Diario "Clarín", Buenos Aire, 13 de enero de 2013. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX |
Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 16 de septiembre de 2012
Los misterios y los juegos de poder amenazan al régimen chino
Desaparecido
durante dos semanas, el futuro presidente, Xi Jinping, volvió ayer a la
vida pública, pero su ausencia alimentó la inquietud social y echó
sombra sobre la estabilidad de un gobierno habituado al secretismo
Pekín.- ¿Dónde está Xi Jinping?
" fue la pregunta que más se repitieron los chinos en estas dos últimas
semanas. Cuando falta un mes para iniciar la transición de poder
político en el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh), el gobierno
parece querer contener y esconder cualquier tipo de información de sus miembros , como siempre lo hizo.
Esa
estrategia pudo haber funcionado en el pasado, pero ya no es ni fiable y
ni eficaz en una sociedad china más madura, más desarrollada
económicamente y verdaderamente influenciada por Internet. Por el
contrario, el secretismo del régimen amenaza ahora la legitimidad y
estabilidad de los últimos meses de gobierno del presidente Hu Jintao y
los primeros de su sucesor, Xi Jinping.Ayer, después de casi 14 días de una ausencia inexplicada, Xi, el próximo secretario general del PCCh, de 59 años, apareció en la Universidad de Agricultura de Pekín. Sonriente y apacible, resurgió en la esfera pública para disipar dudas que se multiplicaron con el paso de las horas en las últimas semanas.
La excusa oficial para su desaparición fue supuestamente una dolencia de espalda que lo forzaba a permanecer en reposo absoluto.
Pero al no tener una declaración pública y en medio de un ambiente tenso ante los futuros cambios políticos, las conjeturas salieron a la luz. Se habló de un atentado, una intervención quirúrgica para curar un cáncer de hígado y hasta un infarto. En las calles de Pekín, se decía en broma que se había hecho un lifting .
Durante estos 14 días, fuentes anónimas y personas cercanas a la familia se encargaron de desmentir los rumores y le dieron peso a la versión de la espalda. También dijeron que se encontraba confinado en un retiro laboral, preparando todos los detalles del congreso de octubre, del que todavía no se sabe la fecha exacta. Tradicionalmente a estas alturas todo debería estar publicado.
Si bien el gobierno chino demostró en repetidas ocasiones que prefiere mantener la vida de sus líderes al margen de la opinión pública, el silencio sobre Xi tuvo efectos contraproducentes y golpearon esa "estabilidad" que los líderes chinos buscaron proteger .
"Pudo haber funcionado en el pasado, pero un enfoque así hoy en día está fuera de sintonía con el desarrollo de la sociedad china y la importancia de la nación a nivel global, especialmente en este punto crucial en el que el Comité Permanente del Politburó va a someterse a su renovación total", opinó el historiador Jonathan Fenby, en The Financial Times.
Hace un año, se rumoreaba que el ex presidente Jiang Zemin había fallecido. Xinhua, agencia oficial china, desmintió rápidamente el rumor sin importar que fuera un líder retirado. En el caso de Xi, a pesar de ser un político activo y el futuro presidente del país, diversas fuentes dijeron a LA NACION que los medios chinos tenían prohibido escribir sobre él hasta nueva orden. Ayer, después de que Xinhua publicó la foto de Xi en la universidad, los otros medios comenzaron a replicar esa misma noticia.
Pero no sólo los medios de comunicación. "Xi Jinping", "dolor de espalda", "accidente automovilístico" o "príncipe heredero" se convirtieron en palabras sensibles en Weibo (similar a Twitter) y fueron inmediatamente censuradas para cumplir con "las respectivas leyes, regulaciones y políticas". Sucede que China está ante un dilema nuevo, que no tuvo que enfrentar en las pasadas transiciones: Internet. Las redes sociales y los portales de blogs son usados por 450 millones de internautas. Y ellos son cada vez más ingeniosos en las formas de evitar los censores.
"Las especulaciones son reveladoras, tanto del pulso interno existente para definir el rumbo del país como de lo obsoleto de los mecanismos de gestión de la comunicación por parte de las autoridades", afirmó a LA NACION Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China.
Esta transición es la primera en la que un líder no fue escogido con años de anticipación y, por eso, las pujas de poder crecen y dividen al régimen en dos: quienes quieren un país abierto a ciertas reformas políticas y sociales, y quienes quieren reforzar el control político para concentrarse en el crecimiento económico. Esto, según Ríos, se hace más evidente ante una sociedad china que es más madura y que se anima a tener una opinión propia.
"No deberíamos descartar que tanta intoxicación -como las disputas con Japón por el archipiélago de Diaoyu y otras islas- responda a una estrategia de distracción para alejarnos del tema central: qué rumbo adoptará China en los próximos años en la economía, la política, la seguridad, las relaciones exteriores", afirmó Ríos.
Si resultan ciertos los rumores de una enfermedad grave de Xi, el Partido seguramente tomará cartas en el asunto. Para ser presidente de China se debe estar bien de la salud por los próximos diez años, especialmente en un ambiente de fuertes luchas de poder y después de un año tan movido políticamente.
Primero fue el escándalo sin precedente de Bo Xilai, su destitución y expulsión del partido, y la condena de muerte de su esposa por el asesinato de un británico, suspendida por dos años. Luego, la evidencia de una lucha de poder interna de facciones, entre la que está encabezada por Hu Jintao y la de la escuela de Shanghai, liderada por Xi. También hubo ataques para Li Jihua, aliado clave de Hu, quien se pensaba que ocuparía un puesto clave en el Politburó.
La puja se refuerza aún más con los rumores de que la reunión, de principios de septiembre, de los líderes comunistas en Beidahe fue tensa. Se cree que debido a la falta de conciliación es probable que se reduzcan a siete, en lugar de nueve, los escaños del Comité Permanente del Politburó para balancear los poderes.
Mientras se hacen públicas las fechas del congreso partidario y los futuros cambios, los analistas apuntan a que aún no se lograron tomar las decisiones dentro del PCCh porque se tienen visiones diferentes del futuro de China. Es claro que las facciones están tomando decisiones como grupo. El silencio muestra que el partido lucha por el consenso, para fortalecer su imagen de unidad en los altos mandos. La última palabra está en los actuales líderes y en cómo ponen sus fichas de la mejor forma. La decisión de ocultar información sobre Xi no está ni siquiera en sus manos, sino en el colectivo comunista.
Un pecULiar termómetro comUnista
En China conviven el comunismo con una economía capitalista. La "liberalización" fue lanzada por Deng, como quiebre de la mano dura de Mao. Desde entonces, sus sucesores tuvieron diferentes grados de adhesión al comunismo.- Mao Tse-tung
1949-1976
Profesión: Maestro
Mandato: 27 años
- Deng Xiaoping
1978-1983
Profesión: Ninguna
Mandato: 5 años (fue un cargo informal)
- Jiang Zemin
1989-2002
Profesión: Ingeniero
Mandato: 13 años
- Hu Jintao
2002-2012
Profesión: Ingeniero
Mandato: 10 años
- Xi Jinping
2012-
Profesión: Ingeniero
Mandato: Aún no empezó
Del editor: cómo sigue.
Por ahora la opacidad del régimen no afectó la economía, pero lo hará si la desaceleración se acentúa y el gobierno sigue distraído por sus intrigas internas.
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Xi sufrió también desde pequeño las purgas políticas a las que fue sometido su padre, Xi Zhongxun, uno de los héroes de la revolución, tildado luego de contrarrevolucionario y encarcelado en 1968.
Sin embargo, el próximo líder del Partido Comunista de China (PCCh) logró transformar su amargo pasado en una de las principales fortalezas. A diferencia de Hu Jintao, el actual presidente, percibido por el pueblo como un tecnócrata cauteloso y distante, Xi es visto como alguien más cercano al ciudadano común, producto de sus años en el campo. "Tiene un estilo más comunicativo y es más espontáneo y cálido que Hu", dijo a LA NACION, Kerry Brown, jefe del Programa para Asia del Centro Británico Chatham House.
Xi es considerado un hombre de consenso entre las diferentes facciones del partido -cercano al ex presidente Jiang Zemin- y con poderosas conexiones con las fuerzas armadas. Casado con la popular cantante, Peng Liyuan, y padre de una hija universitaria, también es percibido como alguien que "adhiere a las reformas económicas, lucha contra la corrupción y tiene conocimiento de asuntos internacionales", detalló Jorge E. Malena, coordinador de Estudios sobre China Contemporánea en la Universidad del Salvador.
Luego de trabajar en el campo, Xi estudió ingeniería en la renombrada Universidad de Tsinghua, en Pekín. En 1974 se unió al partido y ganó peso hasta llegar a ser secretario en la provincia de Hebei y luego, de la glamorosa Shanghai.
El actual vicepresidente, que ayer reapareció luego de un misterio de dos semanas, que generó todo tipo de rumores sobre su estado de salud, asumirá como secretario general del partido en octubre. Resta por verse si será más enérgico que Hu a la hora de realizar reformas, como esperan los analistas. De todos modos, a pesar de su carisma, Xi no puede alterar él solo la dirección del país como lo hicieron Mao Tsé-tung y Den Xiaoping. Detrás tiene toda la sombra del partido. La gran incógnita es si podrá dominar a las distintas facciones del PC para poder dejar su huella en la historia china..
Por ahora la opacidad del régimen no afectó la economía, pero lo hará si la desaceleración se acentúa y el gobierno sigue distraído por sus intrigas internas.
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Domingo 16 de septiembre de 2012
El perfil
El príncipe que vivió como un campesino
Llegó
a vivir en una cueva, durmió en una cama infestada de pulgas y se
alimentó a base de pan de chala de maíz durante siete años. A pesar de
pertenecer a la elite de los "principitos", como suele llamarse a los
hijos de los altos jerarcas del Partido Comunista, el camino de Xi
Jinping hacia la cúpula del poder de China no fue fácil.
Durante
el caos de la Revolución Cultural, en 1969, Xi, de 15 años, fue obligado
a abandonar Pekín para ir a trabajar como campesino a la provincia
noroccidental de Shaanxi. "La pasé peor que el resto de la gente",
confesó el propio Xi, que hoy tiene 59 años, a una revista china, en
1996.Xi sufrió también desde pequeño las purgas políticas a las que fue sometido su padre, Xi Zhongxun, uno de los héroes de la revolución, tildado luego de contrarrevolucionario y encarcelado en 1968.
Sin embargo, el próximo líder del Partido Comunista de China (PCCh) logró transformar su amargo pasado en una de las principales fortalezas. A diferencia de Hu Jintao, el actual presidente, percibido por el pueblo como un tecnócrata cauteloso y distante, Xi es visto como alguien más cercano al ciudadano común, producto de sus años en el campo. "Tiene un estilo más comunicativo y es más espontáneo y cálido que Hu", dijo a LA NACION, Kerry Brown, jefe del Programa para Asia del Centro Británico Chatham House.
Xi es considerado un hombre de consenso entre las diferentes facciones del partido -cercano al ex presidente Jiang Zemin- y con poderosas conexiones con las fuerzas armadas. Casado con la popular cantante, Peng Liyuan, y padre de una hija universitaria, también es percibido como alguien que "adhiere a las reformas económicas, lucha contra la corrupción y tiene conocimiento de asuntos internacionales", detalló Jorge E. Malena, coordinador de Estudios sobre China Contemporánea en la Universidad del Salvador.
Luego de trabajar en el campo, Xi estudió ingeniería en la renombrada Universidad de Tsinghua, en Pekín. En 1974 se unió al partido y ganó peso hasta llegar a ser secretario en la provincia de Hebei y luego, de la glamorosa Shanghai.
El actual vicepresidente, que ayer reapareció luego de un misterio de dos semanas, que generó todo tipo de rumores sobre su estado de salud, asumirá como secretario general del partido en octubre. Resta por verse si será más enérgico que Hu a la hora de realizar reformas, como esperan los analistas. De todos modos, a pesar de su carisma, Xi no puede alterar él solo la dirección del país como lo hicieron Mao Tsé-tung y Den Xiaoping. Detrás tiene toda la sombra del partido. La gran incógnita es si podrá dominar a las distintas facciones del PC para poder dejar su huella en la historia china..
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