La dimensión del pacto Israel-Hamas
Netanyahu logra unir a una sociedad fragmentada y el grupo radical consigue mayor popularidad. Hace tres años, Israel y el movimiento islámico palestino Hamas, que controla la Franja de Gaza, tenían acordado un 90 por ciento del canje de prisioneros...
Por Hans Dahne / DPA
Berlín/Tel Aviv. - El cautiverio
del soldado Gilad Shalit, desde ayer en libertad, así como la prisión de
cientos de palestinos, podría haber sido mucho más breve. Hace tres
años, Israel y el movimiento islámico palestino Hamas, que controla la
Franja de Gaza, tenían acordado un 90 por ciento del canje de
prisioneros, según reveló el jefe de los servicios secretos israelí Shin
Bet, Yoran Cohen. ¿Pero qué es lo que llevó a que Israel y Hamas se
hayan dado ahora tanta prisa?
El panorama en la región ha cambiado para Israel con
la "primavera árabe". Viejos aliados como el ex presidente de Egipto
Hosni Mubarak han sido derrocados. Como Israel no negocia directamente
con terroristas, se encontró ante el interrogante de si en el futuro
podrá tener una mediación árabe de cara a un intercambio. O de si los
nuevos mediadores árabes impondrán más exigencias para el intercambio. A
ellos se suma la preocupación de que el soldado secuestrado Shalit, que
desde hacía más de cinco años se encontraba en manos de Hamas, pudiese
acabar en las de Irán, el archienemigo de Israel.
Los anteriores jefes de los servicios secretos, el
interno, Shin Bet, y el externo, el Mossad, rechazaban el intercambio,
señalan analistas de la revista estadounidense Foreign Affairs.
Argumentaban que el terrorismo y los secuestros no se pueden
recompensar. Sin embargo, no opinaban así sus sucesores, así que
Netanyahu recibió un importante apoyo dentro del aparato de seguridad
del Estado.
Tensiones sociales. Las protestas
sociales, además, han generado tensiones y fracturas en la sociedad
israelí. El canje se ha convertido en un tema en el que Netanyahu sí
pudo unir a una gran parte de los israelíes, lo que podría ser
importante para futuros desafíos, según apuntó un comentarista militar
israelí, quien dejó entrever la posibilidad de una intervención armada
contra Irán. Israel considera que el programa nuclear de Teherán es en
estos momentos la mayor amenaza contra su existencia.
Y en cuanto a Hamas, el grupo islámico estaba
sometido a una enorme presión. Las familias de los presos habían
comenzado a protestar. Además, la población civil se ha visto obligada a
pagar un precio elevado, pues el cierre a cal y canto de la Franja de
Gaza y las sanciones israelíes han arruinado la economía local. En las
acciones militares israelíes han muerto, según fuentes palestinas, miles
de personas y la reconstrucción de Gaza, después de la guerra de
diciembre de 2008 y enero de 2009, ni siquiera comenzó.
Un peso pesado. Por su parte, Egipto
ha demostrado que pese a todos los cambios tras la caída de Mubarak, el
país sigue siendo políticamente un peso pesado en la región. Según un
funcionario egipcio, el conflicto interno actual en Siria ha favorecido
el exitoso cierre del acuerdo, pues Damasco "nunca quiso que se llegara a
un acuerdo con la participación de Egipto", añadió.
Las perspectivas: Al final Israel se tuvo que plegar a
las demandas de Hamas, porque el servicio secreto no consiguió liberar a
Shalit. Un 60 por ciento de los palestinos excarcelados regresa al
terrorismo, según dijo el jefe del Shin Bet, Cohen. Hamas ya ha
amenazado con realizar nuevos secuestros para conseguir la libertad de
otros palestinos presos. Hamas consigue así una victoria. Aun cuando sus
dos principales aliados, Siria e Irán, están debilitados, la segunda
formación palestina más importante ha conseguido con el canje afianzar
su poder en la Franja de Gaza y mejorar su imagen en Cisjordania.
La puja electoral. El movimiento
radical islámico presiona sobre todo a la moderada cúpula palestina que
lidera Mahmud Abbas. Su argumento: con el secuestro de un soldado
consiguió más que Abbas en años de negociaciones de paz con Israel.
Hamas considera que la violencia es el único idioma que el Estado judío
entiende y por eso quiere proseguir con la lucha armada y se presenta
como la alternativa que realmente puede hacer que algo se mueva. En
2012, en los territorios palestinos se elegirá un nuevo presidente y un
nuevo Parlamento. Hamas confía en que el intercambio de presos le haga
subir puntos ante los electores. La aprobación, que ronda el 20 por
ciento, podría aumentar si Israel llega a levantar el bloqueo a la
Franja de Gaza. Y a todo esto se suma que después de 26 años algo se
está moviendo en las conversaciones de paz en Medio Oriente. Tras 13
meses de paralización, israelíes y palestinos retomarán el 26 de octubre
conversaciones indirectas con ayuda de un mediador.
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| Diario "La Capital". Rosario, 12 de octubre de 2011. |

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