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sábado, 14 de febrero de 2015

EE.UU. NIXON. EL DIA QUE NIXON SE CONVIRTIÓ EN EX PRESIDENTE


Mañana se cumplen 25 años de una renuncia que conmovió al mundo

El día que Nixon se convirtió en ex presidente

Colaboradores del ex mandatario revelan sus últimas horas en el cargo

La imagen final quedó grabada en la memoria colectiva: el saludo desde la escalerilla del helicóptero, con los brazos en alto, el signo de la victoria, la sonrisa ancha. Richard Nixon se alejaba de la Casa Blanca tras haberse convertido en el único presidente de los Estados Unidos que debió renunciar a su cargo.
Era el 9 de agosto de 1974. Habían pasado 16 meses del estallido del caso Watergate, el proceso judicial y la investigación periodística -especialmente del diario The Washington Post- que desnudaron la incursión con fines de realizar espionaje en las oficinas del Partido Demócrata, en Washington, y sus conexiones con las altas esferas del poder. Nixon dimitió cuando la Cámara baja se aprestaba a votar en favor del impeachment, con los votos republicanos, por obstrucción de la justicia, mal desempeño de sus poderes y desprecio de la función legislativa, y cuando era culpable para dos tercios del Senado. Es decir, un callejón sin salida.
El derrumbe definitivo se precipitó luego de divulgarse una cinta (otras ya habían sido entregadas por la Casa Blanca) que contenía una conversación entre Nixon y Henry Haldeman, su jefe de gabinete. La cinta vinculaba al presidente con el encubrimiento del caso Watergate y mostraba sus esfuerzos para restringir la investigación del FBI utilizando a la CIA.
Las últimas 48 horas en la Casa Blanca fueron el penoso preparativo de un presidente que partía para el exilio interno. El jueves 8, en la mañana, Nixon dialogó por más de una hora con su sucesor, Gerald Ford. Más tarde, preparó el discurso que daría esa noche al país, por televisión.
"Continuar con esta lucha en los próximos meses para mi reivindicación personal absorberá la mayor parte de mi tiempo y la del Congreso", afirmó Nixon a un mundo atónito. Con su renuncia, dijo, buscaba cerrar cuanto antes las heridas abiertas durante el proceso. Al día siguiente, en un mediodía húmedo, Nixon reunió a sus colaboradores para despedirse. Luego caminó por los jardines de la Casa Blanca y subió al helicóptero. Lo que sigue es el relato que tres colaboradores del presidente norteamericano brindaron a La Nacion de esos últimos y dramáticos momentos en la Casa Blanca.
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Ray Price (redactor de sus discursos, entre ellos el inaugural, los del estado de la Unión, y muchos de los que dio durante Watergate. También colaboró en el mensaje de renuncia. Actualmente preside el Economic Club de Nueva York, un foro de discusión política y económica, y es autor de varios libros).
"Nos reunió, a todo su equipo, en el East Room de la Casa Blanca para darnos un mensaje de despedida, muy emotivo. Lo había preparado él solo durante toda la noche anterior, pero en ese momento no llevaba apuntes. Jamás lo hacía. Y nadie sabía que sería televisado.
"No sólo quería despedirse de nosotros y agradecernos, sino también animarnos un poco, al afirmar que aun en después del peor acontecimiento se puede continuar luchando. El mensaje era, en realidad, de esperanza.
"Recuerdo que luego subió al helicóptero y nosotros estábamos en uno de los balcones de la Casa Blanca para saludarlo. Al lado de mí, una mujer lloraba a mares: era Barbara Bush.
"La noche anterior había dado por televisión un discurso de renuncia, el cual preparamos juntos. Estaba muy preocupado de que su partida significara un precedente peligroso para futuros presidentes. Aun cuando ya tenía en la cabeza la idea de renunciar, dejó que el proceso continuara. Nixon pensaba que los fundadores del país habían hecho que el proceso de impugnación del presidente fuera difícil y que ése era uno de los motivos por los que habíamos tenido una democracia tan sólida. Y no queríamos dañar algo tan preciado como la Constitución.
"Antes de su renuncia, y mientras estábamos en su rancho, en California, su secretaria Rose Marie Woods recibió una llamada de James Roosevelt, hijo del ex presidente Franklin D. Roosevelt, que se había postulado para gobernador de California por el Partido Demócrata cuando Nixon era candidato para el Senado. James se quejó por la actitud de sus pares demócratas en el Congreso. ¿Sabe qué dijo? «Lo que ha hecho Nixon... mi padre lo hizo dos veces peor».
"Nixon había ganado en 1972 por uno de los márgenes más grandes de la historia. Los demócratas estaban asustados. Les llegó esa oportunidad para destruirlo y la aprovecharon. En cuanto al papel de la prensa, creo que fue un linchamiento."
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Frank Gannon (trabajó tres años en la Casa Blanca como asistente en política nacional y cuatro años escribiendo, con Nixon, el libro de memorias "RN". Es historiador, escritor y productor de TV).
"Recuerdo perfectamente el vuelo en el Air Force One que nos llevó de Washington a Los Angeles. Cerca de allí, en San Clemente, Nixon tenía su rancho, La Casa Pacífica.
"A una hora de comenzado el viaje, estábamos volando sobre Saint Joseph, Missouri. En el preciso momento en que dejaba el ejercicio efectivo de la presidencia y Gerald Ford juraba en el cargo, se encontraba en su compartimiento con su secretario de Prensa, Ron Ziegler, tomando un Martini.
"Durante el vuelo permaneció en su cabina, que estaba completamente aislada, al frente de la nave. Sólo salió durante unos diez minutos. Estrechó las manos de las 20 o 25 personas que estábamos a bordo. Fue, obviamente, un momento incómodo. Curiosamente, a pesar de haber hecho de la política su vida, no era bueno en la charla espontánea y circunstancial.
"Yo estaba sentado al lado de Dianne Saywer, que luego se convertiría en una estrella del periodismo de televisión. Se acercó y me dijo en broma que había arreglado la distribución de los asientos para estar al lado de una chica tan linda.
"Mucho después le pregunté cómo se sintió en esos momentos y me contestó: «Emocionalmente entumecido». Los últimos meses del caso fueron una espiral descendente en la Casa Blanca, siempre a la defensiva. La renuncia no lo tomó por sorpresa.
"Rara vez se quejó por el tratamiento que le dio la prensa al Watergate. Lo aceptaba como uno de los costos de hacer política. Pero era evidente que sentía, en cada hueso de su cuerpo, que no había sido tratado en forma justa. Nixon actuó en forma equivocada, es indudable. Pero se sentía frustrado porque Watergate había opacado las buenas cosas que había hecho su gobierno, especialmente en política exterior."
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Peter Rodman (asistente de Henry Kissinger en el Consejo Nacional de Seguridad, en el que permaneció luego de la renuncia de Nixon. Ahora, a los 65 años, trabaja en el Nixon Center, un foro de debate).
"Fue como una tragedia de Shakespeare. La mañana que nos habló para despedirse estaba al borde de las lágrimas. Lo acompañaban su esposa, Pat, y sus hijas, Julia y Tricia. El lugar estaba repleto y hacía mucho calor.
"Nixon era muy tímido, no un político natural. Y era penoso presenciar todo aquello. Podías sentir su dolor, era real, no el dolor que exhibe Clinton, que es un gran simulador. Y ahí, delante de él, estaban su gabinete y el personal de la Casa Blanca. Luego fue a sus oficinas y de allí al helicóptero.
"La prensa escrita de Washington lo odió por décadas. Sucede que ellos simpatizan con la izquierda y Nixon era de derecha. Esperó ansiosa que cometiera algún error, y él lo cometió.
"Indudablemente, el recuerdo de Nixon influyó en el debate sobre el impeachment de Clinton. A los norteamericanos no les gusta la idea de que un presidente sea removido del cargo, por la experiencia traumática vivida en 1974. Por ese motivo, pese a considerar que Clinton es un mentiroso, se le permitió continuar en el poder." .
Por Patricio Bernabé De la Redacción de La Nacion 
 
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Cómo se produjo el escándalo

Vietnam, las drogas y el caso Watergate

Para mediados de 1971, las drogas, las deserciones masivas y las negativas a combatir hacía ya mucho que habían quebrado la moral entre las tropas norteamericanas que se retiraban de Vietnam.
En marzo de 1969 Nixon había ordenado una campaña secreta de bombardeos sobre Camboya y un año más tarde, cuando se anunció públicamente la invasión de ese país, las revueltas sacudieron a los Estados Unidos.
Aquel verano de 1971, mientras Kissinger negociaba una salida del pantano vietnamita, The New York Times publicó unos documentos secretos conocidos como los "Papeles del Pentágono", donde se revelaba la estrategia de Washington en el conflicto del sudeste asiático.
Nixon se enfureció. El presidente temía que la filtración se tratara de un amplio plan antigubernamental auspiciado por el Partido Demócrata y convocó a sus más cercanos colaboradores a investigar quiénes estaban detrás de la conspiración. "No quiero excusas -dijo Nixon-. Quiero resultados a cualquier costo." El grupo, conocido como "los plomeros", comenzó a recopilar dossiers sobre los enemigos del presidente. Pero fueron demasiado lejos. En una noche de junio de 1972 la policía los sorprendió en las oficinas del Comité Nacional Demócrata en el Hotel Watergate, en Washington.
Mientras el escándalo estallaba, alimentado con las investigaciones del Washington Post, Nixon viajó a China, donde un histórico encuentro con Mao dejó a Hanoi con la sensación de que Pekín ya no la apoyaba.
En enero de 1973 Kissinger firmó por los Estados Unidos la paz con Vietnam. Las últimas tropas pronto abandonaron el país e iniciaron el difícil camino de regreso a un hogar que no era el mismo. .
 

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