La causa Malvinas, en el menú
entre el Papa y Cristina
Almuerzan mañana. En la Santa Sede creen que Francisco
podría abordar el tema de las islas. En abril recibe a la reina de Inglaterra. Por Angela Nocioni | 16/03/2014
Diario "Perfil".
Desde el
Vaticano
Pasta con ragú a la boloñesa y quesos frescos italianos. Es el sencillo menú que tienen previsto ofrecer mañana a la presidenta Cristina Kirchner los cocineros de Santa Marta, en el pequeño hotel situado dentro del convento donde vive el papa Francisco. Sin embargo, según deslizaron a PERFIL fuentes vaticanas, el plato fuerte del almuerzo entre Cristina y Bergoglio sería en realidad el tema de la soberanía sobre las islas Malvinas. Sugestivamente, el Papa espera a la reina Elizabeth II de Inglaterra, el próximo 3 de abril.
Pasta con ragú a la boloñesa y quesos frescos italianos. Es el sencillo menú que tienen previsto ofrecer mañana a la presidenta Cristina Kirchner los cocineros de Santa Marta, en el pequeño hotel situado dentro del convento donde vive el papa Francisco. Sin embargo, según deslizaron a PERFIL fuentes vaticanas, el plato fuerte del almuerzo entre Cristina y Bergoglio sería en realidad el tema de la soberanía sobre las islas Malvinas. Sugestivamente, el Papa espera a la reina Elizabeth II de Inglaterra, el próximo 3 de abril.
La presidenta
de la Argentina partió ayer rumbo al Vaticano. Le tienen reservada una suite
del hotel Edén, a la vuelta de Via Veneto, uno de los más lindos y lujosos
de Roma. Comerá junto a Francisco mañana en Santa Marta.
Será el segundo almuerzo entre los dos y la tercera vez que se encuentran, si se consideran también los pocos minutos que compartieron en julio en Río de Janeiro, durante las Jornadas de la Juventud.
Será el segundo almuerzo entre los dos y la tercera vez que se encuentran, si se consideran también los pocos minutos que compartieron en julio en Río de Janeiro, durante las Jornadas de la Juventud.
“La presidenta
Kirchner se puso en sintonía con el entusiasmo del pueblo católico para el papa
argentino y me parece que supo ver la posibilidad de compartir los provechos
de este entusiasmo popular, por ejemplo ya puede jactarse de haber sido el
primer jefe de Estado recibido por Bergoglio”, dijo a PERFIL el diputado
italiano Gennaro Migliore, líder parlamentario del partido Izquierda, Ecología
y Libertad. Francisco quiere hablar con la presidenta argentina antes de la
visita de Elizabeth II. Mucho se especula en los pasillos vaticanos si la
visita de la reina británica al Papa podrá ser el momento justo para afrontar
un tema tan sensible como el futuro de las Malvinas.
“Sin duda el
Papa puede decir sin obligaciones de protocolo lo que quiere a quien quiere,
sea anglicano, ateo o católico” aseguró a PERFIL el analista Anubi
D’Avossa Lussurgiu, experto en relaciones internacionales. “Otra cuestión
–opina D’Avossa Lussurgiu– es si quiere hacerlo. Un papa católico y encima
argentino que le dice a una reina británica anglicana, quien por primera vez en
la historia de Europa pone un pie en el Vaticano, aquello que se supone no
quiere escuchar, parece un guión teatral más que una eventualidad
diplomática”.
No es un
secreto que Bergoglio defiende animadamente la causa malvinense y que en
el pasado definió el dominio inglés como una “usurpación”. ¿Pero puede
el Papa ponerse en actitud de mediador para que Argentina recupere las islas?
Juan Pablo II lo hizo por el canal de Beagle en 1978, cuando la disputa entre
Argentina y Chile estuvo a punto de detonar una guerra. La diplomacia vaticana
logró un principio de solución, que no fue ratificado hasta el fin de la
dictadura en Argentina. Pero la situación histórica es
incomparable.
D’Avossa
Lussurgiu agrega una observación: “Poner el plato Malvinas sobre la mesa sería
algo muy fuerte y los actos contundentes se realizan tratando de medir por
adelantado la eficacia posible. ¿Qué éxito puede lograrse al echarle en la cara
la reivindicación territorial a la reina cuando en Londres hay un premier como
David Cameron que se agarra del resultado del referéndum y dejó entender, con
británica cortesía, que está de acuerdo con el editorial del Sun que saludó la
elección de Bergoglio diciendo que espera que no se repitan sus sermones
previos a favor de la posición de Argentina?”.
Concluye el
analista: “Creo que Bergoglio, con la capacidad que tiene de manejar su imagen,
podría tratar también de ignorar los problemas diplomáticos y afrontar de
pecho la cuestión. Pero le queda un problema muy delicado. ¿Cómo puede
ofrecerse a la causa argentina sin al mismo tiempo regalarse en bandeja a la
presidenta Kirchner como arma de propaganda? Evitar la
trampa es más difícil que hablar de Malvinas sin ofender a la reina”
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