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lunes, 1 de junio de 2015

SIRIA 2013 Fuerte presión global para que Obama desista de atacar Siria

Cumbre del G-20

Fuerte presión global para que Obama desista de atacar Siria

Por  | LA NACION
 
SAN PETERSBURGO.- Barack Obama salió del auto blindado y forzó una sonrisa. "Hi, Vlad", saludó al anfitrión, el ruso Vladimir Putin, que lo recibió con una mirada gélida y la mano extendida en la entrada del Palacio de Constantino.
La incomodidad iría en aumento para el presidente de Estados Unidos: la cumbre del G-20 sobre la economía global se convirtió ayer en un gigantesco escenario de la creciente presión internacional para que el presidente norteamericano desista de bombardear Siria.
Los dirigentes de la Unión Europea (UE) y los líderes de Alemania, Italia, China y los países emergentes del BRICS advirtieron a la Casa Blanca sobre el peligro que implicaría para el equilibrio mundial un ataque contra el régimen de Bashar al-Assad. También el papa Francisco envió una carta a los presidentes para rogarles que buscaran "una solución pacífica".
Putin, férreo aliado de Al-Assad, anunció al abrir la cumbre que la crisis siria iba a convertirse en tema oficial de debate durante la comida, sin testigos, que compartieron hasta la medianoche los 25 presidentes invitados en un palacio de la antigua capital zarista.
Obama fue el último en llegar a esa comida, seguido por cientos de cámaras. El drama sirio lo empujó a una trampa. Casi sin apoyos internacionales y complicado para lograr el respaldo clave de la Cámara de Representantes, la semana próxima, para castigar a Al-Assad por los supuestos ataques con armas químicas a poblaciones civiles, Obama está más aislado y a la defensiva que nunca antes en su presidencia.
Entre las potencias, sólo Francia ratificó ayer su decisión de apoyar una operación bélica contra Damasco. El premier británico, David Cameron, también se unió a las denuncias sobre el uso de gas sarín en Siria, pero su margen de maniobra está limitado por el freno que el Parlamento le impuso la semana pasada a su plan de sumarse a la guerra.
Anoche, los cinco mayores países de Europa -Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y España- trabajaban en un intento de alcanzar un acuerdo de mínima para encontrar una posición común sobre cómo enfrentar el dilema sirio.
El francés François Hollande y Cameron están en clara inferioridad, pero lo que se pretende es ofrecerle a Obama un gesto que le permita no irse de Rusia con las manos vacías y les sirva a todos para ganar tiempo, según confirmaron anoche fuentes de las dos delegaciones europeas.
Una opción sería aprobar hoy una condena rotunda al uso de armas químicas y un llamado dramático al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que intervenga de inmediato en el conflicto.
Ese órgano está paralizado por el poder de veto que ejercen Rusia y China -dos de sus cinco miembros permanentes-. Por eso Obama recurrió al Congreso norteamericano en busca de un respaldo político para justificar la represalia contra Siria.
Pese a las diferencias entre sus socios, la UE se pronunció de manera tajante: al llegar a San Petersburgo, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, defendieron la "vía política" como única solución. "No hay solución militar para este conflicto", dijo Van Rompuy.
La canciller alemana, Angela Merkel, ratificó que no participará de una acción militar y exigió que se presenten pruebas antes de dar cualquier paso del que no se pueda volver. "La guerra tiene que terminar y eso sólo ocurrirá políticamente", enfatizó. Algo casi idéntico dijo el italiano Enrico Letta, que pidió a Putin como anfitrión de la cumbre que tomara como referencia para buscar consensos la carta que envió el papa Francisco.
Entre los presidentes más críticos al plan de Obama estuvo Cristina Kirchner: "Nadie quiere la guerra ni más muertes. Sería nefasto que se decida una acción unilateral. Es fundamental que las potencias actúen a través del Consejo de Seguridad".

Clima enrarecido

Putin empezó fortalecido la cumbre más difícil de los últimos tiempos. Un clima tan enrarecido entre Moscú y Washington no se vivía desde la Guerra Fría. El enfrentamiento empezó con la decisión del Kremlin de dar asilo a Edward Snowden, el responsable de las filtraciones sobre el espionaje masivo de Estados Unidos. Pero Siria agravó todo.
El día previo a la cumbre, Putin consideró en una entrevista con AP que las pruebas contra Al-Assad aportadas por la Casa Blanca eran "ridículas". Y dijo que sólo estaría dispuesto a intervenir si existieran evidencias contundentes de que fueron violadas las convenciones internacionales sobre armas químicas.
Ayer, el líder ruso promovió una declaración del grupo de los BRICS contra "el inútil propósito" de una operación bélica unilateral norteamericana. Rusia, Brasil, la India, China y Sudáfrica advirtieron sobre los "riesgos graves" que implicaría para la economía global y la seguridad en Medio Oriente.
"La guerra no puede resolver el problema en Siria. La situación actual muestra que la solución política es el único camino para resolver este asunto", insistió luego el gobierno chino en un comunicado oficial.
Obama se mantuvo firme. En una audiencia con el premier japonés, Shinzo Abe, ratificó la necesidad de actuar para castigar "una violación a la ley internacional" y "detener la tragedia que implica el uso de armas químicas".
En su comitiva aclararon que el presidente de Estados Unidos no tenía previsto anticipar a los miembros del G-20 cuál sería su plan de acción ni entregar detalles sobre las pruebas de que se usó armamento prohibido en la guerra civil siria.
Entre los invitados a la cena en el palacio Peterhof estaba el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, muy buscado por los presidentes "pacifistas". Ban exhortó a Obama a esperar el reporte completo de los analistas del organismo, que determinarán si realmente existieron los ataques bacteriológicos.
Según trascendió de fuentes diplomáticas, la cena no logró vencer la división establecida de antemano entre quienes estaban a favor y en contra de la intervención militar contra el régimen sirio. La versión fue confirmada más tarde por el premier italiano en su cuenta de Twitter. "Quedó certificada la división sobre el caso sirio", escribió Letta.
Hoy, en el cierre de la cumbre, Obama prevé reunirse con Hollande y Cameron. También agradecerá el respaldo de sus aliados en la región de conflicto, Turquía y Arabia Saudita. E intentará limar asperezas con el líder chino, Xi Jinping. Le espera otro día a la defensiva en la cumbre más incómoda de sus cuatro años y medio en el poder..

Una compleja crisis llena de incertidumbre

  • La apuesta de Obama
    El presidente norteamericano acusa a Damasco de haber usado armas químicas contra la población y planea una inminente intervención militar en Siria; Francia lo apoya
  • Rechazo
    Además de la negativa de Rusia, la mayoría de los países del G-20 se muestra en contra de un ataque a Siria; la UE apuesta por vías diplomáticas
  • La masacre de agosto
    El detonante de la crisis fue la masacre perpetrada con armas químicas supuestamente por el régimen sirio; según EE.UU., murieron unas 1400 personas
  • Desenlace incierto
    La semana que viene será decisiva para Obama, una vez que el Congreso norteamericano empiece a debatir la intervención militar
  • Del editor: qué significa.
    Una derrota diplomática en Rusia y la ausencia de apoyo internacional podrían perjudicar a Obama en la votación de la semana próxima en el Congreso.

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