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jueves, 27 de agosto de 2015

EE.UU. BUSH 2001Tras su visita a México, Bush se concentra en América latina

Balance del primer viaje al exterior del presidente norteamericano

Tras su visita a México, Bush se concentra en América latina

Intentará impulsar el libre comercio en la región durante la cumbre hemisférica

SAN CRISTOBAL, México.- En las cuatro semanas que lleva en la Casa Blanca, el gobierno de George W. Bush ha funcionado de manera muy metódica, inaugurando un tema diferente de la agenda doméstica cada lunes.
En materia de política exterior, Bush prometió priorizar la relación con los vecinos y empezó con México, aquí en el pueblo del presidente Vicente Fox.
La visita de anteayer al rancho de Fox -en la primera excursión de Bush fuera de los Estados Unidos- fue la jugada inaugural de un esquema que en el plano regional está diseñado en función de la Cumbre de las Américas, que en abril próximo reunirá a 34 mandatarios del continente en Quebec, Canadá.
El eje central de la política de Bush hacia América latina es la promoción del libre comercio, y por eso quiere empujar en Canadá la puesta en marcha de la Asociación de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que debería arrancar en el año 2005.
En esta primera parada en México, donde el peso de la relación bilateral es mucho más fuerte que la cuestión regional, Bush se encontró con un Fox más preocupado por profundizar el Nafta, el bloque que integran con Canadá y los Estados Unidos.
"Soy partidario de un acuerdo continental, pero tenemos que consolidar primero los muchos acuerdos que ya tenemos", declaró al diario The Washington Post el presidente mexicano, que no tiene incentivos muy poderosos para promover la apertura del mercado norteamericano (que consume el 85 por ciento de sus exportaciones) al resto de los países de la región.
Para cuidar la sensibilidad de Canadá, el principal socio comercial de los Estados Unidos, Bush le dedicó al primer ministro Jean Chrétien su primera llamada como presidente al exterior y también le abrió antes que a nadie las puertas de la Casa Blanca.

Un gobierno previsible

Todos sus pasos se ajustan a un plan, reflejo de un estilo de gobierno donde el orden y la previsibilidad son muy valorados (tanto que es fácil dividir sus primeras semanas en cuatro capítulos, uno de educación, otro para las entidades religiosas, un tercero para el recorte de impuestos y el cuarto para los militares).
Como todo había sido tan planificado, al gobierno mexicano no le cayó nada en gracia que el mismo día de su visita los sorprendiera con el bombardeo sobre Irak.
Los asesores de Bush para América latina, que estuvieron tapados de trabajo en este primer tramo del gobierno, contaban con que en cualquier momento los temas de peso en el escenario mundial desviarían la atención en otra dirección, pero la simultaneidad afectó la escena que habían montado en el rancho de Fox.
El día del primer bombardeo que ordenó Bush sobre Irak, Colin Powell, el secretario de Estado, que es el símbolo último de la Guerra del Golfo, se encontró leyendo una declaración conjunta realizada con el canciller mexicano, Jorge Castañeda, sobre los resultados del encuentro con Fox. Ahora emprende una gira por Medio Oriente.

Presidente de América latina

En menos de diez días, Bush se encontrará otra vez con un presidente de América latina: recibirá en Washington al colombiano Andrés Pastrana, que tiene en la lucha contra el narcotráfico y los 1300 millones de dólares que recibió de los Estados Unidos una agenda propia.
Pero una fuente diplomática norteamericana muy bien informada confió a La Nación que, más allá del peso que por razones particulares tienen México y Colombia para los Estados Unidos, Bush proyectará su interés sobre toda la región con más gestos antes de llegar a Quebec: ya se ofreció a recibir al presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, y las negociaciones ya están en marcha.
Con la misma lógica de las llamadas de cortesía que hizo desde la Casa Blanca, le siguen en la lista el presidente Fernando De la Rúa y el chileno Ricardo Lagos, que quiere viajar a los Estados Unidos antes que a Canadá.

Posibilidad para De la Rúa

Si Lagos, que tiene pendiente una negociación para la firma de un acuerdo bilateral de libre comercio, consigue un lugar en la agenda de Bush, también lo haría De la Rúa, dijo la fuente consultada, que trabaja de manera directa en el tema.
De otro modo -siguió-, ambos tendrían un tiempo a solas con el presidente de los Estados Unidos en Quebec.
Cardoso, el principal opositor a la idea norteamericana de adelantar el ALCA al año 2003, tiene prioridad porque en la administración Bush, aunque prometieron avanzar con Brasil o sin él, saben que esa dinámica se juega, en parte, el ritmo de la integración continental.
En la administración Clinton solían decir que Brasil "arrastra los pies" en la mesa de negociaciones del ALCA, pero tampoco tenían muchas cartas en la mano para presionar, porque no contaban con la autorización para negociar acuerdos comerciales ( fast track ) del Congreso.
Con la ajustada relación de fuerzas en el Congreso, a Bush no le resultará sencillo conseguir la autorización. Pero puede sacudir el tablero si demuestra en los hechos que está dispuesto a invertir capital político doméstico en la batalla legislativa y sigue llenando de contenido su promesa de darle a América latina un lugar importante en su agenda de política exterior. .
Por María O´Donnell Enviada especial

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