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martes, 27 de enero de 2015

EE.UU. HILLARY CLINTON: BUSCANDO A EVITA



Primer plano

Hillary Clinton: buscando a Evita

Un libro del periodista Christopher Andersen -American Evita- ventila los peores trapos sucios de la ex primera dama estadounidense y afirma que cuando anuncie su candidatura a la presidencia en 2008 las comparaciones serán inevitables
Por   | LA NACION

NUEVA YORK.- "Hillary Clinton va a ser candidata a presidente en 2008 o 2012. Y en cuanto haga su anuncio, la comparación con quien fue la primera dama más famosa de la historia argentina va a ser inevitable." Esto sostiene Christopher Andersen, periodista de The New York Times y Vanity Fair, y autor de best sellers sobre dinastías políticas. Esta vez, bajo su implacable lupa y su oído alimentado por una extensa red de contactos en la Casa Blanca cayó la rubia más poderosa de la política norteamericana. Que no le cae simpática ya todos lo sabían: su libro anterior, Bill y Hillary, la muestra como una fría manipuladora de vidas ajenas. Pero con su último libro, American Evita, eligió demoler a Hillary Rodham Clinton. asimilándola con Eva Perón.
"Tanto Eva como Hillary son mujeres ambiciosas y con una voluntad de acero que ingeniaron el ascenso de sus respectivos maridos a la presidencia. Eva usó su posición de primera dama para acumular un enorme poder político personal, y en el proceso se convirtió en una de las mujeres más admiradas, temidas y reverenciadas de la historia. Bueno, aquí es el mismo caso", señaló el autor a la Revista.
Sin embargo, la revelación del libro que causó más conmoción es que, justamente, "Hillary tiene algo que a Evita le faltó: El Plan". Andersen asegura que durante años los empleados de la Casa Blanca han estado murmurando sobre el compromiso de los Clinton de que, una vez que Bill dejase la presidencia, intercambiarían papeles: a cambio de todos los sueños y ambiciones que Hillary debió posponer ("porque desde el principio era claro que era ella la del gran potencial político, no él", subraya), y ni que hablar de la humillación que afrontó por sus aventuras extramatrimoniales, Bill se abocaría de lleno a ponerla a ella en el sillón presidencial.
Andersen dice que, al contrario de lo que afirma Clinton en su autobiografía, el ex presidente era un adicto al sexo que tuvo innumerables aventuras, siempre con el pleno conocimiento de su mujer. A cambio, Hillary tuvo una aventura propia con Vince Foster, un amigo de su marido que trabajaba en la Casa Blanca que se suicidó en 1993, supuestamente por un brote depresivo. Pero Andersen subraya que, a diferencia de su marido, Hillary nunca dejó que las actividades extramatrimoniales nublaran su juicio político. Sólo pedía honestidad. Cuando no la había. bueno, venían los golpes.

No llores por mí, Arkansas

"¿Qué quieres decir? ¿Por qué me mentiste? Bastardo estúpido", le gritó cuando Bill Clinton le confesó el affaire con Monica Lewinsky.
No fue la única vez que lo abofeteó, según fuentes del libro. Anderson asegura que Clinton solía aparecer con inexplicables moretones, y que una vez dijo que una hinchazón del tamaño de un huevo en su frente era el resultado de haberse golpeado contra la puerta. Aparentemente, Hillary le tiraba desde tazas de café hasta juegos de llaves, por lo que él la describió ante una de sus amantes, Gennifer Flowers, como "Hilla, el huno".
"Pero a Hillary lo único que le importaba era su carrera política, y Lewinsky fue lo mejor que le podía haber pasado -dice el autor-. De esta manera, pudo presentarse como una pobre víctima y salir de su imagen fría y manipuladora. Lo mismo cuando Kerry al principio no quiso invitarla a hablar en la convención demócrata, porque así ella pudo quedar como la pobre mujer luchando contra el club de hombres que es la política."
Según Andersen, si bien los Clinton "se hicieron los que apoyaban a Kerry, en realidad su deseo es exactamente el opuesto, porque significaría posponer la nominación de Hillary unos años más. Su idea original era que ella ya apareciese como candidata a vicepresidente, pero lógicamente Kerry no quiso tener un segundo que fuese a dejarlo a la sombra".
El libro de Andersen fue criticado por no elaborar, más allá de ciertas generalidades de las que algunos incluso discrepan, el paralelo con Eva Perón que lleva en la tapa. Pero según el autor, "no hubo otras dos mujeres en la historia reciente que combinaran de tal manera un deseo de poder con el polvo de estrellas", concluye. Aunque un tema como "No llores por mí, Arkansas" todavía siga siendo improbable.

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Diario "Clarín". Buenos Aires, 2 de diciembre de 1995. P.27


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