Obama enfrenta en el G-20 un fuerte rechazo a intervenir en Siria
El presidente
de Estados Unidos Barack Obama enfrentó en Rusia una creciente presión de
líderes mundiales para que no lance su planeaba ofensiva militar contra el
régimen de Siria.
El presidente de Estados Unidos Barack Obama enfrentó en
Rusia una creciente presión de líderes mundiales para que no lance su planeaba
ofensiva militar contra el régimen de Siria. La cumbre del G-20 en San
Petersburgo, Rusia, que se inició ayer, quedó definitivamente signada por la
guerra en Siria y la probable intervención militar de Estados Unidos y sus
aliados.
Muchos de los miembros del G-20, las economías más
grandes el mundo, mostraron temores de que una acción de EEUU dañe a la frágil
economía mundial y dispare los ya altos precios del petróleo. El G-20, que
abarca a dos tercios de la población mundial y a un 90 por ciento de su
producción económica, está dividido sobre la guerra civil en Siria.
En una sesión fotográfica de apenas 15 segundos entre
Barack Obama y el anfitrión Vladimir Putin se vieron sonrisas forzadas, un
apretón de manos frío y formal y dos líderes profundamente enfrentados. La
división se extendió a la mayoría de los miembros del G-20, que no comparten la
idea de Obama de lanzar una ofensiva aérea limitada contra las fuerzas del
dictador sirio Bashar Assad.
La de los presidentes Obama y Putin fue la única
aparición pública conjunta planeada de ambos líderes en San Petersburgo, luego
de que Obama cancelara una prevista reunión en Moscú en respuesta al asilo en
Rusia que recibió el mes pasado Edward Snowden, un ex espía estadounidense que
filtró información sobre programas secretos de vigilancia.
Pero no es Snowden sino Siria el mayor foco de tensión en
San Petersburgo, donde los esfuerzos de Obama para conseguir el apoyo mundial a
un ataque militar contra Assad por el uso de armas químicas contra civiles
chocaron con los de Putin para evitar a toda costa esa medida. Hoy Obama planea
reunirse con activistas rusos de derechos humanos para recalcar el
distanciamiento estadounidense y su rechazo a las nuevas leyes del Kremlin
contra los opositores a Putin, las que violan los derechos de los homosexuales
y prohíben a las ONG. El primer round de la cumbre fue para Putin, dado que
China, los miembros de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la
Unión Europea y el Papa Francisco (ver aparte) se alinearon, en diversos
grados, más con él que con Obama sobre de una intervención armada.
"Una acción militar tendría un impacto negativo
sobre la economía global, especialmente sobre el precio del petróleo; causará
un alza en el precio del petróleo", comentó el viceministro de Finanzas de
China, Zhu Guangyao, sin detenerse en consideraciones humanitarias. Más tarde,
el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que cualquier
acción militar en Siria debe contar con el respaldo del Consejo de Seguridad de
la ONU. "Tenemos que recordar: cada día que perdemos es un día en que
civiles inocentes mueren", dijo el jefe de la ONU. "No hay una solución
militar", afirmó.
Líderes de la UE, usualmente fuertes aliados de Estados
Unidos, describieron el ataque con armas químicas del 21 de agosto cerca de
Damasco, que mató a cerca de 1.400 personas, como "aborrecible", pero
agregaron que "no existe una solución militar para el conflicto
sirio". El ataque es atribuido por EEUU, Reino Unido y Francia a la
fuerzas de Assad, y en general existe consenso en Europa de que efectivamente
es así, pero los europeos no consideran que una respuesta militar sea adecuada.Con
nulas probabilidades de contar con el respaldo de Pekín y Moscú en el Consejo
de Seguridad de la ONU, donde ambos países tienen poder de veto, Obama está
buscando la aprobación del Congreso de su país. China y Rusia ya vetaron dos
resoluciones del Consejo sobre Siria. Estados Unidos afirma que como Rusia y
China bloquean toda acción concreta, obligan a una acción directa similar a la
realizada en 1999 contra Serbia, que estaba perpetrando un genocidio en Kosovo.
Cristina. La presidenta argentina Cristina Kirchner ratificó en
San Petersburgo que "sería nefasta" una intervención militar de
Estados Unidos, y reclamó una solución de la ONU. "Pretender que no haya
más muertos provocando más muertos es una paradoja o un ejercicio de cinismo",
advirtió. Cristina Kirchner aseguró que "hay una crisis del
multilateralismo que se está haciendo trágicamente evidente en estos días en el
tema de Siria, donde todos reclamamos" que la solución la busque la ONU,
ya sea por parte de su Consejo de Seguridad o directamente en Asamblea
General,y remarcó que si en lugar de la ONU "el tema lo define el Congreso
de Estados Unidos, estamos ante una gran ficción del multilateralismo".
Diario “La Capital”. 06 de septiembre de 2013
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