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lunes, 10 de agosto de 2015

CHILE 2015 La muerte del jefe de la policía secreta de Pinochet reaviva heridas y divisiones en Chile


Chile

La muerte del jefe de la policía secreta de Pinochet reaviva heridas y divisiones en Chile

Manuel Contreras, de 86 años, murió de cáncer mientras cumplía condena; siempre se negó a revelar datos que sólo él conocía sobre las víctimas
Por   | Para LA NACION

SANTIAGO, Chile.- Chile no sabe muy bien si lamentarse o celebrar la muerte que reavivó las heridas y divisiones que le dejó la dictadura de Augusto Pinochet: Manuel Contreras Sepúlveda, "el Mamo" y el hombre más temido del régimen, murió anteanoche de cáncer a los 86 años en el Hospital Militar de Santiago.
Unas 350 personas llegaron al frente del recinto a brindar con champagne el fallecimiento del primer jefe de la policía secreta de Pinochet hasta 1977, pero los familiares de miles de torturados y desaparecidos durante su régimen estaban frustrados: con la muerte de Contreras se perdieron para siempre datos que solo él conocía.
El propio gobierno, que lo calificó en un comunicado de prensa como "uno de los personajes más oscuros de nuestra historia", advirtió: "Contreras ha muerto llevándose información valiosa para saber la verdad y hacer justicia respecto del horror cometido por la dictadura".
Para evitar manifestaciones en contra, la familia del retirado general recibió su cuerpo durante la madrugada de ayer y poco después fue cremado en el Cementerio Católico de Recoleta. El cuerpo estaba vestido con el traje azul de brigadier y, aparte de algunos familiares, estuvieron presentes miembros del ejército, pero sin uniforme. A las ocho de la mañana y sin honores militares, las ánforas con sus cenizas ya estaban camino a un lugar privado para el velatorio y funeral.
Cada vez que Contreras apareció en público por algunos segundos, normalmente en tribunales, le llovieron patadas, huevos y puñetazos. Paralelamente, la llamada "familia militar", compuesta por ex colaboradores de la dictadura y miembros en retiro del ejército, solía defenderlo y acusar que el odio y el revanchismo vivía en las familias de detenidos desaparecidos, exiliados políticos y torturados.
Esa división entre civiles y militares revivió con la muerte de Contreras. "Un asesino menos", escribieron en un cartel gigante en la puerta del Hospital Militar que nadie se atrevió a retirar.
Esta vez, pocos en la derecha política, el sector que antiguamente se cuadraba con él, lamentaron su partida. Su tono desafiante, la falta de arrepentimiento de lo que hizo y la demostración de orgulloso por su labor en Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) pese a estar condenado a 1105 años de cárcel (529 ratificados por la Corte Suprema) hicieron que Contreras terminara sus días rodeado de sus cuatro hijos y de un par de militares inactivos.
Las imágenes de los dos mayores crímenes que organizó a través de la Operación Cóndor, el del ex comandante en jefe del ejército Carlos Prats (en Buenos Aires, en 1974) y el del ex canciller chileno Orlando Letelier (en Washington, en 1976), volvieron a atormentar ayer a los hijos de las víctimas.
El senador socialista Juan Pablo Letelier, hijo del asesinado ministro, comentó que la muerte de Contreras le evocaba "un recuerdo amargo", porque fue el que mandó a matar a su padre.
"Ha muerto la persona más nefasta en la historia de Chile. El daño que hizo es muy profundo", agregó Angélica Prats, hija del general Carlos Prats. Marco Enríquez, hijo del fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez, asesinado por la DINA, pidió "un funeral sin honores para este violador de derechos humanos y una ceremonia privada para que la familia tenga derecho a enterrarlo, que él negó a tantos".
Incluso tras su muerte fue difícil encontrar defensores de "el Mamo". Quienes lo hicieron, no se movieron de las redes sociales porque el momento que vive Chile en materia de derechos humanos es delicado. Hace tres semanas, un ex conscripto del ejército rompió un pacto de silencio que durante dos décadas escondió la verdad del caso Quemados, en el que dos ciudadanos fueron quemados vivos. Ahora siete ex uniformados están detenidos.
Varias agrupaciones llamaron ayer a acabar por decreto con esos pactos de silencio que Contreras siempre negó, a desclasificar archivos y a degradar a los militares condenados por violaciones de los derechos humanos. La senadora Isabel Allende, hija de Salvador Allende, anunció para mañana el ingreso de un proyecto de ley para conseguir esto último, incluso en forma póstuma para el caso de Contreras, a quien definió como "el mayor criminal en la historia de Chile". "No va a haber reconciliación en mucho tiempo si persiste la falta de verdad", agregó.

El segundo de Pinochet

Manuel Contreras
Ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional
  • Tras el golpe de 1973, el "Mamo" Contreras formó la agencia de inteligencia DINA, y llegó a ser el hombre más temido en Chile después de Pinochet
  • Condenado a 529 años de prisión por torturas y desapariciones, su muerte a los 86 años trajo un fuerte repudio y lamentos por la información que nunca divulgó
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  • El escenario

    El general torturador que nunca se hizo cargo

    Por   | Agencia AP
    Aunque el general chileno Manuel Contreras cumplía 529 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos, nunca mostró remordimiento y afirmó hasta su muerte que nunca había ordenado torturar, matar ni desaparecer a opositores durante la dictadura de 1973 a 1990.
    Contreras, ex director de la agencia de espionaje chilena responsable del secuestro y tortura de miles de personas durante la dictadura, tenía 86 años.
    Tras el golpe militar de 1973 encabezado por el general Augusto Pinochet que derrocó al gobierno del presidente Salvador Allende, Contreras formó y encabezó la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y siguió adelante hasta convertirse en el segundo personaje más poderoso y temido del régimen.
    "Contreras se encontraba privado de la libertad, cumpliendo 40 condenas por delitos como secuestros calificados, homicidios calificados, asociación ilícita y apremios ilegítimos, entre otros, que suman 529 años de presidio'', subrayó anteayer la Gendarmería en su texto. "A estas condenas se suman otros 59 procesos pendientes, actualmente en curso, y otras nueve condenas a medidas alternativas a la reclusión, por delitos similares a los ya mencionados.'.
    A diferencia de su mentor, el general Pinochet, quien murió sin recibir sentencia judicial, Contreras falleció cumpliendo sus varias condenas ratificadas por la Corte Suprema.
    "Me costó cuatro años pacificar este país'', afirmó en la última entrevista televisiva que dio en el cuadragésimo aniversario del golpe militar del 11 de septiembre de 1973.
    Tras el derrocamiento de Allende, cuando tenía el grado de coronel, Contreras fue el creador de la DINA, la policía represiva encargada de eliminar a la disidencia. Como director de la agencia, ordenó detenciones ilegales, torturas, ejecuciones sumarias, desapariciones y convirtió los crímenes de lesa humanidad en una política de Estado. "Estaba prohibido hacer todo tipo de torturas'' en los cuarteles de la Dina, aseguraba Contreras, un hombre de regular estatura, regordete, y poseedor de una sonrisa sarcástica y un carácter autoritario.
    Según cifras oficiales, el régimen militar dejó un saldo de 40.018 víctimas, incluidos 3095 opositores muertos, de los cuales alrededor de un millar continúan desaparecidos.
    Conocido por el diminutivo de "Mamo'', afirmó siempre que los desaparecidos estaban "todos muertos en combate'' y enterrados en fosas comunes del cementerio general de Santiago.
    Un mozo de Contreras reveló ante un juez las torturas que se aplicaban a los detenidos y cómo los mataban y luego metían los cuerpos en bolsas que a veces ataban a los rieles del tren o eran llevados hasta un helicóptero que los lanzaba al mar.
    Aunque la DINA se creó formalmente en 1974, investigaciones y testimonios de sobrevivientes del Regimiento de Tejas Verdes, en la costa central, indican que Contreras empezó a reunir información de inteligencia sobre los izquierdistas, incluso antes del golpe.
    Llegó a construir una red de 50.000 informantes, civiles y militares, pero también se granjeó muchos enemigos por la acumulación de poder que detentaba.
    En noviembre de 1975, Contreras organizó en Santiago una reunión de jefes de servicios de inteligencia de las dictaduras militares de América del Sur que fue el germen de la Operación Cóndor, una alianza para la captura y eliminación de izquierdistas que extendió sus redes por Chile, la Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
    Cuando Pinochet se desligó de las violaciones a los derechos humanos y responsabilizó a sus subordinados, Contreras aseguró que el dictador era su jefe directo y que desayunaba a diario con él para informarle de su labor.
    "Yo siempre cumplí órdenes y las cumplí bien'', dijo socarronamente.
    El poder de Contreras empezó a decaer por presiones de los Estados Unidos tras el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en septiembre de 1976 y de su secretaria estadounidense..
     

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