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lunes, 10 de agosto de 2015

EE.UU. OBAMA 2012 BRASIL En busca de un trato de igual a igual

El análisis

En busca de un trato de igual a igual

Por   | LA NACION
RIO DE JANEIRO.- Poco parece haberle preocupado ayer a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que su viaje a Washington no haya sido catalogado por el gobierno norteamericano como una "visita de Estado" -con toda la pompa que ello implica, y a la que ella, por cierto, no es muy adepta- sino como una simple "visita oficial de trabajo". En el Salón Oval de la Casa Blanca, entre críticas y compromisos renovados, no dudó en dejarle en claro a Barack Obama su mensaje esencial: Brasil quiere un trato de igual a igual con Estados Unidos.
Dilma no fue a Washington en busca de una foto, sino para impulsar los intereses brasileños. No pretendió hacer grandes declaraciones ideológicas, sino que buscó soluciones prácticas a problemas conjuntos; desde las consecuencias que tiene la política monetaria expansionista del Tesoro norteamericano hasta el reconocimiento de la cachaça como producto típico brasileño y las oportunidades de negocios e inversiones en áreas clave para Brasil, como la energía, la ciencia, la tecnología, la educación y la defensa.
Ya en la visita que había realizado Obama a Brasilia en marzo de 2011, apenas un par de meses después de que Dilma asumiera el poder, la presidenta brasileña resaltó que la renovada relación entre ambos países -las democracias más grandes y las economías más importantes de las Américas- debía ser "una construcción entre iguales". Ayer no insistió en una retórica vacía: directamente presentó el menú de temas que le importaba tratar.
No titubeó al advertirle a Obama sobre el impacto negativo que tiene en los mercados emergentes la devaluación artificial del dólar, que en Brasil ha llevado a una sobrevaluación del real y a desajustes en el comercio del gigante sudamericano. Se trata de un problema coyuntural, producto de la crisis internacional, que es una de las principales preocupaciones económicas de Dilma hoy. Ya en su visita a Hanover el mes pasado, delante de la canciller alemana, Angela Merkel, había condenado estas prácticas de la Unión Europea.
En su reunión de una hora y media con Obama -el doble de lo que estaba planeado-, tampoco dejó de referirse a varios temas delicados en el comercio bilateral (que llegó a US$ 74.000 millones en 2011), como las trabas norteamericanas al ingreso de la carne y el jugo de naranja brasileños. Y reclamó, con altura, por la reciente cancelación de la licitación de la fuerza aérea estadounidense para comprar 20 aviones Super Tucano de Embraer, una operación de US$ 355 millones.
Al tratar las jugosas oportunidades de negocios mutuas, subrayó la necesidad de que los empresarios puedan moverse más fácilmente entre ambos países y obtuvo el compromiso de Obama de incluir próximamente a Brasil en el programa de exención de visas. A Estados Unidos también le conviene en este momento, cuando los turistas brasileños están gastando tanto en el exterior.
Obama, por su parte, resaltó su interés por que cada vez más empresas norteamericanas participen de las concesiones para la explotación de las enormes reservas de petróleo descubiertas en aguas profundas de la costa brasileña en los últimos años, y en las grandes obras de infraestructura previstas para el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Educación

Siempre con la mirada puesta a futuro, Dilma planteó reforzar la colaboración entre Estados Unidos y Brasil en términos de ciencia, tecnología y educación. De hecho, en este viaje, que hoy continuará en Boston con visitas a la Universidad de Harvard y al Massachusetts Institute of Technology (MIT), la presidenta de Brasil firmará 14 acuerdos educativos con esas prestigiosas casas de estudios.
Son parte del programa Ciencia sin Fronteras, que lanzó Brasil el año pasado y da becas a estudiantes brasileños para capacitarse en las universidades más importantes del mundo, mientras que busca atraer a científicos extranjeros para las universidades brasileñas. Ya hay 555 jóvenes brasileños realizando cursos de posgrado en Estados Unidos con esta iniciativa, y otros 1500 han sido seleccionados para empezar este año. La idea es que para 2014 haya 100.000 becados en universidades estadounidenses y europeas..

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