La Nación. Jueves 01 de junio de 2000 |
Tras el controvertido ballottage
EE.UU., sin apoyo para sancionar a Perú
Los representantes latinoamericanos no respaldaron la moción de condena a Lima que había presentado Washington
WASHINGTON.- El gobierno de los Estados Unidos fracasó en su intento por
movilizar a los países de la Organización de Estados Americanos (OEA)
detrás de una fuerte condena al proceso electoral peruano, y el
presidente Alberto Fujimori ya no corre el peligro de quedar aislado del
sistema interamericano.
La administración Clinton quería activar el mecanismo para suspender a
Perú de la OEA, porque considera que la manera en que Fujimori obtuvo un
tercer mandato representa un quiebre del sistema democrático.
Pero la mayoría de los países de América latina -entre ellos la Argentina, Brasil y México, aunque con tonos diversos- adoptó una postura mucho más cauta, que puso freno a la ofensiva de los Estados Unidos.
El Consejo Permanente de la OEA, compuesto por los embajadores acreditados ante el organismo, sólo resolvió ayer incluir la cuestión "elecciones en Perú" en la agenda que debatirán los cancilleres el próximo lunes, en la primera sesión abierta de la asamblea anual que tendrá lugar en Windsor, Canadá.
"Lo importante es que el tema será debatido por los cancilleres, que tienen la potestad para tomar acciones", dijo el representante de los Estados Unidos ante la OEA, Luis Lauredo.
Pero en el camino había naufragado la moción que presentó Lauredo, con un fuerte respaldo de Canadá, para convocar a un encuentro especial de los cancilleres bajo el paraguas de la resolución 1080 de la OEA.
Dicha resolución se activa ante "hechos que ocasionen una interrupción abrupta o irregular del proceso político-institucional democrático" y permite hasta la suspensión del país donde se produce el quiebre institucional.
A pedido del representante de los Estados Unidos, el consejo sesionó ayer para escuchar un informe de Eduardo Stein, jefe de la misión de observadores de la OEA que se retiró de Perú alegando que el ballottage del domingo último no cumplía con los requisitos básicos.
Lejos de lo ideal
Stein presentó un informe de carácter "preliminar" en el que reitera su veredicto, según el cual "de acuerdo con los estándares internacionales, el proceso peruano está lejos de ser considerado como libre y justo". La embajadora de Perú ante la OEA, Beatriz Ramacciotti, acusó a la misión de haber "excedido" sus funciones, de tomar partido por la oposición y dijo que la experiencia peruana sienta "un grave precedente para el futuro de las misiones de observación" de la OEA porque violó el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados.El secretario general de la OEA, César Gaviria, defendió el trabajo de Stein, ex canciller de Guatemala, y en términos más generales el papel en la región de las misiones de observación, que sólo intervienen a pedido del país donde se realiza una elección.
Excepción
Sólo Venezuela, el otro país que está siendo observado con mucha atención por los Estados Unidos, se sumó al ataque en contra de los observadores.Pero Ramacciotti logró su objetivo: incorporó como otro eje de debate el principio de no intervención en los asuntos internos de otros países.
El embajador de Brasil, Carlos Alberto Barbosa, argumentó que "existe un delicado y necesario equilibrio entre la defensa de la democracia y el pleno respeto a la soberanía de los pueblos".
Por su parte, el representante argentino, Juan José Arcuri, también presentó un discurso de "malabarista", aunque enfatizó un poco más que Brasil la dimensión crítica al proceso electoral y su preocupación por la democracia. Al final, se declaró satisfecho con el resultado.
Luego, la delegación mexicana presentó la postura que obtendría también el apoyo de Chile, y el consenso de la mayoría: elevar el tema a la reunión de cancilleres, pero no bajo la resolución 1080, como temía Perú.
Como la OEA funciona por consenso, Lauredo se vio obligado a retirar la moción original de los Estados Unidos, pero antes advirtió que "las amenazas a la democracia son hoy mucho más sutiles, y por ello más peligrosas".
Nuevos peligros
Para la administración Clinton, el caso de Fujimori sienta un peligroso precedente, un nueva forma de alejamiento de la democracia que no llega vestida de uniforme militar, pero que necesita ser combatida antes de que se expanda en la región.Tanto el asesor de Bill Clinton para América latina del Consejo Nacional de Seguridad, Arturo Valenzuela, como el encargado del tema en el Departamento de Estado, Peter Romero, siguieron el debate desde el recinto de la OEA.
Pero la secretaria de Estado, Madeleine Albright, no tenía previsto hasta ayer asistir a la asamblea en Canadá, porque coincide con una visita de Clinton a Rusia.
Al final de la reunión, el embajador de Canadá, Peter Bohem, dijo que en el caso peruano se juega "la credibilidad de la OEA", que, según un funcionario de la Casa Blanca, debería ponerse a la altura del informe de Stein.
"Nos vemos en Windsor", se despidió Lauredo, como quien espera un nuevo round.
La embajadora de Perú, por su parte, resaltó que su país no había sido castigado y prometió insistir en Canadá con sus críticas a las misiones de observación de la OEA. .
Por María O´Donnell Corresponsal en EE.UU.
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