Diario "La Capital". Rosario, 1 de agosto de 2014.
La CIA reconoció que espió a miembros del Senado de EEUU y pidió disculpas
Hurgó en computadoras de una comisión de la Cámara alta que investiga el uso de la tortura durante la guerra antiterrorista de Bush.
Polémica. La agencia de espionaje de EEUU obstaculizó los trabajos de la comisión de inteligencia del Congreso.
Noticias relacionadas
La CIA, la principal agencia de espionaje de
Estados Unidos, reconoció ayer que espió las computadoras de los
miembros del Senado norteamericano que investigaban el uso de la tortura
durante el gobierno de George Bush, en nombre de la "guerra contra el
terrorismo" y pidió disculpas. Según un comunicado difundido por el
vocero de la CIA, Dean Boyd, "algunos empleados de la CIA actuaron de
manera inconsistente" con el entendimiento entre la agencia y la
comisión investigadora del Senado. El vocero agregó que el director de
la CIA, John Brennan, le comunicó personalmente está conclusión a la
senadora demócrata y presidenta de la comisión investigadora, Dianne
Feinstein, y le pidió perdón.
En marzo pasado, en una comparecencia poco común ante
el pleno de la Cámara alta del Congreso, Feinstein, una veterana
senadora, repasó paso por paso y frente a las cámaras de televisión los
obstáculos que sembró la CIA para hacer fracasar la investigación de la
comisión parlamentaria sobre el programa que autorizó el uso de tortura
contra detenidos sospechados de terrorismo. "La CIA escondió y destruyó
evidencia de su programa de detención e interrogatorio, incluyendo la
destrucción en 2005 de videos de interrogatorios, pese a las objeciones
del equipo presidencial de George Bush y del entonces director nacional
de Inteligencia", había denunciado la senadora, cercana al presidente
Barack Obama. Feinstein comenzó una investigación en 2009 que duró tres
años.
Ocultamiento. Según denunció en
marzo, en mayo de 2010, los miembros de la comisión parlamentaria se
dieron cuenta de que algunos documentos que la CIA había entregado
originalmente habían sido removidos de las computadoras de los
investigadores. La CIA, según contó la senadora, primero negó que los
documentos hubiesen sido removidos. Después culpó a los técnicos, que
eran empleados tercerizados; y finalmente aseguró que había seguido
órdenes del gobierno de Obama. "Cuando pedí explicaciones, la Casa
Blanca lo negó", aseguró en marzo la senadora. En total, según
Feinstein, 870 páginas fueron removidas en febrero de 2010 y unas 50, en
mayo de 2010.
El senador demócrata Mark Udall, miembro también del
Comité de Inteligencia, dijo ayer haber perdido la confianza en Brennan.
"He perdido la confianza en John Brennan", afirmó Udall, quien insistió
en que el espionaje de ordenadores de miembros del Senado "no tiene
precedentes" y lamentó el que el director de inteligencia estadounidense
se haya negado a reconocer ningún error por parte de su agencia.
En aquel momento, el director de la CIA, Brennan,
respondió a las acusaciones de Feinstein calificándolas de
"injustificadas". El jefe de la CIA agregó que cuando se diesen a
conocer los hechos se demostraría que "mucha de la gente" que aseguraba
que la agencia había espiado a miembros del Senado estaba "equivocada".
Cinco meses después, lejos de las cámaras de televisión se desdijo y
pidió perdón. Resta saber qué consecuencias políticas y jurídicas tendrá
la confesión de Brennan.
Desclasificación. La Casa Blanca en
tanto podría desclasificar en los próximos días el informe elaborado por
la comisión de inteligencia del Senado acerca de las técnicas de
tortura de la CIA durante los interrogatorios. El citado informe, del
que se podría conocer un resumen de 600 páginas, sigue siendo altamente
clasificado y concluye que hay muy pocas evidencias de que las llamadas
"técnicas mejoradas de interrogatorio" autorizadas en 2002 y aplicadas
en las cárceles de Guantánamo (Cuba) y Abu Ghraib (Irak), ayudaran a
conseguir avances en la lucha antiterrorista. Durante las últimas dos
semanas, los ex directores y altos cargos de la CIA han sido invitados
por el equipo del presidente Barack Obama para revisar esta versión aún
secreta del sumario de 600 páginas del comité de inteligencia del
Senado, —del total de 6.300 de las que constaría el informe completo— en
la oficina del director de Inteligencia Nacional.
En el texto se acusa a la CIA de ocultar detalles
acerca de la gravedad de sus métodos, exagerar la importancia de la
información aportada por los presos y asegurar —falsamente— que los
detenidos se habían rendido antes de que fueran sometidos a duras
torturas. Unos hechos que habrían tenido lugar durante el mandato de
George W. Bush.
No hay comentarios:
Publicar un comentario