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miércoles, 18 de diciembre de 2013

CORRUPCION EN AMERICA LATINA. 1996



5. CORRUPCION EN AMERICA LATINA. 1996
Dr. Alfredo Bruno Bologna

            La corrupción en América Latina es un tema que se comienza a incluir en la agenda de organismos internacionales en los últimos años.
            A nivel internacional el tema es abordado por un organismo no gubernamental (ONG), Transparencia Internacional, que con sede en Berlín, elabora un informe anual sobre el grado de corrupción en 54 países.
            Transparencia Internacional está presidida por Peter Eigen y la investigación la realizó el profesor Johann Graf Lambsdorff de la Universidad de Gottingen.
            Debe advertirse sobre algunos aspectos tenidos en cuenta para la elaboración del cuadro sobre el ranking mundial de honestidad.
            Se comienza estableciendo una separación entre países industrializados y países subdesarrollados.
            Es inevitable que muchos países subdesarrollados aparezcan como muy corruptos ya que son los representantes de los países industrializados los que fomentan estas prácticas.
            La mayoría de los sobornos en contratos internacionales son pagados por ejecutivos de países centrales.
            Transparencia Internacional no comprende como aún no existe legislación para cortar esta práctica en los países centrales. Estados Unidos de América es el único país que por ley penaliza prácticas corruptas en el extranjero.
            También advierte que la encuesta presentada tiene un fuerte contenido subjetivo, por las apreciaciones de representantes de países centrales.
            Los países más corruptos dentro de la lista que presenta Transparencia Internacional son: Nicaragua, Pakistán, Kenia, Bangladesh, China, Camerún, Venezuela, Rusia, India e Indonesia.
            Los países de la región más implicados en esta práctica son: Nicaragua, Venezuela, Colombia, Brasil, Ecuador, México, Bolivia, Argentina y Chile.
            El informe de 1996, señala que Portugal (22) e Indonesia (45) han mejorado en los últimos quince años, mientras que Argentina, China y Rusia son considerados como crecientemente corruptos.
            Dentro del Grupo de los Siete países industrializados (G.7), el Reino Unido ocupa el lugar 12, Alemania el 13, Estados Unidos el 15, Japón el 17, Francia el 19 e Italia el 34.
            En la inauguración de la Asamblea Anual conjunta del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, celebrada en Washington el 1 de octubre de 1996, el Director General del FMI Michel Candessus resaltó la necesidad de terminar con la corrupción. Los gobiernos deben demostrar que no tolerarán la corrupción de ningún signo. De manera semejante se manifestó en la reunión mantenida con los Ministros de Economía y Hacienda de América Latina.
            Por su parte el Director Gerente del Banco Mundial, James Wolfenshom expresó que se necesita más transparencia y mayor compromiso para terminar con el cáncer de la corrupción.
            En el ámbito regional la IX Reunión Cumbre de los países del Grupo de Río, realizada en  Quito, Ecuador, el 5 y 6 de setiembre de 1995, solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA), la elaboración de una convención sobre corrupción.
            La inclusión del tema dentro de la agenda parte de una propuesta del canciller de Colombia, Rodrigo Pardo, quien considera a la corrupción como un elemento perturbador en el sistema democrático. Manifestó que la lucha contra la corrupción requiere mecanismos de cooperación internacional, dado que, muchas de las fuentes de la corrupción son de carácter mundial[1].
            En cumplimiento del mandato requerido por el Grupo de Río, la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una Conferencia Interamericana Especializada sobre la Corrupción, que se realizó en Caracas del 27 al 29 de marzo de 1996 y elaboró la Convención Interamericana contra la Corrupción.
            Entre los aspectos más importantes incluidos en la misma se pueden mencionar:
            Tipificación de delitos de enriquecimiento ilícito y soborno; extradición de funcionarios; identificación, rastreo, inmovilización, confiscación y decomiso de bienes y modificaciones en el secreto bancario para decomisar fondos cuando se cometa un delito.
            La Convención Interamericana contra la Corrupción, constituye el primer instrumento a nivel mundial para combatir este flagelo, colocando a América a la vanguardia de iniciativas de esta naturaleza.
            Es por ello que sería beneficioso, para su implementación, que este instrumento legal sea ratificado por todos los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).


[1] Diario “La Nación”. Buenos Aires, 4 de setiembre de 1995. P. 2.

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