Martes 20 de agosto de 2013
Mercosur: Brasil, Uruguay y la teoría de las dos velocidades
Los
dos socios avanzan en un acuerdo bilateral que contempla la integración
productiva y de infraestructura; en tanto, sueñan con la posibilidad de
avanzar, de forma bilateral, en una negociación con la Unión Europea
Y
finalmente parecen haber encontrado la fórmula para cortarse solos.
Brasil y Uruguay hablan de la teoría de las dos velocidades, postulado
que se traduce en que ambos avanzarían en un acuerdo con la Unión
Europea a corto plazo mientras que el resto del Mercosur -Argentina,
Paraguay y Venezuela- se tomarían un tiempo extra.
Desde hace
tiempo, los rumores que indicaban el apuro por acordar -tanto de Brasil,
Uruguay y Paraguay- sonaban como una letanía, a raíz de la molestia de
los sectores públicos y privados de esos países con las idas y venidas
proteccionistas y dilatorias de la Argentina. Aunque en voz alta, el
gobierno brasileño siempre se preocupó por destacar el interés de
preservar las negociaciones en bloque.Igual actitud asumieron los europeos. A pesar de haber elegido a Brasil como "socio estratégico", reiteraron hasta el cansancio que lo acordado -y el interés del bloque- era negociar con el Mercosur completo.
Hace unos días, el Financial Times publicó declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, en las que habló de los "fuertes incentivos" para avanzar en el acuerdo (que comenzó a negociarse en 1999), pero anticipó "que cada país (del Mercosur) podría negociar a velocidades separadas".
En el encuentro anual de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), que se hizo la semana pasada, se blanqueó la situación actual del bloque.
En la sesión del el Consejo de Comercio Exterior del Mercosur, representantes del sector privado y público de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay hicieron catarsis. El anfitrión, Enrique Mantilla, presidente de la CERA, dijo que el Mercosur "es como el verdadero amor: no tiene reglas".
Mauro Laviola, vicedirector de la Asociación del Comercio Exterior de Brasil, pidió la palabra antes del cierre del seminario para hablar sobre la "teoría de las dos velocidades".
"Los medios dicen que Brasil y Uruguay pueden hacer acuerdos por separado con la UE y eso no es así. Por la decisión 32/00, los países del Mercosur no pueden negociar de forma individual. Esa hipótesis no es viable mientras esté esa resolución, a menos que un buen día se reformulara. Lo que hoy es posible es hacer un acuerdo marco al que suscriban todos los países, y luego cada uno avanza con velocidades distintas".
Antecedentes
Luego, LA NACION mantuvo un breve diálogo con el representante de la influyente organización brasileña.-¿Encontraron una salida elegante y legal para avanzar solos?
-Hay antecedentes para esto. El problema es que la UE lo acepte.
-¿No cree que el principal interés de la UE en este acuerdo es Brasil?
-Sí, pero estamos imaginando hipótesis, esto no está arreglado. Es cierto que el interés más grande es el mercado brasileño, pero Brasil no puede hacerlo porque está preso de la 32/00.
-¿En qué consisten "las dos velocidades"?
-Es hacer un acuerdo marco que firman todos los miembros del Mercosur. Luego, Brasil presenta su cronograma de desgravación y recibe como reciprocidad el esquema de desgravación de la UE. Los demás países no necesitan seguir este mismo cronograma. Brasil y Uruguay -que suscribirían de inmediato el acuerdo- pueden tener cronogramas distintos. Venezuela en este momento no está en condiciones de hacer una oferta, si todavía ni siquiera cumplimentó el 50% de las disciplinas para sumarse efectivamente al Mercosur. Bolivia recién firmó un protocolo de eventual adhesión, y la Argentina, por su actual posición más bien proteccionista, no está en condiciones de hacer una negociación comercial con la UE. Probablemente la Argentina pedirá un tiempo para arreglar su economía y después entrar en una negociación efectiva, pero en algún momento tiene que cumplir el protocolo del acuerdo marco.
-¿Podría darse que el acuerdo entrara en vigor entre Brasil y la UE mientras el resto de los socios sigue negociando?
-Sí, pero todos los países tienen que firmar el acuerdo marco y asumir el compromiso de que en determinado tiempo acordarán con la UE. Son sólo velocidades distintas.
-¿Y si no lo hicieran en el plazo pactado, cae lo acordado por Brasil?
-Eso no lo sé. Es un acuerdo firmado entre cuatro o cinco países y la UE. Todos los países del Mercosur tienen que firmar ese protocolo y comprometerse. No pueden, utilizando el subterfugio de la velocidad diferente, jamás tratar de negociar. Las velocidades diferentes sirven para aquellos que no pueden acomodar las cosas inmediatamente.
-Según su intuición y experiencia, ¿todo apunta a esa salida?
-Sí, en la medida en que cumplan. No sé qué pasaría si dos lo firman y los otros tres o cuatro jamás lo cumplen.
Los "antecedentes" a los que se refiere Laviola tienen que ver con el Acuerdo de complementación económica Nº 59, suscripto en 2003 por los cuatro fundadores del Mercosur con Colombia, Ecuador y Bolivia (la Comunidad Andina). "Allí hay velocidades distintas. Ecuador tiene un plazo más largo para hacer su cronograma de desgravación, igual que Venezuela respecto de Paraguay, y Uruguay frente a Brasil y Argentina", dijo Laviola.
Según el Financial Times, el acuerdo con la UE se ha vuelto una necesidad urgente para Brasil ya que fue reclasificado como país de clase media alta y por ello, el próximo año perderá las preferencias comerciales con Europa (la única forma de volver a esa situación sería con un acuerdo comercial).
La exposición de Julio Sánchez Laspina, del Centro de Importadores del Paraguay, fue una larguísima enumeración de las quejas y desencantos de su país con el Mercosur y la necesidad de reformular el bloque. Por enésima vez, Paraguay habló de la importancia de poder firmar acuerdos independientes -cruzada en la que suma a Uruguay-. A propósito, el subsecretario de Relaciones Exteriores del Uruguay, Luis Porto, dedicó un buen rato de su charla a las incertidumbres que genera la actual situación.
Dijo que según la teoría, lo que hay que hacer en un escenario de incertidumbre -"Un señor ganó el Premio Nobel por demostrar eso"- es no poner todos los huevos en la misma canasta. "Hay que diversificar y esa es nuestra postura", sentenció.
La CERA festejaba en el seminario sus 70 años (ver recuadro), pero los datos que enumeró Mantilla en su discurso no trasuntaban precisamente un clima de algarabía.
"Si miramos nuestra performance exportadora en el ciclo 2011-2013, se verifican síntomas de amesetamiento con un crecimiento menor al 1,2% promedio anual y muy por debajo de la evolución del PBI. A eso hay que agregarle un dato estructural: estamos utilizando divisas ganadas con la exportación de recursos naturales -como granos- para importar otro recurso natural -la energía-. Tenemos un desafío en el sector externo que nos plantea el siguiente dilema: o exportamos de acuerdo al nivel de vida al que aspiramos o deberemos resignarnos al nivel de vida de lo que exportamos."
El proyecto oficial para reformar el Código Civil en la Argentina prevé la desaparición de la fidelidad como obligación matrimonial. La teoría de las dos velocidades parece inspirarse en el mismo espíritu: juntos, en el gran marco formal, pero puertas afuera, cada uno maneja sus tiempos y hace prevalecer los intereses locales.
¿Será éste el primer paso formal para la desintegración del Mercosur o una suerte de zamarreo que despierte al bloque del letargo de los últimos años? Una vez más, el tiempo tiene la respuesta.
URUGUAY + BRASIL
DE NAVIPIEZAS Y MOLINOS DE VIENTOEl subsecretario de Relaciones Exteriores del Uruguay, Luis Porto, detalló alguno de los puntos sobresaliente del Grupo de Alto Nivel.
"Arrancamos con la integración para una complementación productiva, con foco en tres sectores principales: el automotriz, la industria naval y la energía eólica. La esencia es repetir lo que se hizo con la industria automotriz. La posibilidad de que en las navipiezas haya complementación, que algunas se produzcan en un país y otras en el otro. Sólo Petrobras necesita 238 buques que Brasil no está en condiciones de producir por sí mismo y que quiere que se produzcan en la región. Por lo que este proceso de complementación tiene demanda segura", contó. Y admitió: "Uruguay no tiene aspiración de tener una industria armadora de buques, pero sí una industria de navipiezas".
En energía eólica se acordó realizar un parque conjunto. "Ambos tenemos parques eólicos y la idea es que varios de los componentes de los molinos se produzcan entre Brasil y Uruguay.
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