Diario "La Capital". Rosario,Martes, 15 de julio de 2014
Los Brics se rebelan contra el FMI
Países emergentes. El Banco de Desarrollo que los países emergentes van a crear en su cumbre de Brasil aspira a rivalizar con el Banco Mundial y las instituciones de Bretton Woods.
Por Alicia González / El País de Madrid
El Banco de Desarrollo que los países emergentes
van a crear en su cumbre de Brasil aspira a rivalizar con el Banco
Mundial y las instituciones de Bretton Woods.
En julio de 1944, representantes de 44 países se
reunieron en un hotel en Bretton Woods, en New Hampshire, Estados
Unidos, para diseñar el nuevo modelo de relaciones comerciales y
financieras entre los principales países del mundo. Han pasado ya 70
años y los países emergentes se han cansado de esperar un cambio de
régimen en las instituciones financieras internacionales que salieron de
aquella reunión y han dado un paso adelante para cambiar el orden
existente y reivindicar su nuevo papel en la economía mundial.
Los presidentes de Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica (los que conforman los Brics) tienen previsto firmar mañana en
Fortaleza, Brasil, la constitución de un Banco de Desarrollo, con una
aportación inicial de 50.000 millones de dólares al capital del banco y
100.000 millones de dólares de capacidad de préstamo, así como un fondo
de reservas por otros 100.000 millones de dólares para ayudar a los
países del grupo en caso de una posible crisis de liquidez, como las
vividas en algunos países europeos durante la crisis financiera. Son
unos 200.000 millones de dólares, la divisa que se utilizará, al igual
que hacen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial
(BM), en las transacciones de esta organización, para poner en valor el
grupo y hacer una demostración de su fortaleza económica.
"La conclusión de estas dos iniciativas propiciará un
fuerte mensaje sobre la voluntad de los Brics de profundizar y reforzar
su asociación económica y financiera", subrayaba ante la prensa la
semana pasada el diplomático brasileño José Alfredo Graça Lima. "Las
instituciones financieras creadas funcionarán de forma similar al Banco
Mundial y al Fondo Monetario Internacional", aseguraba. Sin duda, la
creación del banco es un paso decisivo en la consolidación del grupo.
"Es importante que las mayores economías emergentes hayan sido capaces
de poner en marcha un proyecto así, de lo contrario su credibilidad como
grupo se habría visto cuestionada. Es un primer paso evidente, pero
ahora necesitan pasar a la acción", asegura Jim O'Neill, inventor del
término Brics en su etapa de economista jefe de Goldman Sachs, y
actualmente investigador en el think tank Bruegel.
La iniciativa suscita dudas sobre su alcance y sobre
cómo de efectiva o ineficiente resultará la coordinación del grupo. Su
creación se ha demorado casi dos años por las discrepancias internas,
que finalmente se han saldado con una participación a partes iguales en
el capital, frente a la intención inicial de China de alzarse como socio
mayoritario, y con la sede de la entidad en Shanghái. "La verdadera
cuestión es para qué quieren realmente estos países ese nuevo banco y
qué quieren apoyar con él. No se sabe si es un mecanismo para explorar
cómo asumir una mayor responsabilidad global, algo más fácil que lograr
más representación en el FMI o el BM, o si quieren financiar
conjuntamente proyectos de infraestructuras en los países del grupo",
apunta O'Neill. "No estoy seguro, ¡solo el tiempo lo dirá!". El FMI
aprobó en 2010 una reforma de sus cuotas para dar un mayor peso en el
organismo a las potencias emergentes, sobre todo a China. Pero la
reforma está empantanada en el enfrentamiento entre demócratas y
republicanos en el Congreso de Estados Unidos y, a estas alturas, la
iniciativa se ha quedado incluso obsoleta. "Es realmente ridículo y
decepcionante que el Congreso estadounidense no haya aprobado el cambio
en las cuotas. De hecho, el peso otorgado entonces a algunos países
emergentes ya se ha quedado viejo y es cada vez más evidente que la
gobernanza global actual dista mucho de ser la óptima", admite O'Neill.
Hasta ahora los Brics no se han caracterizado por su
gran capacidad de coordinación en la escena internacional, pese a su
constitución oficial como grupo en 2009 en plena crisis financiera,
aunque el protagonismo entonces se concentró en el G20, ahora también en
declive. "La intención es que el banco de los Brics se convierta, con
el tiempo, en una alternativa al BM y al FMI y que sea un nuevo actor
entre las instituciones financieras globales. Es un objetivo ambicioso
que requerirá un grado de coordinación y armonía que no siempre hemos
visto en este grupo" añade desde Nueva Delhi Vivek Dehejia, profesor de
Económicas de la Universidad Carleton, Canadá.
En diversos artículos, Nicholas Stern, presidente del
Grantham Research Institute en la London School of Economics y de la
Academia Británica, ha defendido junto al premio Nobel Joseph Stiglitz
la necesidad un nuevo banco de desarrollo que dé respuesta a las
ingentes necesidades que tienen los países emergentes en materia de
infraestructuras. Sostiene Lord Stern que el gasto en infraestructuras
en estos países deberá aumentar desde los 800.000 millones de dólares
actuales a, al menos, dos billones en la próxima década. "De lo
contrario, será imposible lograr una reducción de la pobreza a largo
plazo y un crecimiento inclusivo", defiende en su análisis. Las
salvaguardas impuestas por el Banco y por el Fondo en su funcionamiento,
así como la dura condicionalidad asociada a sus préstamos han restado
eficiencia a la financiación procedente de estos organismos pero no será
fácil poner en marcha un modelo operativo desde cero y los desembolsos,
augura Dehejia, aún tardarán en producirse. "Por ahora, su importancia
se debe más a su simbolismo geopolítico, de que los Brics son algo más
que unas siglas. Representa una promesa, pero habrá que esperar y ver
cómo se concreta", añade el economista indio.
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