Diario "La Nación". Buenos Aires, lunes, 28 de octubre de 2013
SHANGHAI—Los inversionistas han vuelto a
poner atención a China, después de meses en que los mercados globales se
movieron en función de las interminables especulaciones sobre los
próximos pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Las
acciones están subiendo en los mercados asiáticos y los precios de los
commodities industriales como el cobre y el mineral de hierro se han
recuperado en medio de señales que apuntan a un repunte de la economía
china. Asimismo, el yuan frecuentemente bate nuevos récords contra el
dólar a medida que el efectivo fluye al país.
Getty Images
El camino no ha estado exento de
sobresaltos. La semana pasada, las acciones y bonos de los mercados
emergentes se tambalearon y los precios del oro dieron un salto cuando
se dispararon los costos del endeudamiento en el mercado de dinero de
China, elevando los temores de una contracción de efectivo para los
bancos. Algunos inversionistas temen que los esfuerzos oficiales para
evitar una burbuja de deuda y mantener la inflación a raya limiten el
crecimiento. Esta ansiedad fue la misma que, a principios del año, envió
a la bolsa de Shanghai y los precios globales de las materias primas a
pique.
La disposición a darle otra
oportunidad a las acciones chinas y otros mercados estrechamente
vinculados a la economía del país subraya la falta de opciones
atractivas disponibles. El crecimiento global sigue siendo débil,
mientras que el enorme apoyo de los bancos centrales a las economías
desarrolladas ha dado como resultado precios casi récord en muchos
mercados de acciones y bonos. Aunque el auge económico de China fue el
motor del mercado global durante buena parte de la última década, su
reciente bajón presenta una nueva oportunidad para entrar a ese mercado,
dicen algunos inversionistas.
El Índice
Compuesto de Shanghai ha ascendido 15% respecto a su punto más bajo del
año, registrado a finales de junio, para cerrar el viernes en 2.132,96
puntos, aunque aún se encuentra 6% por debajo del nivel con el que
comenzó el año. Los precios del cobre, metal del cual China representa
40% de la demanda global, han subido casi 9% desde que tocaron en junio
su punto mínimo en tres años, cerrando la semana en US$7.180 la tonelada
en la Bolsa de Metales de Londres.
Estos
mercados han recibido un impulso de las alentadoras cifras económicas
que China ha publicado en las últimas semanas. Una medida del sector
privado de la actividad manufacturera del país subió este mes a su nivel
más alto en siete meses, mientras que la economía registró una
expansión interanual de 7,8% en el tercer trimestre, un crecimiento
mayor que en los dos primeros trimestres de 2013.
El
reciente lanzamiento de una zona franca en Shanghai y las expectativas
de reformas económicas en una reunión del Partido Comunista el próximo
mes también han contribuido al buen ánimo de los inversionistas. Se cree
que en la reunión se discutirá ampliar el acceso a la economía a los
inversionistas privados y extranjeros, más desregulación económica y
medidas para permitir una mayor movilidad de la población.
Los indicadores han aliviado las
preocupaciones de que China se desacelere dramáticamente este año. En
los últimos años, la creciente economía china alimentó la demanda de
commodities y elevó las perspectivas de los mercados emergentes, América
Latina incluida como un exportador de muchas de estas materias primas. A
medida que la segunda economía más grande del mundo comenzó a
enfriarse, los mercados emergentes se volvieron cada vez más
dependientes de las políticas de dinero fácil de los bancos centrales de
los países acaudalados, los cuales podrían comenzar a desmantelar ese
apoyo el próximo año.
Sin embargo, aún
persisten algunos temores, la mayoría centrados en el mercado de
préstamos chino. El Índice Compuesto de Shanghai cayó 2,8% la semana
pasada y los precios globales de los commodities también bajaron después
de que subieran los costos de financiación de los bancos chinos.
Los
corredores aseguran que el rápido aumento de los costos de
endeudamiento fue similar a la contracción de crédito de junio, que hizo
que los bancos salieran desesperadamente en busca de dinero y dio un
susto a los mercados globales.
También
puso en evidencia los persistentes temores de una explosión de deuda,
especialmente de los préstamos a los gobiernos locales. Estos créditos
podrían alcanzar los 30 billones de yuanes (millones de millones), o
US$4,92 billones, equivalente a 60% del Producto Interno Bruto del país,
según algunos cálculos.
Los economistas
aseguran que ese nivel de endeudamiento no es sostenible, pero muchos
tienen miedo de que la economía china no pueda crecer sin ello. Es por
eso que las señales de que el gobierno chino se prepara para restringir
los préstamos, como sugiere la aparente tolerancia del banco central a
los mayores costos de los préstamos interbancarios, se están contagiando
a los mercados financieros globales.
—Jake Lee, Amy Li, Tatyana Shumsky y Prabha Natarajan contribuyeron a este artículo.
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