Diario "La Capital". Rosario, Martes, 16 de diciembre de 2014
Australia: tres muertos en la toma de rehenes de un fanático islámico
El atacante solitario era un refugiado iraní con antecedentes por abuso sexual. Luego de 16 horas de asedio, murió junto a dos de los 17 rehenes que retenía en un café.
Luego de más de 16 horas de asedio, las fuerzas de seguridad australianas pusieron fin al secuestro en Sydney de 17 personas protagonizado por un iraní islamista radical con graves antecedentes penales. El caso se saldó con la muerte del secuestrador y dos rehenes, además de cuatro heridos. Es la primera vez que Australia, que estaba en alerta antiterrorista desde hace meses, sufre un episodio que puede calificarse de atentado terrorista islámico, aunque no haya sido obra de una organización sino de un individuo que actuó solo. El terrorista era un iraní que desde 1996 estaba refugiado en Australia. Se presentaba falsamente como clérigo islámico, y era conocido por haber agraviado a los soldados caídos en Afganistán.
Asalto final. Tras 16 horas de secuestro y después de haber intentado negociar en vano, la policía australiana decidió asaltar el café cuando eran las 2,10 de la madrugada, hora de Sydney. Poco antes habían logrado escapar seis rehenes, que se sumaron a otros cinco que habían conseguido huir en horas previas. La policía entró en el café, donde aún había 17 rehenes, tras oír varios disparos. Si no lo hacía "habría habido más muertos", explicó el comisario general Andrew Scipione. Los dos rehenes fallecidos son un hombre de 34 años y una mujer de 38 de los que no se facilitó la identidad. Sin embargo, Sky News identificó a la mujer como una abogada, Katrina Dawson, madre de tres hijos. Cuatro personas resultaron heridas. La televisión registró numerosos fogonazos producto de los disparos y las granadas aturdidoras, mientras los policías ingresaban en el local, un café de gran superficie con amplios ventanales. Mucho antes, al inicio del episodio, habían acordonado y desalojado la zona, incluida la famosa ópera de Sydney. Frente al café tomado por el terrorista se halla el Banco de la Reserva de Australia, en un distrito que es el corazón financiero de Sydney, la mayor ciudad de Australia. Según el comisario Scipione, el secuestrador actuó en solitario y los australianos "no deben cambiar" su estilo de vida.
El secuestrador entró en el café poco antes de las diez de la mañana y retuvo a numerosos empleados y clientes. Estaba armado con una escopeta de caño recortado. Se llamaba Man Haron Monis y era un iraní de 49 años que contaba con asilo político en Australia desde 1996. Monis era un islámico radical que se definía falsamente como clérigo y estaba en libertad bajo fianza, acusado de decenas de casos de abuso sexual. También fue considerado cómplice del asesinato de su ex esposa. Esta murió apuñalada y quemada en abril de 2013, y la que era la actual pareja de Monis es tá acusada del asesinato. Monis tenía un consultorio donde se presentaba como "sanador espiritual". Allí había perpetrado numerosos abusos sexuales. Los antecedentes del atacante no terminan ahí. El año pasado fue condenado a tareas comunitarias después de haber enviado cartas con insultos a las viudas de soldados australianos muertos en Afganistán. En una de ellas llama a un soldado fallecido "hijo de un cerdo sucio" y a la vez reclama a la familia que pida la salida de las tropas de Afganistán.
Figura conocida. Por todo esto, Monis ya era conocido en los medios australianos. En varias ocasiones había protestado en público contra el presunto trato persecutorio que recibía en Australia. Alegaba que los cargos penales eran parte de una persecución en su contra. También existen grabaciones de TV en los que protesta en la vía pública contra EEUU. Las imágenes de Monis ataviado con un turbante blanco y túnica gris, al estilo de los altos clérigos iraníes, fueron repetidas ayer en Australia y todo el mundo. Según el portal news.com.au, en marzo de este año fue imputado de "más de 50 casos de abuso sexual". Una víctima de 27 años dijo que Monis se presentó como "experto en astrología, numerología, meditación y magia negra". Por estos casos, perdió una apelación el último viernes, un hecho que habría precipitado su decisión de asaltar el café y tomar rehenes. "Seguramente creía que no tenía nada que perder", dijo el abogado que lo defendía, Manny Conditsis. "Su ideología tan fuerte y poderosa nublaba su percepción".PUNCTUATION_SPACE
Condena de Irán.PUNCTUATION_SPACEIrán condenó la toma de rehenes y aseguró que el secuestrador era sólo "un perturbado mental". Según el Ministerio de Exteriores iraní, Teherán informó en varias ocasiones a las autoridades australianas sobre el desequilibrio mental del falso predicador. Pero ayer persistían las dudas sobre el trasfondo del atentado. La sombra del grupo Estado Islámico sobrevuela el caso.
Australia elevó su nivel de alarma antiterrorista del nivel "tres" al "cuatro" en septiembre, a sólo un escalón por debajo de la alerta máxima. La policía descubrió entonces un plan islamista para decapitar a un civil en un lugar público. La nación participa de la alianza internacional contra el Estado Islámico que lidera Estados Unidos y ha participado de las guerras en Afganistán e Irak.
Bandera
El secuestrador obligó en varios momentos a los rehenes a sostener contra las ventanas del bar una bandera negra con la “Shahada”, una conocida frase de la fe islámica escrita en árabe: “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Una bandera similar es usada por los yihadistas del Estado Islámico. Otros grupos extremistas islámicos también usan la Shahada como su bandera, como el Frente Al Nusra de Siria. También es la figura central de la bandera de Arabia Saudita, con una cimitarra debajo.
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Australia vive bajo amenaza del terrorismo islámico por sus participaciones bélicas
En septiembre abortó un complot para secuestrar y decapitar civiles. Un centenar de personas proporcionan apoyo desde Australia a los yihadistas de Irak y Siria.
Australia vivió este año varias amenazas de ataques terroristas islámicas contra su territorio, mientras decenas de australianos de origen árabe o mediooriental viajaron a Siria para combatir en el conflicto que vive el país. Ante la decisión del gobierno de participar en la campaña internacional contra el Estado Islámico,
En un movimiento sin precedentes, Australia elevó en septiembre el nivel de alerta terrorista a "Alto" o "cuatro", lo que significa que el riesgo de ataque es "probable" y solo un nivel por debajo de "extremo", que significa que el ataque es "inminente o ya se ha producido". Esta es la cota más alta desde que se implantó este sistema de alerta en 2003. Esa misma semana de septiembre, 800 policías descubrieron en distintas operaciones un plan para decapitar a un civil en un lugar público del país. Esta es la técnica de ejecución que hizo mundialmente famoso al grupo terrorista Estado Islámico.
A su vez, hay unos 60 australianos que están luchando en la actualidad en Siria e Irak, según los servicios secretos. Según los servicios secretos, "quienes vuelven de Irak y Siria están radicalizados y tienen conocimientos, experiencia y redes para perpetrar atentados con muchas víctimas en Australia y otros países occidentales". Se tienen noticias de australianos combatiendo en Siria desde 2012, cuando dos hombres de Melbourne —de ascendencia libanesa y turca— murieron supuestamente después de unirse a milicianos vinculados con Al Qaeda. Un año más tarde, en septiembre de 2013, un hombre de 27 años de Brisbane —también de ascendencia libanesa— lanzó un vehículo cargado de explosivos contra una escuela que utilizaban soldados en Siria, matando a 35 de ellos. Y en los primeros seis meses de 2014 cinco australianos murieron luchando junto a los extremistas islámicos en Siria, la mayor parte de ellos de raíces libanesas o turcas y de edades cercanas a los 20 años.
Según los servicios de inteligencia, un centenar de personas proporcionan apoyo desde Australia a los yihadistas de Irak y Siria. En diciembre del año pasado fue arrestado en Sydney un grupo de hombres a los que se acusó, entre otros, de reclutar a seis personas para enviarlas a Siria. En agosto se aprobó una nueva ley para disuadir a los australianos de embarcarse en la lucha yihadista que amenaza con prohibir el regreso al país o revocar el pasaporte a quien lo haga. Se trata de una de las leyes antiterroristas más duras de Occidente y permite a los servicios secretos interrogar en secreto a los terroristas durante una semana. También permite arrestar y mantener bajo arresto domiciliario a sospechosos sin contar con una orden judicial.
A mediados de septiembre, el primer ministro Tony Abbott aseguró que enviaría unos 600 efectivos para ayudar en la lucha contra el Estado Islámico, aunque sin especificar si esos soldados podrían participar en operaciones de combate. El 3 de octubre, Australia aprobó un ataque aéreo contra el Estado Islámico. Hace tan sólo unos días, el 4 de diciembre, Australia prohibió a sus ciudadanos viajar a la provincia siria de Al Rakka, donde el Estado Islámico tiene uno de sus feudos.
Aliado de Washington.PUNCTUATION_SPACELa participación de Australia en una operación militar liderada por Estados Unidos no es una excepción. El continente austral es un fiel aliado de Estados Unidos y envió tropas a Irak y Afganistán tras el 11 de septiembre. Pero a diferencia de otros aliados estadounidenses, como España o Reino Unido, Australia no había sufrido hasta ahora en forma directa las represalias terroristas. El terrorista de Sydney era, además de un fanático islamista, un conocido adversario de la intervención militar de Australia en Afganistán. Australia no había sufrido un ataque terrorista desde noviembre de 1986, cuando un coche bomba estalló frente al consulado turco en Victoria. El grupo extremista islámico indonesio Jemaah Islamiyah atacó en Bali el 12 de octubre de 2002. El ataque terrorista fue el acto más mortífero en la historia de Indonesia, con 202 muertos, de los cuales 164 eran extranjeros y de estos, 88 eran australianos.
Pese a estos atentados contra sus ciudadanos, Australia siempre ha mantenido una firme postura junto a Estados Unidos y Reino Unido desde el inicio de la "guerra contra el terrorismo" islámico en septiembre de 2001. Las fuerzas armadas australianas mantendrán su actividad en el exterior, afirmó el gobierno del primer ministro Tony Abbott. El gobierno australiano dijo que tomaba el ataque de Sydney como un "mensaje" que debía ser debidamente respondido. Igualmente, señaló Abbot que el terrorista iraní Man Haron Monis "tenía un largo historial de delitos violentos, extremismo e inestabilidad mental". Todo indica que Australia, como EEUU y Reino Unido, mantendrá su alto perfil en la lucha contra el terrorismo islámico y que el ataque de Sydney en todo caso sólo acentuará la postura del país anglosajón en la materia.
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Diario "La Capital". Rosario, 15 de diciembre de 2014. |
Diario "Clar´ín". Buenos Aires, 17 de diciembre de 2014.
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