CHINA 2014. Detienen por corrupción al ex ministro de Seguridad chino

Diario "Clarín" Buenos Aires, 6 de diciembre de 2014.

Detienen por corrupción al ex ministro de Seguridad chino

Campaña anticorrupción.Zhou Yongkang llegó a integrar el Comité del Politburó. Se lo acusa de “utilizar su poder para obtener sexo y dinero”.

En medio de una severo campaña contra la corrupción, que enquistó gran parte del poder en China, el gobierno del presidente Xi Jinping ordenó detener y expulsar del Partido Comunista chino (PCC) al temido y poderoso ex ministro de Seguridad Pública, Zhou Yongkang, quien había llegado a integrar el Comité del Politburó.

Se trata del funcionario de mayor jerarquía en ser procesado desde el emblemático juicio por traición en 1981 contra la viuda de Mao Tse Tung y otros miembros de la “Banda de los Cuatro”, que persiguieron a oponentes políticos durante la Revolución Cultural.

Según la agencia estatal Xinhua, Zhou, quien se retiró del poderoso buró político del Partido Comunista en 2012, “filtró secretos del partido y del país” durante su mandato y “aceptó grandes sumas de dinero y propiedades personalmente y a través de su familia”.

En un crudo lenguaje, la agencia reproduce un comunicado del buró político donde sostiene que Zhou, de 72 años, “abusó de sus poderes para ayudar a sus allegados, amantes y amigos a obtener grandes beneficios en contratos comerciales, lo que ocasionó grandes pérdidas a los activos del Estado”. “Cometió adulterio con numerosas mujeres y utilizó su poder para obtener sexo y dinero. Su comportamiento mancha la reputación del Partido, y perjudica gravemente a la causa del Partido y del pueblo”, agrega.

El ex ministro es uno de los funcionarios más importantes que cae desde que el presidente Xi Jinping “declaró la guerra a la corrupción” y la convirtió en una cuestión de vida o muerte para China, ya que estaba afectando seriamente su economía.

La decisión de expulsar al ex funcionario se acordó “en una reunión del buró político del comité central del Partido Comunista Chino”. El proceso, en estos casos, contempla un primer paso que es el reconocimiento de su culpabilidad durante un juicio, para luego recibir una dura condena a prisión.

Zhou fue titular de la China National Petroleum Corporation (CNPC). Desde allí amasó su fortuna a través de una red de influyentes responsables políticos del PCC, que mantienen vínculos con la lucrativa industria del crudo. En 2002, Zhou alcanzó el último círculo de poder al convertirse en uno de los 25 miembros del buró político del Partido Comunista con las funciones de ministro de Seguridad Pública.

Este responsable político también era miembro del Comité Permanente del buró político del PCC y, en este sentido, uno de los hombres más poderosos del país. Durante su mandato, el presupuesto de los órganos de seguridad chinos sobrepasó el del Ministerio de Defensa.

Llegó a ser uno de los hombres más temidos del poder porque controlaba directamente los servicios de Inteligencia, la policía y la magistratura. Durante los levantamientos populares en las regiones autónomas del Tíbet en 2008 y de Xinjiang en 2009, feudo de una minoría musulmana, el entonces jefe chino de seguridad se destacó por el uso de la fuerza para reprimirlos.

El presidente Xi hizo de la lucha contra la corrupción uno de los ejes de su política y aseguró que combatiría tanto contra “las moscas”, como denomina a los pequeños funcionarios corruptos, como contra los “tigres”, los altos dirigentes. Algunos observadores estiman que esta cruzada contra la corrupción sirve también al jefe de Estado chino para eliminar a sus adversarios políticos.

Dentro de la campaña contra la corrupción, China lanzó este año una operación denominada “Caza del Zorro”, destinada a capturar a sospechosos de este delito que huyeron a otros países. Entre julio y noviembre pasado logró detener a 428 personas, gracias a la colaboración de organismos de seguridad extranjeros.

Las detenciones se llevaron a cabo en 60 países de Europa Occidental, Pacífico Sur y África. De ellos, 32 sospechosos llevaban más de una década fugados y 231 se entregaron voluntariamente a las autoridades al ponerse en marcha la campaña.