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martes, 23 de junio de 2015

IMPERIALISMO 2009 Imperialismo en primera persona

Política / Testimonios

Imperialismo en primera persona

John Perkins no tenía un trabajo cualquiera. Hoy él lo define como el de un "gangster económico". Dos libros y un film cuentan su historia, que incluye su arrepentimiento
"Yo he sido un gangster económico." Así se presentaba el estadounidense John Perkins allá por 1982, ante la página en blanco que le servía de confesionario. Ese libro que apenas comenzaba a escribir terminaría dedicado a dos presidentes latinoamericanos, fallecidos en 1981 en presuntos accidentes aéreos: Jaime Roldós, de Ecuador, y Omar Torrijos, de Panamá. "Nosotros, los gangsters económicos, no conseguimos doblegarlos", escribía por entonces Perkins. Veinte años después, el hombre se decidió a publicar su historia, no en vano titulada Confesiones de un gangster económico . En ese lapso, amenazas y sobornos lo convencieron en cuatro oportunidades de que lo mejor era mantenerse en silencio. Sin embargo, unos días después del atentado contra las Torres Gemelas, Perkins sintió que debía publicar su historia. Sería un relato con todas las verdades acerca de su pasado.
El suyo no había sido un empleo cualquiera. Durante diez años había trabajado como economista de la consultora estadounidense Chas T. Main, y sus tareas cotidianas incluían visitas a países del Tercer Mundo para convencer a sus líderes de que aceptaran créditos millonarios. Detrás de esa fachada había una intención oculta. Los jefes de Perkins respondían a la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (CIA) y el verdadero objetivo de la transacción financiera era lograr el endeudamiento para luego extorsionar a los jefes de Estado y obligarlos a seguir los lineamientos de la Casa Blanca. La noticia del atentado en Nueva York despertó a Perkins de un largo ensueño y lo llevó a publicar su experiencia y denunciar los manejos de lo que llama la "corporatocracia", un poder integrado por personas que influyen en el curso político y económico del mundo para cuidar -a cualquier precio- los intereses de las grandes compañías. Los gangsters económicos hacían el trabajo "limpio": convencían por las buenas a los dirigentes tercermundistas para que éstos aceptaran los préstamos, apoyaran ciertas leyes o regalaran recursos. Cuando esa maniobra fallaba, cuenta Perkins en Confesiones..., llegaba la hora de los "chacales", quienes se encargaban de que la negativa se pagara con sangre. En palabras de Perkins, Omar Torrijos y Jaime Roldós fueron asesinados en 1981 por resistirse a esas presiones. Décadas después de aquellos presuntos magnicidios, Perkins denunciaba los asesinatos. Y lo hacía desde un lugar impensado: nada menos que en las entrañas de ese sistema conspirativo.
En 2004, Confesiones de un gangster económico llegó a las librerías del mundo anglosajón (un año más tarde, Ediciones Urano lo lanzó en la Argentina). Y cuando la editorial Penguin lo reeditó, el desahogo de Perkins brilló en la escena pública y el libro figuró en la lista de best sellers del New York Times . Este año, el Bafici presentó Apology of an Economic Hit Man , el documental que recrea su historia, dirigido por el cineasta griego Stelios Koiloglou. Entre otras imágenes inolvidables, la película muestra a Perkins durante una ríspida presentación en Quito, en la que pide perdón por su responsabilidad en la muerte de Roldós. Él había sido la persona encargada del "apriete" económico, y sabía que los "chacales" habían organizado el "accidente" que terminó con su vida. En otro momento de la película, el ex gangster recuerda que él deseaba que el político nacionalista abandonara sus principios y se doblegara a las exigencias, pese a que tras varias entrevistas con Roldós ya sabía de qué manera iba a reaccionar. "Roldós no iba a aceptar las presiones, y yo lo admiraba por eso. Pero deseaba con toda mi fuerza que se dejara sobornar, porque de lo contrario sabía que su vida estaría en peligro", señala. Roldós rechazó las propuestas de Perkins y, poco después, el 24 de mayo de 1981, su avión se estrelló de manera inexplicable.
Este año, la edición en español de La historia secreta del imperio americano (Urano) trajo nuevas noticias de Perkins. En esas páginas, el autor ahonda en los pormenores del sistema sobre el que se habría construido el poder de su país. Y el mes próximo, Perkins volverá al ruedo con Hoodwinked , donde pone el acento en la búsqueda de soluciones y propone cambiar la situación mundial a partir de la militancia cotidiana. Perkins tiene fe en el sistema capitalista y cree que hay que buscar su futuro en las raíces culturales de la nación norteamericana. No piensa, en absoluto, que la idea de un "capitalismo humanizado" sea una contradicción. " Hoodwinked es acerca de esto. El capitalismo existe desde hace cuatrocientos años y ha cambiado mucho. El capitalismo no es el problema. El problema es la codicia, el egoísmo, las formas de explotación en las que el sistema se ha transformado desde la Segunda Guerra Mundial. Es un virus mutante que se debe erradicar", explica Perkins a adn cultura.
Desde Estados Unidos, Perkins se asoma a lo que, según afirma, son los primeros pasos de una nueva forma de economía mundial. "La gente está cada vez más consciente. La recesión y un montón de libros y películas sobre el tema han producido ese efecto. Un ejemplo es que a mí me llaman para dar charlas en universidades de todo el mundo y, aunque parezca increíble, también en las grandes corporaciones", celebra.
Tal como apunta este controvertido personaje, una tendencia de concientización acerca de las consecuencias del capitalismo y la responsabilidad de la "corporatocracia" en las crisis del Tercer Mundo parece haberse consolidado. Esto se refleja en films que aportan miradas muy ácidas: desde la filosa visión de Michael Moore ( Fahrenheit 9/11) hasta el aporte de Peter Joseph en los documentales Zeitgeist y Zeitgeist: Addendum (donde la historia de Perkins tiene un capítulo aparte), películas y libros llaman a abrir los ojos y a buscar alternativas viables a la situación actual del capitalismo. La canadiense Naomi Klein, autora de No Logo y La doctrina del shock , es una de las figuras más representativas de esta línea, y en sus trabajos denuncia las estrategias con las que los reyes del libre mercado someten a la población a lo que ella denomina "el capitalismo del desastre". Por su parte, y como antecedente de estas posiciones, el lingüista Noam Chomsky publicaba en 2003 su ya clásico Hegemonía o superviviencia: la estrategia imperialista de Estados Unidos , en el que analizaba la política de dominación de Estados Unidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la invasión de Irak.
El film Apology of an Economic Hit Man entra en sintonía con este clima de época y, a través de material documental, entrevistas y reconstrucción dramática adapta al cine la historia narrada en Confesiones... Tras ver el resultado, Perkins asegura que quedó satisfecho: "Me gustó en general, sobre todo por el material de archivo de Torrijos y Roldós. Celebré la oportunidad de pedirles perdón a los ecuatorianos. Pero creo que las escenas dramatizadas fueron un poco artificiales". El mensaje de la película es contundente: hay un sistema conspirativo responsable de las guerras y el hambre, para el que no hay obstáculos políticos o morales a la hora de obtener recursos y regalías que beneficien a las grandes corporaciones.
El sicario económico es un agente de presión. A cambio de préstamos directos o indirectos, las grandes potencias pedían (¿piden?) apoyo, o regalías, o la cesión de recursos naturales. En sus dos libros, Perkins exhibe los detalles de esas gestiones con milimétrica y espeluznante precisión. La "corporatocracia" no tiene fronteras ni reconoce períodos gubernamentales, y su funcionamiento por sobre los gobiernos de turno es, según el autor, uno de los puntos a atacar. Para Perkins, la presencia de Barack Obama en la Casa Blanca no basta para que pueda producirse una transformación. "El verdadero cambio en Estados Unidos tiene que venir de la gente -dice-; la esclavitud no fue abolida porque lo deseó Abraham Lincoln. Terminó cuando el pueblo eligió a un presidente que se opuso a la esclavitud. Las mujeres no obtuvieron el derecho de voto por Woodrow Wilson. Lucharon por el sufragio durante un largo período, y una vez que él se convirtió en presidente, se lanzó una campaña masiva que culminó en su apoyo. La Guerra de Vietnam no terminó por Richard Nixon. El gobierno retiró nuestras tropas sólo después de que los ciudadanos de todo el país exigieron el fin de un conflicto inútil. Hoy más que nunca el presidente tiene sus poderes limitados. Mi libro Hoodwinked es un llamado a la acción. Nosotros, el pueblo, debemos obligar a Obama a hacer lo correcto, pero también a otros políticos y especialmente a las empresas".
Sobre el mapa internacional, opina que América latina es epicentro de un posible cambio y foco de resistencia a la "corporatocracia". En su libro, el autor habla de nuestro continente como una tierra impredecible, con una inagotable tendencia a la revolución. La Argentina no le resulta un territorio familiar. "Sólo trabajé allí brevemente y tengo muy poca experiencia en ese país, por lo que no puedo opinar", dice. Pero sí ve que América latina es capaz de plantarse fuerte frente a los abusos de las corporaciones. "Latinoamérica enfrenta el mundo de hoy con un movimiento democrático que le dice ´No´ a la explotación. La nueva Constitución de Ecuador es realmente revolucionaria", afirma Perkins. Y al considerar el pasado de violencia que surca estas tierras, advierte que Evo Morales, Hugo Chávez y Rafael Correa deben ser muy cuidadosos: "Hay una larga historia de asesinatos de presidentes que tomaron cursos semejantes en sus gobiernos", avisa.
Ya pasó mucho tiempo desde que Perkins, un joven que, como él mismo dice, se movía por la ambición personal, ingresó al corazón del sistema conspirativo. Y también pasó mucho tiempo desde que decidió alejarse de ese mundo y dar a conocer lo que sabía. En 1990, el hombre emprendió el camino del arrepentimiento y la redención y se abocó a defender los derechos indígenas y a militar por la defensa del medio ambiente. Escribió cinco libros sobre el tema, con especial énfasis en las tribus del Amazonas, y su vida se repartió en clases en universidades y colaboraciones en organizaciones sin fines de lucro. Finalmente, se convirtió en fundador de la ONG Dream Change, que busca concientizar acerca del impacto de las acciones individuales en el mundo. Durante todos esos años los honorarios por sus labores como gangster económico ingresaban en su cuenta bancaria, como un modo de premiar su silencio. Y él, con culpa y remordimiento, destinaba ese dinero a la ayuda de organizaciones sin fines de lucro. Ahora mira a la distancia aquel septiembre de 2001, cuando dio el gran salto.
¿Qué fue lo más duro de escribir sus confesiones? Perkins es tajante. "Llegar a entender mi propio lado oscuro", asegura. Él sabe que ya no puede volver atrás, pero dice estar tranquilo: "Trato de no tener ningún remordimiento. Tengo que vivir con las cosas que hice y no estoy orgulloso, pero ellas mismas me han puesto en una posición en la que ahora puedo exponer la intimidad del imperio".
Perkins ha presentado una denuncia en la que él mismo es la máxima fuente de información. Sus objetivos son los manejos políticos de Estados Unidos, la complicidad del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, los secretos que rodean las invasiones a Irak y Afganistán, la muerte de dos presidentes a manos de los "chacales" y el poder omnipresente de la "corporatocracia". Sus libros son best sellers en su país, pero nada parece haber cambiado aún. Él es consciente de ello, y confía: "Escritores, cineastas y demás artistas y filósofos tienen a corto plazo una repercusión bastante limitada. Somos como los albañiles que pusieron los primeros cimientos de las grandes catedrales. Pero veo cambios sorprendentes en los estudiantes, en las universidades donde hablo. En los últimos cuatro años se han vuelto mucho más conscientes en su búsqueda de un mundo mejor. Se necesita tiempo para que eso se traduzca en un cambio real, pero va a suceder. Y esta revolución también se ve en América latina y en el hecho de que en Estados Unidos se eligiera a Barack Obama. El cambio está en el aire, pero todos debemos trabajar para que ocurra".
© LA NACION .
Por Natalia Gelós Para LA NACION - Buenos Aires, 2009

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