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lunes, 24 de agosto de 2015

HEZBOLLAH 2008 Matan a un líder de Hezbollah, cerebro del ataque a la AMIA y a la Embajada

Diario "Clarin". Buenos Aires, 14 de febrero de 2008. 

FUE ASESINADO EN DAMASCO, SIRIA; LO BUSCABA LA JUSTICIA ARGENTINA

Matan a un líder de Hezbollah, cerebro del ataque a la AMIA y a la Embajada

Imad Moughnieh fue jefe del servicio exterior de Hezbollah, encargado de decenas de atentados en todo el mundo. "Fue el jefe operativo del atentado", dijo ayer el fiscal de la causa AMIA que había pedido su captura.

Un libanés acusado por la Justicia argentina de haber participado en los atentados contra la Embajada de Israel y la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) murió al explotar una bomba en el auto que lo llevaba por la capital siria, Damasco, en la noche del martes.

Imad Fayez Moughnieh, así figura su nombre en el expediente de la causa por el atentado contra la AMIA, tenía 46 años y estaba acusado de haber sido el jefe del servicio de seguridad exterior de la organización libanesa shiíta Hezbollah, a la que la Justicia argentina atribuyó haber cometido ambos atentados. También estaba acusado por otros ataques terroristas contra intereses de los Estados Unidos y fuerzas de paz francesas en Oriente Medio.

"Fue el jefe operativo del atentado", dijo el fiscal que investiga el ataque contra la AMIA, Alberto Nisman. El secretario penal de la Corte Suprema, Esteban Canevari, expresó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que Moughnieh lideraba el "grupo encargado de cometer atentados fuera de Líbano". La Corte investigó sin grandes resultados el atentado a la Embajada. Algo similar, aunque más escandaloso, pasó en la investigación del atentado contra la AMIA (ver: Antecedentes).

Moughnieh -que en los expedientes judiciales figura con ocho variaciones de su apellido, catorce apodos y tres fechas de nacimiento distintas, todas en 1962- murió por la explosión de una bomba que supuestamente habría sido ocultada en su auto.

De acuerdo con fuentes de la comunidad judía local, la explosión que mató a Moughnieh habría ocurrido cuando abordó su vehículo al salir de la Embajada iraní en Damasco, donde había participado de un acto por el 29º aniversario de la Revolución Islámica. De hecho, Moughnieh habría viajado a Siria para mantener un encuentro con el canciller iraní, Manuchehr Mottaki, que ayer tenía previsto llegar a la capital siria. La explosión ocurrió en la noche del martes.

Hezbollah y otras organizaciones islamistas acusaron por el atentado a Israel y a los Estados Unidos. "El líder Imad Moughnieh murió como mártir asesinado por los israelíes", expresó un comunicado de Hezbollah difundido por la cadena televisiva "Al Manar", vinculada a esa organización.

Israel negó toda vinculación con el ataque. "Israel rechaza los intentos de organizaciones terroristas de atribuirle alguna implicación en este asunto", expresó un comunicado difundido por la oficina de prensa del primer ministro Ehud Olmert. El vocero del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Sean McCormack, sostuvo que "el mundo es un mejor lugar sin este hombre".

Acusaciones al margen, lo cierto es que el atentado que mató a Moughnieh, un libanés de origen palestino, se produjo en tierra siria, en cercanías de la Embajada iraní y en medio de una gran crisis regional con epicentro en Líbano. Países europeos recomendaron a sus ciudadanos no visitar la zona. Clarín quiso saber en el Gobierno si hubo algún tipo de alerta especial ante posibles repercusiones locales, pero no obtuvo respuesta.

Moughnieh figuraba en "circular roja" de Interpol, a raíz del pedido de captura librado contra él y otros cinco ex funcionarios iraníes acusados por el atentado contra la AMIA. En ese ataque murieron 85 personas, mientras que en la voladura de la Embajada de Israel fallecieron otras 22.

De acuerdo con la acusación argentina, Moughnieh "habría conformado el grupo operativo que tuvo a cargo la ejecución del ataque a la sede de la AMIA". El ataque se habría decidido en una reunión realizada el 13 de agosto de 1993 por las máximas autoridades iraníes.
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Diario "Clarin". Buenos Aires, 14 de febrero de 2008


La AMIA elige la cautela
La AMIA reaccionó ayer con "cautela" ante la muerte de Imad Moughnieh y en un comunicado dijo mantener "la firme expectativa de que sean detenidos y juzgados" los acusados por el ataque de 1994 contra la mutual de la comunidad judía local.

"Interpol trabaja día a día para lograr la detención de los acusados, con lo cual, desde la institución judía, se mantiene la firme expectativa de que sean detenidos y juzgados por sus crímenes", expresó en referencia a los cinco ex funcionarios iraníes reclamados por el atentado.

"No los queremos muertos, porque nos aborta una declaración", expresó Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas del atentado.
La comunidad árabe repudia
Nueve entidades islámicas argentinas repudiaron ayer el atentado que mató a Imad Moughnieh y lo atribuyeron a Israel. "Si la búsqueda de justicia fuera sincera, en vez de asesinarlo, a Mughniyeh tendrían que haberlo capturado, cosa fácil para el Estado israelí, que invade y mata impunemente por el mundo", expresaron.

"Es una vergüenza que desde el gobierno de (Carlos) Menem a la fecha nos sigan mintiendo acerca de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, estableciendo acusaciones falsas y obviamente sin pruebas contra ciudadanos iraníes y del Líbano", dijeron las entidades en un comunicado difundido por la mezquita At-Tahuid.
Antecedentes
Dieciséis y catorce años se van a cumplir en marzo y julio desde que ocurrieron los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, respectivamente. Así como los cuerpos de las 107 víctimas sobre los escombros, papeles y más papeles se acumulan en Tribunales a la espera de una justicia que no llega. Una investigación lenta y sin resultados en la Corte, otra desviada, corregida e igual de lenta en la Justicia federal. Sin argentinos acusados, había seis extranjeros en la mira. Ahora quedan cinco. Para la Justicia, el atentado contra la AMIA fue ordenado por el Estado iraní en 1993. ¿El móvil? Una represalia por los contratos de asistencia en materia nuclear firmados por el ex presidente Raúl Alfonsín pero suspendidos por su sucesor, Carlos Menem.
Perfil
Imad Moughnieh, nacido en el sur del Líbano, se incorporó a fines de los 70 al FATAJ, y fue parte del Comando 17, que tenía a su cargo la guardia personal de Yasser Arafat y estaba a su disposición para acciones especiales.

Cuando los líderes de la OLP son derrotados en la primera guerra del Líbano en 1982 Moughnieh se unió al naciente Hezbollah, en el que se destacó por su "creatividad" y audacia personal.

Es considerado arquitecto de los atentados terroristas que destruyeron la Embajada de los EE.UU. y una base de marines en Beirut que produjeron más de 200 muertos. Usó un camión bomba, el arma que sería su sello.

Moughnieh fue acusado de secuestrar a decenas de ciudadanos occidentales: algunos fueron ejecutados y otros canjeados por recompensas. Sabía que era uno de los enemigos más buscados por Israel e intentó cambiar su fisonomía.

Si bien Israel no asumió responsabilidad alguna por la muerte de Moughnieh , extraoficialmente miembros de los servicios de seguridad mostraron visible satisfacción. El hoy diputado laborista Danny Yatom, ex jefe del Mossad (Servicio de Inteligencia israelí) lo describió como "el más peligroso y cruel terrorista de entre todos los terroristas".

En un comunicado, Israel rechazó "el intento de grupos terroristas de atribuirnos cualquier responsabilidad en este incidente".

EDAD: 46NACIONALIDAD: LIBANESMIEMBRO DE: HEZBOLLAH Y ALIADO DE IRAN.
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Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de febrero de 2008.

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Tensión en Medio Oriente: el grupo terrorista e Irán acusaron a Israel

Matan a uno de los jefes de Hezbollah

Imad Mughniyeh, acusado por los atentados contrala AMIA y la embajada de Israel, murió al volar su auto por una bomba
BEIRUT.- Uno de los terroristas más buscados y escurridizos del mundo, Imad Mughniyeh, presunto jefe de operaciones del grupo libanés Hezbollah y acusado de múltiples atentados, entre ellos los perpetrados contra la AMIA y la embajada de Israel en Buenos Aires, murió anteanoche por la explosión de un coche bomba en Damasco.
Mughniyeh figuraba en la lista de terroristas más buscados por Israel y por Estados Unidos, que ofrecía 5 millones de dólares por su cabeza.
Hezbollah, que es apoyado por Irán y Siria, acusó a Israel de haber ordenado el atentado. También Teherán culpó a Israel y condenó el asesinato como "otro descarado ejemplo del terrorismo de Estado del régimen sionista".
Israel, que ha sido acusado de numerosos asesinatos de extremistas en países árabes, negó cualquier participación en el atentado de anteanoche.
La muerte de Mughniyeh amenaza con intensificar las tensiones entre Israel y Hezbollah, que se enfrentaron en una sangrienta guerra en el Líbano en 2006. Algunas figuras cercanas al grupo terrorista llamaron ayer a realizar ataques contra Israel, en respuesta por el asesinato de su líder.
Buscado desde hace más de dos décadas, se cree que Mughniyeh, que se habría sometido a varias cirugías estéticas, se movía secretamente entre el Líbano, Irán, Siria y Turquía usando más de 40 pasaportes falsos. Nunca apareció ni habló con los medios, y durante años fue imposible conseguir una fotografía suya.
Finalmente, el líder terrorista, de 45 años, murió en la capital siria, tras la explosión de una bomba colocada debajo de un auto estacionado en el exclusivo barrio de Kafar Soussa. Testigos dijeron que Mughniyeh había salido de una ceremonia en una escuela iraní cercana y estaba a punto de subir a su auto cuando éste explotó. La potente detonación dañó otros 10 autos estacionados en las cercanías.
Fuentes en Siria dijeron que Mughniyeh iba a reunirse en Damasco con el canciller iraní, Manuchehr Mottaki, cuya llegada a la capital siria había sido anunciada para anoche.
"Tras una vida plena de sacrificios y logros (...) Imad Mughniyeh (...) murió como mártir a manos de los sionistas israelíes", anunció Hezbollah.
Este asesinato es el primer golpe contra la cúpula del grupo desde 1992, cuando un ataque mató a su entonces secretario general, Abbas Musawi.
Por su parte, Siria condenó el "cobarde acto terrorista" contra el líder libanés. La presencia de Mughniyeh en Damasco podría indicar que el gobierno de Bashar Assad lo estaba protegiendo. Siria ha sido acusada reiteradamente por Estados Unidos de permitir la presencia de terroristas en su territorio.
Mughniyeh era acusado por Israel y por la justicia argentina de haber participado en el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, en 1992, que dejó 29 muertos, y en el ataque contra la sede de la AMIA, en 1994, en el que murieron 84 personas.
Jefe de seguridad del grupo terrorista durante los turbulentos años de la guerra civil del Líbano (1975-1990), fue quien organizó los primeros grandes atentados suicidas contra blancos norteamericanos: los ataques de 1983 contra la embajada de Estados Unidos y los cuarteles militares en Beirut, que dejaron más de 300 muertos.
Estados Unidos también lo acusaba de haber planificado el secuestro de un avión comercial de la TWA en 1985, en el que murió un norteamericano.
Antes de que apareciera en escena el jefe de la red Al-Qaeda, Osama ben Laden, Mughniyeh era el terrorista más buscado por Washington, que ofrecía 25 millones de dólares por él.
Israel también lo acusaba del secuestro de dos soldados israelíes en la frontera libanesa, a mediados de 2006, el hecho que desató la guerra.
Aunque el gobierno israelí negó oficialmente haber participado en el asesinato, miembros del gabinete del primer ministro Ehud Olmert celebraron su muerte. "[Mughniyeh] hizo más daño a Israel que a cualquier otro país. No sé quién lo mató, pero habría que felicitarlo", dijo el ministro de Medio Ambiente, Gideon Ezra.

"Asesino"

También el Departamento de Estado festejó el ataque. "El mundo es un lugar mejor sin este hombre. Era un asesino de sangre fría -dijo el vocero de esa cartera, Sean McCormack-. De una forma u otra, se hizo justicia."
En el Líbano, la muerte de Mughniyeh amenaza con agitar aún más la crisis política que divide al país, en el que la oposición liderada por Hezbollah está empantanada en una lucha por el poder con el gobierno, respaldado por Occidente.
Apenas se conoció su muerte, decenas de dolientes se acercaron al barrio Moujamaa al-Shouhada, bastión de Hezbollah en Beirut. En el pueblo de Tary Dibba, en el sur del país, donde nació Mughniyeh, se izaron banderas negras y los comercios cerraron sus puertas, en señal de duelo.
Hezbollah convocó a sus seguidores a asistir masivamente al funeral, que se celebrará hoy en Beirut. .
Agencias AP, Reuters, AFP y DPA 
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Tensión en Medio Oriente: repercusiones en la Argentina

"Lamentamos que el jefe del operativo ya no pueda ser juzgado"

Lo dijo Nisman, fiscal del caso AMIA


La justicia argentina está convencida de que el terrorista libanés asesinado ayer en Siria fue el jefe del grupo operativo que perpetró el atentado a la AMIA.
A él le encomendaron que organizara el ataque, que reuniera al equipo y que supervisara las operaciones, de acuerdo con la hipótesis sostenida por el fiscal del caso, Alberto Nisman. "Su muerte no dificulta la investigación, pero lamentamos que el jefe del operativo ya no pueda ser juzgado", dijo ayer el fiscal a LA NACION.
Imad Mughniyeh, acusado de haber sido el responsable de las operaciones especiales de Hezbollah, estuvo en la Argentina en julio de 1994 y dejó el país pocos días antes del atentado. Según las pruebas del expediente, se reunió aquí con contactos locales y se fue el 9 o 10 de julio. El ataque ya estaba en marcha. El 18 de julio de 1994 la AMIA explotó y 84 personas murieron.
La justicia argentina cree que Mughniyeh también había intervenido en el atentado que se cometió en Buenos Aires dos años antes. Estaba acusado -y buscado- por el ataque a la embajada de Israel, que mató a 29 personas.
El juez de la causa AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, anunció ayer que no cerrará el caso contra Mughniyeh hasta que no tenga pruebas irrefutables de que fue asesinado. "Espero la confirmación de la muerte y sus circunstancias. Sería interesante tener alguna prueba fehaciente del fallecimiento y de que se trata de él", dijo el juez a LA NACION.
El 7 de noviembre pasado, a pedido de Canicoba Corral, la Asamblea General de Interpol había librado la orden de captura para que Mughniyeh fuera buscado por el mundo. Lo mismo había dispuesto contra cinco ex funcionarios del gobierno de Teherán.
El libanés asesinado ayer era el único prófugo por el atentado que no era iraní. Los otros acusados son el ex consejero cultural de la embajada de Irán Moshen Rabbani; el tercer secretario de la delegación, Ahmad Asghari; el ex ministro de Información iraní Alí Fallahijan, y los ex comandantes de la Guardia Revolucionaria Moshen Rezai y Ahmad Vahidi.
Todo indica que los cinco están en Irán y que si no salen de su país no podrán ser capturados. Teherán ya anticipó que no está dispuesto a entregarlos. Su máximo representante en la Argentina dijo a LA NACION el año pasado que su país quiere colaborar, pero que nunca extraditará a sus ciudadanos. Advirtió que hay incluso una ley que impide a Irán entregar a nacionales a otros países.
En cambio, sí podrían ser arrestados si cruzaran la frontera. En ese caso, deberían ser puestos a disposición de un juez que evaluara si las pruebas ofrecidas por la Argentina son suficientes para extraditarlos.
Cuando Interpol libró las órdenes de captura, uno de los prófugos, Ahmad Asghari, estaba destinado en la embajada de Irán en la India. De inmediato, el gobierno de Teherán le ordenó que abandonara su cargo y que no volviera a salir de Irán, según relató a LA NACION un funcionario argentino, que repitió el comentario de una autoridad iraní.
El gobierno de Teherán siempre negó toda responsabilidad en el ataque y el año pasado impugnó las decisiones de Canicoba Corral ante Interpol. Amenazó incluso con pedir la captura de Nisman, del ex juez Juan José Galeano y de los ex fiscales Eamón Mullen y José Barbaccia.
Con este panorama, las posibilidades de que acusados sean juzgados en la Argentina son pocas y los propios investigadores lo reconocen. "Ellos no van a cruzar la frontera. Tendrían que cambiar las condiciones políticas de Irán para que los podamos juzgar", dijo una fuente judicial que participó del caso. El fiscal de la causa es algo más optimista. "Interpol está haciendo una búsqueda exhaustiva. Aunque en estos casos no se pueden prever plazos, esperamos tener novedades en el corto plazo", afirmó Nisman.
-¿Cree que existen posibilidades reales de que los iraníes sean juzgados en la Argentina?
-Sí. Hoy parece dificultoso porque Irán dice que no los va a entregar y hasta les otorgó cargos públicos, pero es posible que, como pasó con Mughniyeh, otros dejen Irán y puedan ser detenidos. Reconozco que la situación no parece fácil en lo inmediato, pero este delito es imprescriptible y vamos a seguir trabajando hasta traerlos.
Mientras tanto, la fiscalía trabaja sobre la posible responsabilidad de otros funcionarios iraníes en el atentado y focaliza su investigación en la Triple Frontera, por donde habría entrado el presunto atacante suicida. .
Por Paz Rodríguez Niell De la Redacción de LA NACION 
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Por una marcha

Un día tenso en el Líbano

BEIRUT (AP).- Una marcha por el tercer aniversario del asesinato del ex primer ministro del Líbano, Rafik Hariri, agregará más tensión al dividido país, que hoy enterrará al líder del grupo Hezbollah, Imad Mughniyeh.
Hariri murió el 14 de febrero de 2005, en un atentado en el que también fallecieron otras 20 personas. En este entonces, protestas masivas y la presión internacional forzaron a Siria a retirar su ejército del país, tras 29 años de control.
La marcha en honor a Hariri, organizada por el partido gubernamental y por facciones opuestas a Damasco, intentará dar hoy una muestra de fuerza frente a la oposición, que es favorable a la influencia del presidente sirio, Bashar al-Assad, y está liderada por el Hezbollah.
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El análisis de la noticia

Teherán pierde a una de sus piezas más valiosas

Por Anne B. Clasmann
De la agencia DPA
ESTAMBUL.- El atentado que ayer le costó la vida al misterioso terrorista Imad Mughniyeh representa un duro golpe para Irán y sus aliados.
Con la muerte de Mughniyeh, que al parecer participó en más de media docena de acciones terroristas en todo el mundo en los últimos 25 años, Teherán pierde a uno de sus más fieles vasallos en el mundo árabe.
El movimiento chiita Hezbollah, o Partido de Dios, es una poderosa organización política y militar del Líbano que apareció en la década del 80 gracias al financiamiento iraní y comenzó a luchar para forzar a las tropas israelíes a retirarse del Líbano, lo que se concretó en 2000. Ayer el grupo, entre cuyos fundadores figura el sunnita de origen palestino Mughniyeh, perdió a unos de sus principales jefes militares. Y el gobierno del presidente Bashar al Assad se vio obligado a admitir que su temido servicio secreto no supo prever y evitar un atentado de este calibre en el mismo corazón de Damasco.
Hasta qué punto el incidente representa una afrenta para Assad, que el año pasado ya debió soportar un ataque aéreo israelí, queda reflejado en la reacción de los medios estatales sirios: el canal oficial informó lacónicamente sobre la muerte de un hombre no identificado en una explosión, mientras que los diarios no mencionaron ayer ni una palabra sobre el hecho.
Mughaniyeh fue guardia de Yasser Arafat antes de la expulsión de la cúpula palestina de Beirut en 1982, y era considerado uno de los más extremistas más peligrosos de Medio Oriente. Además de estar implicado en varios atentados en todo el mundo, desempeñó un papel fundamental en la guerra entre Israel y Hezbollah en el verano (boreal) de 2006.
Su inteligencia y su experiencia le valieron el apodo de "el zorro". A los niños de escuelas palestinas se les presentaba a Mughaniyeh, uno de los terroristas más buscados del mundo, como "uno de nuestros más grandes héroes".
Aunque Israel ya haya rechazado la responsabilidad del atentado, Hezbollah dio por hecho poco después de la explosión que el servicio secreto hebreo Mossad era el único que pudo haber detonado esa bomba.
La organización palestina PFLP-Comando General de Ahmed Yibril, que al igual que otros grupos radicales tiene sede en Damasco, apuntó también a Estados Unidos como posible instigador "del asesinato del mártir".
Mientras los analistas están divididos sobre cuán pronto podría responder Hezbollah contra Israel, una fuente política libanesa lo descartó por el momento. "Una represalia significará un cambio en las reglas del terreno en la confrontación con Israel", señaló. "Dicha decisión debe ser tomada con la cabeza fría, por lo que no habría apuro en responder".
Lo que sí se teme es que el atentado agrave la crisis política entre el gobierno pro occidental y la oposición pro siria que mantiene al Líbano paralizado y sin presidente desde noviembre. Precisamente anteayer, el presidente norteamericano George W. Bush exigió nuevamente elecciones presidenciales en el Líbano y acusó a Siria e Irán de obstruir el proceso mediante "la violencia y las intimidaciones".
El diario libanés Al-Nahar informó que Mughaniyeh se encontraba en Damasco para reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki, al que se espera en Siria para que se una a las negociaciones sobre la crisis libanesa.
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Israel, entre la satisfacción y la preocupación

Aunque hubo muestras públicas de beneplácito, algunos analistas temen atentados en el corto plazo

JERUSALEN.- "Era la persona más peligrosa en Hezbollah. Mucho más que [el jefe de la organización] Hassan Nasrallah. Sin duda, suena bien."
Lo que le "sonó bien" al general (R) Giora Eiland, ex director del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, fue la noticia de la muerte del terrorista Imad Mughniyeh en Damasco.
Eiland recordó que "fue el responsable de todos los grandes atentados de Hezbollah, tanto en el exterior como en Israel", y destacó que su importancia no era menor que la de Nasrallah, mucho más conocido a nivel mundial.
El gobierno israelí desmintió terminantemente las acusaciones de Hezbollah que lo vinculaban con el asesinato de Mughniyeh, pero nadie aquí ocultaba su satisfacción respecto de la muerte del jefe de operaciones de la organización terrorista.
"El mundo es mejor sin él", dijo el ministro Gideon Ezra, ex sub jefe del servicio de seguridad Shin Bet, en términos muy similares a los utilizados ayer en Washington.
El general (R) Danny Yatom, diputado laborista y ex jefe del organismo de inteligencia israelí Mossad, no tenía duda de que el operativo de anteayer en Damasco fue un punto clave en la lucha contra el terrorismo. "Mughniyeh tenía un cerebro satánico y especialmente creativo, por lo cual sus atentados, en general, lamentablemente, tenían éxito. En este sentido, si no podrá ya planear y perpetrar atentados, hay un gran logro".
Poco antes, en declaraciones a Radio Jerusalén, Yatom había definido a Mughniyeh como "un terrorista tan peligroso como Osama ben Laden".
"Esto es un golpe mortal, desesperado", declaró Ehud Yaari, especialista en asuntos árabes en el Canal 2 de la televisión israelí, quien destacó que el cargo de Mughniyeh, jefe de operaciones de Hezbollah, en realidad no refleja toda la dimensión de su actividad.
"El era el cerebro, el que orquestaba, el que ideaba los atentados y organizaba su ejecución-dijo-. Fue quien trajo el sistema de los atentados suicidas a esta zona hace unas decenas de años. De esto, Hezbollah no sale así nomás."
El analista de seguridad del diario Haaretz , Amir Oren, llamó a Mughniyeh el "símbolo del eje del mal". Otros, "la cabeza de la serpiente".

Un golpe no letal

Todos destacaron que con su muerte se fue una figura central del terrorismo. Pero la pregunta pendiente era si acaso el golpe de anteanoche se hará sentir por mucho tiempo o tendrá sólo efecto pasajero.
"No es un golpe liviano", dijo Meir Litvak, experto en terrorismo islámico del Centro Dayan en la Universidad de Tel Aviv, aunque reconoció que Hezbollah no es una organización "débil".
"Algo así a otra organización la liquida. Pero Hezbollah es otra cosa", afirmó. Yatom opinó lo mismo: "Esto no desestabilizará a Hezbollah a largo plazo, no la desmoronará".
Sin embargo, eso no va en desmedro de la importancia del golpe propinado a esa organización terrorista con la muerte de Mughniyeh.
Yatom elogió la efectividad del operativo para matar al terrorista. "El terrorismo debe ser combatido dondequiera que ello sea posible. Los líderes, que son uno de los puntos de fuerza, deben saber que no son inmunes", dijo. "Ellos no mandan a sus hijos a suicidarse ni se colocan ellos cinturones explosivos. Sin duda, deben ser combatidos", añadió.
Yatom dijo que el asesinato de Mughniyeh puede servir de aliciente a Hezbollah para perpetrar nuevos atentados, con lo cual no podría afirmarse en absoluto que sirviera para garantizar la calma en la región y evitar más muertes.
"En esta guerra no hay ninguna certeza, es prolongada y con muchos esfuerzos continuos -enfatizó-. Pero alguien como Mughniyeh debía dejar este mundo y, por lo tanto, su eliminación sacará de la lista a uno de los enemigos más amargos del mundo libre."
Litvak aclaró que el éxito de inteligencia en el operativo contra Mughniyeh no significa que se pueda matar al jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, cuando se lo desee.
"Suele estar rodeado de muchos civiles, porque sabe que así no lo atacarán; no es lo mismo. Y no es seguro que haya una oportunidad", afirmó.

Alerta internacional

El general (R) Uzi Dayan, que fue vicecomandante en jefe del Estado Mayor y encabeza hoy el partido Tafnit, lamentó que un operativo como el que mató a Mughniyeh no haya sido concretado hace un año y medio.
"Eso habría cambiado totalmente el rumbo de la guerra contra Hezbollah", comentó. Agregó que habría preferido que Mughniyeh pagara por sus crímenes en un juicio, sentado en el banquillo de acusados y yendo luego a prisión. "Pero en la guerra contra el terrorismo en nuestra zona no siempre ello es posible", admitió.
Ahora, lo que tiene en claro es que el logro operativo contra Hezbollah, cualquiera que sea la identidad de los autores, deberá ir acompañado también de un estado de alerta en Israel.
"Pero la guerra contra el terrorismo es mundial y nadie, en ningún lado, puede estar tranquilo." Dayan aclaró: "La Argentina tampoco". .
Por Jana Beris Para LA NACION 
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El personaje

Terrorista de rostro desconocido

Era el segundo entre los más buscados
Imad Mughniyeh y Markus Wolf, aquel célebre espía del antiguo régimen comunista alemán del Este, tenían algo en común: ambos fueron apodados "el hombre sin rostro" porque pocos conocían realmente sus facciones.
Las similitudes se acaban ahí: Mughniyeh, el principal dirigente del grupo extremista libanés Hezbollah después del temido Hassan Nasrallah, no era un espía, sino lisa y llanamente un terrorista. Y no cualquier terrorista: hasta ayer era el más buscado después de Osama ben Laden.
Antes de los ataques del 11 de Septiembre, Mughniyeh tuvo el dudoso honor de ser el individuo que mató el mayor número de norteamericanos en todo el mundo: en 1983 había ordenado un atentado que dejó más de 300 muertos contra la embajada Estados Unidos y las barracas de marines en Beirut.
El terrorista, que oficiaba de nexo entre Irán, Siria y Hezbollah, planeó sangrientos ataques en todo el mundo, incluida la Argentina. Tan hábil era que, pese a la crueldad y el impacto de sus actos, pocos fuera de su círculo íntimo sabían cómo era su cara.
Hasta la lista de terroristas más buscados del FBI tenía una foto de él tomada hace 20 años, después de lo cual se había practicado varias cirugías estéticas para cambiar su apariencia. La foto de él difundida ayer es la única que se le conoce en décadas y fue emitida por Hezbollah, su propio movimiento.
El terrorista era considerado "una leyenda" por Hezbollah y se cree que le será muy difícil reemplazarlo, a diferencia de lo que ocurrió en 1992, cuando su anterior jefe Abbas Musawi fue asesinado y reemplazado enseguida como secretario general del grupo por el aún más radical Hassan Nasrallah.
La duda que queda es si Hezbollah responderá ahora con nuevos atentados, lo que podría suponer un riesgo para la Argentina. Según recordó ayer el diario israelí Haaretz, "después del asesinato de Musawi en 1992, Mughniyeh respondió con el ataque a un centro judío en Buenos Aires". .
Por Leandro UríaDe la Redacción de LA NACION 
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"Me da miedo que haya una venganza"

JERUSALEN (Para LA NACION).- Eli Ben Zeev, de 35 años, había llegado a la Argentina en 1990 con su esposa Miri y su único hijo, que luego ganó una hermana. Zeev era el responsable de la seguridad en la embajada de Israel en Buenos Aires cuando ésta voló por los aires, el 17 de marzo de 1992.
"Una amiga escuchó en la radio que había sucedido algo en la embajada de Israel. Decidimos irnos para allí. Al llegar a la calle Arroyo, todos los edificios alrededor estaban llenos de vidrios por las ventanas destrozadas. A Eli lo encontraron tres días después del atentado, porque estaba en los pisos de abajo", recordó Miri durante una entrevista.
Una de las tareas más difíciles, contó, fue darle la noticia a su hijo, que entonces tenía seis años: "Luego de tres días de espera, él quería saber dónde papá se había herido. Finalmente le tuve que decir que su papá había muerto".
Miri volvió a vivir en Israel, pero regresó dos veces a la Argentina. "Siento que Eli está allá, en Buenos Aires, que de hecho lo dejamos allí. Cuando fuimos al cumplirse diez años del atentado, realmente sentí que estaba allí dando vueltas, en el último lugar donde estuvo vivo", comentó.
Ella recibió con temor la noticia de la muerte del terrorista Imad Mughniyah, acusado del crimen a la embajada. "Me da miedo que ahora haya una venganza y haya otras familias como nosotros. ¿Decir que esto alivia? No sé. Es bueno que ellos sepan que en algún momento, al final, reciben su castigo, pero no es por eso que van a parar. Y si Mughniyah no está, vendrá otro, desgraciadamente, en su lugar", lamentó la viuda. .
 
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Tras el frustrado ataque contra un dibujante

Publicaron nuevamente las caricaturas de Mahoma

Diarios de Dinamarca defendieron la libertad de expresión
COPENHAGUE.- El temor a una ola de violencia como la que se desató hace dos años en el mundo musulmán creció ayer luego de que los principales diarios de Dinamarca volvieron a publicar una de las controvertidas caricaturas del profeta Mahoma, en defensa de la libertad de expresión.
La reproducción de la viñeta tuvo lugar un día después de que la policía danesa detuviera a tres personas acusadas de planear el asesinato del dibujante Kurt Wetergaard, de 73 años, autor del retrato de Mahoma con un turbante en forma de bomba con la mecha encendida.
La caricatura, originalmente publicada junto a otras once viñetas en septiembre de 2005 por el diario Jyllands Posten, volvió a aparecer ayer en ese medio y en los periódicos Politiken y Ekstra Bladet, entre otros.
También adhirió a la iniciativa el diario Berlingske Tidende , un medio conservador que por primera vez aceptó publicar la polémica caricatura "para respaldar la libertad de prensa".
"La nueva situación con amenazas de asesinato contra un caricaturista danés exige un claro, inequívoco y activo reconocimiento de que en Dinamarca no aceptamos limitar la libertad de expresión ni convertirnos en rehenes del fanatismo religioso", declaró ayer Lisbeth Knudsen, jefa de redacción del diario.
El diario izquierdista Politiken , en tanto, afirmó en su editorial que "los planes para matar a Kurt Westergaard no sólo son un ataque contra el dibujante, sino también un ataque contra la cultura democrática".
"Independientemente de si el Jyllands Posten utilizó en aquel momento la libertad de expresión imprudentemente y con consecuencias dañinas, el diario se merece la solidaridad incondicional cuando se lo amenaza con el terror", agregó.
Asimismo, por lo menos tres diarios europeos -en Suecia, Holanda y España- reprodujeron las caricaturas como parte de su cobertura de los arrestos de anteayer en Dinamarca.
Por otra parte, la prensa de Estocolmo informó ayer sobre planes descubiertos por el servicio secreto sueco para asesinar al dibujante Lars Vilks, autor de la viñeta que caracterizó a Mahoma como un perro.
La original publicación de las 12 viñetas de Mahoma desató, a principios de 2006, una ola de indignación y violentas protestas en el mundo islámico, que se cobraron la vida de más de 150 personas.
Además, las sucesivas manifestaciones, con quema de banderas escandinavas desde Marruecos hasta Indonesia, llevaron al boicot económico de productos daneses en países musulmanes, así como al incendio de sedes diplomáticas en Damasco y Beirut.

Temen nuevas protestas

La Sociedad Islámica Danesa (SID), de tendencia moderada, difundió ayer un comunicado en el que si bien dijo respaldar la libertad de expresión manifestó estupor por el número de medios que decidieron publicar la caricatura de Mahoma, ya que ello podría conducir a una radicalización de las protestas.
Según explicó, el temor creció debido a la decisión del gobierno danés de expulsar a dos de las tres personas detenidas ayer en la ciudad de Aarhus, ambas de nacionalidad tunecina, acusadas de planear un complot contra Westergaard.
Por el contrario, el tercer detenido, un danés de 40 años de origen marroquí, fue liberado ayer tras prestar declaración jurada ante el servicio secreto danés.
"La SID ha trabajado intensamente para limitar acciones incontroladas en Dinamarca. En los últimos tiempos habíamos logrado ejercer cierto control. Pero ahora, si no detenemos estas acciones represivas, como la deportación de esas dos personas, tememos perderlo", sostuvo el organismo.
Por su parte, el diario noruego Aftenposten indicó que el vocero de la mayor organización musulmana en Indonesia, Syaiful Bahri Anshori, ya alertó sobre nuevas manifestaciones en ese país para repudiar las viñetas publicadas.
"Estamos furiosos. No comprendemos cómo han podido volver a publicar las viñetas de Mahoma. ¿Es que acaso esta gente no tiene ningún respeto por el islam?", dijo Anshori.
La religión islámica prohíbe toda reproducción del rostro de Mahoma, incluso si es favorable a éste, por considerarlo una blasfemia y por temor a fomentar la idolatría. .
Agencias AFP, ANSA, DPA y EFE 
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Diario "La Nación". Buenos Aires, 14 de febrero de 2008.  
 
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