Diario "La Nación". Buenos Aires, Miércoles 23 de febrero de 2005
La gira del mandatario norteamericano por Europa: otro frente de conflicto pese a las coincidencias por Irak
El posible rearme chino provocó un nuevo roce entre EE.UU. y la UE
Bush expresó su "profunda preocupación" ante el eventual fin del embargo a la venta de armas a Pekín
BRUSELAS.- Pese al ambiente de reconciliación que predomina en los
diálogos entre Estados Unidos y Europa tras las divisiones por la guerra
en Irak, surgieron ayer nuevas divergencias luego de que el presidente
George W. Bush expresó su "profunda preocupación" ante la posibilidad de
que la Unión Europea (UE) levante el embargo a la venta de armas a
China, hecho que, advirtió, podría generar inestabilidad en Asia.
El presidente francés, Jacques Chirac, insistió ayer en que el embargo a
China, vigente desde la masacre de estudiantes en Tiananmen, en 1989,
"ya no se justifica". La declaración inquietó a la Casa Blanca y obligó a
varios dirigentes europeos a comprometerse a tener en cuenta las
preocupaciones del gobierno de Washington.
Las diferencias en torno de este tema surgieron sobre el final de una cumbre extraordinaria de la OTAN en Bruselas, la primera de este tipo a la que asiste un presidente estadounidense. El encuentro fue concebido para poner fin a las divisiones surgidas a raíz de la guerra en Irak.
"Existe una gran preocupación en nuestro país de que la transferencia de armas pueda ser una transferencia de tecnología a China, lo cual podría cambiar el equilibrio de las relaciones entre China y Taiwan", señaló Bush, en respuesta a la pregunta de un periodista. Añadió que durante la cumbre los líderes europeos "dijeron que escucharon las preocupaciones de Estados Unidos".
De esta manera, el presidente norteamericano puso sobre la mesa uno de los puntos que más fricciones provocan en las relaciones con sus tradicionales aliados europeos sólo un día después de haberlos exhortado a "borrar las tensiones" de los últimos años.
Según Chirac, el embargo europeo a la venta de armas a China no tiene ya sentido, pero el mandatario francés observó que su eventual levantamiento -que su país apoya- debe hacerse "en condiciones que Europa y Estados Unidos tienen que definir juntos".
"China es un socio estratégico de la UE y queremos eliminar los últimos obstáculos, pero con un espíritu de responsabilidad", dijo Chirac, que señaló la necesidad de dar al Congreso norteamericano -mayoritariamente en contra del levantamiento de las sanciones a Pekín- "todos los argumentos y garantías que permitan" acabar con ese embargo.
Las diferencias que el proyecto crea incluso dentro de la UE quedaron de manifiesto con las declaraciones del jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, que recordó que "varios países" europeos comparten la visión norteamericana sobre el asunto.
En medio de la disputa transatlántica, también China intentó ayer tranquilizar a Estados Unidos sobre el impacto limitado que tendría el fin de las sanciones. "El embargo es un arma política obsoleta. China y la Unión Europea han encontrado un consenso para rectificar esta medida con el fin de que las relaciones bilaterales progresen por buen camino", señaló el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Kong Quan.
"No afectará a los intereses de otros países y no significa de ninguna manera que China vaya a comprar equipos militares en masa", añadió Kong durante una rueda de prensa.
A pesar de las diferencias por China, Estados Unidos obtuvo el compromiso de los 26 socios de la OTAN de extender su participación en los programas de formación de las futuras fuerzas de seguridad iraquíes. "Toda contribución cuenta", dijo Bush al celebrar esta decisión, que marcó un simbólico punto final a las disputas en el seno de la Alianza Atlántica. El acuerdo contempla el entrenamiento de fuerzas iraquíes dentro o fuera del territorio de Irak. Las resistencias de Francia, Alemania y España habían congelado el programa, que prevé el entrenamiento de unos 1500 oficiales iraquíes al año. Además, Estados y la UE manifestaron su disposición a albergar una conferencia internacional sobre el futuro de Irak.
Como parte de su gira europea, Bush tiene previsto reunirse hoy con el canciller alemán, Gerhard Schröder, en la ciudad alemana de Maguncia, donde cientos de manifestantes expresaron ayer su rechazo a la visita del mandatario estadounidense, que buscará afianzar el acercamiento entre Washington y Berlín tras el rotundo "no" de Schröder a la guerra en Irak.
Similares protestas acompañaron a Bush a su paso por Bruselas y se espera que se repitan mañana en Eslovaquia, donde se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, última escala en su gira de cuatro días.
Ayer, Putin respondió a las críticas de Bush por el deterioro de la democracia en Rusia -tema que será uno de los ejes del encuentro- y afirmó que espera lograr "un diálogo de amigos" con el presidente estadounidense. .
Agencias AP, AFP y EFE
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