CONSENSO DE
WASHIGNTON. II. 1996
En 1996 se realiza una revisión del
Consenso de Washington de 1989.
Como refiere Fanelli, por
distintos motivos, avanzada la década de los noventa las propuestas del Consenso de Washington,
perdieron vigencia. (1)
Entre las principales causas de los
cambios operados se pueden mencionar:
1. Fuerte
avance económico que lograron varios países asiáticos sin respetar esas
sugerencias de política económica planteadas por el poder de Washington. En
1992 el Banco Mundial publica el libro “El Milagro del sudeste asiático” cuyo
ideólogo fue el economista Joseph Stiglitz quién con posterioridad fuera
miembro del Consejo de Asesores del presidente Bill Clinton y en la actualidad
es uno de los líderes del Foro Social
Mundial.
Otro trabajo que influyó en el mismo
sentido fue escrito por Alice Amsden sobre la expansión de Corea llamado “El
próximo gigante asiático”.
2. Un hecho clave fue el triunfo en 1992 del Partido Demócrata con Bill
Clinton que llegó a la
Casa Blanca dando nuevos aires a los ámbitos de discusión
política de Washington y a los organismos financieros internacionales;
3. Como broche de oro para destruir las máximas del Consenso de Washington,
llegó el “efecto tequila” desde México, que puso en duda nuevamente las
bondades del mencionado paradigma.
Sería imposible desarrollar en este
trabajo los comentarios y críticas que recibe el modelo neoliberal y el
Consenso de Washington, pero es interesante destacar la revisión del mismo por parte de su autor. Siete años
después de conocido el Consenso de Washington, se realiza en la capital de los
Estados Unidos en setiembre de 1996 un seminario, convocado por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y financiado por el gobierno japonés sobre
“Pensamiento y práctica del desarrollo”, donde John Williamson presenta un
trabajo con el título de “Revisión del Consenso de Washington”.
Al
igual que el primer consenso este tiene también diez mandamientos, pero deja de
lado uno de los postulados, la inversión extranjera directa. A su vez agrupa en
economía competitiva el tema de la privatización y desregularización y agrega
dos nuevos preceptos, fortalecimiento
institucional y una mejor educación.
Como aprecia Fanelli ya no se habla de
recuperar la disciplina fiscal, sino
de preservarla, agregando que con este procedimiento no alcanza. Ahora en la
nueva versión, se pone énfasis en
aumentar el ahorro.
Asimismo, ya no habla de la necesidad de
bajar el gasto público, destaca la
importancia de gastar bien en el campo social.
En lugar de propugnar una total desregulación financiera, manifiesta
que la misma debe estar bajo la supervisión por parte del Estado en un contexto
de liberalización.
Respecto de la liberalización del
comercio, Williamson destaca la relevancia de la negociación internacional
y de la formación de bloques regionales.
Con
referencia a la inversión extranjera
directa, expresa que dada que esta reforma se ha llevado a cabo en todas
partes, no es necesario desarrollar este aspecto en su revisión.
Incluye privatización y
desregulación bajo un mismo enunciado, el de la economía competitiva, con
el propósito de resaltar lo que es, o debería ser, el objetivo de ambas:
someter a todas las empresas a los principios de la competencia en un contexto
de duros recortes presupuestarios.
El
Consenso de Washignton, como expresa Williamson, pasó a destacar la importancia
de la privatización y la desregulación, cuestiones en las que se han hecho
sustanciales - aunque dispares-
progresos en América Latina, especialmente en lo que se refiere a
privatización. Por desgracia, tales reformas no siempre han conseguido
estimular la competencia. Tampoco podemos estar seguros del bienestar que
generará la sustitución de un monopolio
estatal por otro privado: puede incentivar la eficiencia pero
asimismo, estimular el abuso del poder
del monopolio. Agrega que se deberían desregular los mercados laborales.
Williamson argumenta que la corrupción atenta contra el derecho de la
propiedad y recomienda reducir la desigualdad en la distribución de la tierra
con iniciativas de reforma agraria. “La reforma
agraria es un tema ineludible en cualquier programa que enfatice los
derechos de propiedad, todo lo cual podría conducir a una mayor equidad”.
El Consenso de Washington II agrega dos nuevos
preceptos: El fortalecimiento
institucional y una mejor educación.
En el primer aspecto, sugiere crear nuevas instituciones estatales o mixtas,
pequeñas y eficientes, para tareas sociales y de promoción económica. Sus
apreciaciones con relación a la educación merecen un párrafo aparte.
Expresa Williamson que “la educación no
ha sido el punto fuerte en la política latinoamericana de los últimos años. La
calidad de la enseñanza pública ha decaído, y en un buen número de países el
gasto educativo se ha limitado a proveer formación universitaria gratuita a
aquellos que han llegado lo bastante lejos como para beneficiarse de ella (que
la mayoría de los casos, son hijos cuyos padres pueden costearle una educación
privada). Es necesario, pues, aumentar los gastos educativos e invertirlos en
enseñanza primaria y secundaria. Esos pocos afortunados que acceden a los
estudios universitarios bien podrían financiar su educación a través de
préstamos. Esta reforma tendría una vocación claramente igualitaria, aunque no
haría más que eliminar una serie de privilegios que perpetúa la desigualdad
social”. (2)
La
evaluación que podemos realizar de estos cambios producidos en siete años en el
pensamiento de Williamson es que, en
1989 partía del fundamentalismo del mercado y en 1996 se aproxima más al modelo
del Estado de Bienestar dentro de su lógica neoliberal.
Por otra parte merece destacarse que
los decisores de políticas en la mayoría de los países latinoamericanos
parecieran no haber superado el primer Consenso de Washington, para ubicarse y repensar los cambios propuestos por el mismo autor en
1996.
1. José Maria
Fanelli, Un nuevo Consenso de Washington. Entrevista realizada por Diego
Valenzuela. Semanario El Economista.
Buenos Aires, 8 de noviembre de 1996 P.8
2. El debate sobre el seminario
mencionado ha sido publicado por EMMERIJ, Louis, NUÑEZ DEL ARCO, José, (Comp.)
El desarrollo económico y social en los
umbrales del siglo XXI. Banco Interamericano de Desarrollo BID. Washington,
1998.
Fuente: http://www.cerir.com.ar/serie_docente.php?id=0000073
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