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sábado, 14 de febrero de 2015

ISRAEL.(2013) NETANYAHU GANÓ LAS ELECCIONES, PERO PEDIÓ PODER EN EL PARLAMENTO



Netanyahu ganó las elecciones en Israel, pero perdió poder en el Parlamento

El primer ministro israelí triunfó con 31 bancas (11 menos que las que tenía), y los partidos de centro e izquierda ganaron terreno en el mapa político; ahora el oficialismo deberá sellar alianzas

Sensaciones encontradas son las que vivió Benjamin Netanyahu en el día de ayer. El primer ministro israelí ganó las elecciones generales con 31 diputados y el 99% de las mesas escrutadas. Sin embargo, a pesar de la victoria, ese número de escaño le presenta un incómodo margen que le supondrá mayores complicaciones a la hora de formar gobierno ante el ascenso de los partidos de centro e izquierda y el menor apoyo del esperado para la ultraderecha.
Los resultados reflejan una sorprendente paridad. De los 120 escaños del Parlamento, el bloque de derecha y ortodoxos se quedó con 61, mientras que los partidos de centro e izquierda obtuvieron 59.
De esta manera, y después de una participación récord de votantes (fue del 66%, mayor a la de 2009), el mapa político israelí quedó profundamente dividido.
Por su parte, la gran sorpresa de estas elecciones ha sido la inesperada irrupción del partido de centro Yesh Atid, del conocido ex periodista Yair Lapid, que con las 19 bancas logradas se convierte en segunda fuerza política, superando al histórico Partido Laborista (15).
La formación ultraderechista Habait Hayehudí, del carismático Naftali Bennett, a quien todos los sondeos concedían un imparable ascenso electoral hasta situarse incluso en segunda posición, quedó finalmente en cuarto lugar (11) por detrás de los ultraortodoxos sefardíes del Shas (12).
El partido de Lapid recogió gran parte de los votos del Kadima, principal partido de la oposición en la última legislatura y que ha quedado relegado a unos ínfimos dos escaños.
Con este inesperado panorama, Netanyahu se verá obligado a sellar alianzas con la ultraderecha para volver afianzar su poder en el gobierno.

EN BUSCA DE CONSENSO

Poco después de conocerse los sondeos a pie de urna tras el cierre de los colegios electorales, el primer ministro se apresuró a telefonear a Lapid para decirle que juntos "pueden hacer grandes cosas por el Estado de Israel" y ya ha convocado reuniones para el próximo jueves.
Sin embargo, Lapid evitó referirse a posibles coaliciones durante su breve intervención en la noche electoral y se limitó a afirmar que los ciudadanos de Israel "han dicho no a la política del miedo y el odio, no al radicalismo y a la anti-democracia".
"Esta noche ha recaído sobre nuestros hombros una gran responsabilidad", dijo Lapid ante sus seguidores en Tel Aviv sobre los 19 bancas que finalmente obtuvo.
Netanyahu, que comenzó curiosamente su intervención al mismo tiempo que Lapid, aseguró que ve "muchos socios" para formar "el Gobierno más amplio posible".
"Veo muchos socios para esta misión. Estrecharemos la mano para un Gobierno amplio y, con la ayuda de Dios, triunfaremos juntos", declaró en un breve discurso ante sus seguidores en Tel Aviv.
Asimismo, dijo que desde ayer iba a comenzar a trabajar para formar un Ejecutivo de coalición plural.
"Me han dado la oportunidad por tercera vez de gobernar el Estado de Israel. Es un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad", agregó.
Por su parte, la líder del Partido Laborista, Shelly Yajimovich, que cosechó un pobre resultado respecto a sus expectativas, prometió hacer "todo lo posible" para montar una coalición que saque del poder al actual jefe del Ejecutivo.
"Hay muchas posibilidades de que mañana por la mañana [por hoy] Netanyahu no pueda formar Gobierno y haré todo lo posible para que así sea y formar un Gobierno social que lleve a cabo un proceso de paz", dijo a sus seguidores en Tel Aviv, que coreaban "Bibi a casa", en referencia al nombre de pila del primer ministro.
Agencias AFP, EFE y Reuters..
 
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El análisis

Ante la necesidad de abrirse para sobrevivir

Por   | LA NACION

JERUSALÉN.- Benjamin "Bibi" Netanyahu , el hombre fuerte de Israel, protagonista del escenario político israelí en los últimos veinte años, descubrió anoche que es mucho más frágil que cuando llamó a elecciones anticipadas el año pasado. Y que tiene por delante días complicados .
Aunque recién hoy se conocerán los resultados oficiales de estos comicios, las proyecciones dejaron en claro que, aunque podría formar una coalición de gobierno con los partidos de ultraderecha y religiosos, ahora el premier tiene a casi la mitad del Parlamento en contra.
Consciente de que ya no tiene el poder que solía tener, tal como él mismo anunció anoche al conocer los primeros resultados, tratará de formar una coalición "lo más amplia posible".
"Por motivos estrictamente económicos, Netanyahu no se puede pelear ni con Estados Unidos ni con la Unión Europea y por eso no hará una coalición de gobierno estrecha, inclinada hacia la derecha extrema nacionalista y religiosa, sino que va a tratar de incluir a las formaciones de centro", dijo a LA NACION Mario Sznajder, profesor de Ciencia Política de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
"Una coalición lo más amplia posible no sólo sería más digerible para la comunidad internacional, sino sobre todo sería más estable", agregó.
Netanyahu intentará incluir al partido Yesh Atid del ex popular periodista televisivo Yair Lapid, de centro y la revelación de estas elecciones al convertirse en la segunda fuerza del país. Además, tratará de incorporar al centrista Hatnua (Movimiento), de la ex canciller Tzipi Livni, al partido ultraortodoxo sefardí Shas y al del Judaísmo Unido de la Torah, asquenazí. De lograrlo, podría excluir a su ex asesor Naftali Bennett, líder de un partido ultranacionalista y religioso que no quiere un Estado palestino.
"La gran pregunta es el precio que va a tener que pagar Netanyahu a los partidos de derecha religiosa y a los de centro, sin contar las peleas que van a surgir a la hora de tener que hablar de distribución de dinero y presupuesto", apuntó Sznajder.
Aunque hay quienes no creen en la posibilidad de una coalición amplia, para satisfacer a la comunidad internacional. "En los últimos 43 años los gobiernos israelíes siempre hicieron lo que quisieron, pese a la comunidad internacional", dijo a LA NACION el rabino Ron Kronish, del Consejo del Centro Interreligioso israelí.
"El juego de póquer que empieza ahora en Israel y que durará varias semanas funciona de acuerdo con qué se ofrece a quién", agregó.
Sznajder y Kronish coincidieron en que el gran error del Laborismo, que quedó tercero, fue centrar su campaña en la cuestión social y dejar en segundo plano el tema del conflicto palestino-israelí, tradicionalmente prioritario para este histórico partido de centroizquierda.
"Shelly Yachimovich hizo una desestructuración del mensaje histórico del laborismo, sin entender que los problemas sociales están ligados al conflicto con los palestinos, por el gran gasto de defensa que éste significa para el presupuesto nacional", subrayó Sznajder.

Coalición

Según el sistema electoral israelí, a partir de la publicación de los resultados oficiales por parte del Comité Central Electoral, el presidente invita al líder del partido con el mayor número de bancas a formar un gobierno en 42 días. Nunca en la historia de Israel un partido ganó la mayoría absoluta (61 bancas) por sí solo, sino que siempre se vio obligado a formar una coalición de gobierno.
Más allá de las complejas negociaciones que "Bibi" ya comenzó a entablar, finalmente las urnas no certificaron una derechización de Israel, como algunos analistas habían adelantado. La campaña que hizo el premier, que puso énfasis en la seguridad de este país permanentemente en guerra con sus vecinos -alterados por sus "primaveras árabes" y el auge del islamismo-, cayó en saco roto.
Pocos electores compraron su discurso basado en la necesidad de un "primer ministro fuerte", en momentos en que Siria se desmorona e Irán ultima su bomba atómica. Las urnas dijeron que, en un país complejo y fragmentado como Israel, muchos están cansados del mismo discurso "guerrero" y que quieren un cambio..
 
 

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