iECO. Diario "Clarín". Buenos Aires, 10 de agosto de 2014.
Fracking de aguas profundas, la próxima frontera petrolera
ENERGIA nuevos negociosLa práctica de la fractura hidráulica para extraer más crudo de fondos marinos avanza. Y también las controversias.
Las petroleras
están llevando su controvertida operatoria del fracking de la tierra al
mar, a aguas profundas frente a costas de Africa, América del Sur y los
Estados Unidos.
La fractura de rocas subterráneas para que fluya más petróleo y gas a los pozos se ha convertido en una de las prácticas más lucrativas
del último siglo. La técnica es también blanco de críticas por
considerársela una fuente de contaminación del agua subterránea. La
pregunta es ahora cómo se desarrollará el debate a medida que los
equipos se internan en el mar. Por el momento, todos se mueven con
cautela.“Es el medio más difícil en que trabajaremos”, dijo Ron Dusterhoft, ingeniero de Halliburton, la mayor operadora de fracking del mundo. “No podemos permitirnos un traspié”.
El fracking marino es parte de una estrategia de la industria para sacarles el jugo a los miles de millones de dólares en proyectos de aguas profundas. La práctica existe desde hace dos décadas, pero sólo en los últimos años se han hecho avances tecnológicos y grandes descubrimientos marinos que tornan viable el fracking en gran escala.
Si bien el fracking, o fractura hidráulica, también avanza frente a las costas de Brasil y Africa, la gran apuesta es en el Golfo de México, donde pozos a más de 160 kilómetros de la costa deben atravesar profundidades de 1,6 kilómetros o más y cuya perforación puede costar casi US$100 millones.
Esos proyectos de perforación costosos suponen un gran beneficio para proveedoras de servicios como Halliburton o Baker Hughes. También puede aumentar el trabajo de Schlumberger, que proporciona equipo de fracking offshore para mercados estadounidenses del Golfo. Y petroleras como Chevron, Shell y BP podrían cosechar con el tiempo miles de millones en ingresos adicionales cuando el fracking eleve la producción de crudo.
Se estima que la fractura hidráulica en el Golfo de México crecerá más de 10% de aquí al 2015, dijo Douglas Stephens, de Baker Hughes, que opera alrededor de la tercera parte de la flota de fracking offshore del mundo.
Se trata de una inversión razonable y atractiva para un sector que enfrenta el desafío de “cómo fracturar y estimular mejor las rocas” petroleras, dijo Cindy Yielding, directora de Evaluación de BP.
En el mar, el agua que fluye de los pozos fracturados se limpia en plataformas cerca del pozo mediante el filtrado de petróleo y otros agentes contaminantes. El agua de desecho tratada se lanza luego al Golfo de México, donde la dilución la vuelve inofensiva, según compañías y entes reguladores.
En California, los oponentes a esta práctica han solicitado a los reguladores federales que prohíban la actividad en esa costa hasta que se sepa más sobre sus efectos.
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