miércoles, 22 de julio de 2015

EE.UU. OBAMA 2013 Obama anunció una fuerte reducción nuclear



Visita de Estado / Berlín, revolucionada por el mandatario

Obama anunció una fuerte reducción nuclear

En un esperado discurso en la Puerta de Brandenburgo, dijo que EE.UU. achicará su arsenal atómico en un tercio y pidió a Rusia que haga lo mismo
Por   | Para LA NACION

El anticipado anuncio de Barack Obama sobre la fuerte reducción de las armas atómicas llegó, por fin, ayer en su histórico discurso en la Puerta de Brandenburgo en Berlín. La drástica medida es, según el presidente de Estados Unidos, "un paso necesario para un mundo de paz y justicia".
Obama habló frente a 4500 invitados especiales y detrás de cristales antibalas, 50 años después del memorable discurso que pronunció John F. Kennedy en ese emblemático lugar.
Justamente la ciudad que fue protagonista del fin de la Guerra Fría, con la caída del muro, en 1989, fue elegida por Obama para llamar a Rusia a dejar atrás esta página de la historia y a comprometerse, de común acuerdo, en reducir los arsenales nucleares.
El anuncio llegó en días en los que se volvió a hablar de la Guerra Fría y de la Cortina de Hierro por el enfrentamiento entre la Casa Blanca y Moscú sobre cómo debe el mundo enfrentar la guerra civil en Siria.
La respuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre los arsenales nucleares no se hizo esperar. "No podemos permitir que se rompa el equilibrio de los sistemas de disuasión estratégica o que se reduzca la eficacia de nuestras fuerzas nucleares", sostuvo, según la agencia estatal Ria Novosti. "Por eso, la creación de un sistema de defensa aérea y espacial seguirá siendo una de las prioridades de nuestra industria militar", agregó.
Según datos publicados hace pocos días por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, los arsenales de Estados Unidos y Rusia reunían, al comenzar el año, alrededor de 16.200 armas nucleares, de las cuales casi 4000 están operativas.
El discurso de Obama estuvo marcado además por referencias a sus predecesores. "El muro de Berlín pertenece a la historia, pero nosotros también tenemos una historia para escribir", dijo Obama.
El presidente recordó la famosa frase de Kennedy " Ich bin ein berliner " ("yo soy un berlinés") y sostuvo que era un mensaje de solidaridad que "resonaba a través de los tiempos". También mencionó el pedido en los 80 del entonces mandatario Ronald Reagan, quien desde el lado occidental de la pared de la discordia, dijo: " Tear down that wall " ("tiren abajo ese muro").
En la exclusiva audiencia que presenció el discurso ayer estaba un piloto de 92 años que fue protagonista del puente aéreo entre las dos Alemanias. "Espero estar así de bien a su edad", le dijo Obama desde el podio. La historia de hoy necesita, como entonces, "una alianza transatlántica", según el presidente.
Obama trajo su carisma y su estilo a un país acostumbrado a una clase política más bien gris. No bien subió al podio, anunció que se quitaría el saco por el calor e invitó a los presentes a que hicieran lo mismo.
Detrás de él, la canciller alemana, Angela Merkel, apenas lograba contener su alegría por la visita de "el amigo Obama". No es casual que la visita del presidente se produzca en medio de la campaña electoral de Merkel, que se enfrentará a las urnas en septiembre.
Los temas más calientes del momento -Siria, el uso de los drones y el escándalo de espionaje del gobierno norteamericano- apenas fueron mencionados frente a la Puerta de Brandenburgo.
Obama sí hizo referencia a la profunda crisis económica que atraviesa Europa. "Todos merecen una oportunidad de trabajo", dijo, y sostuvo que los gobiernos tienen que estar comprometidos en la superación del desempleo y las diferencias.
Fuera del discurso de Obama, la ciudad vivió un día irreal. La zona de la capital alrededor de la Puerta de Brandenburgo fue blindada y las principales arterias de tránsito fueron cortadas. Calles normalmente muy transitadas, como la Friedrichstrasse, la Leipzigerstrasse y la entera Potsdamer Platz, aparecieron desiertas. El silencio sólo era interrumpido por el ruido de los helicópteros que sobrevolaban la ciudad. Los turistas daban vueltas perdidos con sus mapas en mano, al ser rebotados en todos los puestos de control.
En Potsdamer Platz, una cola de personas que querían acceder a sus puestos de trabajo tuvo que esperar horas bajo temperaturas superiores a los 30 grados, algo raro en el norte de Alemania.
"Creo que, a pesar de todo, la reputación de Obama en Alemania sigue siendo buena", dijo Benjamin Wolf, de 33 años, mientras esperaba ir a trabajar. A él, como a muchos alemanes, los temas de seguridad y privacidad de datos son los que más les preocupan. "No me divierte que el presidente Obama bucee en mi página de Facebook, aunque le puedo asegurar que no va a encontrar nada", bromeó.
El tema del masivo monitoreo electrónico con el que Washington espía a los norteamericanos y a ciudadanos de todo el mundo fue un tema del que Obama no pudo escapar en la conferencia de prensa posterior al discurso, en la cancillería.
Según las filtraciones del programa de espionaje Prism de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Alemania fue uno de los países más espiados. "Prism se aplica únicamente bajo la sospecha de terrorismo en la base de pruebas concretas", contestó Obama a una pregunta explícita acerca de este tema. "Gracias a Prism logramos salvar vidas, por lo menos cincuenta atentados fueron evitados, no sólo en Estados Unidos, sino también en Alemania", asestó..
Del editor: qué significa.
La promesa de Obama de reducir el arsenal puede ser una declaración de principios, pero es también un mensaje a Irán y a sus ambiciones atómicas.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx


El escenario

Un presidente que tiende la mano y sólo recibe indiferencia

Por  y   | The Wall Street Journal Americas

WASHINGTON.- A principios de este mes, cuando se reunieron en una estancia en una zona desértica de California, el presidente Obama le dio un duro sermón al presidente Xi Jinping sobre las disputas de China con sus vecinos. Si quiere ser una potencia en ascenso, advirtió Obama, China debe comportarse como tal.
A la mañana siguiente, Xi respondió el golpe al acusar a Estados Unidos de las mismas tácticas de hackeo que le atribuye a China. "Fue una conversación muy franca", reconoció Obama.
Diez días después, en Irlanda del Norte, Obama tuvo otro encuentro ríspido, esta vez con el irritable presidente ruso, Vladimir Putin. Enfrentados por la guerra civil siria, Obama intentó romper el hielo con una broma sobre cómo la edad los estaba despojando de sus habilidades deportivas. Putin, diez años mayor, y que además viene esquivando las preguntas sobre su salud en Rusia, pareció sensible al tema. "El presidente sólo quiere que me relaje un poco", dijo Putin con una sonrisa tensa.
Aunque los roces con los líderes de dos de los enemigos de Estados Unidos durante la Guerra Fría no son cosa nueva, los dos fuertes encontronazos en tan poco tiempo ponen al descubierto la dura realidad que enfrenta Obama al adentrarse en un segundo mandato que podría estar dominado por la política exterior: sus principales contrapartes en la escena internacional no son sus amigos y no hacen nada por disfrazar sus diferencias con sutilezas diplomáticas.
A pesar de todos sus esfuerzos por cultivar lazos personales con otros líderes durante los últimos cuatro años -la Casa Blanca reconoció que la "cumbre en mangas de camisa" con Xi no logró fomentar un vínculo amistoso como estaba planeado-, las relaciones de Obama con algunos de ellos son muy complicadas y apostó a otros que luego lo decepcionaron.
"Especialmente en Europa, Obama fue recibido con los brazos abiertos, y algunos habían depositado esperanzas poco realistas en él", dijo Nicholas Burns, un alto diplomático de carrera de Estados Unidos. Al señalar que Obama insistió con algunas políticas antipopulares, como el uso de aviones no tripulados, Burns dijo que "la gente no entiende que los intereses norteamericanos van más allá de los gobiernos".
Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que los encuentros de Obama con Xi y Putin fueron productivos, a pesar del clima que se respiraba.
Una de las relaciones más problemáticas del presidente, la que mantiene con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mejoró desde la visita de Obama a Jerusalén, en marzo, y a medida que se achicaron sus diferencias sobre el programa nuclear de Irán.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a quien Obama considera un nuevo modelo de líder musulmán, usó gases lacrimógenos y carros hidrantes contra los manifestantes en Estambul. Mohammed Morsi, el líder de la Hermandad Musulmana a quien Obama llamó repetidamente por teléfono desde su ascenso a la presidencia de Egipto, luego se otorgó a sí mismo poderes ilimitados, aunque al menos cortó sus lazos con Siria.
Obama pasó casi cuatro años tratando de congraciarse con el predecesor de Putin, Dimitri Medvedev, con la esperanza de que se convirtiera en un contrapeso de Putin. Eso nunca ocurrió y Obama ha vuelto a foja cero, con un líder ruso que parece estar menos dispuesto que nunca a encontrar un terreno de cooperación con Estados Unidos en temas como el de Siria.
"No hace falta hacerse amigo de alguien para establecer una relación afectiva", dice Burns, que actualmente enseña en Harvard. "No todos pueden ser Roosevelt y Churchill, que entablaron un vínculo personal al final de la Segunda Guerra Mundial."
Sin embargo, hasta hay tensión con sus amigos. Al principio, el presidente francés, François Hollande, estaba encantado con Obama, porque lo veía como un aliado en contra de Merkel en materia económica.
Pero anteayer, cuando se encontraron en la cumbre del G-8 en Irlanda del Norte, la relación parecía haberse agriado, según los analistas franceses, ya que Francia está frustrada ante la inacción de Estados Unidos en la guerra de Mali y por negarse a responder con contundencia en Siria.
Obama difiere de sus antecesores más recientes, quienes hacían de sus relaciones personales con otros líderes la piedra angular de su política exterior.
El primer George Bush se movía con holgura en las capitales extranjeras, mientras que Bill Clinton y George W. Bush se vinculaban con los otros mandatarios en su calidad de políticos, intentando entender sus presiones y a sus electorados.
"Ése no es el estilo del presidente Obama", dijo James Steinberg, subasesor de seguridad nacional del presidente Clinton y subsecretario de Estado de Obama. Las relaciones personales importan, explicó, pero no determinan la toma de decisiones de un líder. "Ellos hacen lo que creen que es mejor para el país, y no lo van a hacer distinto sólo porque tienen una buena relación con otro líder", concluyó.

Fallaron los teleprompters en la alocución

  • El calor no fue la única dificultad que enfrentó ayer el presidente Barack Obama en su discurso ante la Puerta de Brandenburgo en Berlín, en el que falló su principal herramienta: el teleprompter.
  • Los dos teleprompters ubicados frente a la tarima dejaron de funcionar, confirmó un empleado de la Casa Blanca. Por eso, el mandatario tuvo que leer el discurso en papel. Algunos especularon con que el calor no fue el motivo por el cual Obama se quitó el saco, sino que lo hizo para darles más tiempo a los técnicos. El incidente sirve para alimentar a aquellos que se burlan del presidente por su dependencia del teleprompter.
Traducción de Jaime Arrambide.
 xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
UN ARSENAL QUE SE REDUJO CON EL TIEMPO. Se estima que Rusia y EE.UU. tienen aproximadamente un 93,8% de las armas nucleares del planeta.
 
 





No hay comentarios:

Publicar un comentario