Diario "La Capital". Rosario, Miércoles, 20 de mayo de 2015
Brasil suscribió acuerdos con China por más de u$s 53.000 millones
Megaproyecto para construir un ferrocarril que atraviese la
cordillera de Los Andes hasta la costa del Pacífico. Los convenios
incluyen la concesión de créditos para la estatal Petrobras y la compra
de 22 aviones de pasajeros Embraer.
Alianza. La presidenta Dilma Rousseff y el premier chino Li Keqiang tras el anuncio del millonario acuerdo.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el
primer ministro de China, Li Keqiang, firmaron ayer en Brasilia 35
nuevos acuerdos de cooperación y comerciales, que contemplan inversiones
por más de 53.000 millones de dólares en el país sudamericano en el
sector energético, de minería, aviación y para mejorar la dilapidada
infraestructura. En su primera visita oficial a Latinoamérica, Li vio la
firma de una serie de acuerdos, desde la compra de aviones de pasajeros
de Embraer por 1.000 millones de dólares hasta la suspensión de una
veda a las importaciones de carne brasileña y un discutido plan para
construir una vía férrea que atreviese la cordillera de los Andes y
llegue hasta el océano Pacífico.
Los acuerdos incluyen la creación de un fondo por
50.000 millones de dólares para financiar proyectos de infraestructura y
la concesión de créditos por 7.000 millones de dólares a la atribulada
petrolera Petrobras, que enfrenta una seria crisis a raíz de un
escándalo de corrupción. Según Rousseff, este último acuerdo "refleja la
confianza" en Petrobras y contribuirá al fortalecimiento de las
actividades de prospección de las reservas de crudo y gas ubicadas en
aguas ultraprofundas de la llamada capa pre-sal.
La lista de documentos incluye además un acuerdo
trilateral con Perú, para iniciar estudios de viabilidad para la
construcción del Ferrocarril Transoceánico que conectará Brasil con el
puerto peruano de Pisco, desde donde saldrían productos exportados hacia
China, evitando el canal de Panamá. "Invitamos a las empresas chinas a
participar en esa gran obra", afirmó Rousseff, quien aseguró que, con la
construcción del Ferrocarril Transoceánico, "un nuevo camino a Asia se
abrirá para Brasil, reduciendo distancias y costos".
Fin de la veda de carne. Ese
proyecto implica construir vías desde el océano Atlántico al Pacífico,
para abaratar los gastos de transporte de las exportaciones de
commodities brasileñas al gigante asiático, como la soja y el mineral de
hierro. Al subrayar la vastedad de las áreas de cooperación bilateral,
Rousseff citó un dicho chino, dirigiéndose a su visitante: "Si el viento
sopla en una única dirección, el árbol crecerá inclinado".
Además, la mandataria saludó la decisión del gobierno
de Pekín de reanudar de las compras de carne vacuna de ocho
suministradores brasileños habilitados por las autoridades sanitarias
chinas, y confirmó la compra de 22 aviones de la fábrica brasileña
Embraer por aerolíneas del país asiático.
En su discurso, Li aseguró que el estrechamiento de
la cooperación entre su país y Brasil será beneficioso para las naciones
en desarrollo y emergentes y también ayudará en la recuperación de la
economía mundial. "Vamos a reforzar nuestra cooperación en capacidad
productiva", expresó el jefe de gobierno chino, quien cumple en Brasil
la primera etapa de una gira sudamericana que lo llevará además a
Colombia, Perú y Chile. Después de la reunión con Rousseff y de la firma
de actos, Li fue homenajeado por el gobierno brasileño con un almuerzo
en el palacio Itamaraty, la sede de la Cancillería.
Socio comercial. Por la tarde, Li
realizó visitas de cortesía a los presidentes del Senado, Renan
Calheiros, y de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, antes de seguir
rumbo a Río de Janeiro para repasar algunas iniciativas del país
asiático en la ciudad sede de los Juegos Olímpicos 2016. China ha
vendido a Río varios trenes para una nueva línea de metro, así como
inmensos catamaranes que realizan a diario el transporte de miles de
pasajeros en la bahía de Guanabara.
La inyección de capital de China no podía venir en
mejor momento para Brasil, que está cayendo en recesión tras el fin de
un auge de las materias primas en la última década que fue alimentado
por la voraz demanda del gigante asiático de mineral de hierro y soja,
los principales productos de exportación del país sudamericano. A medida
que la economía china se desacelera, las compañías en ese país también
están buscando nuevas oportunidades para invertir en el exterior y los
bancos comenzaron a entregar abundante financiamiento.
China es el principal socio comercial de Brasil, con
un intercambio cercano a los 80.000 millones de dólares en 2014. Las
inversiones y proyectos de infraestructura, que se desarrollarán durante
los próximos seis años, suman 53.000 millones de dólares, dijo
Rousseff.
Cooperación con Argentina
A principios de año la presidenta Cristina Fernández
de Krichner viajó a Pekín para estrechar los lazos con la economía más
grande del mundo y firmar millonarios acuerdos. Si se incluye entre el
Banco Central de la República Argentina (BCRA) con el Banco Popular
Chino de u$s11 mil millones y algunos proyectos en camino, la apuesta
del país oriental por Argentina sumará alrededor de 32 mil millones de
dólares, una cifra inédita en la historia.
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Diario "La Capital". Rosario, Miércoles, 20 de mayo de 2015
Bocanada de aire fresco para el atribulado gobierno
Los millonarios acuerdos firmados ayer entre Brasil y China durante la visita a Brasilia del premier Li Keqiang, suponen un respiro para Dilma Rousseff.
Los millonarios acuerdos firmados ayer entre
Brasil y China durante la visita a Brasilia del premier Li Keqiang,
suponen un respiro para Dilma Rousseff. Los acuerdos fueron concretados
en un momento difícil para la presidenta, quien inició en enero su
segundo mandato en medio de una crisis política y económica y que lucha
por obtener la aprobación del Congreso a un duro programa de ajuste
fiscal que reducirá drásticamente la capacidad de inversión del
gobierno.
Rousseff festejó con entusiasmo los resultados de la
visita de Li. La mandataria, que anunció que realizará una visita
oficial a Pekín en 2016, celebró asimismo la firma de un plan conjunto
de cooperación para el período 2015-2021, y aseveró que ese acuerdo abre
camino a un estrechamiento de las relaciones con China, país que
constituye el principal mercado para las exportaciones de Brasil.
A juicio de asesores del gobierno, las prometidas
inversiones chinas podrán evitar una parálisis de los proyectos de
infraestructura, amenazados por los recortes presupuestarios por hasta
u$s26.600 millones defendidos por el ministro de Hacienda, Joaquim Levy,
para reequilibrar las cuentas públicas y reactivar la estancada
economía brasileña.
Desde que inició su segundo mandato, en enero, la
mandataria enfrenta problemas para poner en marcha el programa de ajuste
fiscal recomendado por Levy, que enfrenta resistencias en el Congreso y
en el mismo Gabinete presidencial.
Las medidas de austeridad agudizaron la crisis en las
relaciones entre Rousseff y la base aliada del gobierno en el Congreso,
que en los últimos meses impuso varias derrotas al gobierno en
votaciones consideradas como importantes para recuperar la economía del
país.
Pese al optimismo del gobierno, algunos analistas
brasileños recibieron con reservas los anuncios hechos hoy en Brasilia, y
recordaron que todavía no hay una definición sobre la mayor parte de
los proyectos contemplados por el acuerdo de inversiones. Este es el
caso del mismo Ferrocarril Transoceánico, un proyecto que está todavía
en la etapa inicial de estudios, tal como advirtió el presidente del
Banco de Desarrollo de América Latina, Enrique García. “Es importante
analizar con mucho cuidado la viabilidad económica de este proyecto,
porque no es algo sencillo”, advirtió García, en declaraciones que
publicó ayer el diario Folha de Sao Paulo.
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