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sábado, 20 de diciembre de 2014

ALBA. RECIBIÓ UN LLAMADO DE ATENCIÓN DE VENEZUELA

Diario "La Capital". Rosario, Lunes, 15 de diciembre de 2014

La alianza Alba recibió un llamado de atención de Venezuela

Maduro advirtió a los beneficiarios del petróleo venezolano que deben mejorar sus economías. "Cada uno por su lado está condenado al fracaso", criticó. Cuba y Nicaragua, en alerta.


Socios. Raúl Castro y Nicolás Maduro se saludan al inicio de las deliberaciones en La Habana.
El presidente venezolano Nicolás Maduro reclamó a los países del Alba "priorizar" el desarrollo económico, justo en momentos en que el desplome de los precios del petróleo agudiza la crisis en Venezuela, gran financista de muchos de los países miembros de esa alianza de gobiernos de izquierda. "La prioridad del Alba es lo económico", señaló Maduro en la inauguración en La Habana de la cumbre, que celebra el décimo aniversario de la fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). Una buena parte de los países que la integran, como el anfitrión Cuba, dependen del petróleo subsidiado de Venezuela. Pero años de profunda crisis del modelo económico chavista sumados a la reciente caída abrupta del precio del petróleo han dejado las arcas de Venezuela en muy malas condiciones, y el subsidio de sus aliados caribeños resulta cada vez más problemático de sostener.
El presidente venezolano reclamó asimismo más integración a los nueve países del bloque. "Cada quien anda por su camino en la construcción de lo económico y cada uno por su lado está condenado al fracaso", criticó. En su intervención ante el pleno, Maduro defendió los logros sociales del bloque, aunque agregó que en los diez años de existencia del Alba se podía "haber avanzado más". Venezuela dirige la alianza Petrocaribe, que permite a más de una docena de países de la cuenca del Caribe comprar crudo por debajo del precio de mercado gracias a las facilidades de pago. Esto tiene un costo creciente para Venezuela, sumida en la peor crisis económica de su historia reciente.
Ante este difícil cuadro, Maduro arengó a sus socios. Al esquema de Petrocaribe es necesario "consolidarlo, fortalecerlo y ampliarlo", dijo Maduro. Petrocaribe debe pasar de ser "un acuerdo energético solidario" a "un gran acuerdo económico productivo que integre la región", reclamó. Pareció un llamado de atención a sus beneficiarios: o mejoran sus economías o el maná petrolero venezolano puede ser revisado.
El desplome de los precios del petróleo verificado desde junio agudiza los graves y crónicos problemas económicos de Venezuela. El precio del barril de crudo se ha derrumbado en lo que va de año desde unos 100 dólares a mediados de año a caer por debajo de 60 dólares en la semana que pasó.
Maduro, por otro lado, propuso una nueva reunión del Alba, en enero en Caracas, centrada en el programa médico llamado "Misión Milagro". Los programas médicos, ejecutados sobre todo por profesionales de Cuba, han beneficiado a más de tres millones de personas "con operaciones gratuitas", según dijo el presidente cubano Raúl Castro. En los hechos, los servicios médicos cubanos no son gratuitos, sino que resultan la contraprestación del petróleo que recibe de Venezuela. La economía cubana depende marcadamente de los 100.000 barriles diarios, y que se pagan con servicios como los médicos. La valuación de estos servicios está "inflada", según críticos en Venezuela.
"Nuestra alianza representa una alternativa real al modelo económico y social que se pretende hegemónico y que hoy se hunde en una crisis sin salida visible", aseguró Castro en referencia a los países occidentales desarrollados. La alianza es un bloque de ideología marcada, al punto que se define por su contraposición a Estados Unidos y a los pactos comerciales "liberales" en el continente, como la Alianza del Pacífico, compuesta por México, Colombia, Chile y Perú.
El bloque fue creado el 14 de diciembre de 2004 mediante un tratado firmado entre Cuba y Venezuela, al que después se unieron Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Ecuador, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas. Ayer se oficializó la incorporación de los caribeños Granada y San Cristóbal y Nieves, y asistieron como invitados Haití y El Salvador.
El Alba respaldó en La Habana explícitamente a Cuba para participar en la próxima Cumbre de las Américas, a la que asistirá por primera vez en abril de 2015, tras aceptar la invitación de Panamá, país anfitrión de la cita. El bloque reafirmó "el respaldo al derecho soberano de Cuba de participar en las Cumbres de las Américas sin que medie condicionamiento alguno", señaló el Alba en su declaración final.
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Diario "La Capital". Rosario, Lunes, 15 de diciembre de 2014

Un "club" que se debilita en beneficio de otros

La visita de Hugo Chávez a La Habana hace 10 años distó mucho de lo que se esperaba.

 Por Javier Lafuente y Ewald Sharfenberg / El País (Madrid)
La visita de Hugo Chávez a La Habana hace 10 años distó mucho de lo que se esperaba. Pocos pensaban que el acto político que se celebró en el teatro Karl Marx fuese a ir más allá de una escenificación de los lazos entre el entonces presidente venezolano y el líder cubano, Fidel Castro. Ambos, sin embargo, sorprendieron con la firma de un convenio que acababa con los aranceles a las importaciones entre ambos países y que facilitaba a Cuba inversiones y petróleo subvencionado por parte de Venezuela. "El Alca ha muerto", proclamó Chávez en referencia al rea de Libre Comercio de las Américas, que promovía Estados Unidos. Nacía el 14 de diciembre de 2004 el Alba, un organismo que creció gracias al petróleo, cuyos bajos precios hacen que hoy languidezca.
Los tiempos han cambiado. Al desplome del crudo se une la muerte de Chávez en marzo de 2013 y la retirada de la escena pública de Fidel Castro, que han dejado sin liderazgo el organismo, al que se sumaron Bolivia, Ecuador y Nicaragua. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, carece del carisma de su antecesor, y otros mandatarios, como el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa o Raúl Castro, han optado por diversificar sus políticas exteriores con la participación en otros organismos como Unasur o la Celac, "más pragmáticos que ideológicos o doctrinarios como el Alba", para Rafael Rojas. "La diversidad ideológica de la izquierda iberoamericana ha acabado por imponerse sobre el proyecto hegemónico bolivariano", dice el historiador cubano. "El mayor logro fue cohesionar al bloque bolivariano, introduciendo una visión propiamente política de la integración frente a las visiones más comerciales y promercado", opina el argentino Pablo Stefanoni, que añade: "El problema fue que su fuerza y sus límites estaban asociados a la diplomacia petrolera venezolana. El Alba era una extensión de la energía política de Chávez, y de su petróleo".
La yunta de Cuba y Venezuela, piedra angular desde 2004, sigue organizada en torno a este intercambio: Caracas entrega petróleo con grandes descuentos y La Habana responde con bienes y servicios sobrevaluados. Esta argamasa corre el riesgo de derrumbarse. La producción en Venezuela está en declive, y ronda los dos millones de barriles al día, acotada por la falta de inversión y la hemorragia de expertos de la estatal petrolera Pdvsa. El gobierno de Maduro se ve en la necesidad de revisar su diplomacia de hidrocarburos baratos para sus aliados hemisféricos. Si el futuro del Alba está vinculado al del petróleo, el Caribe parece la única zona de crecimiento. "En el fondo es un proyecto venezolano, de ahí la dificultad de encontrar relevos. Su dinámica está asociada además al Socialismo del Siglo XXI, que está bastante debilitado como horizonte", incide Stefanoni. Ni Ecuador ni Bolivia son potencias petroleras. Además, Correa y Morales, como Chávez en sus inicios, participan de distintos foros y ven en Unasur un motor de integración económica con un horizonte más claro que el del Alba. "Hay muy pocas opciones de que crezca como plataforma ideológica", opina Rojas: "Venezuela está saturada de problemas domésticos. Ha perdido muchísimo liderazgo regional".
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Diario "La Capital" Rosario, Martes, 16 de diciembre de 2014

El ocaso del Alba

Reflexiones, por Javier Lafuente / El País (Madrid). La alianza que fundaron Hugo Chávez y Fidel Castro hace 10 años ha perdido influencia tras la muerte del líder venezolano y la caída del precio del crudo


La visita de Hugo Chávez a La Habana hace hoy 10 años distó mucho de lo que se esperaba. Pocos pensaban que el acto político que se celebró en el teatro Karl Marx fuese a ir más allá de una escenificación de los lazos entre el entonces presidente venezolano y el líder cubano, Fidel Castro. Ambos, sin embargo, sorprendieron con la firma de un convenio que acababa con los aranceles a las importaciones entre ambos países y que facilitaba a Cuba inversiones y petróleo subvencionado por parte de Venezuela. "El Alca ha muerto", proclamó Chávez en referencia al Area de Libre Comercio de las Américas, que promovía Estados Unidos. Nacía el 14 de diciembre de 2004 el Alba (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), un organismo que creció gracias al petróleo, cuyos bajos precios hacen que hoy languidezca.
Los tiempos han cambiado. Al desplome del crudo se une la muerte de Chávez, en marzo de 2013 y la retirada de la escena pública de Castro, que han dejado sin liderazgo el organismo, al que se sumaron Bolivia, Ecuador y Nicaragua. El actual presidente venezolano, Nicolás Maduro, carece del carisma de su antecesor, y otros mandatarios como el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa o Raúl Castro, en Cuba, han optado por diversificar sus políticas exteriores con la participación en otros organismos como Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) o la Celac (Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe), "más pragmáticos que ideológicos o doctrinarios, como el Alba", para Rafael Rojas. "La diversidad ideológica de la izquierda iberoamericana ha acabado por imponerse sobre el proyecto hegemónico bolivariano". dice el historiador cubano.
"El mayor logro fue cohesionar al bloque bolivariano, introduciendo una visión propiamente política de la integración frente a las visiones más comerciales y promercado", opina el analista argentino Pablo Stefanoni, que añade: "El problema fue que su fuerza y sus límites estaban asociados a la diplomacia petrolera venezolana. El Alba era una extensión de la energía política de Chávez, y de su petróleo, y no se pudo avanzar en su institucionalización real, ni en el aterrizaje de sus horizontes ideológicos a políticas de integración concretas".
La yunta de Cuba y Venezuela, piedra angular para el Alba desde 2004, sigue organizada en torno a este intercambio: Caracas entrega petróleo y derivados con grandes facilidades y descuentos, y La Habana responde con bienes y servicios sobrevaluados. Cálculos independientes cifran en 100.000 barriles diarios el aporte de hidrocarburos que Venezuela hace a Cuba, suficiente para cubrir la demanda interna de la isla. Los poderes petrolero y financiero de Venezuela, ahora en cuestión, han ejercido en el Alba un influjo magnético. Al margen de pactos bilaterales y Petrocaribe, un club de consumidores de petróleo diseñado por Hugo Chávez para proyectar su propia influencia política en las Antillas, decir sí al Alba era el camino más fácil para obtener acceso a combustibles baratos, la eliminación de aranceles entre algunos países y la facilitación de alianzas regionales. Las exportaciones venezolanas a los socios promediaron durante el último quinquenio unos 4.000 millones de dólares al año.
Si el petróleo venezolano fue la argamasa para la alianza, esta corre el riesgo de derrumbarse. La producción de crudo en Venezuela está en declive. Hoy ronda los dos millones de barriles al día, acotada por la falta de inversión y la hemorragia de expertos sufrida por la estatal petrolera Pdvsa. El gobierno de Nicolás Maduro, bajo presión por la caída de los ingresos petroleros, se ve en la necesidad de revisar su diplomacia de hidrocarburos baratos para sus aliados hemisféricos.
Hace dos semanas, el canciller venezolano, Rafael Ramírez, aseguró, en referencia a Petrocaribe, que a pesar de la caída en los precios internacionales, sus compromisos de suministro de combustibles en condiciones preferenciales son "perfectamente sostenibles en el tiempo". La afirmación es coherente con el principio chavista de dar prioridad a la política. Pero en nada satisface las demandas internas de recortar esos subsidios que merman los recursos locales mientras financian sonados casos de corrupción, como el de Albanisa, en Nicaragua. La empresa encargada en ese país de administrar las donaciones petroleras de Venezuela ha desviado ese dinero hacia negocios privados.
"La falta de transparencia y rendición de cuentas del Alba representa una inagotable fuente de corrupción, pero a los venezolanos esto parece no preocuparles. La premisa fundamental de esta cooperación no es de eficiencia económica o de desarrollo, sino política: que el presidente Daniel Ortega se mantenga en el poder", considera el periodista Carlos F. Chamorro. Entre 2008 y 2014, Nicaragua ha recibido casi 4.000 millones de dólares, gracias al convenio de cooperación con el Alba, pero manejado a través de empresas privadas.
Si el futuro del Alba está vinculado al del petróleo, el Caribe parece la única zona de crecimiento. "En el fondo es un proyecto venezolano, de ahí la dificultad de encontrar relevos. Su dinámica está asociada además al Socialismo del Siglo XXI, que está bastante debilitado como horizonte", incide Stefanoni.
Ni Ecuador ni Bolivia son potencias petroleras. Además, Correa y Morales, como Chávez en sus inicios, participan de distintos foros y ven en Unasur un motor de integración económica con un horizonte más claro que el del Alba. "Hay muy pocas opciones de que crezca como plataforma ideológica", opina Rojas: "Venezuela está saturada de problemas domésticos. Ha perdido muchísimo liderazgo regional".

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