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sábado, 10 de octubre de 2015

INDONESIA 2002 BOMBA EN UNA DISCOTECA

Diario "La Nación". Buenos Aires, 2 de octubre de 2005.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 16 de octubre de 2002
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Ola de atentados en Bali: 32 muertos

Las bombas estallaron en restaurantes atestados de turistas en la isla indonesia; hay extranjeros entre las víctimas mortales
Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 02 de octubre de 2005






JIMBARAN, Indonesia.- Por lo menos 32 personas murieron y 101 resultaron heridas, entre ellas varias extranjeras, tras una serie de ataques terroristas registrados ayer en la zona turística de Bali, tres años después de los sangrientos atentados en la llamada "la isla de los dioses" que dejaron 202 muertos, anunciaron testigos y fuentes diplomáticas.
Varias bombas explotaron en pocos minutos en los balnearios de Jimbaran y Kuta, en el corazón de la industria turística de la isla, primer destino de Indonesia para los viajeros extranjeros. Según testigos, los estallidos se produjeron en dos restaurantes especializados en mariscos, uno de ellos en Jimbaran, muy cerca del hotel Four Seasons, y el otro a sólo 29 kilómetros de distancia, en un local ubicado en un centro comercial al aire libre de Kuta, el mayor balneario de Bali.





Los tres establecimientos se encontraban repletos de comensales indonesios y extranjeros al momento de la explosión. Entre las víctimas mortales hay un australiano, un europeo (posiblemente británico) y una japonesa. También se informó que entre los heridos había 49 indonesios, 17 australianos, seis coreanos, tres japoneses, dos norteamericanos y una francesa, mientras que el resto aún debe ser identificado.





La fachada de uno de los locales atacados, totalmente destrozada
La fachada de uno de los locales atacados, totalmente destrozada.Foto:EFE
Aunque nadie reivindicó el hecho, las sospechas apuntan a la red islámica regional Jemaah Islamiyah (JI), vinculada a la red terrorista Al-Qaeda, organización a la que también se le atribuyó el atentado de 2002 en Bali. El presidente de Indonesia -la nación musulmana más poblada del mundo- Susilo Bambang Yudhoyono dijo, en un mensaje televisivo, que "está claro que se trata de ataques terroristas". El gobierno convocó anoche al aeropuerto militar Halim, de Yakarta, la capital indonesia, a los jefes de la policía, el ejército y los servicios secretos del país. "Perseguiremos a los causantes y los llevaremos ante la Justicia", dijo el mandatario, que afirmó que en julio se había recibido información sobre un ataque próximo y que los explosivos ya estaban listos, pero que el objetivo sería Yakarta.





"Sabemos a través de interrogatorios que consideran que el bombardeo a Bali fue su único gran éxito. Ellos realmente lo creyeron un éxito, por eso pienso que están intentando repetirlo", dijo. Más de 30 activistas fueron capturados y encarcelados por los ataques a Bali de 2002. La isla es el destino más popular de Indonesia para turistas extranjeros. Mientras el número de visitantes extranjeros disminuyó fuertemente desde los ataques de hace tres años, la industria clave de la isla se fue recuperando.

Escenas dantescas

En el hospital de Sangla se encontraban 21 cuerpos y en el nosocomio de Graha Asih otros 11, indicó el responsable de la embajada francesa.





Un testigo aseguró que había visto restos humanos esparcidos en un restaurant devastado de Jimbaran. "Algunas personas quedaron decapitadas por las explosiones", dijo Komang, la recepcionista del hospital de Graha Asih, cercano a Jimbaran, En una playa de Kuta, siempre repleta de turistas, ayer se podía ver un charco de sangre mezclado con restos de cristales rotos tras la explosión. Un policía, con guantes blancos, inspeccionaba minuciosamente los restos dispersos tras la explosión.
La confusión y el pánico reinaban en la zona tras las explosiones, que los testigos calificaron de "ensordecedoras". "Era un auténtico caos", declaró un turista británico, Daniel Martin, quien aseguró que se encontraba junto a un edificio cercano al restaurante de Kuta donde se produjo una de las explosiones. "No hubo policía ni nadie en la zona durante un buen rato. Todo el mundo ayudaba a los heridos", añadió. "Había gente en la calle con heridas importantes, ensangrentada", confesó Martin.
"Hubo varios segundos de silencio tras la explosión y después empecé a ver a la gente correr, algunos gritando y otros llorando", dijo Wahidin, que estaba en el lugar junto con cuatro amigos. "Vivimos realmente el pánico. Cada uno trataba de salvarse por sí mismo y no llegaba ayuda", aseguró el testigo y admitió que no tuvo el valor de volver atrás para socorrer a las víctimas.
La muerte de un australiano y las heridas que recibieron otros tres fueron confirmadas por la radio nacional australiana, que citaron como fuente al canciller del país, Alexander Downer.
La explosión se produjo "en una zona muy concurrida", declaró por su parte a la BBC el vocero de la diplomacia indonesia, Marty Natalegawa, quien estimó que la bomba "estaba destinada a causar las mayor cantidad de víctimas. Los autores de los atentados precedentes están en su mayoría en libertad, [esto] nos hace correr un cierto riesgo".
Varios atentados fueron atribuidos estos dos años a los activistas musulmanes, presuntos miembros de la Jemaah: uno ocurrió en Bali y causó 202 muertos en octubre de 2002; otro se realizó contra el hotel Marriott de Yakarta, y provocó 12 muertos en agosto de 2003, y un tercero contra la embajada de Australia, dejó 12 víctimas en 2004.

Agencias AFP y AP

Sin víctimas argentinas

El jefe de la sección consular de la embajada argentina en Indonesia, Diego Alonso Garcés, confirmó ayer, en diálogo telefónico con LA NACION desde Yakarta, que "afortunadamente" hasta el momento de la comunicación no se registraban víctimas argentinas tras los cruentos atentados, aunque sí se confirmaron víctimas mortales de nacionalidades australiana y japonesa. Sin embargo, el funcionario reconoció que más de seis horas después de los ataques aún continuaban las tareas de las fuerzas de seguridad en Bali, lo que podía determinar un incremento en la cifra final de decesos a causa de las explosiones.

Otros golpes al turismo

23 de julio de 2005

Varias explosiones dejaron por lo menos 90 muertos en el balneario egipcio de Sharm el-Sheikh.

16 de julio de 2005

Un atentado en un ómnibus en la localidad turca de Kusadasi causó la muerte de cinco personas.

7 de octubre de 2004

Una serie de atentados contra turistas israelíes dejó 34 muertos en la península del Sinaí.

 

 

 Lunes, 14 de octubre de 2002 

Bali/atentado: Bush culpa a al-Qaeda

George W. Bush, presidente de EE.UU., y la primera dama Laura Bush.
Bush: "Creo que debemos suponer que fue obra de al-Qaeda".

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo este lunes que cree que la explosión de un coche-bomba en la isla de Bali fue responsabilidad de la red al-Qaeda. Antes de viajar a Michigan para un compromiso proselitista, el mandatario comentó que su país debe trabajar conjuntamente con las autoridades de Indonesa para hallar a los culpables.

El atentado en Bali dejó al menos 188 muertos.
El atentado en Bali dejó al menos 188 muertos.
El mandatario estadounidense describió a los autores del atentado como "asesinos a sangre fría" a quienes no les importan las vidas inocentes. La bomba destruyó una discoteca del pueblo de Kuta, en Bali, y dio muerte a por lo menos 188 personas, en su mayoría turistas.
Además, el atentado dejó un saldo de más de 300 heridos.
"Creo que debemos reconocer que fue obra de al-Qaeda", dijo Bush a la prensa.
Para Bush, el atentado en Bali sigue el mismo patrón que los ataques contra infantes de marina estadounidenses en Kuwait, la semana pasada, y contra un buque petrolero francés frente a las costas de Yemen.
Antes de que Bush se pronunciara, el ministro de Defensa de Indonesia culpó a al-Qaeda por el atentado.
Matori Abdul Djalil señaló que las autoridades de su país están seguras de que el grupo de Bin Laden opera en la zona y colabora con grupos rebeldes locales. 

Diario "La Nación". Buenos Aires, 15 de octubre de 2002

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Frente a una nueva clase de terror

Por Raymond Bonner De The New York Times
Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 15 de octubre de 2002









NUEVA YORK.- El estallido que mató a casi 200 personas en la turística isla de Bali el último fin de semana es una clase diferente de terrorismo del que ha estado en la mira del gobierno de George W. Bush, y abrirá un nuevo frente geográfico en la campaña, indicaron funcionarios occidentales.
El objetivo no fue una institución financiera, un destacamento militar o una embajada de Estados Unidos, que podrían representar el poder norteamericano, como fue el caso de los anteriores atentados terroristas. En cambio, se trató de un club nocturno y sus clientes, en su mayoría europeos y australianos.








Bush calificó el presunto atentado de "atroz e infame", mientras que para el premier de Australia, John Howard, fue "un acto de barbarie".








Un grupo de turistas extranjeros abandona el escenario del atentado, en Kuta Beach, Bali
Un grupo de turistas extranjeros abandona el escenario del atentado, en Kuta Beach, Bali.Foto:AP
El ataque, además, pone una intensa presión sobre el gobierno de Indonesia para que afronte con mayor seriedad la amenaza terrorista, según diplomáticos occidentales.








Durante meses, Estados Unidos y Singapur advirtieron que células terroristas de Al-Qaeda se ocultaban en Indonesia, una nación musulmana con fronteras permeables y una laxa aplicación de la ley.

Temor más allá de Bali

"Fría y calculadamente, y con una planificación minuciosa que incluyó tareas de reconocimiento previo, quienes colocaron las bombas eligieron un blanco inusual, que ciertamente sembraría el temor más allá de Bali", agregó un analista de seguridad occidental en Yakarta.








El estallido se produjo en una isla remota, tranquila y muy popular como reducto turístico de jóvenes y ricos. Fue uno de los atentados más mortíferos contra civiles en los últimos diez años, un ataque que buscó reducir cualquier sensación de seguridad incluso en otros países.
A pesar de no contar con evidencia inmediata, funcionarios norteamericanos y australianos creen que el estallido acaso haya sido obra de Jemaa Islamiya, un grupo fundamentalista que opera en Indonesia y está dirigida por Abu Bakar Bashir. Agregaron que muchos de sus miembros fueron adiestrados en campamentos de Al- Qaeda en Indonesia.
"Esta explosión no pudo haber sido obra de terroristas indonesios solos, ya que una bomba de semejante potencia excede su capacidad para fabricarla. La magnitud del estallido es comparable a la de los atentados contra dos embajadas norteamericanas en Africa, en 1998", agregó el experto en seguridad.
La inteligencia de Singapur sostiene que Jemaa tiene dos especialistas en explosivos adiestrados en campamentos de Al-Qaeda. Según el canciller australiano, Alexander Downer, "Jemaa Islamiyah no sólo mantenía vinculaciones financieras con Al-Qaeda, sino que había una estrecha relación entre sus miembros".
Cuando las tropas australianas estuvieron en Timor Oriental, país predominantemente cristiano, para respaldar la transición hacia la independencia de Indonesia, Osama ben Laden acusó a Australia de emprender una cruzada para disolver la Indonesia musulmana.
(Traducción Luis Hugo Pressenda)
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Diario "La Capital". Rosario, 11 de setiembre de 2004.
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Al menos 187 muertos en Bali en un atentado atribuido a radicales islamistas
La mayoría de las víctimas del peor ataque terrorista desde el 11-S son turistas
La explosión de un coche bomba frente a una discoteca en el centro turístico de la isla de Bali (Indonesia) se convirtió ayer en el peor ataque terrorista desde el 11-S. Al cierre de esta edición, la cifra de cadáveres recogidos entre los escombros del Sari Club, en la playa de Kuta, ascendía a 187. Dos terceras partes de las víctimas eran turistas, la mayoría procedentes de Australia, según los servicios de urgencia de los hospitales de Bali, colapsados por los más de 300 heridos, decenas de ellos en estado crítico. Anoche no había aparecido ninguna víctima española.
Australia comenzó ayer a evacuar a sus nacionales hacia la ciudad de Darwin, en el norte del continente y a unas tres horas en avión de Bali, mientras cientos de turistas de otros países abandonaban la isla. Fuentes próximas al primer ministro australiano, John Howard, apuntaron al grupo radical islamista Jemaa Islamía, supuestamente ligado a Al Qaeda, como autor del atentado. Su líder, Abu Bakar Baasiir, vive en libertad en Indonesia.
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Estados Unidos había advertido en las últimas semanas a las autoridades de Yakarta del elevado riesgo de atentados terroristas ligados a Al Qaeda. El pasado mes, la Embajada de EE UU en la capital indonesia permaneció seis días cerrada por temor a un ataque. El presidente estadounidense, George Bush, y otros líderes mundiales -entre ellos el presidente español José María Aznar- transmitieron su consternación a la presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri. 'Los terroristas han vuelto a golpear a gente inocente. El mundo entero debe hacer frente a esta amenaza planetaria', dijo Bush.
El país más afectado por la tragedia fue Australia. Entre los desaparecidos figuran famosos futbolistas y jugadores de rugby que estaban de vacaciones. 'Hubo un momento en que no pude filmar más porque me estaba poniendo enfermo', dijo a Reuters Richard Poore, de 37 años, un presentador de televisión neozelandés. 'Vi trozos de cuerpos por todas partes. Nunca he visto nada igual', agregó. El coche bomba devastó casas y vehículos en un radio de 500 metros. Otros artefactos explosivos afectaron, sin causar víctimas, a un edificio consular de EE UU en Bali y al Consulado de Filipinas en las islas Célebes.
Uno de los centenares de heridos, un estadounidense llamado Amos Libby, que había sido alcanzado en un pie, se encontraba ayer en el aeropuerto esperando a sus padres que iban a pasar las vacaciones con él. Pero ahora serán muy cortas. 'Tan pronto como lleguen, nos iremos de aquí a toda leche', señaló. Libby difícilmente podrá olvidar la noche del sábado en el Sari. 'Fue como si el cielo cayese sobre nosotros, con un enorme bola de fuego blanca', dijo.
Los atentados no han sido reivindicados, pero los Gobiernos occidentales no tienen duda de que el terrorismo radical islámico está detrás de la matanza. El Gobierno australiano estimaba ayer por la tarde que el 75% de los fallecidos podrían ser turistas de esta nacionalidad, aunque sólo habían logrado identificar a un decena de ellos entre los escombros de la discoteca. Alemania, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Grecia, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Suecia, Singapur, Suráfrica y Suiza tienen ciudadanos entre las víctimas; pero, ante el estado en el que han quedado los cadáveres, la identificación avanza lentamente.
Ni el lugar, ni el día, ni naturalmente la hora, fueron escogidos por casualidad. A las 23.00 locales, cuando hizo explosión el potente coche bomba, la zona de mayor actividad nocturna de Bali, en la localidad de Kuta, se encontraba hasta los topes de occidentales. Miles de turistas iban de bar en bar, los restaurantes estaban llenos, así como las discotecas.
La cadena de televisión británica BBC ha recogido el amplio testimonio de uno de aquellos miles de visitantes nocturnos, el británico Matt Noyce. 'Estaba hablando en la barra del Paddy Bar con un par de personas que había conocido hacía sólo diez minutos cuando sentí la tremenda explosión. Vi una luz enorme y sentí que mis oídos estallaban. El pánico era terrible, la gente se empujaba para salir, gritaba, pedía la ayuda de un médico... Pero fuera era peor, como una imagen sacada de la guerra de Vietnam: cuerpos por todas partes, gente ardiendo, sangre', relató Noyce, quien también describe la confusión, el terror, las víctimas pidiendo auxilio y los heridos leves ayudando a aquellos que habían sido alcanzados de gravedad.
'No se parecía a nada que haya visto antes en mi vida', dijo a la cadena australiana Nine Network el turista Martin Lyons, que había llegado a Bali hacía poco desde Melbourne. 'No se puede describir con palabras: el olor de la carne quemada y los gritos de dolor de los heridos'. El miedo llegó a otras partes de la isla: un testigo relató cómo algunos huéspedes de su hotel prefirieron pasar la noche al aire libre ante el temor a que el establecimiento fuese el objetivo de un atentado.
Ante semejante catástrofe, la mayor que afronta Australia fuera de conflictos armados, el primer ministro australiano, John Howard, calificó el acto de 'barbarie indiscriminada, brutal e indecente'. En el mismo discurso, Howard no tuvo reparos en atribuir el atentado al grupo terrorista filial de Al Qaeda llamado Jemaa Islamía con base en Indonesia y que hace unos meses ya intentó atentar contra las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Australia en Singapur.
El primer ministro australiano, John Howard, mostró ayer su 'apoyo incondicional' a la guerra contra el terrorismo. 'No hay dudas de que hay células de Al Qaeda en el sureste asiático y que pueden actuar en cualquier momento. Esta vez ha ocurrido en las puertas de casa, pero puede ocurrir también en Australia'. Las palabras de Howard llegan después de una intensa campaña del Gobierno australiano para liderar un movimiento internacional que logre controlar el terrorismo islámico en el sureste asiático.
Las últimas semanas han estado llenas de acusaciones por parte de Australia y otros países como Malasia y Singapur contra Indonesia porque consideran que este país no está trabajando con suficiente rigor para erradicar el terrorismo internacional. 'Apretaremos muy fuerte a Indonesia para que de una vez por todas erradique a estos grupos terroristas de su territorio'. Asimismo, apuntó que 'el mundo tiene que afrontar la amenaza del terrorismo y Australia no puede abandonar la guerra contra el terror iniciada el año pasado'.
Pánico en el aeropuerto
Centenares de turistas se agolparon en el aeropuerto de Denpasar, la capital de Bali, a lo largo de ayer buscando dejar la isla lo antes posible. Los países vecinos habilitaron vuelos especiales hacia Malaisia, Singapur y Australia para sus súbditos, aunque los heridos, unos 300, tuvieron prioridad en abandonar la isla ya que los 10 hospitales de Denpasar no daban abasto en atender a las víctimas.
Un centenar de heridos llegaron ayer a Darwin, la ciudad australiana más cercana a Bali. El hospital de esta ciudad acondicionó pabellones especiales y sus responsables incluso tuvieron que atender a los heridos en la cafetería del centro médico. Un responsable del hospital comparó la situación de ayer con 'la masiva llegada de heridos tras el conflicto armado que afectó a Timor Oriental hace dos años'. Por esa razón, en el norte de Australia las autoridades pedían ayer a la gente que donaran sangre para los heridos, la mayor parte de ellos con graves quemaduras.


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ANALISIS Un atentado que alimenta el belicismo de Bush

Oscar Raúl Cardoso. DE LA REDACCION DE CLARIN.
La sangre derramada este fin de semana en la isla indonesa de Bali se convierte en un indicio más de que la tesis central de la "guerra contra el terrorismo" que Washington le está imponiendo al mundo —esto es, Al Qaeda y otros grupos están plenamente activos y encarnan un peligro claro y presente— no puede ser desestimada fácilmente. Y, además, no es sólo el enorme poder de EE.UU. en el escenario internacional el que impide limitar los alcances de esa tesis de Washington. Sucede que la amenaza terrorista es real.

Seguramente no pasarán demasiadas horas para que George W. Bush y los voceros de su administración establezcan la relación argumental básica entre la masacre de la discoteca de la playa de Kuta y la necesidad de que EE.UU. obtenga la mano libre que necesita del Consejo de Seguridad de la ONU para emprenderla contra el régimen de Saddam Hussein en Irak.

Este proceso está en marcha: "El mundo debe confrontar esta amenaza global del terrorismo", advirtió Bush tras condenar el atentado. Y agregó en su declaración: "Juntos debemos desafiar y derrotar la idea de que el arbitrario asesinato de inocentes sirve para promover cualquier causa o respaldar cualquier aspiración".

El hecho de que la tragedia se haya producido en Indonesia —país que aloja la población islámica más numerosa del planeta con 212 millones de habitantes— es también un dato emblemático del complejo proceso en que está inmerso el mundo. El este del Asia, junto al Golfo Pérsico, son dos de las áreas en las que la "guerra contra el terrorismo" de Bush ofrece los frentes de batalla más dificultosos, aun cuando —después del 11 de Septiembre del 2001— Washington pueda exhibir un triunfo militar parcial en Afganistán.

Una razón para aquellas dificultades es porque Washington no ha logrado despejar aún el concepto de su guerra del temor del mundo islámico (unas 1.300 millones de almas) de estar padeciendo una ofensiva de Occidente por domesticarlo. El otro es que más allá de sus golpes bélicos de efecto devastador, Estados Unidos no parece tener un norte político claro cuando el humo de la pólvora se disipa. El actual marasmo en que está sumido el régimen que reemplazó a los Talibán en Afganistán es un ejemplo.

Pero hay otros. En Filipinas —donde desde agosto pasado 1200 tropas de la Infantería de Marina norteamericana están operando abiertamente— la lucha contra una organización guerrillera relativamente pequeña, Abu Sayyaf, cuyo fundador, Abubakar Janjalani, se entrenó junto a Osama bin Laden en Afganistán, tampoco puede reclamar éxitos contundentes.

En el Golfo Pérsico, las cosas no son demasiado diferentes. La corona de Kuwait acaba de responsabilizar a una presunta célula terrorista doméstica que respondería a bin Laden y a Al Qaeda por un ataque sucedido el martes contra tropas norteamericanas, mientras estas participaban en un ejercicio militar en la isla de Failaka, fuera de la costa kuwaití.

Todo contribuye a reforzar la idea de que la próxima batalla de la guerra de Bush no solo está cercana sino que es difícilmente evitable. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acaba de pedirle a los planificadores del Pentágono que acorten el plazo en el que sus fuerzas estarán listas para el combate. Hacia Kuwait partieron, además, dos grupos de oficiales de estado mayor en lo que es claramente un indicio de que aquella planificación se realiza ya, al menos en parte, sobre el terreno de la potencial batalla. El peligro existe, pero no es la única dimensión del problema. La otra es que Washington sólo parece concebir respuestas militares.

Como ha sucedido en el último año, el mundo se encuentra atrapado en el medio —y casi en silencio— de un diálogo en el que el terrorismo de un lado y el belicismo de EE.UU. del otro parecen complementarse de un modo casi perfecto.


Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002.

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Claves de un golpe que cruza fronteras

Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 15 de octubre de 2002









-¿Por qué atacaron en Bali?
- Apartada de las luchas étnicas, de la inestabilidad política y del extremismo islámico que convulsionan Indonesia, la tranquila isla se sentía indemne y la seguridad era baja, lo que la convirtió en un blanco fácil. Era también la niña deseada del turismo mundial, favorita de ricos y mochileros occidentales por igual. A los ojos de los fundamentalistas, era algo así como Las Vegas en medio de Asia, un símbolo del capitalismo y del consumismo occidental enclavado en el país con mayor población musulmana del mundo.









-¿Hay otras razones?
-Tal vez. Bali puede ser vista -a los ojos del terrorismo- como un blanco ideal para desparramar el miedo más allá de las fronteras de la pequeña isla a decenas de países y atacar indirectamente Australia, Europa y Estados Unidos. Los muertos por las bombas del sábado provenían de más de 20 países y los heridos, de decenas de otras naciones. Al retornar a sus hogares, ellos llevarán consigo precisamente la sensación de temor que todo tipo de terrorismo busca esparcir.









-¿Por qué atacar un lugar turístico?
-Al sembrar el pánico en un lugar de tanta fama y afluencia internacional, el terrorismo golpea no sólo a Indonesia, sino a una de las industrias más globales, el turismo y la industria del viaje, un sector con ramificaciones a otros que representa el 10% de la economía mundial. Es decir que, con un sólo un ataque, el terrorismo afecta a la economía mundial. A eso se le suma la reacción de los mercados asiáticos, temerosos de que los atentados dañen más su economía.









-¿Hay antecedentes?
-La táctica no es nueva; es usada por grupos que buscan golpear a sus gobiernos. ETA, en su lucha separatista, ataca frecuentemente en la costa española y la banda independentista Abu Sayyaf secuestra turistas para presionar al gobierno filipino. Uno de los ataques más sangrientos fue en Luxor, Egipto, donde extremistas islámicos mataron a decenas de turistas en 1998.
-¿Qué pasará en Indonesia? -Fue un atentado al corazón del país: devastó la isla que deja más del 20% de los 5000 millones de dólares que entran por año por turismo. Se trata de un gran golpe a una economía en permanente crisis y otro frente de batalla para Sukarnoputri, la presidenta, que ahora deberá combatir la amenaza del extremismo en un país de mayoría musulmana.
-¿Cómo lo usará EE.UU.?
-Aún sin evidencia concreta, Bush culpó a Al-Qaeda, dando señales de que lo usará para reforzar su persecución de la red. Sin embargo, ayer se multiplicaron las críticas al presidente, sobre todo europeas, por haberse concentrado demasiado en la amenaza de Irak.

Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002.
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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO: UN PARAISO TURISTICO SHOCKEADO POR EL ATENTADO Infierno en "la isla de los dioses"

KUTA. DPA y AFP.
De un segundo al otro ya no quedaba ni rastro de la atmósfera de vacaciones festiva y alegre que suele imperar en la calle Jalan Legian, en Kuta. Donde todas las noches se amontonaban varios taxis frente a decenas de bares y discotecas, ahora sólo quedan una gran indignación y cuerpos dispersados sobre las aceras.

"Fue una explosión muy fuerte", comenta Ketut Putra, que vive en Kuta. "Cuando la escuché, salí de casa y vi gente que gritaba ''una bomba, una bomba''", explica. Nadie había imaginado jamás que la llamada "isla de los dioses" podía convertirse en un objetivo terrorista.

Las explosiones se escucharon hasta a 12 kilómetros de distancia, informa el diario "Jakarta Post". Las populares discotecas "Sari Club" y "Paddy''s" quedaron destruidas, pero todo el barrio fue golpeado. Gruesas paredes presentan grietas, decenas de ventanas están hechas pedazos y varios autos se incendiaron.

Sólo a unos cientos de metros, el camarero neozelandés Richard Poore fue testigo del infierno: "Las ventanas de nuestro hotel estallaron, en los pisos superiores no quedaron paredes en pie, y el cielo estaba lleno de humo", dijo a la emisora británica BBC.

A la terrible explosión, siguió un gigantesco incendio que castigó durante horas al restaurante-discoteca, las tiendas y los edificios cercanos. Docenas de automóviles y de motocicletas calcinados marcaban dramáticamente el lugar del atentado, allí donde el intenso fuego abrió una brecha enorme en las tiendas de esta calle muy frecuentada.

Varias horas después de la explosión, los bomberos dirigían todavía sus mangueras hacia el "Sari Club", una famosa discoteca transformada en humeantes cenizas. El coche bomba explotó exactamente ante las puertas de este establecimiento conocido en todo Bali y más allá de las fronteras indonesias, sobre todo en Australia.

"Todo se volvió negro, caótico. Vi restos humanos cubiertos con periódicos, gente transportando heridos. Había gritos, llantos", cuenta el australiano Richard Hainneia.

Considerada un paraíso para los turistas, la isla de Bali tiene un 95% de población hindú. El lugar atrae a cerca de un millón y medio de turistas al año, sobre todo australianos, interesados en el surf, las maravillosas playas y el bajo costo de vida en este lugar, situado a pocas horas de avión de sus casas.

Pero ayer, espantados por el horror, decenas de turistas esperaban un vuelo en el aeropuerto, para escapar del infierno que azotó a "la isla de los dioses".


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Diario "La Nación". Buenos Aires, 11 de setiembre de 2003.
Diario "Clarín". Buenos Aires, 16 de setiembre de 2003.Añadir leyenda
Diario "La Nación". Buenos Aireas, 21 de noviembre de 2002.
Diario "Clarín". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003.
Diuario "La Nación". Buenos Aires, 16 de agosto de 2005.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 8 de abril de2003.
Diario "La Capital". Buenos Aires, 11 de setiembre de 2003.

ñadir Diario "Clarín". Buenos Aires, 5 de agosto de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003.
REFUERZAN AÚN MÁS LA SEGURIDAD EN EE.UU.Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 1 de marzo de 2005.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 9 de agosto de 2009.
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Ataque a un hotel en Yakarta: 13 muertos

Un coche bomba destrozó la entrada de un establecimiento norteamericano en pleno centro, donde había muchos extranjeros
Miércoles 06 de agosto de 2003


































YAKARTA.- En un golpe directo contra intereses norteamericanos y occidentales, un poderoso coche bomba explotó ayer frente al hotel J. W. Marriott de Yakarta, en pleno centro. Por lo menos 13 personas murieron y 149 resultaron heridas en el ataque, que la policía indonesia relaciona con los atentados terroristas de Bali en octubre último, que dejaron más de 200 víctimas.
La explosión causó daños en el restaurante y en parte de la recepción del hotel, situado en el distrito de Auningang de la capital indonesia, donde también funcionan muchas embajadas y oficinas de negocios. El ataque ocurrió al mediodía local, cuando cientos de personas salían a almorzar. La potente bomba estaba colocada en un todoterreno Toyota Kijang, que hizo explosión cerca de la entrada del lujoso hotel de cinco estrellas, frecuentado por hombres de negocios extranjeros.

































Los edificios situados frente al establecimiento, entre ellos varias embajadas, también sufrieron daños. Además, varios vehículos estacionados en las cercanías se incendiaron.

































La explosión causó daños en el restaurante y en parte de la recepción del hotel
La explosión causó daños en el restaurante y en parte de la recepción del hotel.Foto:AP
Los testigos dijeron haber escuchado una gran explosión, seguida por escenas de pánico. "Una de mis ventanas estalló en pedazos a causa de la explosión. Yo estaba en el piso 30. Tuvimos que bajar por las escaleras, con mucho miedo", declaró una huésped del hotel. "En la planta baja había varias personas heridas, sobre todo los cocineros del restaurante, que estaban cubiertos de sangre", añadió.

































La gerencia del Marriott dijo que el hotel, inaugurado en 2001 y con 333 habitaciones, estaba casi lleno, al 80 por ciento de su capacidad.
Entre los fallecidos habría por lo menos un extranjero, un holandés que estaba terminando su período de tres años como presidente del PT Rabobank Duta Indonesia, subsidiario del holandés Rabobank. Fuentes sanitarias aseguraron que entre los heridos figuran al menos un estadounidense, un australiano, un neozelandés, un libanés, una malaya y un singapurés.

































El jefe de la policía nacional, general Dai Bachtiar, dijo que pese a la presencia de trozos de cuerpos cerca de los restos carbonizados del vehículo, no estaba seguro de que se tratara de un atentado suicida.
El hotel pertenece a una cadena estadounidense, por lo que el vicepresidente indonesio, Hamzah Haz, señaló que el objetivo de los terroristas probablemente fuera "destruir intereses de Estados Unidos".
La embajada norteamericana suele ofrecer sus recepciones en el Marriott, y en los últimos dos años han festejado allí el día de la independencia de Estados Unidos, el 4 de julio.

Similitudes con Bali

Nadie se atribuyó la responsabilidad por el ataque, pero las sospechas inmediatamente recayeron en la misma organización acusada por los atentados de Bali: el grupo extremista Jemaah Islamiyah, al que se relaciona con la red Al-Qaeda, de Osama ben Laden, y que pretendería establecer un Estado islámico en las zonas musulmanas del sudeste asiático.
El ministro de Defensa, Matori Abdul Jalil, condenó la explosión calificándola de "atentado terrorista", pero agregó que es demasiado pronto para atribuirla a Jemaah Islamiyah.
En cambio, fuentes diplomáticas estadounidenses en Indonesia y expertos en terrorismo señalaron las similitudes entre los atentados y aseguraron que el ataque de ayer fue cometido por ese grupo islámico acusado de ser responsable por los atentados de Bali, que en octubre de 2002 volaron dos discotecas llenas y mataron a 202 turistas extranjeros.
La hipótesis que apunta hacia Jemaah Islamiyah se refuerza al tener en cuenta que esta explosión se produjo dos días antes de que la justicia indonesia pronuncie un primer veredicto en el proceso contra militantes islamistas acusados de haber perpetrado los atentados de Bali.
Además, su presunto líder, el jeque Abu Bakar Bashir, será juzgado acusado de traición a la patria debido a varios atentados dinamiteros en 2000.
El vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan, condenó el atentado y ratificó desde Washington el apoyo de su país a la presidenta indonesia, Megawati Sukarnoputri. "Estamos listos para asistir las investigaciones de cualquier manera posible. Este ataque terrorista contra civiles inocentes nos recuerda que todavía estamos combatiendo una guerra contra el terrorismo", agregó.
Tras el atentado, el Departamento de Estado norteamericano advirtió a sus ciudadanos que posterguen todos los viajes no esenciales a Indonesia y recomendó a los que se encuentran en el país extremar las precauciones.
El ministro de Seguridad indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, dijo que el gobierno estableció rígidos controles de seguridad en el aeropuerto y otros lugares públicos, y agregó que el miércoles las autoridades anunciarán nuevas medidas.
Las autoridades estadounidenses aseguraron ayer que la policía indonesia recuperó el número de la camioneta utilizada para el atentado, y que ahora busca más información sobre el dueño del vehículo y los posibles atacantes.
Indonesia es el país con mayor población musulmana en el mundo: el 90 por ciento de sus 210 millones de habitantes pertenecen a esa religión.
Agencias AFP, AP y ANSA
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Diario "La Nación". Buenos Aires, 9 de agosto de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 13 de enero de 2005.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 30 de mayo de 2001.
Diario "La Nación". Buenos Auires, 20 de mayo de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 21 de setiembre de 2004.

Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de junio de 2004.
Diario "La Naci´çon". Buenos Aires, 19 de julio de 2009.
Diario "La Capital". Rosario, 29 de mayo de 2001.

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Baño de sangre. Responsabilizan del ataque a un grupo islámico vinculado a Al Qaeda
Nueve muertos en un atentado contra la embajada australiana en Yakarta
La explosión del coche bomba ocurre a escasos días de las presidenciales. Hay 182 personas heridas

Yakarta. - Al menos nueve personas murieron y otras 182 resultaron heridas ayer por la explosión de un coche bomba frente a la embajada de Australia en Yakarta, reavivando de nuevo el espectro del terrorismo a dos días del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre en EEUU. El coche bomba explotó a sólo cuatro metros de la entrada de la legación diplomática, fuertemente vigilada y situada en el barrio comercial de Kuningan. Para la policía, la explosión lleva las marcas de la Yemaa Islamiya (YI), un grupo islámico ligado a Al Qaeda, acusado de llevar a cabo un rosario de sangrientos atentados en Indonesia.

Escombros calcinados, cadáveres, cristales y los restos retorcidos de motos, autos y un camión llenaban la calle situada frente a la embajada tras la explosión, que destrozó ventanas de torres de oficinas cercanas, hiriendo a muchas personas que trabajaban en ellas. La lluvia de cristales rotos del edificio caía sobre las personas que trataban de escapar del infierno de la explosión, ayudando a amigos y colegas heridos a salir del edificio situado en el distrito económico y residencial de Kuningan, en la capital indonesia. El jefe de la policía nacional, Da'i Bachtiar, sospecha que el ataque fue perpetrado por uno de los máximos responsables de la YI, el malasio Azahari Husin, buscado por los atentados de Bali (2002) y el hotel Marriot de Yakarta (2003).

El ataque de ayer se produjo dos días antes del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre en EEUU y a un mes justo de las elecciones legislativas del 9 de octubre en Australia. Indonesia, el mayor país musulmán del planeta, también celebra elecciones presidenciales el próximo 20 de septiembre.

También siguió a las recientes advertencias de EEUU y Australia sobre la posibilidad de que los grupos islámicos golpearan de nuevo a Indonesia. "Era como un temblor de tierra, como un trueno", dijo Budi Harianto, de 30, herido en una pierna cuando esperaba en la embajada para obtener una visa.

El ministro de Salud indonesio, Ahmad Suyudi, dijo que al menos nueve personas perdieron la vida y 182 resultaron heridas. Otras 85 recibieron el alta y dos permanecían en la unidad de cuidados intensivos. Ningún integrante del personal australiano de la embajada perdió la vida, aunque algunas personas sufrieron herida s menores. Según testigos, un guardia indonesio de la sede diplomática murió en el atentado.

La explosión provocó una caída del 4% en la Bolsa de Yakarta, aunque después se recuperó. Varios vehículos estacionados frente a la embajada quedaron destrozados por la explosión, que dejó un profundo cráter.

La presidente indonesia, Megawati Sukarnoputri, suspendió la visita que realizaba a Brunei para asistir a la boda real del heredero y regresó a Yakarta, donde visitó el lugar del atentado y el hospital donde fueron internados los heridos. La presidente defendió los esfuerzos de su gobierno para atajar al terrorismo.

En Australia, el firme apoyo del gobierno conservador a la invasión de Irak por EEUU es una de las claves de la elección legislativa de octubre. El primer ministro John Howard, dijo que su país no cederá al chantaje del terrorismo. "No es una nación que va a ser intimidada por el terrorismo. Somos una democracia fuerte, robusta", dijo Howard.

El ministro de Relaciones Exteriores australiano, Alexander Downer, quien llegó ayer a Yakarta, aseguró que el atentado es un ataque deliberado contra los intereses australianos. Downer, quien dijo que el balance de muertos podría elevarse a 11, aseguró que todavía no se ha determinado si se trató de un kamikaze como los atentados de Bali y el Marriott.

Tanto Australia como EEUU advirtieron a sus ciudadanos la semana pasada que evitaran los hoteles occidentales en Yakarta. La embajada estadounidense dijo su personas permanecerá en sus casas y operará de acuerdo a estrictas medidas de seguridad. (AFP y Reuters)

 
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La onda expansiva destruyó vidrios en edificios aledaños.






Diario "La Nación". Buenos Aires, 5 de julio de 2004.
Diario "La Capital". Rosario, 5 de julio de 2004.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 7 de setiembre de 2007.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 1 de enero de 2000.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 2 de febrero de 2001.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 8 de enero de 2000.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 28 de enero de 2008.
The New York Times New York 21 de abril de 2007.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 1 de setiembre de 2005.

Diario "Clarín". Buenos Aires, 11 de enero 2004.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 27 de febrero de 2005. 
Diario "La Nación". Buenos Aires, 28 de diciembre de 2005.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 12 de setiembre de 2005.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 5 de abril de 2004.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 25 de julio de 2001.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 23 de diciembre de 2003.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 13 de octubre de 2002.
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Indonesia es sagrada en Bali

Es la única de las 3000 islas de este país musulmán que practica la religión hindú, rituales y ofrendas incluidos
Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 18 de julio de 2004






















































DENPASAR, Bali (El País, de Madrid).- Bali es un mito viajero. No sólo para parejas en luna de miel, ávidas de emular a Mick Jagger (quien se casó en Ubud a principios de los años noventa) y a otros famosos del corazón (algunos con apellido español, como Alejandro Sanz).
Esta isla algo es una de las 3000 que componen el mosaico de Indonesia. Pero es una isla peculiar: la única de religión hindú (en un entorno musulmán), con un hinduismo a su vez muy liberal (venden y comen carne de vaca), impregnado de un animismo primordial: las montañas, los ríos, los árboles, todo es sagrado. Las ofrendas se prodigan no sólo a los dioses, sino también a los espíritus de los antepasados, las fuentes, los bosques y los caminos; a los genios benéficos e incluso a los malignos.






















































No hay en Bali una sola casa que no tenga su altar doméstico, no hay un solo puente o cruce de caminos sin ofrendas a la vista, ni un solo arrozal sin la escueta capillita donde depositar, tres veces al día, una bandejita de palma con arroz, pétalos de flores y barras de incienso. Toda Bali es un espacio sagrado, y las ofrendas llegan a acolchar las pisadas, como las hojas caídas en un jardín otoñal. Esto no lo entendieron del todo los turistas australianos que convirtieron parte del sur isleño en reino del sun, surf and fun (sol, surf y juerga). En Kuta (al sur de la capital, Denpasar), Nusa Dua, Benoa y otras islas-satélite, el ambiente playero es similar al de otras rivieras turísticas donde el termómetro no baja de 25°C. Deportes acuáticos, vida nocturna, restaurantes cosmopolitas, resorts de ensueño, tiendas y más tiendas.




















































Los ritos funerarios se viven como una fiesta, con procesiones, creaciones de papel, nubes de incienso y ritmo de percusión
Los ritos funerarios se viven como una fiesta, con procesiones, creaciones de papel, nubes de incienso y ritmo de percusión.Foto:Carolina Reymúndez
El resto de la isla -es decir, casi toda- es otra cosa. A pesar de ser relativamente chica parece un mundo. Moverse por las precarias carreteras del interior consume mucho tiempo, pero ofrece más a cambio: será difícil no encontrarse cada día con alguna procesión de campesinos, alguna ceremonia o rito funerario. La incineración es particularmente festiva, con torres en forma de toro y gran profusión de banderolas ceñidas a cañas de bambú, como llamas gualdas (símbolo de sacralidad) y albas (símbolo de pureza). El sonido de algún gamelán (orquesta tradicional de percusión), junto con el humo del incienso y el destello de colores convierten cada instante en una burbuja mágica.
































































Esta atmósfera se respira de forma intensa en Besakih, el lugar más sagrado de Bali. Allí, bajo el volcán Agung, se escalona una suerte de ciudad santa, con docenas de templos apretados, con tejados superpuestos. Los domingos, aquello se convierte en una piadosa kermés. Familias enteras, con trajes de fiesta y granos de arroz adornando las mejillas, suben ordenadamente hasta alguno de los recintos, presentan las ofrendas y cumplen con sus rezos; despachan después las dádivas, junto con otras viandas, esparcida la parentela en corros por la hierba, a modo de picnic.
Hay otros enclaves sagrados no menos cautivantes. En el lago Batran, bajo cumbres enredadas con las nubes, un racimo de templos se adentra en el agua. Tanah Lot tienen patentados los mejores atardeceres de Bali.




















































Cuando el primer navío europeo, un bergantín holandés, arribó a las costas de Bali, en 1597, los marineros se desperdigaron y el capitán tardó dos años en volver a reunirlos, y no a todos. Cuando el turista se tiene que ir de Bali comprende bien a aquellos felices desertores, tan cargados de sentido común, aunque no siempre los pueda imitar.

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PANORAMA INTERNACIONAL Asia: la política en un explosivo efecto dominó

Los tumultos en Yakarta y las detonaciones nucleares en la India demuestran que el siglo de Asia será distinto del que imaginaron los estadistas de la globalización





















































  • El capitalismo no es un relato cerrado

    Por OSCAR RAUL CARDOSO, de la Redacción de Clarín
    Reunidos en Inglaterra, los líderes del Grupo de los Ocho -los países que concentran la cuota del león de la riqueza planetaria- deben digerir ahora la amarga medicina de descubrir que son víctimas de haber aceptado como dogma su propio discurso de propaganda.La idea del futuro inmediato como el siglo del Asia, uno de los presupuestos estratégicos centrales de los tiempos recientes para Occidente, se les está disolviendo entre los escombros que dejan en Yakarta los tumultos populares.Del mismo modo, el objetivo de la seguridad en la región, vital para la seguridad del resto del planeta, ha comenzado a ser pulverizado por las cinco detonaciones nucleares de la India y puede sucumbir definitivamente en la (o las) que Pakistán se apresta a realizar en una zona cercana a su frontera con Irán, según reza la presente alarma de la inteligencia norteamericana.En pocas oportunidades como en ésta, la abstracta teoría que los internacionalistas expresan con la imagen de una fila de fichas de dominó, cada una arrastrando a la otra en su caída, resulta tan comprensible. Los ensayos potenciales de Pakistán llevarán geográficamente la inestabilidad que genera el proceso hasta Oriente Medio. Y desde allí a... nadie sabe realmente.Pero aun más difícil que resignarse a que ese siglo de Asia no será como fue imaginado -el imperio de la globalización económica y de sus demandas sobre cualquier brecha geográfica y cultural- es aceptar que todo lo que sucede, y lo que puede suceder en la región durante las próximas semanas y meses, pone seriamente en duda la idea de que el capitalismo sea un relato cerrado.Estos días de fuego y destrucción en Indonesia son un ejemplo nítido de esta realidad.El enigma del futuroEs una profunda caída despeñarse desde las alturas de la saturación de elogios tecnocráticos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial hasta el sótano de la anarquía. Eso y no otra cosa es lo que le está sucediendo a Indonesia.Ese es un primer dato a tener en cuenta. La información de la descomposición nacional en Indonesia sugiere que ésta afecta principalmente a la autocracia del septuagenario Suharto.En esta visión segmentada de la situación, casi es posible anticipar las explicaciones que sobrevendrán cuando el autócrata desaparezca de la escena, lo que parece una posibilidad inmediata: el régimen se había vuelto anacrónico después de 32 años ininterrumpidos, y su desaparición permitirá a Indonesia reencontrar el camino de la historia.Pero nada sugiere que vaya a ser así. Lo que casi con seguridad seguirá a Suharto es un gobierno militar que recordará a los indonesios y al mundo que sólo conocen desde hace demasiado tiempo una forma travestida de democracia.Cualquiera sea el próximo hombre (o los próximos hombres) de poder en Indonesia, no podrá sino seguir lidiando con la austeridad salvaje que el FMI pensó, en primera instancia, canalizar a través del confiable Suharto.Y deberá también hacer frente a los resultados regresivos de una economía que puede tener, según los expertos internacionales, un crecimiento negativo de más del 12 por ciento.El telón histórico hace aún más difícil atravesar ese pantano previsto.Indonesia viene de un largo período de crecimiento: apenas en 1996, éste fue del 8 por ciento. Y si la crisis del efecto arroz no le hubiera dado el golpe que le asestó en 1997, esa cifra se hubiera repetido (terminó en 4,5 por ciento, pese a todas las dificultades).El país de los sueños de los organismos internacionales de crédito que tendría la sexta economía en el mundo antes del 2010 sencillamente no está más allí y, aunque el milagro de la estabilidad política y social se produjera de la noche a la mañana, demandará mucho tiempo reencontrarlo.Carrera armamentistaPara el caso de la seguridad regional, la realidad no difiere demasiado.Más relevante aún que las cinco explosiones nucleares es el hecho de que el gobierno del nacionalista Atal Bihari Vajpayee que las ordenó haya decidido abandonar la posición tradicional de ese país: el programa nuclear de la India, rezaba, solamente tenía objetivos de uso pacífico de la forma de energía más letal que se conoce hasta hoy.Cuando, en 1974, la India asombró y escandalizó con su primera detonación al mundo tanto como en la pasada semana, ésa fue la justificación que acuñó y que durante décadas hasta le permitió ser uno de los líderes del hoy alicaído Movimiento de Países No Alineados, inclusive cuando había logrado poder de destrucción masiva.Ahora ya nadie sospecha, sino que lo sabe bien, que lo de la India es para la guerra y ésta no es un horizonte demasiado distante, como lo prueba una historia de medio siglo en el que fueron cuatro los conflictos bélicos con Pakistán.Es hasta risueño el resultado de todo, y en especial de la imprevisión y la distracción de Occidente.Para evitar que Pakistán ponga el próximo tramo de pavimento en la escalada armamentista de la región, Washington está prometiendo levantar las prohibiciones legales que le impuso a comienzos de esta década para recibir armamento sofisticado.De lo que se trata entonces es de alimentar una carrera armamentista bajo la justificación de detenerla.La simetría entre las contradicciones en lo militar y en lo económico son tantas y tan perfectas que asustan más que las imágenes y los datos. 
  • Diario "Clarín". Buenos Aires, 16 de mayo de 1998.
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    El interior profundo de Bali

    Además de las famosas playas de Kuta y Jimbaran, un viaje a las costumbres de esta isla montañosa, verde y cubierta de arrozales, la única hinduista-budista del país, donde parece haber casi tantos templos como habitantes
    Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 15 de noviembre de 2009

    Primer viaje

    Estábamos en plena montaña, en la aldea de Tenangan, en la casa de Wayan Nudita Adnyana, donde el intenso olor a m... se colaba desde algún rincón misterioso y llegaba por oleadas cada vez que se levantaba una brisa. Sin embargo, me negaba a salir de ahí. Estaba hipnotizado. No podía dejar de mirar los ágiles desplazamientos de los cinco centímetros que medía la uña del pulgar izquierdo del señor Wayan ni dejar de escuchar su versión cantada -en sánscrito- del Ramayana, la epopeya india sobre las aventuras del príncipe Rama, que él mismo había grabado en finas tablillas de corteza de cocotero y que mantenía guardadas en una caja cuidadosamente tallada, una pieza delicada que cualquiera podía adjudicarse por 8 dólares, precio sorprendente y, encima, negociable. Cuentan en Tenangan que cuando Silvio Berlusconi hizo una visita oficial a Bali pidió que lo llevaran a ver al señor Wayan. No se sabe que haya dicho algo sobre el olor, pero sí que alabó las tablillas, se fotografió con el artesano y se llevó algunos trabajos. No regateó.
    Un funcionario del gobierno indonesio me llevó con Wayan porque es uno de los más respetados bali aga, etnia balinesa que se considera la más tradicional y auténtica de la isla, lo que es mucho decir. En esta aldea, los edificios y las casas se construyen según creencias tradicionales. La vida es comunitaria (vi a muchos limpiar y cocinar pescados juntos, en una plazoleta, porque las comidas son eventos sociales) y el bosque que los rodea está dividido en sectores sagrados: hay zonas de cultivos y otras en las que los de Tenangan sólo toman lo que la naturaleza les da, por ejemplo, las frutas que caen de los árboles.
    El templo de Aman Ayun
    El templo de Aman Ayun.Foto:El Mercurio
    Es parte de su fe. Nueve de cada diez balineses son hinduistas-budistas, mientras en el resto del país la mayoría es musulmán. Bali comenzó a ser una excepción en Indonesia a partir del siglo XII, cuando el islam llegó de la mano de los comerciantes. Para los indonesios la conversión tenía ventajas: los compradores musulmanes de Medio Oriente preferían negociar con sus hermanos de fe. Hacia mediados del siglo XIV, los musulmanes habían copado el archipiélago, y los líderes hinduistas y budistas -gobernantes, sacerdotes, artesanos, intelectuales- se atrincheraron en Bali. "La raza más civilizada de las islas orientales, la crema de la cultura javanesa, fue trasplantada como una unidad dentro de Bali", escribió el artista Miguel Covarrubias, alguna vez ilustrador de Vanity Fair y The New Yorker, que vivió en la isla en los años 30 y publicó una mezcla de historia y apuntes personales llamada Island of Bali.
    Esa densidad cultural explica por qué cada balinés es un artesano consumado. A lo largo de las carreteras y calles se ven hileras de figuras hinduistas y budistas talladas en piedra o madera. Cada poblado tiene una especialidad, y donde quiera que uno mire encuentra esas artesanías maravillosas por las que cobran casi nada.
    También explica por qué Bali tiene miles de templos: de magníficas construcciones a pequeños pilares para ofrendas. Templos personales, familiares y comunitarios. Se habla de 10.000, pero la cifra real es imposible de calcular. Tanah Lot es uno de los más llamativos: está sobre un roquerío que se convierte en una isla cuando sube la marea.
    Los fotografiados templos de la costa son fortalezas levantadas por los ex javaneses para evitar la entrada del islam. Pero la vida no se hace allí, sino en el interior de la isla. La playa es cosa de occidentales. Tanto, que en el conjunto de creencias locales (donde cada árbol, roca, escultura y animal tienen un espíritu que debe ser honrado), la costa es la zona donde habitan los demonios. O las energías negativas.
    Mientras el señor Wayan seguía cantando la historia de Rama, me preguntaba si sabría lo que él mismo significa para los bali aga, el pueblo que se considera la más pura descendencia de esos javaneses exiliados. Los grabados de Wayan son imitados en la aldea. Es el método. Si los jóvenes no aprenden a grabar, cocinar, hilar algodón, tejer, no son dignos de seguir en su comunidad. Por eso ponen atención a su maestro: este anciano de músculos marcados, piel achocolatada, pelo blanco, sonrisa luminosa y manos ágiles.

    Un asunto de karma

    La noche anterior, la primera en Bali, habíamos parado en un warung, restaurante tradicional balinés. En este caso, una versión turística: Made's Warung. Es como un bar de playa, metido en el sector de Seminyak, en Kuta, principal ciudad de la isla (aunque la capital es Denpasar, Kuta tiene las playas, los hoteles, las tiendas con infinidad de marcas famosas, y los turistas, tantos de ellos).
    En el patio, un trío de guitarristas balineses vestidos de blanco punteaba canciones conocidas para un público principalmente australiano. Mientras, en nuestra mesa el tema era el bombazo de 2002 en Bali. Para hacer memoria: el 12 de octubre de 2002, un grupo de terroristas que luego sería vinculado al grupo islamista indonesio Jemaah Islamiyah destruyó el Sari Club y el Paddy's Bar, dos sitios populares en la calle más concurrida de Kuta. Murieron 202 personas, 88 eran australianos. Los turistas huyeron espantados y tardaron en volver. No demasiado, pero tardaron. Y entonces ocurrió de nuevo, en 2005: un triple ataque suicida sacudió a Kuta y Jimbaran.
    En las creencias balineses, todo tiene que ver con las cosas que has hecho en esta vida o en las anteriores. Incluso una bomba en el centro de la ciudad. Por eso los balineses tratan el tema con naturalidad. Como si todo fuese un asunto de energías que deben ser equilibradas. A semanas del primer estallido, miles de balineses llegaron hasta Kuta. Nadie pedía justicia. Sólo se hicieron ofrendas, para rogar por el restablecimiento del equilibrio.
    Más tarde, esa noche constaté la abundancia de guardias privados en algunos clubes, y hasta el control con detectores de metales en otros.
    Días después, mientras visitaba el monumento levantado junto al sitio de las bombas, vería a una familia islámica y a otra de australianos que se fotografiaban junto a la larga lista de víctimas. El memorial se ha convertido en un hito turístico más. Un recuerdo violento que ha terminado por armonizar con el resto de Bali. Diluido en el mundo amable de Bali.

    Segundo viaje

    Volví a Bali una semana después. Solo. Con dos propósitos concretos. Uno, la playa. El otro, la mujer, Janet de Neefe.
    Había leído una crónica sobre ella en The Guardian: la chica australiana que llega a Bali como adolescente se enamora de la isla y de Ketut (su esposo), se queda, abre una escuela de cocina, unos restaurantes exitosos y de pronto sorprende con un festival de escritores, donde aparecen autores destacados, hasta premios Nobel (la lista de este año incluye a Wole Soyinka, primer galardonado africano), que no es poco decir para una aldea. En otra crónica, Tony Wheeler, el creador de Lonely Planet, incluía Ubud (y los restaurantes de Janet) en su lista de 25 sitios que había que ver en el mundo. Coincidencia. Karma. Lo que sea. Tenía un par de días, así que la llamé apenas llegué al hotel. Su voz -dulce, amable, sorprendida por la palabra Chile- propuso una hora. Partí a Ubud no sin antes echarle -al fin- un vistazo a la playa de Kuta.
    Los viajeros sofisticados o conocedores tienden a ser injustos con Kuta porque se llena de surfistas y extranjeros, y a cierta hora tiene casi tantos comerciantes como bañistas. Lo cierto es que es una linda playa con kilómetros suficientes para alejarse de la multitud (que tiende a concentrarse en el sector más taquillero; más o menos donde está el Hard Rock Café-Bali, que tiene un hotel aquí mismo).
    Hay otras playas que uno sí debe descartar de inmediato. Lovina, en la costa norte, aparece mucho en las Web de mochileros, y se entiende sólo porque está menos invadida que Kuta y es más barata. Pero es estrecha y la arena, oscura. La verdad es que la costa norte, nororiente y oriente de la isla tiene poco que ofrecer. Quizá lo único interesante sea el cruce por el interior de Bali, donde está la verdadera isla y donde se puede ver cómo el paisaje se hace montañoso, verde y se llena de flores y arrozales.
    Si es por playas, Jimbaran, a veinte minutos de Kuta, es todo lo que uno necesita. Hay que verla al atardecer. Créalo: si no la convence ahí, esa chica no tiene alma.

    Arroz fragante

    Janet de Neefe se parece un poco a Charlotte, de Sex and the city, pero más relajada y sin maquillaje. Es mayor, pero (quizá por lo mismo) más atractiva. Sonríe como quien ha encontrado su sitio en el mundo.
    En su libro, Fragant Rice, mezcla recetas tradicionales, experiencias personales, las dificultades y satisfacciones que tuvo al integrarse a la cultura balinesa, y su historia de amor con Ketut, un balinés que un día se le acercó en un bar y la hizo reír. Janet escribe cosas que es fácil compartir, como "creí que eran las personas más bellas que había visto alguna vez", a propósito de su primer encuentro con la isla.
    Mientras hablamos, en una mesa larga de su restaurante Indus, aparece Ketut y bromea con algunas frases en español. Luego de varias décadas de matrimonio y cuatro hijos hay miradas cómplices. Janet me recuerda que bromear es una especialidad balinesa, aunque muchas veces su sentido del humor parezca carecer completamente de sentido.
    Janet responde, con amabilidad, mis preguntas, todas variaciones de una sola: ¿por qué Bali? Parada en la terraza del Indus, con vista a las colinas verdes coronadas de cocoteros, Janet se parece a algunas figuras femeninas de piedra que he visto en los caminos: es la misma placidez.
    Y desde esa placidez, habla por fin: "Es un asunto de amor, y pocas veces eso se puede explicar en palabras".

    Una ofrenda

    Por esos días, mientras buscaba playas, me topé con Gade, comerciante de artesanías que estaba a punto de estrenar su templo familiar, en el que había gastado unos 10.000 dólares, que cubrirían las esculturas de piedra, las imágenes y una fiesta de varios días. Entre otras cosas, Gade me habló de la muerte. Me dijo que debería ser otra fiesta familiar. Es el momento en que el alma, atrapada en el cuerpo, puede liberarse a través de la cremación. Y el llanto sólo sirve para atrapar esa alma, así que es mejor reír.
    También me explicó que las cenizas se arrojan al mar porque, después de todo, el mar es la continuación del Ganges, río sagrado de los hindúes.
    Entonces imaginé las playas como un gran cementerio. Y la imagen no era triste. Estaba en eso cuando pisé, sin querer, una pequeña cesta de hojas de plátano con flores, galletas, arroz. Era una ofrenda. Hay miles por toda la isla. Están en pilares, rincones, veredas. Sirven para pedir bendiciones y para agradecer.
    Le pregunté a Gade cómo se hacían. Esa noche, en la ventana de mi habitación, puse una con flores y un puñado de arroz robado del almuerzo, entre otras cosas. Esta vez, la ofrenda era para agradecer.
    Mauricio Alarcón C. El Mercurio, de Santiago. GDA 
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  • La explosión del coche bomba ocurre a escasos días de las presidenciales. Hay 182 personas heridas 
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    Yakarta. - Al menos nueve personas murieron y otras 182 resultaron heridas ayer por la explosión de un coche bomba frente a la embajada de Australia en Yakarta, reavivando de nuevo el espectro del terrorismo a dos días del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre en EEUU. El coche bomba explotó a sólo cuatro metros de la entrada de la legación diplomática, fuertemente vigilada y situada en el barrio comercial de Kuningan. Para la policía, la explosión lleva las marcas de la Yemaa Islamiya (YI), un grupo islámico ligado a Al Qaeda, acusado de llevar a cabo un rosario de sangrientos atentados en Indonesia.

    Escombros calcinados, cadáveres, cristales y los restos retorcidos de motos, autos y un camión llenaban la calle situada frente a la embajada tras la explosión, que destrozó ventanas de torres de oficinas cercanas, hiriendo a muchas personas que trabajaban en ellas. La lluvia de cristales rotos del edificio caía sobre las personas que trataban de escapar del infierno de la explosión, ayudando a amigos y colegas heridos a salir del edificio situado en el distrito económico y residencial de Kuningan, en la capital indonesia. El jefe de la policía nacional, Da'i Bachtiar, sospecha que el ataque fue perpetrado por uno de los máximos responsables de la YI, el malasio Azahari Husin, buscado por los atentados de Bali (2002) y el hotel Marriot de Yakarta (2003).

    El ataque de ayer se produjo dos días antes del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre en EEUU y a un mes justo de las elecciones legislativas del 9 de octubre en Australia. Indonesia, el mayor país musulmán del planeta, también celebra elecciones presidenciales el próximo 20 de septiembre.

    También siguió a las recientes advertencias de EEUU y Australia sobre la posibilidad de que los grupos islámicos golpearan de nuevo a Indonesia. "Era como un temblor de tierra, como un trueno", dijo Budi Harianto, de 30, herido en una pierna cuando esperaba en la embajada para obtener una visa.

    El ministro de Salud indonesio, Ahmad Suyudi, dijo que al menos nueve personas perdieron la vida y 182 resultaron heridas. Otras 85 recibieron el alta y dos permanecían en la unidad de cuidados intensivos. Ningún integrante del personal australiano de la embajada perdió la vida, aunque algunas personas sufrieron herida s menores. Según testigos, un guardia indonesio de la sede diplomática murió en el atentado.

    La explosión provocó una caída del 4% en la Bolsa de Yakarta, aunque después se recuperó. Varios vehículos estacionados frente a la embajada quedaron destrozados por la explosión, que dejó un profundo cráter.

    La presidente indonesia, Megawati Sukarnoputri, suspendió la visita que realizaba a Brunei para asistir a la boda real del heredero y regresó a Yakarta, donde visitó el lugar del atentado y el hospital donde fueron internados los heridos. La presidente defendió los esfuerzos de su gobierno para atajar al terrorismo.

    En Australia, el firme apoyo del gobierno conservador a la invasión de Irak por EEUU es una de las claves de la elección legislativa de octubre. El primer ministro John Howard, dijo que su país no cederá al chantaje del terrorismo. "No es una nación que va a ser intimidada por el terrorismo. Somos una democracia fuerte, robusta", dijo Howard.

    El ministro de Relaciones Exteriores australiano, Alexander Downer, quien llegó ayer a Yakarta, aseguró que el atentado es un ataque deliberado contra los intereses australianos. Downer, quien dijo que el balance de muertos podría elevarse a 11, aseguró que todavía no se ha determinado si se trató de un kamikaze como los atentados de Bali y el Marriott.

    Tanto Australia como EEUU advirtieron a sus ciudadanos la semana pasada que evitaran los hoteles occidentales en Yakarta. La embajada estadounidense dijo su personas permanecerá en sus casas y operará de acuerdo a estrictas medidas de seguridad. (AFP y Reuters)

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    Un grupo cercano a Al Qaeda fue el autor del atentado en Indonesia
    Diario "La Capital". Buenos Aires, 9 de agosto de 2003.
    La cabeza del terrorista de la Yemaá Islamiya fue hallada en un quinto piso del hotel atacado en Yakarta el martes

    Yakarta. - El atentado contra el lujoso hotel Marriot en Yakarta, perpetrado el pasado martes, fue obra de un atacante suicida relacionado con el grupo radical islámico Yemaá Islamiya (YI). El ataque con coche bomba dejó 16 muertos y cerca de 150 heridos. Según confirmó ayer el jefe de la policía nacional indonesia Erwin Mappaseng, dos indonesios detenidos por "actividades terroristas" dijeron que ellos reclutaron al suicida, identificado como Asmar Latin Sani. Según Estados Unidos, la Yemaá Islamiya posee vínculos con la red Al Qaeda de Osama Bin Laden.

    Los detenidos y una hermana del terrorista identificaron la cabeza de Asmar Latin Sani, que fue encontrada en el quinto piso del hotel atacado. El kamikaze de 28 años -originario de Sumatra- fue identificado por dos miembros detenidos de la Yemaá Islamiya que lo reclutaron.

    El jefe policial general Dai Bajtiar comentó que las autoridades buscan ahora intensivamente a otros dos sospechosos, que al parecer también son miembros de Yemaá Islamiya, según señalan los documentos con que cuentan los investigadores. Según fuentes de los servicios secretos en Yakarta, el grupo planeaba hace semanas un atentado en la capital indonesia y tenía varios grandes hoteles en la mira como posibles objetivos, entre ellos el Marriot.

    Al grupo extremista Yemaá Islamiya se le atribuye el atentado en Bali perpetrado hace diez meses que causó la muerte a 202 personas. En el primer juicio por ese ataque, un tribunal sentenció el jueves a muerte a Amrozi bin Nurhasyim, uno de sus miembros. Los investigadores indonesios ya confirmaron que el vehículo utilizado en el ataque del hotel contenía el mismo tipo de explosivos utilizado en Bali: ciclonita (RDX) y trinitrotolueno (TNT).

    En cuanto a la teoría del atentado suicida, ésta quedó demostrada por la grabación de una cámara de seguridad colocada en el hotel y cuyas imágenes muestran un vehículo todoterreno que se convierte en una bola de fuego nada más acercarse al establecimiento. Un teléfono móvil fue utilizado para detonar la bomba, como en al menos una de las de Bali.

    Previamente, la policía divulgó fotos grotescas de la cabeza reconstruida del presunto suicida que mostraban a un hombre joven con una pequeña barba. "Era conocido por dos miembros terroristas que habíamos arrestado en el pasado. Fue reclutado por ellos", explicó Erwin Mappaseng, jefe de la policía indonesia."Definitivamente fue reclutado por este grupo", dijo Mappaseng en referencia a la Yemaá Islamiya, el grupo islámico considerado el brazo de la red terrorista Al Qaeda en el Sudeste de Asia.


    Cooperación inadecuada
    La identificación del terrorista coincidió con los primeros comentarios públicos de la presidenta indonesia Megawati Sukarnoputri sobre la explosión, en los que afirmó que el hecho demostró que la cooperación del sudeste de Asia en la guerra contra el terrorismo es inadecuada.

    En un discurso a diplomáticos de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (Asean) en Yakarta, Megawati dijo que ninguna nación o grupo de países podrá nunca superar solo la amenaza del terrorismo internacional. "Los planes regionales de acción para enfrentar tales problemas fueron establecidos hace tiempo como parte de la cooperación funcional de la Asean, pero repentinamente parecen inadecuados ante cataclismos como los ataques terroristas en Estados Unidos, Bali y el hotel Marriott hace unos días", comentó la presidenta.

    "Desde el punto de vista de Indonesia, que es compartido por el resto de los miembros de la Asean, se necesita una coalición global de todas las naciones, todas las sociedades, religiones y culturas para derrotar esta amenaza", agregó. Un banquero holandés fue uno de los 16 muertos en la explosión en el Marriott. Entre los heridos hubo ciudadanos de Singapur, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.(Reuters y AFP)
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    Diario "La Nación". Buenos Aires, Sábado, 18 de julio de 2009 

    El terrorismo islámico golpea otra vez a Indonesia: al menos 11 muertos

    Atacantes suicidas que se registraron como huéspedes, introdujeron explosivos en dos lujosos hoteles en el corazón de la capital de Indonesia, provocaron el viernes explosiones que dejaron nueve muertos y más de 50 heridos. Los atentados casi simultáneos en el J.W. Marriott y Ritz-Carlton, pusieron fin a una pausa de cuatro años en los ataques terroristas contra la nación musulmana más populosa del mundo.


    Yakarta. — Atacantes suicidas que se registraron como huéspedes, introdujeron explosivos en dos lujosos hoteles en el corazón de la capital de Indonesia, provocaron el viernes explosiones que dejaron nueve muertos y más de 50 heridos. Los atentados casi simultáneos en el J.W. Marriott y Ritz-Carlton, pusieron fin a una pausa de cuatro años en los ataques terroristas contra la nación musulmana más populosa del mundo. Entre los muertos y heridos figuraban 18 extranjeros. Posteriormente, un coche bomba cerca de un centro financiero se cobró dos vidas más.
    La sombra de Al Qaeda. Los expertos sospechan que tras los ataques se encuentran terroristas islámicos del grupo local Jemaah Islamiyah, que durante años provocaron una ola de terror en el país con más población musulmana del mundo. Indonesia no sufría ataques desde 2005.
    El jefe de policía de Yakarta, general Wahyono, dijo que dos atacantes suicidas llevaron a cabo los atentados en los hoteles. Los sospechosos del atentado en el Marriott se alojaron en un cuarto situado en el piso 18, donde se encontraron explosivos sin detonar luego de los ataques del viernes. "Hubo varios autores" de los atentados, dijo el jefe de policía. "Se hicieron pasar por huéspedes, y se alojaron en la habitación 1808".
    Muerte y destrucción. Las explosiones en ambos hoteles dejaron la calle cubierta de escombros y vidrios, y crearon una espesa columna de humo. Las fachadas de ambos edificios quedaron reducidas a metal retorcido. Ambos hoteles, ubicados en el prestigioso barrio comercial de Kuningan de Yakarta, son usados frecuentemente por extranjeros para encuentros de negocios, debido a su buena fama en cuanto a seguridad. Además, se encuentran conectados por un túnel subterráneo.
    Según los expertos, la explosión en el Ritz-Carlton se registró en el sótano, mientras que la ocurrida en el Marriott se produjo en la tercera planta, donde se encuentra el comedor, en el que a esas horas había numerosas personas compartiendo desayunos de trabajo. Una de las cámaras de seguridad del Marriott filmó a un hombre con una gorra de béisbol que entra en el restaurante justo antes de la explosión, llevando una maleta y una mochila. Un tercer artefacto explosivo fue encontrado y desactivado en el maletín de una notebook en el piso 18.
    El visiblemente afectado presidente Susilo Bambang Yudhoyono dijo que los ataques fueron obra de un grupo terrorista empecinado en dañar al país. "Los que han llevado a cabo este ataque y los que lo planearon serán arrestados y juzgados según las leyes", dijo el mandatario en un discurso televisado a la nación. La reacción internacional a las explosiones surgieron rápidamente. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien vivió cuatro años en Yakarta cuando era niño luego de que su mamá se casó con un indonesio, condenó fuertemente los ataques y dijo que su país está listo para ayudar en lo que sea necesario.

    Los ataques aparentemente coordinados, los primeros en varios años, podrían afectar negativamente la confianza de los inversores en la mayor economía del sudeste de Asia. Los mercados financieros de Indonesia cayeron tras los ataques.

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     UNA OLA DE ATENTADOS TERRORISTAS EN LA ISLA DE BALI PROVOCA 32 MUERTOS
    Diario "Clarín". Buenos Aires, 2 de octubre de 2005.

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    Bali recupera el brillo de otros tiempos

    Después de los atentados de hace tres años, nuevos hoteles y más turistas
    Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 18 de septiembre de 2005





    BALI (The New York Times).- A casi tres años de los atentados terroristas perpetrados en el corazón de la isla de Bali, sobre su costa sur, la serenidad retorna finalmente a esta joya tropical, famosa por sus paisajes esmeralda y su aura hindú.
    Como signo inconfundible de su recuperación, alrededor de 1,5 millones de turistas visitaron la isla en 2004, un 47% más que el año anterior. El cambio se palpa en todas partes, desde las tablas de surf en las playas de Kuta, en la costa sudeste, hasta los embotellamientos de tránsito al salir del aeropuerto internacional de Ngurah Rai.




    Bali no sólo repunta, sino que lo hace con un brillo singular que complementa su fama de nirvana de mochileros. Surgen hoteles de lujo con espléndidas piletas y restaurantes rodeados de árboles de teca, mientras los viejos se renuevan para obtener más estrellas. El año último se inauguraron restaurantes, balnearios y clubes nocturnos de alto nivel, que aportaron un condimento especial al lugar.




    Barriletes en las tranquilas playas de la isla
    Barriletes en las tranquilas playas de la isla.Foto:NYT

    Noches agitadas

    Una apacible noche de enero, las sinuosas veredas de Kuta relumbraban después de una llovizna. Los comerciantes guardaban los sarong que tenían en exhibición. Los dueños de los bares atenuaban las luces. A medida que se aproximaba la medianoche, un desfile de jóvenes de entre 20 y 30 años emergía de los hoteles con rostro expectante, dispuesto a conocer el local de moda.




    En Fuel, un restaurante nuevo que abrió justo al lado del sitio en el que estalló la bomba, los comensales parecían salidos de la publicidad de una revista. No hace mucho allí había un local que vendía DVD piratas. Ahora es un lugar de moda con decoración minimalista y luces psicodélicas. La muchedumbre reía y bailaba; se olvidaba, al parecer, de la marca trágica del edificio contiguo. Quizá ya había transcurrido suficiente tiempo, o estaban perdidos en el regocijo de las vacaciones.
    Pero los vestigios del terrorismo son inevitables, constituyen una amenaza para este oasis tropical al igual que las lluvias monzónicas. Cuando se pregunta a los turistas por qué regresan a Bali, dos son las respuestas más frecuentes: "Es uno de los lugares más hermosos que conozco", respondió una californiana de 33 años mientras hacía una excursión al Santuario del Mono Sagrado, una reserva selvática situada en el centro de Bali. "Parece casi mística y mágica." La fascinante topografía aún cautiva al turista como lo hacía en la década de 1930, cuando los occidentales comenzaron a promocionar Bali como el paraíso de los veraneantes.




    Este ex territorio holandés conformaba las Indias holandesas y se extendía desde Indonesia hasta Malasia. Al estar situada al sur del ecuador, la temperatura promedio se mantiene en torno de los 30°C durante todo el año, y es más fresco a media que uno se interna en la selva. La isla está rodeada de playas y acantilados. Selvas cubiertas de rocío y picos volcánicos conforman su centro.
    Los arrozales de las laderas, el color de la lima fresca, se extienden en el paisaje como anfiteatros gigantes. El aire tiende a dilatarse, las vistas son eternas. Los visitantes también hablan con nostalgia de la cultura propia de Bali. A diferencia del resto de Indonesia, la mayoría de los balineses profesan una forma de hinduismo a la que suman elementos del budismo y el animismo.

    Templos y dioses

    Creen que los dioses se encuentran en todas partes. Y, de algún modo, están. Las esculturas que representan batallas míticas se vislumbran en medio del tráfico como un Arco de Triunfo. Miles de templos salpican la isla, con sus puertas separadas formando una especie de portal a un mundo cósmico. Todas las mañanas, millones de cestas con forma de barco, llenas de arroz, frutas y flores, se dejan en la acera como pequeñas ofrendas para los dioses.
    Un paseo por las afueras revela una vida sencilla, empapada de rituales atávicos. Los hombres se bañan juntos en los ríos cristalinos; disfrutan de los balnearios originales de Bali. Las mujeres secan tapioca al borde de la ruta, extendiendo los gránulos al sol. Pollos sacrificados cuelgan de la parte trasera de los ciclomotores. Las higueras de Bengala se balancean.
    Y cada dos o tres horas, la melodía etérea del gamelán balinés resuena en las colinas boscosas, indicando el comienzo de una nueva ceremonia en el templo. Esta reverencia por las costumbres hindúes explica cómo décadas de turismo masivo afectaron muy poco el encanto de la isla. "Todos están siempre sonrientes", comentó una turista griega mientras contemplaba la puesta del sol en la playa Seminyak, una zona residencial al norte de Kuta. "Aun cuando te cobran de más, la sonrisa es ciento por ciento auténtica."
    Traducción: Andrea Arko

    En contra de las malas predicciones

    Contrariamente a las predicciones de algunos operadores turísticos, "los atentados terroristas tuvieron consecuencias de corto plazo en el turismo", comentó Rok Klancnik, vocero de la Organización Mundial del Turismo, organismo de Naciones Unidas. Y el tiempo parece acortarse. "A Luxor le llevó cinco años recuperarse de los atentados", añadió Klancnik, refiriéndose a la masacre de 58 extranjeros en 1997.
    Nueva York recuperó sus niveles de turismo dos años después de 2001, y Madrid volvió a la normalidad meses después de los atentados. "Probablemente le lleve a Bali otro año llegar a su recuperación completa", concluyó. Pero las cicatrices quedan. Perros entrenados para detectar explosivos, guardas con expresiones rígidas y detectores de metales en los aeropuertos forman parte de la nueva cotidianidad.
    Denny Lee

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    Paraíso golpeado. Funcionarios revelaron que dos sospechosos vinculados a Al Qaeda organizaorn los ataques del sábado

     Diario "La Capital". Rosario, 3 de octubre de 2005
    Afirman que los atentados en Bali fueron obra de atacantes suicidas
    Los autores habrían sido tres personas que llevaban explosivos en mochilas y alrededor de sus cinturas

    Yakarta. - Los atentados perpetrados el sábado en Bali, que causaron la muerte de al menos 26 personas, fueron obra de terroristas suicidas, según aseguró ayer el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono. "Nuestras investigaciones muestran que estos ataques han sido perpetrados por terroristas suicidas, tanto en Jimbaran como en Kuta", afirmó. Por su parte, funcionarios revelaron que los dos fundamentalistas islámicos más buscados del sudeste asiático habrían organizado estos atentados casi simultáneos en tres restaurantes, mientras un escalofriante video mostró a un presunto atacante pasando delante de los comensales momentos antes de una de las explosiones.

    El teniente general Ansyaad Mbai, un alto funcionario de un comando antiterrorista, identificó a los dos sospechosos como Zahari Bin Husin y Noordin Mohamed Top, malayos pertenecientes al grupo Yema Islamiya, vinculado a Al Qaeda. Los sospechosos también son acusados de organizar los atentados en clubes nocturnos de Bali en octubre del 2002, así como otros ataques en Yakarta, la capital de Indonesia, en el 2003 y el 2004. En los atentados a los clubes nocturnos en el 2002, también llevados a cabo un sábado en la noche, murieron 202 personas, en su mayoría turistas extranjeros.

    Secuencias de un video muestran a uno de los presuntos atacantes de este sábado caminando con decisión por uno de los restaurantes, pasando frente a turistas y habitantes locales que están cenando, bebiendo o conversando sentados junto a mesas iluminadas con velas. El sospechoso agarra su mochila, la ajusta ligeramente, y luego desaparece de la pantalla. Momentos después hay una gran explosión, seguida por un humo gris y por aterradores gritos. La policía dijo que el video, obtenido por Associated Press Television News, formaba parte de la investigación.

    Según lo que sabe hasta el momento, los autores podrían haber sido tres personas que portaban los explosivos en una mochila. En los lugares de los ataques se encontraron restos de mochilas y rastros de explosivos. "Los cadáveres de los comandos suicidas fueron hallados en el sitio de las explosiones, pero no han sido aún identificados", señaló Mbai. "Todo lo que quedó de ellos son sus cabezas y pies. La evidencia indica que llevaban los explosivos en torno a sus cinturas", precisó.


    Educado en Gran Bretaña
    Mientras tanto, el periódico londinense Sunday Telegraph informó ayer que Zahari Bin Husin, uno de los sospechosos de organizar los atentados, cursó estudios en Gran Bretaña. Husin, un ingeniero de 48 años y especialista en fabricación de bombas, obtuvo un doctorado en la universidad de Reading en 1990 y es buscado desde hace tiempo por la policía británica.

    Después de estudiar en Gran Bretaña el supuesto terrorista regresó a Tailandia, donde cayó bajo la influencia del clérigo radical Abu Bakar Bashir, condenado a tres años de prisión en relación con los atentados de Bali del 2002. Husin es sospechoso de haber participado en el ataque contra el hotel Marriott de Yakarta, en agosto de 2003, en el que murieron 12 personas y 150 resultaron heridas.

    Los nuevos atentados del sábado generaron dudas sobre el éxito de una operación regional para combatir a Yema Islamiya, que opera en el sureste de Asia. Si bien ningún grupo se atribuyó el atentado del sábado, las autoridades en Indonesia y otros lugares mencionaron a Yema Islamiya como la organización responsable de los ataques.

    Numerosos sospechosos de la organización han sido detenidos durante los últimos tres años en Indonesia, Malasia, Singapur, Filipinas y Tailandia, y algunos funcionarios habían dicho que el liderazgo del grupo había sido desmantelado. Sin embargo, analistas han advertido que una nueva generación de milicianos se ha unido a la organización y se preparaba para realizar ataques. El presidente Yudhoyono advirtió ayer que los terroristas podrían preparar nuevos ataques en su país, la nación musulmana más populosa del mundo. "Los terroristas todavía buscan objetivos blandos", dijo luego de examinar la zona de la devastación.

    Responsables sanitarios de Indonesia dijeron que hasta ahora se habían identificado 16 cadáveres, 12 de ellos indonesios -uno de ellos un niño de seis años-, tres australianos y un japonés. Entre los heridos habían 64 indonesios, 20 australianos, siete surcoreanos, cuatro estadounidenses, tres japoneses, un francés y un alemán, entre otros extranjeros. "Tememos que la cifra de víctimas fatales ascienda", advirtió un portavoz del hospital Sanglah en Denpasar, capital de la isla.

    Los atentados han sido condenados en todo el mundo. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dijo que su país está del lado del pueblo y del gobierno de Indonesia en sus esfuerzos por llevar ante los tribunales a los autores. El primer ministro británico, Tony Blair, expresó su apoyo en un mensaje personal al presidente Yudhoyono. Por su parte, la Organización de la Conferencia Islámica en Yidda habló de "pecado". Estos hechos "criminales" van contra las enseñanzas del islam, proclamó.
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