Traducir

martes, 25 de agosto de 2015

ISRAEL 2006 Israel estudia una propuesta del Líbano







La guerra en Medio Oriente

Israel estudia una propuesta del Líbano

El premier Ehud Olmert dijo que la decisión de Beirut de desplegar 15.000 soldados en el sur del país es "un paso interesante"
BEIRUT.- Mientras las fuerzas israelíes y los combatientes de Hezbollah se enfrentaban ayer en durísimos combates cuerpo a cuerpo en el sur del Líbano, el premier israelí, Ehud Olmert, encendió una muy discreta luz de esperanza sobre la posibilidad de una salida del conflicto al considerar la decisión del gobierno del Líbano de desplegar 15.000 militares en el sur del país tras una eventual retirada israelí "un paso interesante que necesita ser estudiado".
El anuncio marca la intención de Beirut, enunciada con claridad por primera vez desde 1982, de imponer su soberanía en el sur del país, zona que Hezbollah controla desde la retirada israelí en 2000.
Los esfuerzos diplomáticos continuaban ayer a ritmo frenético en las Naciones Unidas, donde se intentaba mantener a flote un proyecto de resolución de cese del fuego, que sería tratado entre hoy y mañana, pero que ha tenido muy mala recepción en el mundo árabe porque no exige la retirada israelí del Líbano. El malestar árabe llevó ayer a Rusia, uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo de Seguridad, a adelantar su oposición al proyecto, aunque se conjeturaba que se elaboraría uno nuevo tras escuchar las objeciones.
"Es triste que el Consejo desperdicie esta posibilidad; que sea incapaz de parar este baño de sangre", dijo Hamad bin Jassem bin Jabr al-Thani, representante de la delegación negociadora de la Liga Arabe, que exige que la resolución incluya el retiro israelí.
Israel, de hecho, ofreció ayer ante el Consejo de Seguridad la retirada de sus soldados del Líbano, siempre y cuando se estacione allí una fuerza de paz internacional, que debería ocuparse de que Israel nunca más pueda ser atacada desde el Líbano por Hezbollah.
El embajador francés ante la ONU, Jean-Marc de La Sablière, dijo anoche, tras escuchar las demandas de los países árabes, que habrá un nuevo proyecto de resolución sobre la situación en el Líbano que mejorará el anterior y será adoptado esta semana.
Mientras se abría por primera vez una esperanza de una salida de la guerra que hoy cumple cuatro semanas, en el terreno los combates siguen siendo encarnizados. Tres soldados israelíes murieron en enfrentamientos en Debel, cerca de Bint Jubayl, con lo cual se elevó a 100 la cantidad de víctimas de ese país en el conflicto.
Según informes del ejército israelí, unos 30 combatientes de Hezbollah murieron en los enfrentamientos y, de acuerdo con informes del gobierno libanés, unos 20 civiles perdieron la vida, víctimas de los bombardeos de la aviación israelí. La marina, por su parte, bombardeó anoche el campo de refugiados palestinos de Ain Helue, cerca de Sidón, que alberga unas 50.000 personas, donde se cree que hubo por lo menos dos muertos. Fue la primera vez desde el inicio del conflicto que Israel atacó un campo de refugiados palestinos. Unas 965 personas han muerto en el Líbano desde el 12 de julio, cuando comenzó la ofensiva israelí.
En este contexto, la decisión anunciada anteayer por el gobierno libanés de desplegar 15.000 soldados en el sur del país tras la retirada israelí se ha convertido en las últimas horas en la única pequeña luz de esperanza, ya que ha sido bien recibida tanto por Hezbollah, como por Israel y Estados Unidos. Sin embargo, los analistas coinciden en que esa medida por sí sola está lejos de viabilizar un alto el fuego en el corto plazo y que haría falta el despliegue de una fuerza internacional.
Anteayer, de hecho, Israel anunció una "ofensiva sin límites" y habló de "guerra" por primera vez desde el comienzo de las acciones militares, mientras daba a entender que se preparaba para un conflicto bélico a gran escala, de no surgir pronto una solución diplomática. Israel prefiere que una fuerza internacional poderosa -quizás un contingente europeo de la OTAN- se una a las anunciadas tropas libanesas para mantener a Hezbollah bajo control antes de acceder a retirarse del Líbano.
El premier libanés, Fouad Siniora, elogió ayer a la resistencia de Hezbollah, pero advirtió que los días del movimiento como Estado dentro de un Estado llegarán pronto a su fin.

Rutas desiertas

Ayer, los caminos del sur del Líbano estaban prácticamente vacíos tras la advertencia del ejército israelí de que quienes se desplazaran por ellos se arriesgaban a ser bombardeados.
En panfletos arrojados sobre la región de Tiro, Israel advirtió que atacará cualquier vehículo que se mueva al sur del río Litani, "bajo la sospecha de transportar misiles y armas para terroristas", lo cual ha paralizado por completo cualquier intento de ayuda humanitaria. Hasta las ambulancias están incluidas en la amenaza.
Los altos mandos militares israelíes presentaron el lunes al primer ministro Ehud Olmert un plan que prevé el avance de decenas de miles de soldados hasta el río Litani y posiblemente más allá.

Parte de guerra

Día 28

  • "Paso interesante"
  • Israel ve con buenos ojos la propuesta del gobierno libanés de desplegar 15.000 soldados en el sur del país, tras una eventual retirada israelí.

  • Resolución de la ONU
  • El Consejo de Seguridad podría aprobar una resolución de cese del fuego entre hoy y mañana, y Francia dijo que se tendrán en cuenta las fuertes objeciones del mundo árabe, que exige la inmediata retirada israelí.

  • Duros combates
  • En encarnizados combates cuerpo a cuerpo en la localidad de Debel, ayer murieron tres soldados israelíes y una treintena de milicianos de Hezbollah.

  • El Sur, un desierto
  • Israel advirtió que atacará cualquier vehículo que se mueva al sur del río Litani, en el sur del Líbano, incluidas las ambulancias. La amenaza convirtió ayer en un desierto todas las rutas del sur del país. .
    Agencias Reuters, DPA, EFE y AFP 
    xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

    "El ejército hará su aporte, pero Hezbollah no va a desarmarse"

    Un general explicó a LA NACION el plan del despliegue militar libanés
    BEIRUT (De una enviada especial).- La posibilidad de una vía militar para procurar una salida del conflicto que late detrás de la guerra de Medio Oriente reabre el debate permanente en este país, donde, desde hace 20 años, convive un ejército institucional, famoso por su debilidad. Y una milicia islámica de resistencia -Hezbollah- financiada por Irán, capaz de jaquear a uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
    El futuro del proyecto presentado anteayer por Beirut encendió una esperanza. Y muchas dudas. Así lo analizó con LA NACION el general (RE) Amin Hotait, consultor militar, para quien la propuesta "no significa el desarme de Hezbollah", sino, eventualmente, el primer paso para la formación de un ejército con verdadera capacidad de defensa que asuma, en el futuro, el papel que hoy tiene esa milicia
    -¿Qué futuro tiene el plan de desplazar soldados libaneses al Sur?
    -Es una decisión histórica, algo que se tendría que haber hecho hace tiempo. La ventaja de hacerlo ahora es que hay un enorme respaldo popular al ejército.
    -¿Por qué? Si la guerra de Israel es contra Hezbollah y no contra el ejército libanés, que no participa en esto
    -En los hechos, está participando. Ha pagado sangre, ha prestado ayuda estratégica. Y hay un enorme sentimiento de unidad nacional respaldándolo. Desde lo político y moral, el ejército está en la mejor condición para asumir la misión.

    -¿Y desde lo material?

    -Desde lo material, si Israel quiere, lo derrota en cuestión de horas. De modo que es crucial cómo se lo equipa para la misión.
    -Tal vez ¿con las armas que deje el desarme de Hezbollah?
    -No. Hezbollah no va a desarmarse. Nadie está hablando de eso en ese momento.
    -Entonces ¿cuál será el papel del ejército, si las verdaderas armas son las de Hezbollah? ¿El de un intermediario?
    -El ejército hará su aporte. Pero no mezclemos las cosas, esto no es el desarme de Hezbollah. En tal caso, es la utilización de una nueva forma de resistencia de cara al futuro. Y es un paso inteligente para evitar la intervención de fuerzas internacionales, que la resistencia vería como fuerza enemiga.

    -Parece que aquí manda Hezbollah

    -Más allá de que lloren o no [en referencia al llanto del premier Fouad Siniora al suplicar un cese del fuego], el problema del Líbano es que tenemos políticos débiles. El gobierno actual no hizo nada positivo para generar este sentimiento de unidad y de resistencia.

    -Entonces ¿quién decidió enviar al ejército? ¿Hezbollah?

    -Fue una decisión acordada en el gabinete, con el apoyo de Hezbollah y como consecuencia de la victoria de la resistencia islámica.
    -¿La opción del ejército libanés es una salida para Israel?
    -Tal vez. Israel está perdiendo la guerra. No alcanzó ninguno de los objetivos que se propuso. Tan mal está que las cosas han cambiado en los últimos cinco días: ya no procura alcanzar la meta militar, sino que sólo está usando lo que puede de acción militar para lograr algo en el terreno diplomático. Por eso en su comportamiento está perdiendo los principios éticos de la guerra.

    -Sin embargo, amenazó con más guerra

    -Es un movimiento desesperado, mediático, para generar terror. Es posible que veamos nuevas masacres en estas próximas 72 horas, pero eso no le hará ganar la guerra. Ya perdió.

    -¿Por eso no hay cese del fuego?

    -Necesita algo antes.
    -¿Y Washington por qué aceptaría la idea de hacer responsable al ejército libanés?
    -Porque, cuando critica la existencia de Hezbollah, predica todo el tiempo que el Líbano debe ejercer control total sobre su territorio. Bueno, es una excelente ocasión para demostrar qué tan en serio dice lo que proclama.
    -¿Por qué no acepta Hezbollah el borrador de propuesta de Estados Unidos y Francia?
    -Porque carga la responsabilidad de lo ocurrido al Líbano. Y eso, además de ser una mentira, se ha vuelto inaceptable. No podemos esperar mucho de las Naciones Unidas, por eso la opción de confiar en nuestro ejército parece inteligente: es buena para todos los jugadores de este conflicto.

    -¿Qué enseña esta guerra?

    -Espero que Israel haya entendido que ya no puede pelear con el Líbano. Creo que estamos viendo su última guerra contra este país.
    xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
     .
    La guerra en Medio Oriente: la fuerza aérea, la elite de la defensa del Estado judío

    El dilema de los pilotos de cazas israelíes

    Deben evaluar cómo destruir los lanzamisiles de Hezbollah sin causar víctimas en la población civil

    JERUSALEN.- El coronel que se desempeña como comandante de una de las bases de la fuerza aérea israelí ubicada en la zona centro del país -y que sólo puede ser identificado con la inicial "A" de su nombre propio, a pesar de que se puede publicar su foto- tiene claro por qué lucha, pero admite que hay dilemas.
    Lo explica todo, también lo relativo a su participación en esta guerra como piloto de combate en aviones F-16, sin levantar la voz, en tono pausado y tranquilo, aunque transmite una gran seguridad. "En las últimas semanas, en esta base hemos estado librando la guerra 24 horas por día, los siete días a la semana", dice este oficial, de 42 años.
    Y agrega de inmediato: "Es una guerra que nosotros, como Estado, no elegimos librar, sino que nos ha sido impuesta por la organización terrorista Hezbollah, apoyada por Siria e Irán".
    La base, bien cuidada -como todas las instalaciones de la fuerza aérea israelí, considerada la elite de las fuerzas de defensa en el Estado judío-, es uno de los centros neurálgicos de la guerra, ya que en ella operan varias escuadrillas de F-16. Todo funciona de modo muy ordenado, aunque intenso.
    El mayor "I" (de 30 años) -piloto con once años de experiencia- y la capitana "N" (25), que es su copiloto, tienen claro su rol cuando suben a un F-16 ubicado dentro del hangar, con las municiones ya cargadas. "No se vuela siempre en equipos fijos, pero ella y yo ya volamos juntos en un Phantom y a veces también en el F-16", dice él.
    Este piloto, casado y aún sin hijos, está seguro de su propósito al atacar blancos de Hezbollah. "Lo que estoy haciendo es defender a mi país", dice.
    A su lado, la capitana "N" -de las primeras oficiales mujeres en posición de combate en la fuerza aérea israelí- escucha atenta y asiente. "Los que nos critican ahora no tienen la información exacta sobre lo que está sucediendo; no tienen idea del cuidado que ponemos en cada ataque para que los civiles nunca paguen el precio. Pero hay aquí una guerra y es lamentable que en las guerras también mueran civiles", destaca.
    El mayor "I" ajusta más aún el argumento: "No lanzamos bombas así nomás. Revisamos toda la información que se nos da, analizamos lo que vemos y no se tira por tirar".
    La orden definitiva de atacar un determinado blanco debe llegar de la comandancia central. Nadie puede abrir fuego sin autorización. Pero una vez en la cabina, allí solo, arriba, es el piloto el que resume la situación aplicando su propio criterio. "Ha pasado más de una vez que los pilotos volvieron con las bombas, sin haberlas disparado", dice el comandante.
    "Un ejemplo concreto es el de un piloto muy joven que recibió órdenes de destruir un determinado blanco. El lanzó la primera bomba y el blanco no fue destruido. Le ordenaron tirar una segunda bomba", agrega.
    Pero en el tiempo que transcurrió desde que había tirado la primera vio que comenzaban a llegar al lugar equipos de rescate. "El era el único que veía eso. Dijo «no puedo cumplir esta misión» y lo aceptaron. Cuando volvió, le dijimos que hizo lo correcto", dice el coronel "A".

    El uso de los civiles

    De por medio están, por cierto, los dilemas. "El dilema es que, al final, uno tiene que decidir si lanza sus municiones contra un lanzacohetes que opera desde un edificio en el que también puede haber más gente que no sean miembros de Hezbollah, aunque seguramente saben que desde su casa se está disparando cohetes hacia Israel", señala.
    "Sabemos que esos cohetes caen luego sobre nuestros civiles y matan gente. Y uno tiene que decidir si pone fin a esos disparos o no. Cuando el dilema es si proteger o no a los ciudadanos de nuestro país, esa disyuntiva se termina. Ante todo, hay que proteger a los ciudadanos de Israel", añade.
    Esta situación es inevitable, porque Hezbollah, afirma, utiliza a los civiles libaneses. "Se resguarda entre ellos para atacar a nuestros civiles", dice.
    El comandante de la base es casado y tiene niños. "Cuando vi las imágenes de Caná me sentí horrible y pensé en mis hijos", dice en referencia a la localidad del sur del Líbano, en la que murieron decenas de civiles en un edificio después de un ataque israelí.
    "Esto no es jamás lo que buscamos, bajo ningún concepto. Y cuando esto sucede, por error, porque no sabíamos que había civiles en ese edificio, no nos alegra, a diferencia de lo que hace el otro lado, que sale a festejar cuando mueren civiles por sus cohetes", añade.
    Y en medio de la explicación sobre la guerra, sus desafíos y posibilidades, el coronel revela que su madre es sobreviviente del Holocausto: "Toda su familia, salvo ella, fue asesinada".
    "En otros tiempos no teníamos los medios para proteger a nuestro pueblo. [El líder de Hezbollah Hassan] Nasrallah y [el presidente iraní Mahmoud] Ahmadinejad dicen que su objetivo es destruir al Estado de Israel. Creo que eso me aclara muy categóricamente que soy parte de la historia de un pueblo que lucha por su existencia", concluye. .
    Por Jana Beris Para LA NACION
    xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
    Opinión

    Generar confusión en el adversario, la táctica de combate del terrorismo

    Por Edward Rothstein
    De The New York Times
    NUEVA YORK.- La guerra habitualmente requiere una claridad absoluta de las identidades. ¿Quién es usted y qué posición tiene? ¿Aliado o enemigo? ¿Combatiente o espectador? ¿A quién le profesa lealtad? ¿Por quién está dispuesto a morir y quién es responsable de sus acciones?
    Esta es una de las razones por las que existen los uniformes militares: establecen una identidad en medio de la densa niebla de la guerra. En uniforme, quedan despojadas las diferencias humanas. La lealtad se abstrae en la uniformidad.
    Pero las batallas que se están librando ahora en el Líbano representan una nueva modalidad de guerra. Para Hezbollah, confundir la identidad no es un accidente, sino la táctica principal: sin uniformes, sin separación entre milicia y población, sin claridad sobre quién es el principal responsable, para su adversario siempre hay interrogantes. ¿Qué estamos atacando? ¿Un edificio de departamentos o un depósito de armas? ¿Una camioneta rural o un transporte de municiones? ¿A un combatiente o a un civil? ¿Y quién es responsable de los actos de Hezbollah?
    La táctica de combate del terrorismo deliberadamente sacrifica inocentes y confunde la inocencia. Sabe que el enemigo tiene principios morales que estará obligado a violar: las víctimas sirven a una causa mayor, confundiendo al enemigo e inspirando bandos leales.
    Las cuestiones de identidad también figuran en esas batallas de otro modo. A pesar de sus recurrentes enfrentamientos militares, Israel no ha estado envuelto en una guerra tradicional de Estados-naciones desde 1973, cuando estuvo a punto de perder después del sorpresivo ataque de Egipto. Pero la táctica de combate del terrorismo, con su deliberada confusión de categorías e identidades, no es ahora la excepción, sino la regla.
    Esto quizá tenga algo que ver con la naturaleza del propio Medio Oriente. El historiador Bernard Lewis señaló que en Europa casi todos los Estados tienen un nombre asociado con un grupo étnico particular y un lenguaje particular, una conjunción de "nomenclatura lingüística, territorial y étnica".
    Esta manera de pensar sobre el Estado fue impuesta en Medio Oriente a través de la colonización imperial, pero, como expresa Lewis en su libro "Las múltiples identidades de Medio Oriente", sólo tres países de allí -Turquía, Arabia Saudita e Irán- tienen cierta similitud con el modelo europeo. (Israel, con los orígenes diversos de su población judía, es un caso más complicado.)
    Lewis señala que en Occidente la nación es la categoría de lealtad que guía, en la cual se agrupan las afiliaciones religiosas; pero lo contrario es cierto en gran parte de Medio Oriente. La religión es el principio unificador, y las naciones se agrupan bajo su estandarte. Como indica Lewis, cuesta imaginar a los líderes de naciones budistas de Asia o a las naciones luteranas del norte de Europa reunidas en cónclaves, como hacen los líderes de los países musulmanes, con apenas poco más que su religión que los une.

    El entramado social

    Las consecuencias son profundas, especialmente cuando Estados-naciones como el Líbano fueron debilitados por décadas de guerras en las que los principios de lealtad se vuelcan no en la identidad nacional, sino en la identificación transnacional con comunidades religiosas que difieren entre sí.
    Cada hilo de identidad atraviesa el entramado social, no sólo en una nación sino en otras, y cada una reacciona ante un tirón que trasciende mucho más allá de sus fronteras.
    En algunos casos, ese hilo es más poderoso que el más fanático de los nacionalismos. Incluso puede comprometer a "escudos humanos" inocentes en un sacrificio en nombre de la guerra librada por los terroristas, que a menudo es también una guerra que libran unos en nombre de otros, porque está desvinculada del Estado; responde a una autoridad mayor.
    Como en el caso actual de Hezbollah, el apoyo pude provenir de diversos socios silenciosos y no tan silenciosos, desde organizaciones "caritativas" de Occidente hasta gobiernos de Medio Oriente.
    Lo que complica más las cosas es que los hilos de la creencia que provoca la guerra del terrorismo pueden ponerse tirantes de maneras singulares, de manera que parezcan conectarse con hilos rivales en diversos puntos, apoyándolos o tironeándolos hacia un lado frenéticamente. Las alianzas parecen cambiar, pero sólo debido a que los hilos no son siempre visibles.
    Por ejemplo, cuando al principio reaccionó ante los ataques de Hezbollah, Israel recibió asombrosas expresiones de apoyo de naciones que habitualmente lo condenan. Los líderes de Arabia Saudita y otros países árabes temían el creciente poder de Irán y el poder chiita en Medio Oriente. La lealtad sunnita -y hostilidad hacia Hezbollah- aplastó, al menos por un tiempo, la lealtad antiisraelí.
    Pero en el Líbano los hilos tienen más nudos. En 1982, Israel invadió el Líbano para eliminar el mini-Estado que la Organización para la Liberación Palestina (OLP) había establecido allí.
    Como expresa Vali Nasr en su nuevo libro, " The Shia Revival: How Conflicts Within Islam Will Shape the Future " ("La resurrección chiita: cómo los conflictos dentro del islam moldearán el futuro"), la ocupación del sur del Líbano por parte de la OLP había sido tan traumática para los chiitas que "aclamaron al ejército israelí invasor como liberador". Esos chiitas libaneses posteriormente se opusieron a Israel -algunos combaten ahora en las filas de Hezbollah-, pero también recordaron su ira contra los palestinos sunnitas, incluso después de la retirada israelí del Líbano.
    Durante tres años, dice Nasr, la milicia chiita Amal intervino en sangrientos combates contra campos de refugiados palestinos. Esa misma lealtad chiita, sin embargo, no fue suficientemente poderosa para resistir otras diferencias con Hezbollah.
    En 1988, los combates entre las principales fuerzas chiitas en el Líbano -Amal y Hezbollah- causaron miles de muertes. Los hilos de la alianza transnacional, por lo tanto, son difíciles de interpretar, puesto que existen muchos otros factores que gravitan en sus posiciones cambiantes, muchos más que los que afectarían a un Estado-nación, que tiende más a la inercia y debe asumir mucha más responsabilidad en el escenario internacional.
    Si a esto se suma la confusión de identidades en tiempos de guerra y el deseo de los observadores de simplificar los hechos con modelos conceptuales de afuera, asoman incluso más dificultades. Pero un requisito para librar una guerra contra las tácticas de combate terroristas podría ser tomar con la mayor seriedad la declaración del enemigo sobre sus creencias -por más horrendas y amenazadoras que sean-, ya que es allí donde su identidad está más allá de toda controversia. Y en ese aspecto, lamentablemente, Hezbollah nunca mide sus palabras. .
    Traducción: Luis Hugo Pressenda 
    xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

    La guerra en Medio Oriente: tras los bombardeos, la incertidumbre

    En Sidón, el drama de los que buscan a familiares perdidos

    Miles de desplazados del Sur llegan allí
    Por   | LA NACION

    SIDON, sur del Líbano.- Cuesta creerle al cartel que en la entrada, entre la ruina bombardeada de lo que era el puente y el precipicio que es hoy la ruta, invita a sentirse "como un rey en el balneario de reyes".
    La bella Sidón de hasta hace un mes es hoy la última escala en el desesperado viaje de los que escapan desde el sur por las rutas del miedo, aquellas donde, cuando no realizan bombardeos, los aviones israelíes arrojan volantes que dicen: "Váyase de aquí, corre riesgo de muerte".
    Y la gente llega, llega sin parar, sin otra cosa que lo puesto, mucha hambre y un cansancio fenomenal. Ocurre que hace cuatro semanas el Líbano tenía anotado un millón de turistas. Hoy, lo único que tiene es un millón de famélicos desplazados por la guerra. Uno de cada diez de esos desplazados está aquí, tras el puerto que hizo historia.
    "Si disparan aquí contra los civiles será una verdadera catástrofe. Somos tantos que ya no hay por donde escapar", dice a LA NACION el alcalde Abdul Rahman Bizri. Tiene motivos para hablar así: de la noche a la mañana, la ciudad duplicó su población de 110.000 a 220.000 habitantes. Y, en su condición de refugiados, la mitad de ellos no tiene trabajo, futuro, casa ni ocupación. Y en el hervidero nervioso de la ciudad atestada, absolutamente nada que hacer.
    "Espere, ya estoy con usted", promete. Tarda tres cafés árabes -a los que no se puede decir que no- en despachar, frente a LA NACIÓN, la cuestión que discute con tres colaboradores: hay que traer medicamentos desde Beirut y no tiene combustible. "¿Cómo hacemos?", se preguntan.
    La puerta del despacho se abre. Y con ella llega la bulliciosa voz de los que demandan: familiares perdidos, frazadas que faltan o una solicitud urgente de insulina. Se cuela, también, una rubiecita que manotea del escritorio la última estadística de refugiados: lo que ella necesita es papel para dibujar. A tiempo, alguien se da cuenta, le da otro y la puerta se cierra.
    La municipalidad recibe, y es como un abrazo. Pisoteados, los jardines que la rodean son el punto de encuentro del drama que no sale en las estadísticas: miles de personas separadas de sus seres queridos que esperan, esperan allí durante días, a ver si viene el resto de la familia, o si alguien sabe algo de ella.

    Punto de encuentro

    "Llevo cuatro días sin saber nada de mi madre. Quedó en nuestra casa de Maroun Al-Ras, pero, tras las bombardeos y el éxodo de los vecinos, no tengo noticia", dice Hussein Mundir, un joven de 25 años que, como otros cientos de personas, se planta todas las mañanas en esta suerte de "punto de encuentro" de los separados por la guerra. Y espera hasta que se va el sol.
    Otros prueban suerte en el subsuelo, donde, con apenas dos computadoras que desafían los cortes de luz, se montó lo más parecido a la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) de esta guerra: un solidario esfuerzo por determinar la suerte y el destino de quienes desaparecieron de la faz de la tierra por la ofensiva israelí. Gente de la que no se sabe absolutamente nada.
    "Hacemos todo lo que podemos; buscamos por computadora y, cada día, en la radio local, damos noticias de las personas a las que se busca", dice el alcalde. El principal problema es la falta de documentos: muchos salieron tan rápido que no tienen un solo papel de identidad encima. Así, sin número ni carné, la gente espera su turno. Y aguarda sin protestar, sin alzar la voz siquiera, con la resignación que da la precariedad de vivir toda una vida bajo fuego.
    Al preguntarle al alcalde Abdul Rahman Bizri qué ha cambiado en el ánimo colectivo tras los volantes con la amenaza de más bombardeo, simplemente responde: "Nada. Está todo igual. La gente apenas puede moverse, de modo que tampoco se les pude decir que se queden en casa y no corran riesgos".
    La puerta se abre -otra vez- y llega una buena noticia: hay nafta, no mucha, pero alcanza. En vez de un camión se van tres autos muy pequeños; de lo contrario, no pasarían por la pequeña franja de pavimento que queda en la ruta, junto al cráter al que hace sombra el cartel con la promesa, fresca todavía, de un verano de rey en la ciudad de los reyes. La que era, antes de la guerra.

    Ayuda argentina

    • (DPA).- El gobierno argentino despachó ayer dos toneladas de ayuda humanitaria a Beirut, en el marco de un plan de solidaridad que se coordina con los países del Mercosur y especialmente con Brasil y Chile. El vicecanciller, Roberto García Moritán, informó ayer que el cargamento argentino llegará pasado mañana a Chipre y desde allí será despachado en un buque de la Cruz Roja Internacional con destino a Beirut 
    xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

    Irán llama a "respaldar y defender" a Hezbollah

    Es una "obligación" de los musulmanes
    TEHERAN.- El líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, exhortó ayer a "toda la comunidad islámica" a respaldar a la milicia libanesa chiita Hezbollah en su guerra contra Israel. "Respaldar actualmente y defender a Hezbollah es una obligación para todas las sociedades musulmanas", afirmó Khamenei.
    "Lo que está sucediendo en el Líbano también le podría pasar a otro estado islámico. Por eso, aquellos gobiernos islámicos que han permanecido en silencio debido a su relación con Estados Unidos deben saber que Estados Unidos nunca sacrificará sus intereses por el bien de los Estados islámicos", agregó.
    El ayatollah Khamenei, quien de acuerdo con la Constitución tiene la palabra final sobre todas las cuestiones del Estado, criticó el rol de las Naciones Unidas (ONU), a las que atribuyó "incompetencia sobre la cuestión libanesa", y advirtió que Estados Unidos, "con la ayuda del régimen sionista y de ciertos maléficos países europeos, como Gran Bretaña, busca eliminar al islam de la región".
    Por su parte, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, en una conversación telefónica, llamó al secretario general de la ONU, Kofi Annan, a tomar una "medida valiente" y establecer un inmediato cese el fuego en el Líbano e "impedir la continuación de los crímenes de Israel y el belicismo de Estados Unidos y Gran Bretaña", según informó la televisión estatal IRIB.
    En tanto, un grupo radical iraquí, Brigadas del Grito de la Justicia, anunció, por medio de un video difundido ayer por la cadena televisiva Al Manar, que llevó a cabo ataques contra intereses de Estados Unidos en Irak en apoyo de Hezbollah. En el video, un grupo de hombres armados y encapuchados asegura que la semana pasada combatientes del grupo atacaron varios objetivos en Irak, incluida la embajada norteamericana, en apoyo de Hezbollah. La autenticidad de la grabación no ha podido ser confirmada. .
    Agencias DPA, AFP y EFE 
    xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

    El río Litani, límite militar, religioso y económico

    BEIRUT (EFE).- El río Litani se ha convertido en una de las claves para resolver el conflicto entre Israel y el movimiento chiita Hezbollah, porque los israelíes pretenden que los militantes islámicos se retiren por lo menos hasta este río, que está a unos 30 kilómetros al norte de la frontera común.
    Llamado Nahr al-Litani en árabe, es el más largo del Líbano, con 140 kilómetros entre su nacimiento, en el valle de Bekaa (este del país) y su desembocadura en el mar Mediterráneo.
    El Litani ha sido, precisamente en la historia, la principal separación entre los chiitas, que ocupan el sur del río, y los sunnitas, que se encuentran al Norte, mientras que las aldeas cristianas se encuentran repartidas por todo el país.
    El río es además una importante fuente de agua para todo el país: riega el fértil valle de Bekaa y constituye además el aprovisionamiento principal para el sur del país y, en concreto, para la ciudad de Tiro, tercera más poblada del Líbano.
    La parte final del río -donde se llama también Qasimiyah- es además una de las áreas más extensas de irrigación en el Líbano, con 3264 hectáreas, repartidas entre 1257 granjas dedicadas sobre todo al cultivo de cítricos y bananas. En esta parte, el curso del río es casi paralelo a la frontera con Israel, 30 kilómetros más al sur.
    En 1978, cuando Israel penetró en el Líbano con el fin de sofocar a las guerrillas palestinas y alejarlas de la frontera, llamó al plan Operación Litani.
    La ocupación duró hasta el año 2000, cuando Israel evacuó lo que llamaba la "franja de seguridad" en el sur del Líbano y su lugar fue ocupado por la guerrilla de Hezbollah. .

     
     
     

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario