Boletín de
RELACIONES INTERNACIONALES
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internacionales www.relinter.com.ar
Jueves 17 de Mayo de 2007
Número 10 - Septiembre / Octubre 05
Al Qaeda le declara la guerra a EEUU e
Inglaterra en 1998
Por el Dr. Alfredo Bruno Bologna.
Director del Centro de Estudios en
Relaciones Internacionales de Rosario (CERIR)
Muy pocas veces
podemos encontrar funcionarios que analicen la situación actual desde una
perspectiva histórica y despojados de los lineamientos suministrados por el
gobierno. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, condenó los atentados en
Londres y denunció la política de los países occidentales en Medio Oriente que,
en su opinión, crean las condiciones para que se produzcan estos atentados. Livingstone,
miembro del Partido Laborista del primer ministro Tony Blair, en una entrevista
por la BBC de Londres expresó:
“Simplemente
tenemos detrás nuestro 80 años de intromisión occidental en países mayormente
árabes, porque occidente necesita petróleo. Hemos respaldado gobiernos
impopulares y hemos derrocado otros que no considerábamos simpáticos. Creo que
el problema que tenemos en este momento es que en 1980 los estadounidenses
reclutaron y entrenaron a Osama Bin Laden, le enseñaron cómo asesinar, cómo
fabricar bombas y lo enviaron a matar rusos y afganos”.
Consideró que la
guerra en Irak no ayudó para nada a este terrible legado occidental en Medio
Oriente. 1
Para el líder de
Al Qaeda, Osama Bin Laden esta guerra comienza con la invasión del emirato de
Kuwait por parte de Irak el 2 de agosto de 1990.
Por ese
acontecimiento el presidente George Bush (Padre) anuncia públicamente el 7 de
agosto de 1990 el envío de tropas a Arabia Saudita en el marco de la Operación
“Escudo del Desierto” luego llamada “Tormenta del Desierto”.
Desde Afganistán
en 1996, Osama Bin Laden se oponía abiertamente a la presencia de tropas
norteamericanas en Arabia Saudita. Ya hacía mucho tiempo que había incomodado
al régimen saudí con sus advertencias sobre las intenciones del dirigente
iraquí Saddam Hussein. “Un año antes de entrar Saddam en Kuwait –recordaba Bin
Laden- yo, en mis discursos en las mezquitas, había dicho muchas veces que
cuidado, que Saddam intervendría en el Golfo. Sólo empezaron a hacerme caso
después de que ocurriera, y a creer en mi análisis de situación”.
Inmediatamente después del 1º de agosto de 1990, fecha en que las fuerzas de
Hussein invadieran el pequeño estado petrolífero, Bin Laden ofreció sus
servicios y los de sus guerreros santos. Alegaba que para defender el reino
bastaría con el ejército saudí y sus propios hombres. Los saudíes no se tomaron
en serio la proposición. Pese a la docena de millones de dólares que se habían
gastado en el ejército del país, prefirieron pedir ayuda a Estados Unidos y a su
presidente Bush (Padre), quien debía su fortuna al negocio del petróleo y
comprendía muy bien qué estaba en juego en la invasión iraquí de Kuwait (al
margen de la retórica que se empleara en el tema de un “Nuevo Orden
Internacional”). 2
El 23 de agosto de
ese año, Osama Bin Laden hace conocer un mensaje con el título: “Declaración de
Yihad contra los norteamericanos que ocupan el país de los santos lugares”.
Cuando se incluye Yihad, para al Qaeda se interpreta guerra santa o guerra
contra los infieles. En ese documento, declara que “los musulmanes se han dado
cuenta de que constituyen el principal objetivo de la agresión por parte de la
coalición de judíos y cruzados. El último de tales asaltos es el mayor desastre
desde la muerte del profeta Mahoma, es decir, la ocupación del país de las dos
mezquitas santas, la tierra natal del islam”. El documento concluye con este
llamado:”Hermanos musulmanes de todo el mundo...Vuestros hermanos del país de
los dos santos lugares y de Palestina solicitan vuestro apoyo. Os piden que
participéis junto con ellos y contra los enemigos de ellos, que también son los
vuestros –los israelíes y los estadounidenses-, haciéndoles todo el daño
posible”.
Luego de
permanecer un tiempo en la ciudad de Jalalabad, Bin Laden se traslada a
Kandahar donde tiene su centro de operaciones el mullah Omar. En esta ciudad de
Afganistán, el 22 de febrero de 1998, crea el Frente Islámico Mundial. Esta es
una propuesta de luchar contra Estados Unidos que ocupó la tierra más sagrada
del Islam, Arabia Saudita, agredió al pueblo iraquí y está al servicio del
Estado judío. Se elabora un documento donde se expresa que teniendo en cuenta
esos antecedentes “y a fin de obedecer al Todopoderoso, comunicamos ahora a los
musulmanes el siguiente dictamen: matar y combatir a los norteamericanos y sus
aliados, sean civiles o militares, es obligación de cualquier musulmán capaz de
hacerlo en el país que sea....En nombre de Alá, llamamos a todo musulmán que
crea en Alá y se someta a Él a que acate la orden de Alá matando
norteamericanos y robándoles su dinero donde y cuando sea, en cualquier
ocasión. Llamamos también a todos los sabios musulmanes, fieles dirigentes,
creyentes y soldados a lanzar un ataque contra los soldados norteamericanos de
Satán y sus aliados del Demonio”.
Este documento
además llevaba la firma de Ayman al-Zawahiri (Yihad Islámico) de Egipto, Rifia
Ahmed Taha (La Tamaa Islamiyya), también de Egipto, y los líderes de
organizaciones de Pakistán y Bangladesh.
Era la primera
vez que estas organizaciones se ponían de acuerdo en alcanzar los mismos
objetivos. El texto fue enviado a Londres para ser publicado por el diario Quds
al-Arabí.
La oposición de
Osama Bin Laden a los Estados Unidos, no era una opinión minoritaria sino que
contaba con un gran consenso en la región. El 12 de marzo de 1998 se reunieron
cuarenta ulemas o juristas afganos para estudiar la cuestión de cómo se debía
reaccionar ante la presencia militar norteamericana en el Golfo. Los religiosos
afganos concluyeron que “la Unión de estudiosos de Afganistán, de acuerdo a la
ley islámica, declara la Yihad contra América y sus seguidores”.
A fines de abril
del mismo año, un grupo de ulemas paquistaníes con base en Karachi emitió una
fatwa (decretos basados en la ley islámica) parecida a la anterior, firmada por
el jeque Ahmed Azasm.
En junio
llegaron nuevos apoyos a los llamamientos de Bin Laden. El jeque Alí
al-Hudaifi, imán de la mezquita del profeta, en Medina, durante la oración del
viernes, pidió el retiro de las tropas norteamericanas y criticó a Estados
Unidos. Casi inmediatamente circularon casetes del discurso por todo el mundo
musulmán, y en Pakistán aparecieron folletos con su traducción al inglés y el
urdu (lengua indoaria oficial de Pakistán).
Estos respaldos
fueron muy importantes para al Qaeda. Se interpreta que Bin Laden conocía a
fondo el Corán, pero sus discípulos reconocían que no era un estudioso del
mismo y que por lo tanto no tenía autoridad suficiente para emitir una fatwa.
De acuerdo a la apreciación del biógrafo Bergen, recién entonces, Bin Laden
contaba con el respaldo de varias decenas de estudiosos de la religión para
llamar a una verdadero yihad o guerra santa.
En declaraciones
a la prensa en 1998, Bin Laden considera que La Meca, el principal lugar santo
del islam, en el oeste de Arabia Saudita, está ocupado por los norteamericanos,
que tienen destacados más de 5.000 soldados desde 1990 en ese país, donde
también se encuentra la ciudad santa de Medina, segundo lugar sagrado para la
religión musulmana. En Jerusalén, cuya parte árabe de Cisjordania palestina
está ocupada por Israel, se encuentra la mezquita de Al Aqsa, considerada el
tercer lugar sagrado del islam. Bin Laden declaró que: “Si luchar contra los
EEUU y el sionismo para liberar la sagrada Kaaba y la mezquita de Al Aqsa es
terrorismo, la historia será testigo de que soy un criminal”. 3
No fue
coincidencia de que ocho años después del envío de tropas norteamericanas a
Arabia Saudita, el 7 de agosto de 1998, los militantes de al Qaeda hicieran
volar dos embajadas norteamericanas en África, con sendas bombas que explotaran
con una diferencia de nueve minutos.
Para el
Departamento de Estado, esta operación era la respuesta terrorista a la
participación norteamericana en la Operación “Restaurar la Esperanza” de
Somalia de 1993.
Según Pollister,
para los miembros de al Qaeda era la respuesta a los Estados Unidos por haber
ayudado a extraditar de Albania a Egipto a un miembro clave de la Yihad.
Los atentados en
Nairobi (Kenia) y Dar es Salam (Tanzania) dejaron un saldo de 224 muertos y
4.600 heridos.
La primera
respuesta de Estados Unidos a Al Qaeda
Luego de los
ataques terroristas de al Qaeda a las embajadas de los Estados Unidos en Kenia
y Tanzania el 7 de agosto de 1998, el presidente de los Estados Unidos, Bill
Clinton, como represalia decidió atacar a dos países: Sudán y Afganistán.
Trece días
después de los ataques de al Qaeda a las embajadas de Estados Unidos en Kenia y
Tanzania, el presidente Bill Clinton, ordenó atacar por aire a Afganistán y
Sudán el 20 de agosto de 1998.
De acuerdo a la
CIA y al Pentágono se elaboró una lista de objetivos para atacar. El primero
era un grupo de campamentos que tenía Bin Laden en Afganistán con casi
seiscientos combatientes. El segundo objetivo, la supuesta planta de armas
químicas de Jartum en Sudán.
El ataque a los
campamentos de Bin Laden en Khowst, Afganistán, se hizo con 75 misiles cruceros
Tomohawk lanzados simultáneamente desde el Mar Rojo y Arábigo dejando como
saldo veinte muertos entre afganos, pakistaníes, yemeníes, egipcios y turcos.
El ataque de Estados Unidos se hizo en esa fecha, ya que los servicios secretos
norteamericanos tenían información sobre una importante reunión de Bin Laden
con otros dirigentes de al Qaeda. Esta información resultó errónea ya que Bin
Laden y sus seguidores se encontraban en otro lugar.
Según Berger,
los ataques tuvieron una consecuencia importante que no se buscaba:
convirtieron a Bin Laden, hasta entonces figura marginal del mundo musulmán, en
una celebridad mundial.
Por su parte, la
operación de los Estados Unidos en Sudán destruyó una supuesta planta de armas
químicas al-Shifa, situada en Barhi a veinte kilómetros de Jartum con más de
veinte misiles Tomahawh.
El ataque
norteamericano a esta planta se justificaba según Estados Unidos, porque Bin
Laden tenía personas y empresas en el país, que habían realizado reuniones
entre funcionarios sudaneses e iraquíes para mejorar la cooperación militar,
además, el director de la fábrica estaba viviendo en la misma casa donde había
vivido con anterioridad Bin Laden y estaba muy vigilada por tropas sudanesas.
Las afirmaciones hechas públicas por los funcionarios del gobierno manifestaban
que la planta fabricaba armas químicas, que estaba muy vigilada, formaba parte
del complejo militar-industrial sudanés que tenía vínculos tanto con Irak y con
Bin Laden.
El Ministerio de
Información sudanés denunció por televisión a Bill Clinton como mentiroso
consumado y hombre de más de cien novias. 4
Como reacción al
ataque, en Jartum, la capital de Sudán, varios manifestantes ocuparon la
embajada norteamericana.
El embajador de
Alemania en Sudán telegrafió a Bonn para informar a su gobierno que Estados
Unidos había cometido un error.
Mientras Mónica
Lewinsky declaraba nuevamente ante el fiscal Kenneth Starr por el escándalo que
podría derivar en un juicio político, Clinton señaló que el objetivo de los ataques
era disminuir el poder de Osama Bin Laden, que había promovido los atentados
contra las embajadas norteamericanas y otras atrocidades.
En su discurso
efectuado desde Edgartown, Massachussets, en su tercer día de vacaciones,
después de haber impactado en el país con la admisión de la relación que
mantuvo con Mónica Lewinsky, Clinton explicó que había ordenado el ataque
fundamentado en cuatro razones: “Primero, tenemos pruebas convincentes de que
estos grupos desempeñaron un papel clave en los ataques con bombas contra las
embajadas de Kenya y Tanzania. Segundo, porque estos grupos han ejecutado
ataques terroristas contra norteamericanos en el pasado. Tercero, porque
tenemos información de que estaban planeando ataques terroristas adicionales
contra nuestros ciudadanos y otros con las inevitables bajas que vimos
trágicamente en África. Y cuarto, porque están buscando adquirir armas químicas
y otras armas peligrosas”. 5
De acuerdo a los
escritos del teniente coronel retirado de la fuerza aérea, Robert Patterson,
quien fuera el encargado durante dos años, 1996 a 1998, de custodiar y llevar
junto al presidente la valija con los códigos secretos para el lanzamiento
nuclear, cuestiona la inactividad de Bill Clinton para atrapar a Bin Laden.
Estados Unidos pudo haber terminado con la vida de Bin Laden a fines de 1998,
dos años y medio antes de los atentados contra la Torres Gemelas y el
Pentágono, pero el presidente Bil Clinton no pudo ser encontrado por el Consejo
de Seguridad Nacional para que diera la orden de lanzar misiles Tomahawh que
apuntaban contra el refugio del líder terrorista. 6
Según el
escritor García Márquez “Vencido por la fatiga mental, Clinton llegó hasta la
locura imperdonable de castigar a sangre y fuego a un enemigo inventado a cinco
mil trescientos noventa y siete millas náuticas de la Casa de Blanca, sólo para
desviar la atención de su desgracia personal. 7
Siempre quedará
la duda sobre esta acción militar de Clinton. Era realmente para destruir a al
Qaeda o servía para desplazar los problemas internos de su país que lo podían
llevar al juicio político.
Notas
1. Occidente y
el petróleo. Diario “La Nación”. Buenos Aires 21 de julio de 2005.
2. BERGEN, Peter
L. Guerra Santa S.A. La red terrorista de Osama Bin Laden. Grijalbo Mondadore .
Barcelona 2001. Pág.112
3Declaraciones
de bin Laden al periódico árabe Ashark al – Awsat publicado en Londres en Ben
Laden instó a matar a norteamericanos e ingleses. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 26 de
diciembre de 1998.
4. MIFFIN, Laurie, “U.S.Fury on Teo Continenent: What a Difference the
New Makes: Clinton as Commander in Chief “en “New York Times”. New York 21 de agosto de 2001
5.ELIAS, Jorge,
EE.UU. atacó bases terroristas. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 21 de agosto
de 1998. Pág.2
6. ROSALES,
Jorge, Clinton pudo haber dado muerte a Ben Laden. Diario “La Nación”. Buenos
Aires 4 de mayo de 2003. En esa fecha se estaba por publicar un libro de Robert
Petterson con el nombre de “Abandono del deber”.
7. GARCIA
MARQUEZ, Gabriel, Clinton:”Mi enemigo es el fundamentalismo de derecha”. Diario
“Clarín”. Buenos Aires, 24 de enero de 1999. Pág. 28.
Bibliografía
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ROSALES, Jorge,
Clinton pudo haber dado muerte a Ben Laden. Diario “La Nación”. Buenos Aires 4
de mayo de 2003. En esa fecha se estaba por publicar un libro de Robert
Petterson con el nombre de “Abandono del deber”.
SCHULTHEIS, Rob, Night Letters: Incide Wartime Afganistán. Crown New York, 1992
YUSUFZAI,
Rahimullah entrevista realizada por Bergen, op. cit. en Peshawar, Pakistán, agosto
de 1993)
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