacimientos petroleros en alta mar, en una franja de 800 kilómetros, próximos a la frontera marítima.
"Lo que necesitamos es que nuestra marina cuide de nuestras plataformas y nuestro [yacimientos] ´subsal . Somos un país tranquilo. No hablamos de guerra, hablamos de paz. No queremos conflicto, queremos desarrollo", indicó Lula.
El yacimiento "subsal"es una formación geológica en aguas profundas del sudeste de Brasil, a unos 350 kilómetros de la costa, donde Petrobras localizó las que se supone son las mayores reservas de petróleo descubiertas en el mundo en una década, con hasta 80.000 millones de barriles de crudo.
Durante un discurso, Lula había dicho que su gobierno está dispuesto a "cuidar mejor" a las fuerzas armadas brasileñas.
"La marina juega un papel importante para proteger nuestro ´subsal y fiscalizar ese patrimonio, porque los hombres [en referencia a Estados Unidos] ya están ahí con la IV Flota. Si no, cualquier día puede llegar un vivo que diga «es mío, está en el fondo del mar»", añadió Lula, quien pasado mañana viajará a Nueva York para participar de la apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Críticas

Lula no es el primer presidente latinoamericano en criticar la IV Flota. Luego del anuncio de Washington de su reactivación, Chávez denunció que oculta un plan para quedarse con los recursos naturales de la región.
En respuesta a la flota, Chávez anunció que en noviembre cuatro buques rusos realizarán maniobras conjuntas con Venezuela en sus aguas territoriales. Además, en un hecho sorpresivo que provocó alarma en la región, la semana pasada dos bombarderos rusos aterrizaron en Venezuela para realizar maniobras de prueba. Ayer abandonaron el país.
En referencia a ese hecho, Rice consideró ayer que la visita de unos "viejos" aviones militares rusos a la "autocracia" de Venezuela no perjudicará la influencia de Estados Unidos en América latina.
"Nosotros confiamos en que los lazos con nuestros vecinos, que ansían mejor educación, salud, empleos y viviendas, de ninguna manera se verán disminuidos por unos pocos y viejos bombarderos visitando una de las pocas autocracias de América latina", dijo Rice.
La secretaria de Estado también criticó a Nicaragua y al grupo islamista Hamas por ser los únicos que reconocieron la "independencia" de las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia, impulsada por el Kremlin.
"Recibir una palmada en la espalda de [el presidente nicaragüense] Daniel Ortega y de Hamas difícilmente pueda considerarse un triunfo diplomático", ironizó Rice durante un discurso. La funcionaria acusó a Rusia de mantener un comportamiento "autoritario en casa" y agresivo en el exterior". .

Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de mayo de 2008

 
Diario "La Nación". Buenos Aires, 5 de mayo de 2008
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La estrategia proconsular

Por Juan Gabriel Tokatlian
Para LA NACION
El reciente informe del Comando Sur de Estados Unidos - US Southern Command Strategy 2016 Partnership for the Americas - es una pieza de lectura ineludible para civiles y militares, legos y especialistas, progresistas y conservadores, gobierno y oposición, sobre el proyecto de despliegue del Departamento de Defensa en América Latina y el Caribe.
Se trata, sin duda, del plan estratégico más ambicioso que haya concebido en muchos años una agencia oficial estadounidense en relación con nuestra región.
No sólo los instrumentos (por ejemplo, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, y la Junta Interamericana de Defensa) y los organismos (por ejemplo, la OEA y las Naciones Unidas) multilaterales están notoriamente ausentes, sino que, además, las instancias políticas internas de interlocución con el hemisferio (por ejemplo, los departamentos de Estado, Justicia y Tesoro) se han evaporado en este documento.
El Comando Sur anuncia con notable autonomía su proyección en el área por los siguientes diez años como lo haría un procónsul continental.
El texto comienza por resaltar los principales desafíos de Estados Unidos en América latina y en el Caribe. Resulta elocuente -y alentador- que las dos mayores amenazas para la seguridad de los estadounidenses no estén presentes en la región: ni existen tiranos con armas de destrucción masiva ni hay formas de terrorismo transnacional de alcance global. Apenas se señala que "potencialmente" podrían usarse espacios escasamente gobernados para dañar intereses vitales de Estados Unidos. En ningún párrafo se confirma la existencia concreta de grupos islámicos radicales que operen en la zona con objeto de atacar blancos estadounidenses.
Es relevante que se identifique a la pobreza, la iniquidad, la corrupción y la criminalidad como retos significativos. Paradójicamente, se menciona, junto a otras organizaciones, como expresión de narcoterrorismo a las Autodefensas Unidas de Colombia, que están en un proceso de negociación con el gobierno del presidente Alvaro Uribe.
Ese proceso cuenta con el beneplácito expreso del Departamento de Estado y de la Casa Blanca.
La misión y la visión del Comando Sur son, sorprendentemente, desmesuradas: se arroga ser la organización líder, entre las agencias existentes, para garantizar "la seguridad, la estabilidad y la prosperidad en toda América".
A las tareas que ya son usuales para responder a los peligros que enfrenta Estados Unidos se agregan la gestación y el apoyo de coaliciones regionales y globales (las denominadas coaliciones de voluntarios) para operaciones de paz en los planos zonal y mundial, así como la identificación de "naciones alternativas" para que acepten inmigrantes y establezcan instalaciones para afrontar el problema de las migraciones masivas.
A los fines de incrementar la estabilidad, se procura, entre otras cosas, vincular activamente para ese fin a diversas dependencias estatales, organizaciones no gubernamentales e instituciones públicas y privadas.
También se propone negociar "acuerdos de seguridad en todo el hemisferio", designar a nuevos países con el estatus de aliados extra-OTAN (hoy sólo Argentina lo es) y estimular esfuerzos conjuntos entre actores gubernamentales y no estatales en labores humanitarias.
Para alentar la prosperidad, el documento subraya la importancia de desarrollar en América latina programas de entrenamiento en el campo de "la seguridad interna" de las naciones e incrementar el número de las llamadas Localizaciones de Seguridad Cooperativa (como las que ya existen en Manta, Ecuador; Reina Beatrix, en Aruba; Hato Rey, en Curazao, y Comalapa, en El Salvador).
Además, se habla de respaldar la iniciativa de un batallón conjunto de las fuerzas armadas de América Central "para realizar operaciones de estabilización" en esa subregión (cabe recordar que Nicaragua, Honduras, El Salvador y la República Dominicana enviaron tropas a Irak en 2003), de colaborar en la configuración de las "estrategias de seguridad nacional" de los países latinoamericanos y de mejorar la definición del papel del Departamento de Defensa en "los procesos de desarrollo político y socioeconómico" de las naciones de la región.
Esta nueva estrategia del Comando Sur se enuncia en el contexto de un creciente papel del Departamento de Defensa respecto de América latina y el Caribe. Por ejemplo, entre 1997 y 2007 el total de asistencia militar y policial de Estados Unidos a la región ha sido de aproximadamente 7300 millones de dólares: en 2005-2007, cuatro países del área (Colombia, quinto; Bolivia, octavo; Perú, décimo, y México, duodécimo) se ubican entre los quince mayores receptores del mundo de asistencia estadounidense en materia de seguridad.
Mientras tanto, en el último lustro las ventas de armamentos a la región se han ubicado en un promedio anual de mil cien millones de dólares.
A su vez, entre 2001 y 2005, el total de personal militar latinoamericano entrenado en Estados Unidos alcanzó a 85.820. Ninguna potencia extrahemisférica ni ninguna combinación de grandes poderes mundiales tiene esta intensidad y profundidad de vínculos militares con la región, ni procura alcanzarlos.
Junto a la sede del Comando Sur en Miami, otros puestos militares le brindan servicios y constituyen medios clave para su proyección externa.
Se trata de la US Army South (en Fort Sam Huston, Texas), Twelfth Air Force (en Davis-Monthan Air Force Base, Arizona), Naval Forces Southern Command (en Mayport Naval Base, Florida), Marine Corps Forces South (en Miami, Florida), Special Operations Command South (en Homestead, Florida), Joint Task Force Bravo (en Soto Cano Air Base, Honduras), Joint Task Force Guantánamo (en Guantánamo Bay, Cuba) y Joint Interagency Task-Force South (en Key West, Florida).
Como se sabe, la base norteamericana en Guantánamo ha sido objeto de fuertes críticas internacionales por los abusos cometidos con los detenidos posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Por todo ello, la estrategia 2016 del Comando Sur continuará demandando más recursos materiales para su despliegue y mayor autonomía para su realización. Se trata de un plan vasto, ávido e integral, cuya ejecución es, al parecer, independiente del futuro político-militar de Irak y Afganistán y de la próxima elección presidencial de 2008 en Estados Unidos.
De una manera implícita se asume que ningún gobierno liderado por un demócrata o por una demócrata alterará el rumbo de la diplomacia militar respecto de la región durante una década.
Si el procónsul era, en el imperio romano, el gobernador de una provincia con jurisdicción e insignias, el Comando Sur parece dispuesto a asumir las tareas proconsulares de Washington en América latina y el Caribe.
Las turbulencias domésticas y las fracturas intrarregionales en el área alimentan la tentación expansionista de las fuerzas armadas de Estados Unidos en el área: nuestra pasividad individual y falta de integración colectiva podrían terminar legitimando lo que cada vez más tiene contornos de convertirse en una era proconsular. .
El autor es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés. 
 
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Estados Unidos y el sur de América

Por James G. Stavridis
Para LA NACION
Hoy, más que nunca, los intereses comunes van formando el tejido de este hemisferio. Compartimos desafíos y oportunidades, y nuestros futuros están inexorablemente vinculados. Con eso en mente, el presidente Bush recientemente anunció importantes iniciativas para el hemisferio occidental y remarcó tareas y valores comunes en sus viajes por la región. Desde mi punto de vista como comandante del Comando Sur de los EE.UU., las palabras del presidente y sus iniciativas subrayan la conexión vital de EE.UU. con los países americanos.
En el Comando Sur de los Estados Unidos dedicamos una cantidad considerable de nuestras energías al estudio de los desafíos y oportunidades que encontramos en las 32 naciones y 13 territorios de América del Sur, América Central y el Caribe. Llevamos a cabo una multitud de programas dirigidos al fomento de la seguridad, la estabilidad y la buena voluntad en la región, con la meta ulterior de permitir el crecimiento de una verdadera prosperidad para sus 450 millones de personas.
Un vital primer paso es la construcción del mutuo entendimiento. Además de nuestras afinidades geográficas e históricas, estamos vinculados por los valores comunes de la democracia y el respeto por los derechos humanos. Somos cada vez más interdependientes desde lo económico, con un 40 por ciento del comercio estadounidense fluyendo entre Norte y Sur en este hemisferio. Compartimos conexiones humanas y culturales crecientes, con alrededor de un quince por ciento de población estadounidense con orígenes latinoamericanos.
Nosotros, en el Comando Sur de los Estados Unidos, tenemos el compromiso de ser el socio de preferencia en la región. Todos los días, año tras año, dedicamos la mayoría de nuestros recursos a ayudar a nuestros socios a reforzar sus habilidades en temas de seguridad, al tiempo que trabajamos para fomentar un ambiente de cooperación. Nuestra actividad abarca un gran número de ejercicios de entrenamiento, programas de educación, intercambios de tecnología, intercambios de información, asistencia para procurar equipos de seguridad, asistencia humanitaria y muchos otros programas. Nos esforzamos por mejorar la habilidad regional de responder a los desafíos de seguridad del presente y del futuro. A través de una mejoría constante en seguridad, podemos ayudar a crear las condiciones que permitirán que esta región contrarreste la pobreza y la desigualdad que se han apoderado de ella por tanto tiempo. Estamos orgullosos de nuestro fructífero trabajo conjunto con líderes y profesionales civiles y militares de la Argentina en una amplia gama de estas actividades.
El Comando Sur de los Estados Unidos también lleva a cabo una variedad de actividades humanitarias y de buena voluntad que ayudan directamente a los necesitados, a la vez que proporciona el adiestramiento necesario para los miembros de nuestro equipo.
Como ejemplo de nuestro compromiso con los habitantes de la región, nuestro personal médico provee de atención a alrededor de 250.000 pacientes por año, desde la prevención rutinaria hasta los casos más severos de emergencia. Cada año también construimos y renovamos clínicas, escuelas y centros comunitarios.
El mes pasado, por citar un ejemplo, enviamos suministros de ayuda vital a las víctimas de las inundaciones devastadoras en Bolivia. Estamos enviando un buque hospital estadounidense, el Comfort, que por primera vez será destacado en América Central y el Caribe, para atender a más de 85.000 personas que carecen de cobertura médica.
Durante el próximo ejercicio Unitas, en mayo, estaremos utilizando nuestros buques de la armada para transportar donaciones de los Estados Unidos a orfanatos y otras instituciones de beneficencia en toda la región, incluida la Argentina. Asimismo, estamos trabajando con oficiales de Defensa Civil en Buenos Aires y el Chaco para fortalecer y mejorar las capacidades de respuesta a desastres naturales y proporcionar asistencia humanitaria.
Creo, sinceramente, que éste es el momento correcto para que todos nosotros, tanto los que estamos dentro del ámbito del gobierno estadounidense como los que están afuera, trabajemos juntos para superar los desafíos de este hemisferio. Al hacer esto, podemos hacer realizad la verdadera promesa de las Américas, que comienza con la construcción y comunicación del entendimiento mutuo. Esto nos llevará a una real y vivaz asociación en el continente. .
El almirante Stavridis es el jefe del Comando Sur de Estados Unidos.
 
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Diario "La Nación". Buenos Aires, 20 de julio de 2008.



Diario "La Nación". Bunos Aires, 11 de setiembre de 2008.

BIBLIOGRAFIA
IV FLOTA IMPONE SU PRESENCIA EN EL ATLÁNTICO SUR. REVISTA GEOSUR. MONTEVIDEO, 9 DE OCTUBRE DE 2008.

Gonzalez, Ariel S. El regreso de la IV Flota: EE.UU. y su proyección en América Latina-

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