POBREZA. ERRADICAR LA POBREZA: ¿UNA UTOPÍA POSIBLE".
Domingo 31 de marzo de 2013 |
Erradicar la pobreza: ¿una utopía posible?
Mientras
crece en el mundo el número de quienes logran ascender desde el escalón
más bajo de la pirámide social, persisten desigualdades que dejan
todavía a 1300 millones de personas con necesidades básicas
insatisfechas, una urgencia que el papa Francisco volvió a poner en la
agenda
Cómo quisiera ver una Iglesia pobre y para los pobres..."
Refrendadas casi a diario con gestos de sencillez y austeridad desde
que inició su papado, estas palabras de Francisco llamaron la atención
sobre uno de los principales problemas del mundo, el de la pobreza.
Al
referirse de manera insistente y con sentido de urgencia a los pobres,
Francisco recordó que en la lista de asuntos globales pendientes sigue
en suspenso el destino de alrededor de 1300 millones de personas que no
alcanzan a cubrir sus necesidades más elementales, ya que subsisten de
mala manera con menos de US$ 1,25 diario.
En este inicio del siglo
XXI, el paisaje de la pobreza en el mundo sigue siendo sin duda
desolador. Pero hay razones para albergar cierto optimismo, e incluso,
según algunos estudios globales, para imaginar que un día puede ser
realidad la utopía de habitar un mundo sin pobres: en 1990 la cantidad
de personas obligadas a vérselas a diario con la cara más cruel de la
pobreza, es decir, la del hambre, sumaba más de 2000 millones. Hoy son
muchas menos.
El crecimiento económico de las últimas décadas
-especialmente notable en países como China y la India- ha hecho aportes
para nada despreciables a la causa. ¿Cabe pensar entonces, y sobre todo
ahora que el Vaticano agita con renovado énfasis esta bandera, que es
posible lograr avances decisivos en este frente? Hay quienes opinan que
sí.
"Acercarnos
a un escenario en el que prácticamente podamos erradicar la pobreza
multidimensional aguda es posible. Decimos esto no sólo por las fuertes
reducciones que se están registrando en los países de ingresos más
bajos, sino también porque la proporción de gente pobre ya alcanza
niveles verdaderamente bajos (de entre el 1% y el 5% de su población) en
algunos países de bajos y medianos ingresos." Así lo afirma en diálogo
con La Nacion Sabina Alkire, directora de la Iniciativa de Desarrollo
Humano y Reducción de la Pobreza de la Universidad de Oxford (OPHI, por
sus siglas en inglés), organismo que desarrolló, justamente, un índice
global de pobreza multidimensional.
Inspirado en la afirmación del
economista indio Amartya Sen, quien sostiene que "hay buenas razones
para ver la pobreza como privaciones de capacidades básicas en lugar de
hacerlo simplemente en términos de ingresos bajos", el índice de pobreza
multidimensional (IPM) es una fotografía de la pobreza tomada con lente
panorámico, ya que analiza otras variables que también hacen al
desarrollo y el bienestar de las personas. Por ejemplo, el acceso a la
salud, un buen nivel de escolarización o la disponibilidad de fuentes de
agua potable, por citar algunas.
De acuerdo con el IPM, de los
7000 millones de personas que habitamos el mundo, 1600 millones padecen
diferentes tipos y grados de privaciones que los alejan de una vida
diga.
Así y todo, el último informe de la OPHI, difundido días
atrás, es positivo, ya que muestra que del total de países relevados
-104, que concentran el 78% de la población mundial-, un grupo de 22,
con Nepal, Ruanda y Bangladesh a la cabeza, redujeron significativamente
sus índices de pobreza multidimensional. Y añade: "Si la tendencia se
mantiene, la mitad de esos países podría erradicar la pobreza
multidimensional en los próximos 20 años, en tanto que 18 del total lo
habrá hecho dentro de 40 años".
Claves del desarrollo humano
Hace
pocas semanas también se conoció el índice de Desarrollo Humano 2013,
elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que
también muestra importantes avances desde el año 2000 hasta la
actualidad en la mayoría de los países en desarrollo.
"Se han
observado mejoras notorias en todos los grupos y regiones, con un mayor
pogreso en los países con un índice de Desarrollo Humano bajo y medio.
Sobre esta base, se considera que el mundo es cada vez más equitativo",
se afirma en el informe de la ONU, cuyo título es de por sí ilustrativo:
El ascenso del Sur .
"El informe destaca este «ascenso
del Sur» entendiendo como tal la mejora significativa experimentada por
más de 40 países en desarrollo a nivel de reducción de la pobreza,
expansión de la clase media y avances en desarrollo humano más allá de
lo que se había previsto en las últimas décadas, así como la ampliación
del peso económico internacional de otros países (particularmente en
China, la India, Brasil y Rusia), que impacta a nivel geopolítico e
incluso en las formas y vías de la cooperación internacional", apunta
Rubén Mercado, economista senior del PNUD y uno de los coordinadores del
índice de Desarrollo Humano de nuestro país.
El índice de
Desarrollo Humano evalúa tópicos como salud, educación y nivel de vida.
El resultado de cruzar esos datos es una cifra que oscila entre 0 y 1.
Cuanto más cerca del 1, más alto es el nivel de desarrollo humano de un
país. La lista la encabeza Noruega, con 0,955. Le siguen Australia
(0,938) y Estados Unidos (0,937). Y la cierran Mozambique, con 0,327 y
Congo y Nigeria, con 0,304 cada uno. La Argentina desciende un puesto
respecto del informa anterior y se ubica en el número 45, con 0,811.
El
crecimiento de países tradicionalmente considerados en vías de
desarrollo, como Brasil, China y la India es de tal magnitud que, por
primera vez en 150 años, la producción combinada de estas tres economías
es prácticamente igual al PBI combinado de las potencias industriales
más consolidadas del Norte, es decir, Canadá, Francia, Alemania, Italia,
Inglaterra y los Estados Unidos.
Y el crecimiento económico de
estos países viene teniendo notables efectos a escala humana: a lo largo
de la última década, unos 380 millones de chinos abandonaron la
pobreza, al igual que algo más de 15 millones de brasileños, mientras
que en la India algo más de 22 millones de habitantes dejaron de
calificar como pobres entre 2005 y 2010.
Los avances registrados
en éstos y en otros países, como Bangladesh o Nepal -que, como se dijo,
registraron notables reducciones en términos de pobreza
multidimensional- están aportando nuevas recetas para salir de la
pobreza. No sólo a caballo de la versión más clásica del capitalismo se
llega a él. También, al menos en las primeras etapas de este desafío, se
puede alcanzar con el respaldo de un Estado activo, desarrollista, o a
través de estrategias de aprovechamiento de los mercados mundiales. O
con políticas sociales innovadoras, capaces de transformar la afluencia
de mayores recursos en un palpable desarrollo humano.
Presencia estatal
"La
mayor presencia del Estado en los últimos lustros aparece más bien como
un movimiento «compensatorio» y casi automático luego del colapso de
experiencias de transición acelerada en la ex Unión Soviética, del
fracaso de experiencias de desregulación y privatización extrema en
América latina, particularmente en la Argentina, y de la crisis
financiera iniciada en 2008 en los países más desarrollados", observa
Mercado.
Pero aún no está claro para los especialistas cuál es el
siguiente paso que un Estado debe dar tras haber cumplido su rol de
contención. "Aun no se detecta un paradigma de intervención claro y
coherente para dar sostenibilidad de largo plazo a los logros recientes
y, más aun, para que aseguren un mayor desarrollo humano con más
igualdad", reconoce el economista del PNUD.
El director de Poder
Ciudadano y ex viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, grafica
justamente este punto con el caso argentino. "La política social en la
Argentina insume unos 43.000 millones de pesos, de los cuales 38.000
millones son simple transferencia de dinero. Eso tuvo efectos positivos
en su momento, porque dio a las personas poder de consumo, pero ahora se
está convirtiendo en un serio obstáculo para el ingreso al mundo del
trabajo, algo fundamental para que el desarrollo humano se sostenga en
el tiempo. No podés hacerlo sólo con medidas asistencialistas."
A
pesar del optimismo con respecto a los logros mundiales, todos los
consultados coinciden también en que la falta de políticas que tiendan
al desarrollo de capacidades, así como a la productividad interna y al
crecimiento en términos de infraestructura podrían neutralizar o incluso
provocar retrocesos en el avance.
De hecho, y siguiendo con el
caso argentino, en el Barómetro de la Deuda Social de la UCA -inspirado,
vale decirlo, en declaraciones del papa Francisco
meses antes de que estallara la crisis de 2001, cuando siendo entonces
arzobispo de Buenos Aires instó a mirar más la deuda social que la
externa- las nuevas cifras de pobreza son superiores a las reveladas el
año último. Mientras que a fines de 2011 la pobreza se ubicaba en el
orden del 21,9%, a fines de 2012 esa cifra había alcanzado el 25% (ver
aparte).
"Es cierto que un sector importante de la población
mundial va saliendo de la pobreza en contextos de expansión de algunas
regiones, como la India o China. Pero los niveles de desigualdad siguen
siendo muy altos. En América latina la desigualdad se redujo levemente,
aunque es un problema difícil de medir debido a la subestimación de los
ingresos de los sectores más ricos", analiza Agustín Salvia,
investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
A
nivel mundial, el ingreso nacional bruto per cápita promedio en los
países cuyo índice de desarrollo humano se ubica entre los más altos es
20 veces superior al ingreso promedio de los países con índice bajo.
Pero no sólo de variables económicas se nutre la desigualdad. De hecho,
la esperanza de vida al nacer entre los países más favorecidos es un
tercio más elevada que en los menos favorecidos; en tanto que el
promedio de años de escolaridad entre adultos mayores de 25 años es
prácticamente tres veces más alto allí que entre los países con índice
de desarrollo humano más bajo.
"La reducción de la desigualdad
multidimensional es uno de los retos más importantes a futuro -reconoce
Rubén Mercado, del PNUD-. Pero si bien la salud, la educación y el nivel
de vida son pilares básicos del desarrollo humano que hay que seguir
mejorando y mucho, lo mismo ocurre con otras dimensiones no
cuantificables que hacen al empoderamiento de las personas para su
involucramiento y participación en la vida política, social y
comunitaria."
Ya lo dijo el premio Nobel de Economía Amartya Sen:
"El producto bruto interno es mucho más fácil de constatar y medir que
la calidad de vida de las personas." Si bien es cierto que el el
desarrollo humano no guarda relación directa con los ingresos o con el
PBI, cualquier logro en este sentido no deja de ser un avance. Un
prometedor primer paso que nos permite soñar, quizá, con que la utopía
del bienestar integral se encuentra un poco más cerca.
tres casos para tener en cuenta
En un mundo menos desigual, algunos países muestran avances que son esperanzadores
1 China Políticas exitosas En
la última década, la reducción de la pobreza multidimensional fue
notable en este país: 380 millones de chinos salieron de la pobreza en
esos años, un dato que refleja el peso económico internacional del país y
su impacto geopolítico.
2 Bangladesh Con buen ritmo El
país asiático encabeza la lista de los países que en mayor proporción
redujeron la pobreza multidimensional: en los últimos 5 años, bajó del
40 al 31,5% de la población y, al actual ritmo, podría erradicarla en
los próximos 20 años.
3 Brasil Inversión y empleo Entre
2000 y 2010, según la ONU, más de 15 millones de brasileños lograron
dejar atrás la pobreza gracias a un rol activo del gobierno (en la foto,
inversiones de cara al mundial de 2014) y políticas exitosas en la
generción de trabajo genuino.
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