Diario "La Nación". Buenos Aires, 21 de noviembre de 2003.
Segunda ola de atentados: coinciden con la visita de Bush a Londres
Otra vez estalló el terror en Turquía: 27 muertos
Los blancos fueron británicos: el consulado y una sucursal del HSBC
ESTAMBUL (AP).- Dos atentados suicidas cometidos con menos de cinco
minutos de diferencia sembraron ayer caos y terror en Estambul, tan sólo
seis días después de los sangrientos ataques contra dos sinagogas de
esa ciudad turca. Esta vez, los blancos fueron británicos: el consulado y
una sucursal del banco londinense HSBC, y los muertos por lo menos 27,
entre ellos el cónsul general británico.
Los peores atentados dinamiteros de la historia turca, que además
dejaron alrededor de 450 heridos, coincidieron con el viaje del
presidente George W. Bush a Gran Bretaña y fueron atribuidos rápidamente
a la red terrorista Al-Qaeda.
Las fuerzas de seguridad fueron colocadas en su máximo estado de alerta tras las explosiones, cometidas, según la policía, con el mismo método utilizado en los atentados del sábado contra dos sinagogas, que dejaron 25 muertos.
Según confirmaron fuentes oficiales, el cónsul general Roger Short y la diplomática británica Lisa Hallworth figuran entre las víctimas de la explosión, registrada a escasos metros de la sede diplomática, en el elegante barrio de Beyoglu.
De acuerdo con el canal de televisión turco NTV, el atentado contra la sede diplomática tuvo lugar alrededor de las 11 de la mañana (hora local) cuando una furgoneta roja cargada de explosivos, al parecer conducida por un suicida, estalló pocos segundos después de que Short, un diplomático de carrera con amplios conocimientos sobre Turquía, entrara en el edificio.
La segunda explosión, menos de cinco minutos después, tuvo como objetivo una sucursal de la entidad bancaria de capital británico HSBC, en el concurrido barrio comercial de Lavant, que quedó totalmente destrozada.
Un hombre que llamó por teléfono a la agencia de noticias oficial Anatolia dijo que la red terrorista Al-Qaeda y el grupo militante islámico IBDA-C (Frente de los Defensores del Gran Oriente Islámico) se responsabilizaban de manera conjunta por el ataque.
El martes último, la organización que lidera el terrorista saudita Osama ben Laden había amenazado con realizar ataques terroristas con coches bomba y hombres suicidas durante la visita de Bush a Gran Bretaña, según informaron los diarios árabes que se editan en Londres.
"Les decimos al asesino de Bush y a sus seguidores, especialmente Gran Bretaña, Italia, Australia y Japón, que "los autos de la muerte" no se detendrán en Bagdad, Riad, Estambul, Jerba, Nasariyah o Yakarta", advertía el presunto mensaje de Al-Qaeda.
Ciudad paralizada
HSBC -el segundo banco más grande del mundo- cerró temporalmente sus sucursales, pero dijo que reanudará el servicio hoy, descartando cualquier posibilidad de retirar sus operaciones de Turquía. También indicó que hubo víctimas entre su personal, sin dar más detalles.En tanto, un vocero de la cancillería británica señaló que aún no se pueden ofrecer datos sobre la identidad y la cantidad exacta de víctimas. Pero según declaró el gobernador de Estambul, Muammer Guler, a la cadena de televisión CNN-Turk, cuatro ciudadanos británicos figuran entre los 27 muertos,16 en el consulado, entre ellos empleados locales y agentes de seguridad, y otros 11 en el HSBC.
Los hospitales se vieron sobrepasados por la llegada de gente en ambulancia y a pie. La mayoría de las más de 450 personas que tuvieron que ser atendidas presentaban lesiones por el impacto de cristales rotos.
Aunque las autoridades actuaron al parecer con diligencia tras los ataques, la ciudad quedó casi paralizada, con importantes rutas cerradas al tránsito para permitir el acceso rápido de los servicios de emergencia (ver aparte).
Además, los sistemas de telefonía fija y el fluido eléctrico en las zonas cercanas a los lugares de los atentados se cortaron, mientras las redes de telefonía celular colapsaron a medida en que miles de personas intentaban averiguar el estado de sus seres queridos.
Los ataques provocaron asimismo extraordinarias medidas de seguridad en la capital de Turquía, Ankara, donde la policía reforzó sus números en legaciones diplomáticas clave y cerró las calles en los alrededores de la embajada de Estados Unidos.
En tanto, el primer ministro Tayyip Erdogan aseguró que Turquía está decidida a vencer a los terroristas.
"El objetivo de estos ataques es la destrucción ante la determinación gubernamental... y la solidaridad internacional en la lucha contra el terrorismo", dijo Erdogan en conferencia de prensa. "Turquía se mantiene firme".
El premier deploró el momento en que fueron perpetrados los ataques, durante el mes santo del Ramadán.
"Aquellos que ensangrentaron este día santo y masacraron a personas inocentes responderán por ello en ambos mundos", dijo. "Serán malditos por toda la eternidad."
En tanto, el banco central turco anunció que tomó medidas para evitar repercusiones financieras de los ataques, poco después de que las acciones se desplomaran 7 por ciento en la Bolsa.
Por su parte, el presidente norteamericano, George W. Bush, afirmó durante una reunión con el primer ministro británico, Tony Blair, que los ataques dinamiteros ilustraron un "absoluto desprecio por las vidas de inocentes (ver aparte).
"Los terroristas esperan intimidar, esperan desmoralizar. No tendrán éxito", agregó.
También el ministro de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, que llegó anoche a Estambul, señaló que Bush y Blair le habían pedido que expresara al pueblo turco las "condolencias y la indignación por esta atrocidad".
Dijo, además, que los ataques "tienen todas las características del terrorismo que practica Al-Qaeda".
Anoche, al cierre de esta edición, Estados Unidos alertó sobre otros posibles ataques en Turquía, y aconsejó a los estadounidenses mantenerse afuera de la zona donde ocurrieron los mismos.
También se aconsejó a los estadounidenses mantenerse alejados de negocios para turistas, instituciones religiosas y centros comerciales. .
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