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miércoles, 8 de octubre de 2014

RUSIA - EE.UU. EL ENOJO NO ES UNA ESTRATEGIA POLÍTICA INTELIGENTE. NYE, JOSEPH S.

Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de setiembre de 2014.

El enojo no es una estrategia política inteligente

Tribuna. Occidente no debe aislar por completo a Rusia ya que comparte demasiados intereses.
  • Joseph S. Nye POLITOLOGO, Profesor DE LA UNIVERSIDAD DE Harvard

Occidente debe resistir el desafío planteado por el presidente ruso Vladimir Putin a la norma adoptada desde 1945 de no reclamar territorios por la fuerza, pero sin aislar por completo a Rusia, un país con el que Occidente tiene intereses en común en seguridad nuclear, no proliferación, antiterrorismo y el Ártico, y temas regionales como Irán y Afganistán. Además, en cualquier escalada del conflicto en Ucrania, Putin tendría la ventaja geográfica.
Es natural enojarse por los engaños de Putin, pero el enojo no es una estrategia política inteligente.
Occidente necesita imponer sanciones financieras y en materia energética para disuadir a Rusia en Ucrania, pero sin perder de vista la necesidad de colaborar con Rusia en otros asuntos.
Reconciliar estos objetivos no es fácil, y a ninguna de las partes le conviene una nueva Guerra Fría.
Hay que colocar este dilema entre forzar y negociar en una perspectiva a largo plazo: ¿qué tipo de Rusia queremos ver dentro de una década? Sin importar el agresivo uso de la fuerza y la alharaca propagandista de Putin, Rusia es un país en decadencia. La torpe estrategia de Putin de mirar a Oriente y al mismo tiempo librar una guerra no convencional en Occidente reducirá a Rusia al papel de proveedora de gas de China e impedirá a la economía rusa acceder al capital, la tecnología y los contactos que necesita en Occidente.
Algunos de los adversarios de Rusia dirán que su decadencia es deseable, ya que implica que el problema se resolverá solo. Pero es un error. Hace un siglo, la decadencia de los imperios austrohúngaro y otomano fue disruptiva para el sistema internacional. Una decadencia gradual, como la de la antigua Roma o la España del siglo XVIII, es menos problemática que una decadencia rápida; pero en definitiva lo mejor de aquí a una década sería que Rusia se recupere y vuelva al equilibrio.
Putin no tiene una estrategia para la recuperación a largo plazo de Rusia; sólo reacciona en forma oportunista (aunque a veces exitosa a corto plazo) a la inseguridad interna, a las amenazas externas percibidas y a la debilidad de sus vecinos.
Pero esa ideología de antiliberalismo y nacionalismo ruso no le dará al país el poder blando que necesita para aumentar su influencia regional e internacional. Por eso, las perspectivas de que una Unión Eurasiática dirigida por Rusia pueda competir con la Unión Europea son limitadas.
Cualquiera sea el resultado de las ideas de Putin, el país tiene armas nucleares, petróleo, gas, habilidades cibernéticas y cercanía con Europa, lo que le da recursos para causar problemas a Occidente y al sistema internacional.
Diseñar e implementar una estrategia para contener a Putin y al mismo tiempo mantener una relación a largo plazo con Rusia es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta hoy la comunidad internacional.
Copyright: Project Syndicate, 2014.

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